Cuba no solo defiende los derechos humanos, también los practica.
Las personas con discapacidad tienen una vida plena con los mismos derechos que una persona común
por Ángeles Muik y Caridad Lafita
Mabel Cedeño, joven instructora de arte
“No me he sentido apartada ni alejada. Tengo la oportunidad de compartir y expresar mis opiniones y criterios e intercambiar mis experiencias”, afirmó Mabel Cedeño Pérez, instructora de arte del Taller La Colmenita Con la magia de mis años, del municipio capitalino de Boyeros.
Pese a su pequeñez y fragilidad, limitaciones que afronta desde su nacimiento debido a una enfermedad congénita, Mabel no ha tenido dificultades para lograr ese “algo” que todos deseamos en la vida. Para esta muchacha, que ya cuenta 20 años de edad, de los cuales lleva 10 al frente de La Colmenita de Boyeros, grupo que celebra el 22 de diciembre su décimo aniversario, lo más importante es el deseo de hacer, la voluntad y el espíritu que se tenga, junto a la ayuda de la familia y de la sociedad. Sus sueños están cumplidos.
“Si tenemos voluntad y deseo de seguir adelante, lo conseguimos”, manifestó con esa voz inconfundible, clara y limpia como ella misma.
“Cuba no solo defiende los derechos de los niños y las niñas, sino también los garantiza y los respeta; y le asegura a cada padre la educación de sus hijos, cualquiera que sea su grado de discapacidad. Grandes inversiones en la compra de implementos de estudio y dispositivos necesarios para el mejoramiento del habla o la audición así lo confirman”, significó Mabelita, quien recibió una formación específica hasta noveno grado en la Escuela Especial Solidaridad con Panamá, para discapacitados físico motores.
En el ejercicio de los derechos humanos y, como en este caso, específicamente el de la seguridad social, el Estado cubano ha demostrado al mundo cuánto se puede hacer a favor de la inserción plena en la sociedad de las personas que presentan algún tipo de discapacidad, bajo programas que muestran una fuerte voluntad política.
Los derechos de los niños y de la población en general a la asistencia médica y al estudio gratuito resultan en Cuba una confirmación de sensibilidad humana y el disfrute de derechos humanos bien consignados en la Declaración Universal.
“Mi país ha logrado que yo y otras personas con similares discapacidades tengamos acceso a esa gran obra que es la medicina cubana, con sus dificultades y virtudes, incluso llevando nuestras experiencias a otras regiones de América Latina y el Caribe, Asia y África”, significó.
Sordos e hipoacúsicos; ciegos y débiles visuales; retardados en el desarrollo psíquico y los que tienen patologías físico motoras, en escuelas de enseñanza especial, a lo cual se suma el respaldo de la seguridad social a trabajadores incapacitados laboralmente por accidente y a las personas de bajos ingresos, resultan sujetos de especial atención en la enseñanza, la rehabilitación y los cuidados médicos, a la par que se realizan acciones estatales para su mejor inserción laboral y social.
“Gracias a Fidel y a la Revolución que nos han dado la oportunidad de mostrar nuestras aptitudes, las escuelas de enseñanza especial permiten a cada niño discapacitado tener una vida plena con los mismos derechos que una persona común.
“He logrado estudiar, hacer una carrera y trabajar, me siento muy agradecida y satisfecha de brindar mis conocimientos y experiencias a otros. Me siento útil a la sociedad, en otro país sería difícil estudiar y trabajar, quizás me hubiera quedado en casa, sin la asistencia debida”, manifestó Mabel.
http://www.trabajadores.cu/news/2007/cuba/cuba-diciembre-2007/cuba-no-solo-defiende-los-derechos-humanos-tambien-los-practica/
Derechos de las personas con algún tipo de discapacidad en Cuba
A partir del triunfo revolucionario se desarrolla una política social que pone en el centro el bienestar del hombre, su desarrollo integral, su autorrealización y su plena integración social, sin discriminación de sexo, color de la piel, origen, creencias religiosas u opinión política.
YUSIMÍ CAMPOS, Directora de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
La preocupación por el bienestar y por los derechos de las personas con algún tipo de discapacidad está presente en los principios de la Organización de las Naciones Unidas desde su fundación. La Carta Fundamental, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Convenios Internacionales y otros instrumentos afirman, que las personas con discapacidad deben ejercer sus derechos civiles, políticos, sociales y culturales en igualdad de condiciones que el resto de los ciudadanos.
La experiencia cubana revela que antes de 1959 las personas con discapacidad no eran consideradas como verdaderos seres humanos. A partir del triunfo revolucionario se desarrolla una política social que pone en el centro el bienestar del hombre, su desarrollo integral, su autorrealización y su plena integración social, sin discriminación de sexo, color de la piel, origen, creencias religiosas u opinión política.
Para ello, se propagan acciones y programas encaminados a atender las necesidades básicas de la población, sobre la base de los principios de igualdad y equidad, solidaridad y justicia.
La cobertura universal de nuestros sistemas de salud, educación, y seguridad social, han permitido erradicar importantes enfermedades que dejaban secuelas invalidantes a las personas. La atención de salud abarca desde la materna infantil y la intervención temprana hasta consultas especializadas a pacientes de baja visión, audición, y recientemente el diagnóstico y cuidado a personas sordociegas.
Paralelo a los avances en la atención primaria de salud, el impulso acometido en la genética médica, para el estudio de las causas que originan la aparición de diferentes trastornos, y la rehabilitación comunitaria posibilitó cubrir la demanda poblacional desde las propias instituciones de atención.
Todos los niños con discapacidad acceden al estudio, incluso aquellos que tienen necesidades más complejas, a los que se les garantiza la educación en su casa y hasta en los hospitales, de ser necesario.
El mejoramiento de la enseñanza especial con la utilización de medios audiovisuales y otros equipos especiales han facilitado el aprendizaje y el conocimiento de estos niños, ampliando sus posibilidades de integración social.
La cobertura universal que se brinda a toda la población a través del Sistema de Seguridad Social, creado hace más de 40 años, protege todos los riesgos como la vejez, la invalidez, la sobrevivencia, la enfermedad común y profesional, el accidente de trabajo y la maternidad. Por otra parte a través de régimen de Asistencia Social se le presta atención a todas las personas en estado de necesidad y que requieren para cubrirla del apoyo de la sociedad.
Los esfuerzos desarrollados durante la recuperación económica iniciada en 1995, enfrentando además los impactos de la crisis económica global y las agresiones de los Estados Unidos, han hecho posible disminuir el desempleo al 2,3 %, alcanzándose la categoría de pleno empleo.
En este contexto el programa especial de empleo para la personas con discapacidad posibilita la incorporación al trabajo de todas las personas que lo solicitan, enfatizando la presencia de este segmento poblacional en los talleres protegidos y el empleo ordinario.
En la actividad laboral de estas personas, se asegura el principio de a igual trabajo, igual salario; y si para la ubicación de una persona es necesario la creación de una nueva plaza, la voluntad política del Gobierno ha sido establecerle a las administraciones que procedan a hacerlo.
Otro de los programas que impulsa el país es la enseñanza de la computación desde el preescolar, como parte de la informatización de la sociedad. El uso de la nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones se convierten en parte importante de los planes de rehabilitación y formación profesional de las personas con discapacidad en Cuba.
Asimismo, se trabaja por lograr la accesibilidad para todos, reflejada en la Norma Cubana para la eliminación de las barreras arquitectónicas.
La televisión incorporó el sistema de CLOSE CAPTION ( o subtitulaje invisible), que ha elevado el nivel de la calidad de vida de la comunidad de personas sordas al tener acceso a programas informativos, educativos, de entretenimiento, en resumen al acontecer nacional e internacional y en la medida en que se adquieran las experiencias se ampliarán los servicios.
El servicio de telefonía especializada, para sordos y personas con discapacidad físico-motora, amplían los minutos de derecho gratuito en las llamadas telefónicas. Otra de las acciones es el incremento del número de intérpretes de lengua de señas, para sordos e hipoacúsicos, y dactilar para sordociegos.
Se fomenta asimismo, el conocimiento de la escritura en sistema Braille para ciegos y débiles visuales, además del funcionamiento de salas especializadas con la edición, en este valioso sistema, de importantes obras de la literatura universal en muchas de las bibliotecas del país. Otra de las tareas acometidas es la ampliación de las ayudas, con prioridad para niños y adolescentes.
Los avances manifiestos para la plena inserción a la sociedad, de las personas que demandan atención especial han sido decisivos, pero aún no estamos satisfechos porque debemos y podemos avanzar mucho más, para lo cual se requiere una mayor conciencia y una cultura basada en nuestros valores.
Tres entidades cubanas, con carácter no gubernamental, aglutinan a este segmento poblacional que requiere de una atención especializada, así la Asociación Cubana de Limitados Físicos y Motores (ACLIFIM) , la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI), y la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC), despliegan una trascendental labor social y abarcadora que ha contribuido a trasladar los intereses e inquietudes de las personas que representan al seno de la organización, y han propiciado la educación y participación de su membresía en la construcción de una sociedad mejor.
http://www.trabajadores.cu/materiales_especiales/suplementos/mundo-laboral/discapacitados-1/derechos-de-las-personas-con-algun-tipo-d
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Cuba, discapacitados y leyes sobre discapacidad
Manuel David Orrio
“[...]No se trata de que en Cuba no haya una clara voluntad política a favor de las personas discapacitadas, ni de que no se cuente con regulaciones favorables a dichas personas. Pero lo que sí es cierto es que dicha legislación carece de la jerarquía de una ley general, se encuentra dispersa en numerosas resoluciones y no toma en cuenta factores que en otros países están legislados desde hace bastante tiempo. [...] Tal dispersión legislativa de una ya abundante legislación obstaculiza los efectos educativos hacia la población en la dirección de una cultura de respeto a la discapacidad, además de poner a Cuba en desventaja frente a otros países que sí poseen leyes generales. Algo políticamente muy particular si se analiza que en los Estados Unidos de América se cuenta con esa ley, lo cual otorga espacio a los enemigos de la Revolución para atacar a ésta por ese frente [...].
La Habana, 14 de noviembre.- Rolando Batista, ingeniero, abrió los debates con la proposición que está en los labios de muchos discapacitados cubanos, ahora cuando en toda Cuba se discute popularmente el anteproyecto de una nueva Ley de Seguridad Social, por la cual se aumentan las edades de jubilación de 60 a 65 y de 55 a 60 para hombres y mujeres, respectivamente, debido a importantes cambios demográficos habidos en la tierra de José Martí.
Según Batista, el mayor desgaste que el laborar cuesta a los limitados físicos, hace procedente mantener para ellos las actuales edades de jubilación en 60 para los hombres y 55 para las mujeres, como es costumbre en otros países de avanzadas legislaciones sobre discapacidad. A tales efectos, citó el caso de España, donde de acuerdo con un grado de limitación previamente determinado, corresponde una rebaja en la edad de jubilación, de seguir un decreto de los tiempos de José María Aznar como presidente del gobierno de ese país.
Por su parte, Luciana Valle, vicepresidenta de la Asociación Cubana de Limitados Físicos Motores (ACLIFIM), apoyó la sugerencia de Batista y expresó que en la discusión del citado anteproyecto, habida en la sede nacional de la organización en tanto que un centro laboral más, se había hecho idéntica propuesta.
Batista y Valle presentaron sus iniciativas en el marco de un taller convocado por la ACLIFIM en el capitalino municipio Plaza de la Revolución, con la participación además de representativos de la Asociación Nacional de Sordos (ANSOC) y la Asociación Nacional del Ciego (ANCI).No por gusto, allí, pues el territorio, de acuerdo con fuentes diversas, está deviniendo referente nacional en las buenas relaciones existentes entre su gobierno y los discapacitados, cuyos representantes son invitados permanentes a las Asambleas Municipales del Poder Popular (ayuntamientos) con derecho a voz, además de otras facilidades y coordinaciones ya establecidas.
El taller fue inicialmente convocado para analizar si en Cuba era o no necesaria una ley general sobre derechos de los limitados físicos, habida cuenta de que la Isla estuvo entre los primeros países firmantes y ratificantes de la Convención Internacional de Derechos de las Personas Discapacitadas, recientemente aprobada en Naciones Unidas. No obstante, no pudo evitarse que se hablara y discutiera ese tema del anteproyecto de Ley de Seguridad Social, debido a la indudable importancia que tiene para los discapacitados cubanos.
Por ello, el taller aprobó proponer a las direcciones nacionales de sus asociaciones, que en carta conjunta al Gobierno de la República se hiciera llegar la proposición de mantener las edades de jubilación en 60 para los hombres y 55 para las mujeres, en el caso de las personas discapacitadas, eximiéndoles así de las nuevas edades previstas en 65 y 60, de acuerdo con el sexo. No parece difícil, si se toma en cuenta que menos del 10 % de la fuerza laboral cubana padece de alguna limitación física calificable como discapacidad, además de tomarse en consideración el antecedente de que en países desarrollados capitalistas la especificidad apuntada tiene carácter de ley.
¿Necesita Cuba una ley general sobre derechos de los discapacitados? Por consenso, la respuesta que a esa pregunta dio el taller fue que se hace necesario analizar en instancias más amplias si procede o no legislar. Pero si se hubiera sometido a votación, todos los participantes menos uno se habrían pronunciado a favor de que LA LEY EXISTA.
No se trata de que en Cuba no haya una clara voluntad política a favor de las personas discapacitadas, ni de que no se cuente con regulaciones favorables a dichas personas, las cuales pueden consultarse en el Plan Nacional de Acción para la Atención a las Personas con Discapacidad 2006-2010. Pero lo que sí es cierto es que dicha legislación carece de la jerarquía de una ley general, se encuentra dispersa en numerosas resoluciones y no toma en cuenta factores que en otros países están legislados desde hace bastante tiempo. Como ejemplo de lo anterior se puso el de que los choferes discapacitados están obligados a portar en sus vehículos el logotipo que les identifica como tales, pero no tienen derechos como el de aparcamientos especiales para ellos, o excepciones para aparcar en zonas oficiales.
Tal dispersión legislativa de una ya abundante legislación obstaculiza los efectos educativos hacia la población en la dirección de una cultura de respeto a la discapacidad, además de poner a Cuba en desventaja frente a otros países que sí poseen leyes generales. Algo políticamente muy particular si se analiza que en los Estados Unidos de América se cuenta con esa ley, lo cual otorga espacio a los enemigos de la Revolución para atacar a ésta por ese frente.
Cuba, firmante y ratificante entre los primeros de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, cumple con esa convención desde antes de creada, o trabaja para hacer realidad su preceptos de manera firme y constante, pese a los esfuerzos de sucesivas administraciones norteamericanas para obstaculizar esas acciones mediante una política hacia la tierra de José Martí, calificada por Juan Pablo II de “éticamente inaceptable”.
Por ello, sobre todo por ello, se hace necesario que Cuba disponga de una ley general sobre derechos de los discapacitados, algo ya propuesto por el último congreso de los ciegos y débiles visuales, quienes, con larga vista, supieron ver que al enemigo, ni la más mínima brecha.
http://www.insurgente.org/modules.php?name=News&file=article&sid=15226