Las autoridades de la región autónoma del Tíbet señalaron hoy que sufren la mayor sequía de los últimos 30 años, informó la agencia oficial de noticias china Xinhua.
Según las fuentes, la sequía prolongada ha afectado a cinco de las seis prefecturas del Tíbet, 26.500 hectáreas están dañadas, 793 destrozadas y 13.601 cabezas de ganado han muerto.
El director de la Administración de Meteorología Regional del Tíbet, Zhao Yiping, aseguró que nueve centros meteorológicos informaron de que desde hace 226 días consecutivos no se registran lluvias de provecho.
"La superficie afectada representa el 15,3 por ciento del total de la región y los termómetros han subido entre 0,4 y 2,3 grados centígrados por encima de lo habitual en otros años", explicó el experto.
En el altiplano tibetano, con una altitud media de 4.000 metros, se amplifican los efectos negativos del calentamiento global, debido a que se trata de una zona más sensible a los cambios de temperatura.
Ante esta situación, la Administración tiene previsto provocar próximamente lluvia artificial con el objetivo de paliar los efectos de la sequía.
La lluvia es provocada lanzando desde tierra o por avión cartuchos con yoduro de plata a las nubes. El yoduro de plata es un catalizador que al contactar con las nubes genera una reacción química que libera el hidrógeno y éste, junto al oxígeno de la atmósfera, produce agua o nieve, según la temperatura.
Por otro lado, esta semana el gobierno regional del Tíbet anunció un plan de 15.500 millones de yuanes (2.300 millones de dólares, 1.640 millones de euros), provenientes del Ejecutivo central, que se aplicará hasta 2030, en un intento de frenar la pérdida de este sistema ecológico único.
Con el plan antidesertización, que incluye proyectos de reforestación, las autoridades esperan que el proceso de desertización se frene el año próximo y que en 2020 la mitad del desierto haya revertido su tendencia y sea recuperable.
Articulo del diario la opinión.
Saludos de Mercedera.