Agencias de envíos a Cuba están en crisis
JUAN CARLOS CHAVEZ
El Nuevo Herald
Agobiadas por la presión del trasiego ilegal de paquetería, la crisis económica y la competencia de precios rebajados del Servicio de Correos de Estados Unidos (USPS), las agencias privadas de envíos de paquetes a Cuba confrontan un desplome sin precedentes, según coincidieron representantes de la industria del sur de la Florida.
Por primera vez en mucho tiempo, los empresarios del ramo encaran caídas estrepitosas hasta de 50 por ciento en el volumen de sus operaciones. Las pobres ventas han obligado a llevar a cabo recortes de personal y limitar la frecuencia de los despachos de paquetes a una vez por semana, así como ofertar ''descuentos de temporada'' para evitar la bancarrota.
''El mercado ha ido cayendo y ahora los justos deben pagar por pecadores'', dijo María Brieva, dueña de Machi Community Services, una de las agencias tradicionales de envíos, con 24 años de presencia en el mercado.
A juicio de Brieva, las restricciones impuestas por Washington en el 2004 --que prohibieron el despacho de ropa a Cuba, condicionaron las remesas y limitaron los viajes familiares a una vez cada tres años-- alentaron el surgimiento de un sector informal que está ocasionando pérdidas a la industria y despidos masivos. Recientemente Brieva redujo su personal administrativo de siete a dos empleados.
Asimismo dijo que la participación del correo postal en el negocio de paquetería familiar complicó aún más el panorama para las empresas privadas, reguladas por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), adscrita al Departamento del Tesoro.
''Todo esto ha mermado nuestras operaciones entre 30 y 40 por ciento. Además tengo entendido que el USPS no revisa los paquetes como debería hacerlo, y muchas personas están aprovechando la situación para enviar ropa y hasta celulares'', anotó Brieva, quien cobra un precio estándar de $10 la libra, independientemente del peso.
El USPS, cuya tarifa es $7 con un máximo de cuatro libras, negó las acusaciones y aseguró que todos los despachos, incluyendo la recepción de paquetes y el chequeo de bultos postales, se realizan cumpliendo con las normas que afectaron el transporte de prendas de vestir y productos no esenciales.
El envío de paquetería familiar a Cuba a través del USPS en el sur de la Florida experimentó un alza del 327 por ciento desde diciembre del 2006, el mayor crecimiento en el volumen de despachos desde que se impuesieron las restricciones.
Las reglas impuestas por la administración del presidente George W. Bush hace cuatro años también prohibieron el trasiego de productos de aseo personal, materiales de pesca, artículos veterinarios e ingredientes para la elaboración de jabones.
El valor límite del envío contenido en el paquete no puede exceder los $400. Exceptuando los despachos de alimentos, que pueden ser enviados con mayor frecuencia, cada persona tiene derecho a facturar sólo un paquete mensual al familiar de primer grado que lo recibe en la isla.
Asimismo la OFAC realiza auditorías e inspecciones sobre las operaciones de las agencias especializadas que se dedican al negocio de paquetes con mercancías a Cuba. Aproximadamente 50 compañías privadas operan en el Gran Miami y más de una ha estado en el foco de atención pública por el cobro de tarifas desmesuradas y extravío de paquetes.
No obstante, los propietarios de agencias expresaron que los únicos responsables de las críticas y los cuestionamientos que han recaído sobre el sector, son los contrabandistas y las llamadas ''mulas'', que llevan carga a Cuba evadiendo el control de las autoridades.
''En cada esquina hay un comercio pirata. Es un trabajo bien complejo, porque toman ventaja de la desesperación y el desconocimiento de las personas'', sostuvo Santiago Castro, fundador de la agencia Mambí.
El empresario indicó que en el último año el volumen de las operaciones comerciales de su negocio se ha reducido a la mitad debido a la proliferación de comercios informales que le quitan la clientela. Los contrabandistas cobran hasta $18 la libra (con un mínimo de 5 libras por cada envío), además de otros cargos adicionales, pero les permiten a los clientes evadir las restricciones.
''Si anteriormente movíamos 200 libras a la semana, ahora no pasamos de 100. Es una situación bastante crítica'', dijo Castro, que opera una tarifa ya reducida de $12 la libra.
Mientras, el rumbo incierto de la crisis económica y la caída en el gasto de los consumidores parecen estar echando más leña al fuego.
''Estamos en el negocio desde 1981 y realmente puedo decirle que hay un sentimiento amplio de intranquilidad'', afirmó Jesús Rodríguez, dueño de Paradise, una agencia de Miami que ha cerrado sus operaciones en el segundo semestre con problemas sobre la marcha.
''Los pronósticos no son nada alentadores'', concluyó.
jcchavez@elnuevoherald.com