(IAR Noticias) 30-Agosto-08 | Obama vs. MacCain: La guerra define al ganador | Lo dicen las encuestas: La guerra (ya sea en Medio Oriente o en el Cáucaso) define al nuevo presidente de EEUU. Y en este escenario, Irán o el conflicto del Cáucaso, elegirán al presidente del Imperio estadounidense en noviembre. Informe especial IAR Noticias Los republicanos -está históricamente probado- son afectos a dos temas: La guerra y las encuestas. Con la guerra invaden países, y con las encuestas chequean y verifican cuanta "clientela de la guerra" les va quedando dentro de la sociedad imperial-conservadora norteamericana, hoy con el ADN "infiltrado" por negros e hispanos que, de ser mano de obra barata para las "tareas sucias" de entrecasa, pasaron a ser el emblema del "nuevo ser americano" con Barack Obama, que no es negro ni blanco, sino un mestizo. Pero la decadencia acentuada del Imperio "blanco" conservador no le impide a la tropa de Bush (y al lobby judío conservador que lo esponsorea) seguir ejercitando lo que más les gusta: La guerra como estrategia de Estado y la guerra como estrategia electoral. Vamos a las matemáticas: En el 2004 Bush (ya midiendo muy bajo en las encuestas) le ganó ajustadamente la presidencial a Kerry poniéndolo frente a las pantallas de TV, como el "gran traidor" de la guerra de Vietnam que se pasó a las filas del "pacifismo" en la década del setenta. En el presente, John MacCain, el híbrido y "anticarismático" candidato republicano, le descontó los 12 puntos que le llevaba de ventaja originalmente Obama poniéndolo como un "inexperto" y un advenedizo en la conducción de la política exterior y de la guerra. Y un dato a tener en cuenta: Una encuesta de la CNN difundida el jueves señala que en la valoración del "mejor comandante para dirigir la guerra" un 78% elige a MacCain y solo un 44% vota por Obama. Asimismo, y con el nuevo giro producido por la crisis financiera, todas las encuestas de las últimas semanas coinciden que la guerra y el "terrorismo", luego de la economía, continúan siendo la mayor "preocupación" de la sociedad estadounidense. Según Gallup, con el reciente conflicto en el Cáucaso, la guerra pasó ser nuevamente la mayor "preocupación" para los norteamericanos en una proporción de 65% contra 35% de los que opinan que no ocupa la primer relevancia. Como no podía ser de otra manera, y como lo vienen haciendo desde el 11-S hasta aquí, los estrategas de la campaña republicana, se encargan, día y noche, de afirmar en eslóganes, afiches y discursos que Obama "peligrosamente" (como lo afirmó MacCain el miércoles pasado) carece de la experiencia necesaria para conducir la política exterior de EEUU en tiempos de "crisis militar" como la que se plantea con el conflicto del Cáucaso. Volvamos a las matemáticas: Bush consiguió su reelección en el 2004 machacando constantemente sobre la "incapacidad" de Kerry para manejar la "guerra de Irak" donde por entonces morían 120 civiles iraquíes y un promedio de dos soldados USA por día. Antes de la guerra de Georgia, las encuestas señalaban una ventaja reducida de 3 puntos para Obama, que se revirtió en cuatro puntos de ventaja para MacCain luego de las acciones militares en Osetia del Sur, permaneciendo en estos momentos en un empate técnico entre ambos candidatos. La deducción es simple: Si hay guerra gana MacCain, y si no hay guerra, gana Obama, o por lo menos, recupera terreno. Es la lógica que viene imperando en los números electorales USA desde que Bush y los republicanos lanzaron la "guerra contraterrorista" y la "amenaza islámica" contra la "seguridad" de EEUU. Y la cuestión de la campaña electoral se resume en dos actitudes: Mientras el "blanquinegro" Obama es vendido mediáticamente como el "nuevo fenómeno" del "sueño americano", los republicanos y la Casa Blanca hacen números para verificar cuántos en EEUU continúan haciendo del miedo a la guerra una cuestión existencial, y cuántos no. Ese, substancialmente (según marcan las encuestas), es el eje central que va a definir en noviembre a quien se instale como inquilino de la Casa Blanca por cuatro años. El resultante entre la ecuación "guerra o no guerra", dirá si gana Obama o gana MacCain. Y como ya sucedió en el 2004, los que piensan que la elección en EEUU se define por un "debate racional" se van nuevamente a dar de bruces contra la realidad: Los estadounidenses no votan por "raciocinio" sino por "miedo". Por otra parte, el miedo (el instinto de supervivencia en riesgo) y la seguridad (el instinto de supervivencia asegurado) constituyen los dos polos contrarios que utilizan habitualmente los estrategas que diseñan las campañas de manipulación y orientación de conducta colectiva, tanto para vender productos como para vender presidentes y gobiernos. El individuo de la sociedad de consumo del sistema capitalista no está diseñado para pensar o reflexionar en forma totalizada, sino para "reaccionar" (por el opuesto) ante estímulos de imágenes o eslóganes: "Paz o guerra", "democracia o dictadura", "seguridad o terrorismo", etc, etc. Las imágenes del 11-S y del "terrorismo" fueron instalados como una compulsión recurrente en la psicología del estadounidense nivel promedio estadístico, y solo hace falta, de vez en cuando, hacer un "clic" para reactivar la pesadilla del miedo a la guerra y al "terrorismo" y convertirla en emoción predominante. Y apareció Putin: El jueves el primer ministro ruso hizo saltar las fichas de la campaña electoral norteamericana denunciando (sin nombrarlo) que MacCain fue el directo beneficiario de la guerra del Georgia desatada tras la invasión del ejército georgiano a Osetia del Sur. Para el "hombre fuerte" de Rusia la cuestión está clara: Washington (o sea Bush y los republicanos) planificaron la invasión de Osetia del Sur para instalar un conflicto indefinido en el Cáucaso en directo beneficio de los republicanos que basamentan su discurso electoral erigiéndose como los mejores conductores de la guerra. Putin, cuya pasión pasa por el ajedrez y los diseños estratégicos, puso una de cal y una de arena: Si bien es correcto que la guerra de Georgia apuntaló las chances de MacCain (como lo expresan las encuestas), es sobredimensionado decir que el conflicto militar del Cáucaso lanzado por Washington tuvo como "único objetivo" proyectar el triunfo electoral de MacCain en noviembre. En todo caso, puede decirse que Bush y los halcones republicanos hicieron "coincidir" una operación planificada para desplazar definitivamente a Rusia de Georgia, su enclave estratégico en el Cáucaso, con un beneficio electoral plausible y evidente para el republicano MacCain. A Putin se le fue la mano: Pero no se le fue la mano por torpe sino por objetivo estratégico. Al lanzar la denuncia del "uso electoral" republicano del conflicto de Georgia, profundizó la división y la guerra interna en el poder imperial estadounidense como parte de la estrategia de autodefensa de Rusia ante los ataques de Washington. En resumen, Putin, con su denuncia, puso en evidencia la estrategia republicana con la "guerra" y le dio un argumento contundente a los estrategas demócratas para diseñar un marketing de neutralización del MacCain "comandante de la guerra". Hay que esperar encuestas y mediciones, pero no hay dudas: La guerra (ya sea en Medio Oriente o en el Cáucaso) elige presidente en EEUU en noviembre. |