Un funcionario de una empresa fachada de la CIA
y la USAID que financia la desestabilización en Venezuela fue detenido
en Cuba mientras repartía recursos a la contrarrevolución
El gobierno cubano confirma la detención de un contratista estadounidense
Hace
pocas horas el gobierno de Cuba ha confirmado la detención de un
ciudadano estadounidense el 5 de diciembre pasado. Según el presidente
de Cuba, Raúl Castro, “el enemigo está tan activo como siempre, muestra
de ello es la detención en días pasados de un ciudadano estadounidense,
eufemísticamente denominado en declaraciones de los voceros del
Departamento de Estado como 'contratista' de su gobierno.”
El presidente Raúl Castro confirmó lo que había revelado el New York Times
en un artículo publicado el 12 de diciembre. La persona detenida,
aparentemente estaba trabajando para la empresa contratista Development
Alternatives, Inc. (DAI), bajo un programa de la USAID. DAI ha
confirmado que uno de sus subcontratistas fue detenido en Cuba. Según
el presidente Castro, el estadounidense estaba involucrado en el
“abastecimiento ilegal con sofisticados medios de comunicación vía
satélite a agrupaciones de la 'sociedad civil' que pretenden crear en
contra de nuestro pueblo.”
El New York Times reveló que
un contratista del gobierno de Estados Unidos fue detenido en la Habana
el 5 de diciembre pasado mientras repartía teléfonos celulares,
computadoras y otros equipos de comunicación a grupos de la
contrarrevolución. Development Alternatives, Inc. (DAI) es uno de los
grandes contratistas del Departamento de Estado, el Pentágono y la
Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID).
El
año pasado, el Congreso de Estados Unidos aprobó 40 millones de dólares
para “promover la transición a la democracia” en Cuba. A DAI se le
otorgó el contrato principal, el “Programa de Democracia en Cuba y
Planificación de Contigencia”, que además autorizaba el empleo de
subcontratistas supervisados por la empresa DAI. El uso de una cadena
de organismos es un mecanismo que emplea la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) para canalizar y filtrar fondos y apoyo político y
estratégico a grupos y personas que promueven su agenda en el exterior.
DAI en Venezuela
DAI fue contratado en junio 2002
por la USAID para manejar un contrato multimillonario en Venezuela,
justamente dos meses después del fracaso del golpe de Estado contra el
Presidente Hugo Chávez. Antes de esa fecha, la USAID no operaba en
Venezuela, ni mantenía oficinas en el país. DAI se encargó de abrir la
Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI, por sus siglas
en inglés), un brazo especializado de la USAID encargado de distribuir
fondos multimillonarios a organizaciones favorables a los intereses de
Washington en países estratégicamente importantes que transitan por una
crisis política.
El primer contrato entre la USAID y DAI para
sus operaciones en Venezuela autorizaba el gasto de 10 millones de
dólares por un periódo de dos años. DAI abrió sus puertas en el sector
financiero de Caracas, El Rosal, en agosto de 2002, y comenzó
inmediatamente a financiar los grupos que hacía apenas unos meses
habían perpetrado –sin éxito– el golpe de Estado contra el Presidente
Chávez. Los fondos de la USAID/DAI en Venezuela se repartieron durante
ese primer año a organizaciones como Fedecámaras y la Confederación de
Trabajadores Venezolanos (CTV), dos de los principales grupos que
ejecutaron el golpe en abril 2002 y luego encabezaron un sabotaje
económico, paro petrolero y guerra mediática con el propósito de
derrocar al gobierno venezolano. Un contrato entre DAI y estas
organizaciones, de diciembre de 2002, otorgaba más de 10.000 dólares
para el diseño de propaganda en radio y televisión a favor de la
Coordinadora Democrática, la coalición de las fuerzas opositoras contra
el Presidente Chávez.
En febrero de 2003, DAI comenzó a
financiar a un grupo recién creado de nombre Súmate, liderada por María
Corina Machado, que fue una de las firmantes del “Decreto Carmona”, el
famoso decreto que disolvió todas las instituciones democráticas de
Venezuela –la Asamblea Nacional, el poder Ejecutivo y el Tribunal
Supremo de Justicia, entre otras– durante el golpe de Estado de abril
2002. Súmate luego se convirtió en el principal organismo de la
oposición que diseñaba y coordinaba las campañas electorales,
incluyendo el referendo revocatorio contra el Presidente Chávez en
agosto de 2004. Los tres principales organismos de Washington que
operaban en Venezuela en aquel momento, la USAID, DAI y el National
Endowment for Democracy (“NED”), invirtieron más de 9 millones de
dólares en la campaña de la oposición durante ese referendo, sin éxito.
La USAID en Venezuela, que aún mantiene su principal presencia a
través de la OTI y DAI, tenía prevista una estadía de no más de dos
años en el país. El entonces jefe de la OTI en Venezuela, Ronald
Ulrich, afirmó públicamente al comenzar sus labores en agosto de 2002
que “Este programa se habrá terminado en dos años, como ha sucedido con
iniciativas similares en otros países; la oficina se cerrará
transcurrido ese período de tiempo”. Técnicamente, las OTI son equipos
de respuesta rápida de la USAID, equipados con altas cantidades de
fondos líquidos y un personal especializado para “resolver una crisis”
de manera favorable a Washington. En el documento mediante el cual se
estableció la operación de la OTI en Venezuela, se explicaban
claramente los objetivos: “En los últimos meses, su popularidad ha
decrecido y las tensiones políticas se han incrementado dramáticamente,
ya que el presidente Chávez ha puesto en práctica varias reformas
controvertidas… La situación actual apunta fuertemente a una
participación rápida del gobierno de Estados Unidos…”.
Hasta la
fecha, la OTI aún permanece en Venezuela, con DAI como su principal
contratista, pero ahora con cuatro entidades más que comparten la torta
multimillonaria de la USAID en Caracas: el Instituto Republicano
Internacional (IRI), el Instituto Demócrata Nacional (NDI), Freedom
House, y la PanAmerican Development Foundation (PADF). De los 64 grupos
que financiaban en 2004 con 5 millones de dólares anuales, hoy
financian a más de 533 organizaciones, partidos políticos, programas y
proyectos de la oposición con un presupuesto por encima de los 7
millones de dólares anuales. Su presencia no solamente ha permanecido
en el país, sino que también ha crecido. Obviamente esto se debe a una
razón muy sencilla: aún no han logrado su objetivo original, que es
derrocar al gobierno de Hugo Chávez.
Development Alternatives Inc. es una fachada de la CIA
Ahora
aparece en Cuba este organismo de la desestabilización, con fondos
multimillonarios destinados a la destrucción de la Revolución Cubana.
El antiguo funcionario de la CIA, Phillip Agee, afirmó que DAI, tanto
como la USAID y la NED, “Son instrumentos de la embajada de Estados
Unidos y detrás de esas tres organizaciones está la CIA”. De hecho, el
contrato de la USAID con DAI en Venezuela decía específicamente que “El
representante local mantendrá una estrecha colaboración con los
funcionarios de la embajada para identificar oportunidades, seleccionar
colaboradores y garantizar que el programa mantenga su coherencia con
la política exterior de Estados Unidos”. No deja duda sobre su trabajo
de captación de agentes al servicio de los intereses de Washington, ni
que su presencia y sus actividades están directamente coordinadas por
la embajada de Washington.
La detención del funcionario de DAI
es un paso muy importante para frenar las acciones de desestabilización
de Cuba dirigidas por Washington. También demuestra que no hay ningún
cambio con la administración de Barack Obama en cuanto a la política de
Washington contra Cuba –sigue empleando y utilizando las mismas
tácticas de espionaje, infiltración y subversión como en los años
anteriores-.
Venezuela también debe expulsar a DAI del país
Ahora
que en Cuba se ha puesto al descubierto el trabajo de inteligencia
(captación de agentes, infiltración en los grupos políticos y entrega
de recursos para promover la desestabilización, son actividades de
inteligencia) que realizaba DAI en la isla caribeña, el gobierno de
Venezuela debe responder de manera contundente para sacudir de su país
esta grave amenaza interna que durante siete años y medio ha alimentado
con más de 50 millones de dólares a la desestabilización y la oposición
interna.
No está de más comentar que en Estados Unidos hay
cinco ciudadanos cubanos presos por supuestos actos de espionaje,
aunque sus acciones no atentaban contra los intereses estadounidenses.
Al contrario, el funcionario detenido de la DAI –una fachada de la CIA–
sí estaba atentando contra los intereses de Cuba, promoviendo la
desestabilización interna y repartiendo –de forma ilegal– materiales y
recursos de Washington que estaban destinados a alimentar un conflicto
que provocaría “una transición política” favorable a la agenda de
Estados Unidos.
Development Alternatives, Inc. es uno de los
contratistas de Washington más grandes del mundo. Actualmente tiene un
contrato de 50 millones de dólares en Afganistán. En América Latina
opera en Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú, República
Dominicana y Venezuela.