En la provincia de Granma: Una singular y hermosa proeza humanitaria
Texto y fotos de Alberto D. Pérez
¿Cómo se puede calificar un procedimiento que ha logrado en los últimos 10 años salvar la vida de unas 3,000 mujeres en la oriental provincia cubana de Granma? Varias veces me hice esta pregunta a medida que conversaba con el doctor Francisco Serrat Gómez, especialista en anatomía patológica del hospital provincial “Carlos Manuel de Céspedes”, en Bayamo, la floreciente capital granmense. Granma, por cierto, es la única de las 14 provincias cubanas que dispone de este servicio. “Paquitín”, como lo conocen todos en el hospital, comenzó hace dos lustros a realizar biopsias de mama, utilizando un método muy sencillo y virtualmente indoloro. Para ello requiere de agujas especiales, que toman muestras microscópicas de los ganglios y nódulos femeninos. Al ser examinadas con un microscopio, permiten detectar cualquier infiltración maligna. Olga Figueras tiene 55 años. Durante un muestreo médico se descubrió que uno de sus pechos estaba alterado. El diagnóstico confirmó que se había producido una infiltración maligna. Está bajo tratamiento y continúa laborando. “Si no fuera por este sistema, ya no estaría en el mundo de los vivos. Sigo luchando y, con la ayuda de la medicina cubana, aliento la esperanza de poder derrotar al cáncer”, dice esta valiente fémina. Un apoyo de enorme importancia recibió Paquitín en esta epopeya suya. La principal dificultad consistía en obtener las agujas, pero, para felicidad de este inquieto médico bayamés --y de miles de mujeres de esa provincia--, la Fundación Humanitaria Dr. Trueta, de la ciudad catalana de Vic, a unos 60 kilómetros de Barcelona, comenzó a suministrarle con regularidad, de manera gratuita, estas agujas especiales que le son tan necesarias. También para beneplácito de Paquitín, el Programa de Desarrollo Humano Local (PDHL/Cuba), a través del cual aporta la Trueta anualmente a la Isla millones de dólares en medicinas, material y aparatos médicos, asumió el respaldo irrestricto a tan humanitaria labor. Instalado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como estrategia suya para el progreso descentralizado, el PDHL/Cuba no sólo canalizó los donativos de la Trueta –incluyendo varias computadoras-- sino que además facilitó viajes de entrenamiento a Italia – a la región de Foligno-- de especialistas del hospital central granmense. En ocasión de celebrarse en La Habana un Congreso Internacional de Anatomía Patológica, dos prestigiosos especialistas italianos visitaron el hospital bayamés y aprobaron calurosamente la experiencia de Paquitín y su pequeño equipo médico. Con el transcurso de los años, y de forma silenciosa, este intrépido galeno y un reducido grupo de colaboradores han logrado instalar el sistema de âBiopsias por Aspiración con Aguja Finaâ (BAAF) en todos los municipios de la sudoriental provincia de Granma. Así también, extendieron al útero sus pesquisas y más recientemente al pulmón, hígado y la tiroides. Avanzó así, con un salto de gigantes, el esfuerzo para arrancar a mujeres y hombres de las garras del cáncer. En todos los municipios de la provincia de Granma, incluso los más alejados de la capital, el Dr. Serrat Gómez se avala de aparatos de ultrasonido. Los Médicos de Familia pueden detectar así cualquier anomalía, indicativa de que será preciso realizar una biopsia con aguja fina. Con este sistema se consolidó aún más el trabajo de detección temprana de neoplasias en la mujerâ¦. y ahora también en el hombre. A principios de este año, el vivaz médico granmense habló con sus compañeras de trabajo en el Hospital Provincial, incluyendo a las médicas, y las convenció de que se sometieran a una revisión. Para sorpresa general aparecieron cuatro casos positivos: tres de ellos de médicas del servicio hospitalario. La cuarta era, nada menos, que una de las integrantes de su propio colectivo. “De lo que se trata, dice Francisco Serrat Gómez, es lograr una detección más temprana cada día, con lo cual se reduce el riesgo de un desenlace fatal. Es cada vez menor el tamaño de los nódulos infectados que encontramos, lo cual equivale a mayores posibilidades de curación de esta terrible enfermedad. “Ahora trabajamos por lograr que la provincia de Granma disponga de un servicio de radioterapia, para que los pacientes que lo requieran no tengan que viajar a Santiago de Cuba o a Camagüey”. âEstoy viva de puro milagroâ, dice Caridad Hechavarría en su hogar bayamés junto a su madre, Pausides Castillo. Bañándose hace siete años se detectó ella misma una zona dura junto a un seno. Mediante una punción con aguja fina, el doctor Serrat Gómez localizó un ganglio contaminado. Una rápida intervención quirúrgica resolvió el problema. Hoy Caridad está viva gracias a ese tratamiento. Su madre, también afectada por un nódulo canceroso, está bajo cuidados médicos. âMe siento feliz de que mi país disponga de un sistema de salud dirigido a proteger a la población, y de que haya médicos, como Paquitín, consagrados a esta noble tareaâ, dice Caridad Paquitín es parco de palabras. Pertenece al bando de los que callan y hacen. Estoy seguro de que la medicina cubana recogerá con letras de oro este esfuerzo suyo y de un reducido grupo de colaboradores, que han conseguido salvar las vidas de miles de granmenses en la última década. Y en ese capitulo también estarán quienes lo han apoyado dentro y fuera del archipiélago cubano, y muy en particular la catalana Fundación Humanitaria Dr. Trueta y el PNUD-PDHL/Cuba, que apostaron por la salud y la felicidad humanas, divisa de Paquitín y sus valiosos colaboradores en el Hospital Provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, y demás instituciones de salud en la provincia de Granma. Respondo ahora a mi pregunta original: todos ellos comparten el honor de lo que resulta ser una singular y hermosa proeza humanitaria. |