Por: Maggie Marín
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...Aunque nadie me dijo que a ti te lo dé, como dice el tumbáo, lo haré de cualquier forma, porque allí comienza hoy otra cita magna (la VII y extraordinaria) de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, un mecanismo integrador substancial y diferente a todas las tentativas unitarias anteriores, llámense MERCOSUR, Pacto Andino o Sistema de Integración Centroamericana. Nada que ver.
Algunos entendidos en la materia a quienes he podido entrevistar e incluso intercambiar criterios son cautelosos con el ALBA. ¿Qué debe aceitar mejor sus mecanismos y como se dice en cubano, hacerse sentir? Cierto. A los periodistas nos gusta más ver y reportar hechos concretos que apelar a la retórica vana. ¿Que tiene mucho, muchísimo que hacer por delante? Lógico. Pero acumula apenas 5 años de fundada y que el sólo hecho de que sus elementos solidarios hayan logrado que casi dos millones de latinoamericanos puedan volver a ver (con la Operación Milagro), que tres millones y medios ya no sean analfabetos (la propia UNESCO ha refrendado que Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador son hoy por hoy territorios libres de analfabetismo)y que más de 6 mil 693 jóvenes de diversos países se graduaran de médicos (actualmente estudian la carrera más de 40 mil estudiantes), es ''lo nunca visto''.
Esencialmente porque en una región como la nuestra, con más de 200 millones de pobres, 53 millones de hambrientos, y una larga y triste historia de despojo y latrocinio, lo anterior era un sueño.
La gran verdad, sin oratoria ni pedantería es que los entes integradores arriba aludidos solo se ocuparon del comercio y de asuntos aduanales, en fin de los negocios y de esa economía de mercado que como dice Eduardo Galeano lo que hace es fijar el precio de la gente y otras mercancías. Con políticos que eran hombres de siete meses y penetrada por las transnacionales (lamentablemente lo sigue estando) hasta la misma médula, la realidad de América Latina en este asunto vital no había podido ser de otra forma.
Debieron nacer, luchar para cumplir sus misiones en la vida y conocerse, Fidel Castro y Hugo Chávez, para que la integración latinoamericana empezara a bordear lo que soñaron Bolívar y Martí. Así, cuando emergió el ALBA, en La Habana, en 2004, salvo sus fundadores nadie dedujo a derechas que estaba surgiendo un mecanismo llamado a convertirse en plataforma de la más audaz, original e inédita integración económica, política, social y cultural que pudiera pensarse.
La utopía empezó a andar. Y anda. Ahora muchos quieren que el ALBA llegue a la mesa, a los estantes de los mercados (sobre todo los de la libreta), a las perchas de las tiendas de ropas, a las peleterías, etc., etc., etc. ¡Caramba! ¡Yo también! Claro que todos estamos ansiosos, que queremos que el ALBA camine con botas de siete leguas.
Pero vea usted apenas dos ejemplos: hoy en Cuba muchos que perdieron sus viviendas el año pasado, cuando la Isla fue desbastada por tres ciclones, viven seguros y confortables en ''petrocasas'', y varias regiones o municipios como Sandino, en la occidental Pinar del Río, están siendo objeto de inversiones y mejorías enfocadas en el desarrollo de los territorios y en la calidad de vida de sus pobladores.
Lo grande, lo mayúsculo, no se ve, pero está ahí, como las empresas mixtas que van abriéndose paso y los buques mercantes operados de forma binacional. Y también son puros ejemplos. ¡Como lo es el cable de fibra óptica de mil 630 kilómetros que unirá a Cuba con Venezuela y que ayer mismo comenzó a ser instalado!
Para el ministro venezolano de Ciencia y Tecnología, Jesse Chacón, ese cable será sobre un elemento vital de las relaciones entre ambos países. Para nosotros será sangre fresca y rauda en nuestras venas, para dejar atrás la lentitud que sufrimos a diario cuando estamos en la red de redes. Recordemos que al presente el acceso de Cuba a Internet es por vía satelital, costosa y limitada, porque depende de una banda estrecha.
Este ''cable de nuestros sueños'' que como la sirenita reposará en el fondo del mar y será inaugurado en 2011 (la conexión será a través de dos pares de fibra óptica a cargo de la empresa mixta Telecomunicaciones Gran Caribe formada por Telecom Venezuela y Transbit de Cuba), costará casi 63 y medio millones de dólares y tendrá una capacidad de 640 giga bites, lo que multiplicará por 3 mil la conexión de la Isla con el exterior.
¿Luego entonces, camina o no camina el ALBA?
* Periodista de la revista centenaria cubana Bohemia