El envanecido sueño americano está desapareciendo para millones de personas que se hallan en Estados Unidos. La indigencia extrema crece a diario en un país que dedica su economía a la industria de guerra y descuida, desmerece y detesta no solo al mundo sino a su propia gente. Diecisiete millones de estadounidenses viven debajo del umbral de pobreza, tanto en la población urbana como en la rural y el salario de los trabajadores, resbalando por la dramática melodía de un Tango Feroz, no aumenta a pesar de señalamientos exitosos.
Bush fundamenta su estrategia económica y social en el militarismo y desvía el mayor porcentaje del dinero estatal a empresas privadas, disminuyendo la asistencia pública y programas afines que desprotegen a millones de familias. El gobierno no se anda con vuelcos ni gime desgracias. Atesora colosales fortunas y magnas desdichas, aún estando en la vía como expresaría Enrique Santos Discépolo
Debido a industrias detenidas como es el caso de la vivienda, demasiado personal con hijos se encuentra sin empleo. Los trabajadores agrícolas no están mucho mejor. La mayoría carece de permiso de trabajo y eso impide recibir el desempleo y otros socorros oficiales. Mejor no mencionar costos de salud y rituales funerarios imposibles de soportar que los lleva a estar sin rumbo, desesperados.
Este círculo vicioso, de gran beneficio para multimillonarias economías, genera una población vulnerable que camina hacia niveles de pobreza extrema por ver sus ingresos disminuidos durante ocho años seguidos, seguramente por estar secas las pilas.
Algo que puede parecer incomprensible: Estados Unidos, un país de oportunidades, se ha transformado en una azarosa encrucijada con el arribo de George W. Bush a la presidencia. (Esta noche me emborracho)
Cuando el Partido Republicano, de mayoría en el Congreso, implementó un programa de reducción de impuestos favorecedor de las empresas, aumentó el presupuesto de guerra y militar, redujo el dinero público y escatimó la asistencia médica a jubilados, se transformó en un reducto semejante al de su “patio trasero” comenzando un dramático Gira, Gira.
La guerra contra el terrorismo, enorme pretexto para la aprobación ciudadana, hace rato está siendo cuestionada debido especialmente al fracaso militar en Irak, tema que los hará rajar los tamangos buscando ese mango que los haga morfar.
El presupuesto para el 2008 incluyó aún más reducciones y tiende a hacer indestructible la economía de guerra. Eso aportará más familias que caerán a plomo en la pobreza extrema sintiendo la indiferencia del mundo…
Por vez primera en la historia del capitalismo moderno, hay en el orbe tres crisis de gran amplitud, la financiera, la energética y la alimentaria, coincidiendo, confluyendo y combinándose patéticamente y cuyos efectos sociales comienzan a sentirse y detonarán aún con más brutalidad en los meses venideros.
Esta crisis, comenzada en Estados Unidos en agosto de 2007 con la morosidad de las hipotecas de mala calidad, se ha expandido mediante complejos mecanismos financieros que la asemejan a una epidemia fulminante imposible de atajar.
Las entidades bancarias no prestan dinero porque desconfían de la capacidad financiera de sus rivales y la crisis se trasladó al conjunto de la actividad mercantil enfriando de golpe las economías de países desarrollados. Europa y en particular España se halla en franca desaceleración, y Estados Unidos al borde de la recesión. (No esperen nunca un consuelo)
Donde más se nota la dureza del ajuste es en el sector inmobiliario, y en todos los frentes de la enorme industria de la construcción. Sus empresas se ubican en el ojo del huracán y asisten impotentes a la destrucción de decenas de miles de empleos sin una mano, ni una ayuda, ni un favor.
La crisis financiera se trasladó a la social donde vuelven a originarse políticas autoritarias. El Parlamento Europeo ha aprobado una infame directiva de retorno, y las autoridades españolas proclaman la salida de España de un millón de trabajadores extranjeros, en tanto el gobierno es sordo y es mudo.
Hay choques petroleros con temible subida de los precios en estaciones de servicio, crisis alimentaria aumentada súbitamente y el espectro del hambre amenazando a millones y regando ruinas con el saldo de lo promovido por un cuarto de siglo de neoliberalismo. (Verás que todo es mentira)
El juego político de las elecciones presidenciales del 2008 limita el margen de acción, ya que la oposición demócrata forma parte de dicho juego, en tanto en Miami se tambalea el poder del exilio cubano con una fuerte paradoja: quienes durante cincuenta años han permanecido esperando un cambio de sistema político en La Habana, sufren una metamorfosis que está ocurriendo solamente en sus propias narices y ya no hay quien lo niegue.
Este vuelco, palpable en la política local, tendrá importancia histórica en lo electoral nacional y modificará relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba ya que figuras conocidas de la Fundación Cubana Americana perderían en noviembre ante el desafío de los demócratas, dando en el blanco y causando el derrumbe de la derecha en Miami. “¡Victoria!”
Porque aún si todos los candidatos opositores se han definido como críticos del régimen cubano, determinan con vehemencia que la estrategia de Washington fracasó durante demasiados años, impensable opinión en el pasado.
¿Llevarán estos escenarios a cambiar el papel tradicional del latoso estado en la política de USA y sus relaciones con América Latina?
Son múltiples los factores que impulsan dicha transición. Por un lado el cambio generacional dentro de la comunidad cubano estadounidense con las figuras más influyentes del exilio muy ancianas o muriéndose como Jorge Mas Canosa, ausencia que produjo gran ruptura entre la corporación afín. “¡Saraca Victoria!”
Nuevas generaciones arribadas después de 1980 no comparten sus ideas porque permanecieron más tiempo en Cuba y conocen muy bien que las cosas no son allí tal como las pintan y al convertirse en ciudadanos optan por inscribirse como demócratas o independientes. (No quise abandonarte. Demostraré que el traidor enemigo no vivirá impune y podré besarte).
Florida es día a día más latina y menos cubana. Habitan otros hispanoamericanos que quitan a los cubanos su primacía. Liberados del monopolio conservador, hasta los medios se dedican a denunciar a la ultraderecha. (Cuando la suerte que es grela…)
La transición misma en Cuba aporta conflictos porque cuando los exiliados señalaban que su Revolución no podría existir sin Fidel Castro. (Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias, sabe que la lucha es cruel y es mucha pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina y el camino no le alcanza), el pueblo no se desintegró con la enfermedad y ausencia del Líder y continúa sin los desastres o estallidos vaticinados, poniendo en duda la credibilidad del sector más duro.
Ni hablar de los inmigrantes nuevos que desean mantener vínculos con sus familias en la isla a través de viajes y envío de remesas. ¿Qué vachaché?
Después de casi cincuenta años de un Miami bajo un sólo régimen, la dinastía imperial cubana comienza a esfumarse en consonancia con el fracaso del neoliberalismo internacional. Se vislumbra también que corre riesgos de desaparecer el Imperio debido a una mezcla de Biblias y Calefones que lo dejará en la vía.
En tanto, muchos aporrean su Tango Feroz mezcla de tragedia griega y ópera italiana con un frío cruel que es peor que el odio. Punto muerto de las almas. Tumba horrenda del horror que los maldijo para siempre, les borró toda ilusión por su asedio y su crueldad.
De chiquilín los miraban de afuera, como esas cosas que nunca se alcanzan...
¡PERO NO SIN LUCHAR!
¡CHAN CHAN!