En un artículo publicado por El Nuevo Herald este fin de semana, el periodista Casto Ocando, narra que César Pérez Vivas denunció ante el tribunal, que Cuba está formando guerrilleros en un campamento turístico venezolano.
En un área de unas 50 hectáreas cuadradas de reserva forestal, a unas dos horas de esta capital de la región andina venezolana, y a dos horas y media de la frontera con Colombia, opera uno de los más activos y secretos centros de formación dirigidos por cubanos en Venezuela, en el que también intervienen especialistas de la guerrilla colombiana.
El centro de formación, que funciona en un campamento turístico actualmente cerrado al público en un área considerada parque nacional, tiene como misión formar activistas y combatientes civiles, en las tácticas de la llamada “guerra asimétrica”, un plan de formación ideológico y paramilitar dirigido a preparar activistas chavistas para enfrentar una potencial conmoción interna, incluyendo un levantamiento militar, o una posible invasión de tropas norteamericanas al país, en consonancia con las denuncias repetidas constantemente por el gobierno de Hugo Chávez.
Ubicado en el sector La Trampa, en el parque nacional Tapo-Caparo, en donde se localiza el complejo hidroeléctrico Uribante-Caparo, el campamento de guerra asimétrica ofrece un curso cada 6 semanas para un contingente de entre 400 y 1,000 participantes, que incluye una primera fase de formación político-ideológica con manuales impresos en Cuba, y una segunda fase de formación de combate, en la que participan los estudiantes más comprometidos y aguerridos.
De acuerdo con un documento consignado en la Fiscalía 26 del estado Táchira, en abril pasado, que solicita una investigación de las operaciones secretas dirigidas por los cubanos, los activistas reciben una formación ideológica basada en el pensamiento del Che Guevara y Fidel Castro, y en discursos del presidente Hugo Chávez.
Además reciben un entrenamiento en las tácticas de la guerra de guerrillas, que abarca la aplicación de técnicas de agitación política, el manejo de armas ligeras y pesadas y el manejo y uso de explosivos.
Aunque el gobierno nacional ha guardado silencio ante las denuncias, tanto el funcionamiento del campamento de formación como la presencia de cubanos al mando han sido reconocidos por voceros oficiales locales.
Gerardo Luna, alcalde oficialista del municipio Panamericano, adyacente a la reserva forestal Tapo-Caparo, reconoció la presencia de entrenadores cubanos, pero negó que se trate de un centro de entrenamiento paramilitar.
Luna dijo en una entrevista que se trata de un centro de formación con fines sociales, principalmente para las misiones sociales del gobierno, “para que la gente se prepare para el servicio comunitario”.
“En ningún momento se está dando entrenamiento paramilitar y mucho menos terrorista”, aseguró el alcalde Luna.
Sin embargo, el tema de la existencia del campamento está rodeado de hermetismo, y genera temor en las personas que han tenido acceso o han participado en los cursos.
El área permanece cerrada al acceso del público, según pudo comprobar El Nuevo Herald durante una visita a las inmediaciones de las instalaciones. Un retén militar impide el acceso vehicular a la zona.
“El campamento está cerrado por remodelaciones hasta fin de año”, respondió una vocera del parque cuando El Nuevo Herald le preguntó por vía telefónica sobre las condiciones para realizar una visita al sitio.
Una empresa que organiza recorridos y excursiones al complejo hidroeléctrico, la firma privada Desarrollo Uribante Caparo, informó que los servicios están suspendidos por ahora, porque “el gobierno tiene tomadas las instalaciones”, supuestamente hasta enero del 2009.
La formación tiene lugar bajo un régimen de disciplina militar, confirmaron testigos consultados por El Nuevo Herald.
“Cuando llegué esperaba asistir a un curso de formación para organizaciones sociales, y me encontré con un curso militar”, dijo Berta, de 28 años, una vecina de la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, que fue expulsada de uno de los cursos en febrero pasado, y expuso su experiencia a condición de no ser identificada por temor a represalias.
Berta dijo que la rígida enseñanza empezó a generarle problemas cuando comenzó a protestar. ‘‘No me gusta la formación militar, y todo el curso, la forma como se abordan las materias, los instructores cubanos y el tipo de gente que asiste al curso, me provocaba rechazo”, detalló.
Berta fue expulsada del campamento porque constantemente cuestionaba las lecciones de los instructores. A su salida pudo sacar consigo una copia del manual impreso en Cuba, que fue consignado ante la fiscalía como prueba del contenido de los cursos.
“El complejo hidroeléctrico de Los Andes se ha convertido de ser un centro tradicionalmente abierto a los deportes náuticos y la excursión, en un centro de formación político-ideológico y paramilitar desde principios de este año”, dijo a El Nuevo Herald el ex congresista César Pérez Vivas, que presentó la denuncia ante la Fiscalía General.
En las sesiones “se va dando entrenamiento de orden cerrado [militar] para las personas que participan, y van seleccionando los que tienen mayor vocación para un taller de guerra asimétrica, que no es otra cosa que una formación de naturaleza paramilitar, donde se le enseña a civiles a disparar, además de técnicas para fabricar explosivos con cilindros de gas y otros artefactos”, indicó Pérez, recientemente designado como candidato opositor a la gobernación del estado Táchira.
Una persona familiarizada con la logística del campamento, y que tiene libre acceso a las áreas de entrenamiento, dijo a El Nuevo Herald que constantemente llegan contingentes de unas 450 personas provenientes principalmente de los estados Zulia y Mérida.
La llegada del último de estos grupos se produjo a mediados de agosto, dos semanas antes de la visita de El Nuevo Herald a la región. “El último contingente era de unas 1,000 personas, la mayoría del estado Zulia”, indicó la fuente que no se identificó por temor a represalias.
De acuerdo al ex congresista, hay una activa participación de cuadros del Frente Francisco de Miranda, una organización con estructura paramilitar creada para promover y defender la revolución bolivariana, según los postulados publicados en su portal de internet (www.frentefranciscodemiranda.org.ve).
El ex parlamentario dijo también que en los cursos participan expertos en explosivos enviados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“Tenemos información de que en los talleres de guerra asimétrica y de explosivos han estado personas vinculadas a las FARC”, puntualizó.
“Hay una relación ideológica muy afín entre el gobierno venezolano y la guerrilla colombiana, que permite este tipo de cooperación de entrenamiento”, coincidió en señalar Carlos Casanova, ex parlamentario independiente en el estado Táchira.
La cooperación de cuadros de la guerrilla colombiana y miembros de FARC de Cuba con el gobierno venezolano, aparece reflejada en varios correos electrónicos encontrados en la computadora del extinto líder de las FARC, alias Raúl Reyes, desde el año 2005.
En un mensaje de abril del 2005, alias Iván Márquez, uno de los miembros del secretariado de las FARC, transmite la petición de alias Tino al comandante alias Raúl Reyes, de que sean formados unos 100 jefes de escuadra, presuntamente del cuerpo de reservistas creado por orden del presidente Chávez, en técnicas de guerra de guerrillas.
La petición de entrenar a jefes de escuadra en el 2005, fue ratificada dos años después por el ministro del Interior y Justicia de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín, según otro correo de noviembre del 2007.
En este mensaje del año pasado, suscrito por alias Iván Márquez, se informa al secretariado de las FARC sobre la solicitud del entonces ministro del Interior y Justicia Ramón Rodríguez Chacín, para que “les transmitamos nuestra experiencia en guerra de guerrillas”.
Aunque ninguno de los correos incautados en la computadora de Reyes habla directamente de un campamento de entrenamiento dirigido por cubanos, en cooperación con la guerrilla colombiana, algunos mensajes electrónicos dan cuenta de la vinculación de Cuba en la formación militar de cuadros de la reserva bolivariana creada por Chávez.
En un correo del 2007 recibido por alias Raúl Reyes se menciona que el gobierno venezolano mantiene en Cuba a “2,500 hombres en formación en distintas áreas” y que, “al regresar éstos, mandan otra cantidad igual”.
“Históricamente esto lo ha hecho Cuba”, dijo Eugenio Yáñez, ex oficial del ejército cubano y analista de seguridad y defensa.
“Los entrenamientos incluyen tiro, ejercicios elementales de arme y desarme de explosivos, minas antipersonales y antitanques. Se trata de técnicas de supervivencia en condiciones de guerrilla”, indicó Yáñez,
Los cursos podrían resultar ilegales bajo la actual Constitución y las leyes venezolanas, indicó Pérez Vivas.
“A la gente se le está preparando con técnicas que son abiertamente contrarias a la formación de un ejército profesional que tiene, por la Constitución, la misión de defender la República. Esto demuestra una desviación no solamente en la formación de recursos humanos sino que incurren en un delito consagrado en la ley de Salvaguarda, como es utilizar instalaciones propiedad del Estado venezolano para formar ideológicamente en una parcialidad política, a sectores de la población”, explicó Pérez Vivas.