Por Luis Tornés Aguililla. Febrero de 2008.
Ricardo Alarcón de Quesada ha dicho, en La Habana y en este mes de febrero de 2008 que " Si todo el mundo, los 6.000 millones de habitantes pudieran viajar a donde quisieran, la trabazón que habría en los aires del planeta sería enorme" a lo cual yo agrego que, si los ahogados en Estrecho de la Florida resucitaran, quizá el dolor ante la ofensa del Estado liberticida que este señor representa sería menos cruel.
¡ Pero qué va !, esa tropa a la que pertenece Alarcón de Quesada tiene un terrible temor.
El temor de ellos es que la situación se les vaya de las manos y que, de momento, los cartelitos que aparecen en Morón, allá en Camagüey y en otros lugares de la isla, den paso a acciones más explícitas contra la dictadura dejando en claro que aquello de salir de Cuba o de entrar a ella libremente ya no es tan fundamental como que la sarta gobernante se marche para siempre del poder.
El equipo de Raúl Castro lleva meses dándole vueltas a ese tema-señuelo a través de Silvio Rodríguez y de otros agentes de influencia con el fin de preparar la opinión cubana a constatar de que "con Raúl si van a cambiar las cosas" aunque los presos políticos sigan pudriéndose en las cárceles y que el país se llene de marabú mientras Alarcón, Raúl y los otros se ocupan del níquel cubano junto a las otras encomiendas : turismo, venta de información, etc.
Ricardo Alarcón de Quesada ofende a los cubanos que han tenido que vivir encerrados en la tierra que los vio nacer sin nunca haber podido marcharse del infiernal sistema que él, los hermanos Castro y banda pusieron a funcionar a partir de 1959 gracias a la URSS.
¡ Doctor, La Libertad es una, única e indivisible !. Usted lo sabe perfectamente y, si la salud le permite espera un poquito, lo podrá comprobar.
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