¿Oportunismo o adaptación al devenir de los tiempos? El 20 de enero, Barack Obama se convirtió en el primer afroamericano en asumir la presidencia de Estados Unidos y Disney anuncia, para el 11 de diciembre, su primera película con una princesa negra.
"La princesa y la rana" será el nombre de la nueva fábula animada, que tiene como protagonista a una princesa llamada Tiana que vive en el barrio francés de Nueva Orleans en la era del jazz. En un estilo de musical de Broadway, la película se basa en el cuento de hadas del mismo nombre que popularizaron los hermanos Grimm. Y cuenta la historia del príncipe Naveen, que es transformado en una rana por un brujo y le pide a una camarera afroamericana que rompa el hechizo dándole un beso. Pero la cosa se complica y el hechizo, en vez de romperse, alcanza a Tiana quien, convertida también ella en una rana, deberá encontrar a una sacerdotiza que logre devolverlos a su forma humana.
Según pudo saberse, el mensaje de la película --la 49° de la factoría de animación Disney y la primera desde 2004 en el método de animación tradicional-- será que a una chica no la basta encontrar un príncipe azul para ser feliz, sino que necesita conciliar el amor y la carrera. Y habrá además una apuesta a la relaciones interraciales ya que el príncipe sí será blanco.
Es que la etnia de la nueva heroína será ineludible a la hora de los comentarios sobre el filme --que contará en su casting con las voces de John Goodman y Oprah Winfrey--, ya que los personajes afroamericanos que no corresponden al supuesto modelo de "americano medio" estuvieron excluidos de la mayoría de las producciones de Disney. Y es significativo, además, que se incluya como primera protagonista negra a una "princesa", la serie de personajes que más éxitos --y negocios-- le han redituado a la compañía entre sus pequeñas seguidoras.
Influidos por el avance del estereotipo de la muñeca Barbie entre las nenas, los ejecutivos de la Disney tuvieron reflejos para "reciclar" a varias de sus chicas más populares de todos los tiempos, y convertirlas en otro emblema, bello y modernizado, para las nuevas generaciones. Así, por ejemplo Blancanieves, la primera princesa de los estudios, parece recién nacida aunque ya tiene 72 años, al igual que Aurora (de "La Bella Durmiente"), de cuya creación se cumplieron este año cuatro décadas (y se celebraron con un DVD remasterizado del original).
Hoy, niñas de todo el mundo consumen películas, juegos, muñecas y artículos de merchandising de lo más diverso de las Princesas Disney. Sin embargo, es muy llamativo que, en las imágenes de la mayoría de estos productos, las que manden son las seis princesas "principales": Cenicienta, Blancanieves, Aurora, Bella, Ariel y Yazmín. En el reparto secundario del negocio están Pocahontas y Mulan, las verdaderas princesas étnicas (a Yazmín, de Aladino, es muy difícil reconocerle los rasgos árabes), la hija de un cacique indígena y la muchacha china que desafía a la sociedad imperial vistiéndose de hombre. Quizás Tiana logre hacerse un lugar de privilegio en este podio palaciego, empujada por la "Obamamanía" que reina en buena parte del planeta.