Cuba: Benditas las evidencias
Ahora
mismo, la Cuba bloqueada, la Cuba sin apenas recursos, la cuba de las
limitaciones y las escaseces, vuelve a sacar de donde no hay y ante la
amenaza del virus de la influenza A (H1N1)
Elías Argudín Sánchez |
Para Kaos en la Red |
Hoy a las 2:56 | 214 lecturas | 8 comentarios
Personal medico en la atencion personalisada a cada paciente
Los
cinco días que pasé en el Centro de convenciones de Cojímar se han
anclado de tal manera en mi memoria (también el corazón), que ya no
habrá fuerza, maña o persona que logré echarlos. Piensan mal aquellos
que se imaginan una estancia de vacacionista a todo lujo. También se
equivocan los que tienen el pensamiento puesto en un evento que le
carga las pilas a full a los participantes y le ofrecen al periodista
la posibilidad de dar el gran notición y lucirse, sacar partido para el
momento y también en lo adelante; aprender…
La instalación,
convertida en una suerte de lujoso hospital, me acogió a mí, como a
tantos otros en calidad de paciente, con lo cual sacaba a flote, con
fuerza arrasadora, lo que, amén de los esfuerzos, campañas mediáticas y
calumnias de los enemigos, es ya de por sí, una verdad de Perogrullo:
la vida del más humilde de los ciudadanos en esta Isla es la mayor de
las prioridades, Cuba, potencia médica, sí…
Decía alguien, con
mucha razón, que no es mejor padre aquel que puede ofrecer (y ofrece)
más a sus hijos. Buen padre, mejor padre es aquel que tal vez da poco,
pero lo da todo, sin distingo ni escatimo, ni pedir nada a cambio. Lo
mismo sucede con los amigos y también los Estados. Ahora mismo, la Cuba
bloqueada, la Cuba sin apenas recursos, la cuba de las limitaciones y
las escaseces, vuelve a sacar de donde no hay y ante la amenaza del
virus de la influenza A (H1N1)
Ahora mismo, la
Cuba bloqueada, la Cuba sin apenas recursos, la cuba de las
limitaciones y las escaseces, vuelve a sacar de donde no hay y ante la
amenaza del virus de la influenza A (H1N1) pone otra vez por delante la
salud de su gente. No importa cuánto dinero y si motel, centro de
convenciones e, incluso, una escuela (que para eso tenemos bastantes)…,
convertidos en centros asistenciales por el tiempo que se haga
necesario.
No importa cuánto dinero y si motel,
centro de convenciones e, incluso, una escuela (que para eso tenemos
bastantes)…, convertidos en centros asistenciales por el tiempo que se
haga necesario. Hablo de personas que son llevados a esos lugares por
la simple sospecha de que puedan estar contagiados. Es una medida
preventiva que está costando millones. Y no conozco las estadísticas,
pero no son pocos quienes después de los exámenes resultan ser
descartados.
Sin embargo, mientras dura el período de
reclusión, con lo único que se tiene un criterio más selectivo es con
el Tamiflú o Zantac, el medicamento específico para combatir la
enfermedad. Y si bien lo otro nada tiene que ver con lujos excesivos,
incluye lo necesario para vivir, sobreponerse e incluso, algo más. En
mi caso particular, no puedo dejar de mencionar por admirable, la
dedicación de médicos consagrados y otros de apenas 20 años, quienes
asumen de manera voluntaria.
Tampoco de las enfermeras y el
personal de servicio, en este caso, las camareras del Centro de
Convenciones que gustosamente dieron el paso al frente. Al respecto una
anécdota. Con una de ellas hablábamos de los riesgos que entrañaba la
actividad que ahora realiza y al respecto le preguntamos si ello
implica un aumento salarial. Ante lo cual su respuesta fue ágil, gentil
y tajante: "No todo en la vida es dinero. Imagínate si los médicos
pensaran de modo diferente."
Los cubículos, espaciosos, con
televisor, aire acondicionado y teléfono, nada tienen que envidiar a
los de un hotel. El alimento incluye desayuno, merienda, almuerzo,
merienda, comida y merienda antes del sueño; variado, decoroso y con la
mejor calidad. Las atenciones, además del registro de los signos
vitales cada cuatro horas (día y noche), llegaban hasta el cambio
diario de la ropa de cama y la toalla. Eso para no hablar de los
medicamentos y las pruebas diagnóstico.
No digo más. Solo me
permito al agradecimiento directo a los galenos Juan Carlos Cortinas,
Marianela Consuegra y Keyla Montalvo, esta última, espacialísima por un
montón de razones. Y, claro está, también a los otros. Benditos sean
ellos y sus colegas. Bendita sea una Revolución como la nuestra.
Bendito sea Fidel y su pueblo. ¡Son demasiadas las evidencias!