Sarah Palin, una “barracuda” peligrosa para John McCain
George W.Bush optó por un discurso a distancia. Ante la pálida convención republicana, el senador por Connecticut, Joseph Lieberman (independiente para colmo) debió apuntalar a McCain y soslayar a Palin.
Desde los tiempos de Gerald Ford, una fórmula republicana no ha arrancado con tan malos auspicios. Los estrategas de McCain apostaban a que el huracán Gustavo fuese una Catalina II y permitiera a los candidatos y a Bush ser los héroes de una emergencia que finalmente se disluyó.
Casi al mismo tiempo, se supone que Lieberman era el favorito de McCain para la vicepresidencia pero, en veinticuatro horas, el fundamentalismo evangélico –al cual los republicanos están atados desde 2000- impuso a una desconocida. Sucede que Lieberman está en favor del aborto y Palin se opone fanáticamente a esa opción, a los homosexuales y a los hispanos.
Pero, poco después de anunciarse una fórmula dominada por su segundo término –novedad absoluta en la historia electoral del paìs-, Palin admitió que su hija menor de edad estaba embarazada por obra y gracia de Levi Johnson, un mocetón de 18. La situación no beneficia a una obsesiva defensora de la familia y la moral cristiana. A esa altura, el lunes, los medios ya la llamaban “barracuda” a la gobernadora de Alaska.
Las sorpresas no terminaron ahí. Palin, partidaria de la guerra en Irak y Afganistán, tiene antecedentes poco patrióticos. A principios de los años 90, por ejemplo, militaba en el partido por una Alaska independiente, un separatismo que ni siquiera tomaba en cuenta a los esquimales nativos. No extraña, pues, que Barack Obama vuelva a alejarse de McCain en los sondeos (49 a 41%, el martes).
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)