Cirugía de campaña.
Por: Pablo Pacheco Ávila
Prisión Provincial Canaletas, Ciego de Ávila, Cuba., 30 de abril de 2009, (SDP) El absceso detrás de la oreja derecha y un insoportable dolor, además de una severa inflamación sin el alivio de antibiótico alguno, llevaron a la desesperación al preso común Pedro Julio Ferrer Rodríguez, “Periquín”. Luego de ir en par de ocasiones de forma infructuosa al Cuerpo de Guardia (posta médica) de la Prisión Provincial Canaletas, en Ciego de Ávila, no encontró solución para su problema. Los galenos en las prisiones están para ‘casos corrientes’.
Prisión Provincial Canaletas, Ciego de Ávila, Cuba., 30 de abril de 2009, (SDP) El absceso detrás de la oreja derecha y un insoportable dolor, además de una severa inflamación sin el alivio de antibiótico alguno, llevaron a la desesperación al preso común Pedro Julio Ferrer Rodríguez, “Periquín”. Luego de ir en par de ocasiones de forma infructuosa al Cuerpo de Guardia (posta médica) de la Prisión Provincial Canaletas, en Ciego de Ávila, no encontró solución para su problema. Los galenos en las prisiones están para ‘casos corrientes’.
Entonces, decidió operarse en la galera 43, del destacamento 3 de esta prisión. El cirujano a cargo de semejante disparate fue el recluso común Ismael Hernández Gómez, ‘El Calvo’. Su enfermero, el recluso Del Sol. Para completar el team quirúrgico se sumó el también recluso Jaime Sánchez Gracial. Este último fue encargado de llevar el tiempo de duración de la increíble intervención quirúrgica.
La hazaña comenzó a las 11, 07 PM. Concluyó 2 minutos y 45 segundos más tarde. El Calvo cortó el forúnculo de Periquín con una cuchilla de máquina desechable de afeitar. Esta fue desarmada por Del Sol, (el propietario) quien la desarmó y sacrificó, al estar previamente destinada a afeitar sus partes privadas. En aras de esto, lavó la cuchilla y también el corte en Periquín en la ‘canoa’. Este es un depósito con una forma que remeda una canoa de indios o quizás una bañadera, donde se colecta el agua para el baño, para lavar y para el resto de las necesidades de 27 presos.
Según el improvisado cirujano, la operación fue un éxito. El algodón para curar y detener la sangre, fue papel sanitario. Miren si estos muchachos son locos, que el salón de operaciones escogido fue el baño turco. Lo hicieron para aprovechar la claridad de una bombilla y para que el desbarajuste fuera menor en la galera. Por temor a una complicación, regalé a Periquín pomada triple antibiótico, la cual sanó una lesión que padecí en una pierna.
A la mañana siguiente, el atrevido cirujano revisó la herida de Periquín y miren si la anatomía humana es agradecida, que dijo sentir menos dolor. La inflamación ha descendido de forma increíble.
Ahora algunos embullan a Jorge Toledo Ortiz para que El Calvo le opere una bola detrás del cerebro. El pobre lleva tiempo detrás de militares y carceleros rogándoles para ser atendido por un cirujano.
Espero que Toledo Ortiz no pierda la cabeza y acepte la propuesta. Ruego a Dios porque Periquín responda favorablemente en las próximas horas