La
CIA y las agencias gubernamentales, con un presupuesto operativo de US$ 60.000
millones y decenas de miles de agentes diseminados con tecnología informática de
última generación por el planeta aún no pudieron descubrir el mítico
"refugio" de Bin Laden hipotéticamente situado en la frontera de Afganistán
con Pakistán.
También resultó "impotente" para
ubicarlo (pese a que supuestamente el líder de Al Qaeda se vale de la web para
enviar sus mensajes) el sistema ECHELON, considerado la mayor red de espionaje y
análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia.
Controlado por la comunidad UKUSA
(Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, y Nueva Zelanda), ECHELON
puede capturar comunicaciones por radio y satélite, llamadas de teléfono,
faxes y e-mails en casi todo el mundo e incluye análisis automático y
clasificación de las interceptaciones.
Para la cadena británica BBC
"La teoría que se ha desarrollado en la web desde los ataques del 11 de
Septiembre contra EEUU, asegura que los mensajes de Bin Laden desde
entonces son fabricaciones de los servicios de inteligencia para crear un
símbolo malévolo y así justificar la denominada guerra contra el terror en
Afganistán, Irak y en casa".
Bruce Riedel, un ex alto funcionario de la Agencia Central de Inteligencia
estadounidense (CIA), y que ha visto la inteligencia disponible sobre Osama,
afirma ante la BBC que la pista (sobre Bin Laden) no se ha enfriado, más bien se ha congelado.
“No tenemos ni idea donde está”, dice.
Los expertos han analizado muchas imágenes de Osama bin Laden,
se han retransmitido varios mensajes de video de Osama pero su autenticidad
siempre ha estado en duda, señala la BBC.
La veracidad de todos estos videos es cuestionada por David Ray Griffin, antiguo
profesor de teología y miembro del Movimiento por la Verdad sobre el 11-S, quien
también duda de las versiones oficiales sobre estos ataques.
"No puede demostrarse que ninguno de ellos sean auténticos. Se
ha probado que al menos tres de ellos casi seguro son falsos”,
afirma.“Y si alguien está fabricando videos de Bin Laden, eso nos hace
pensar que todos los videos y cintas suyas han sido falsificadas”,
añade.
Su primer ejemplo es un video dado a conocer por el departamento de Defensa de
EE.UU. en diciembre de 2001. En él, Bin Laden confiesa estar detrás del 11-S,
pero Griffin destaca que al-Qaeda pocas veces ha admitido la autoría de estos
ataques.
También mantiene que la figura de Bin Laden es muy diferente a la de tomas
anteriores: aparece más gordo, sus dedos son más cortos y hasta escribe con la
mano equivocada.
La mayoría de las declaraciones de Bin Laden están sólo en audio. Sólo en dos de
ellas desde 2001 Osama aparece hablando.
Griffin afirma que ambas son falsas.
Argumenta que el video retransmitido en octubre de 2004, a pocos días de las
elecciones presidenciales estadounidenses, carece de la retórica religiosa
contenida en sus declaraciones anteriores.
Griffin lo llama “Barba negra: la cinta terrorista”.
La famosa barba gris de Bin
Laden se sustituyó por una más corta y negra, y hay varias tomas en las que Bin
Laden sigue hablando pero su imagen se congela.
Robert Baer, un ex agente de la CIA también cuestiona su autenticidad, aunque
descarta que sea una conspiración de las agencias de inteligencia occidentales,
más bien sería un video falsificado por al-Qaeda.
“Puedes manipular digitalmente la voz para que diga cualquier cosa.
Puedes cambiar los meses y los años, puedes grabar las vocales y las sílabas y
ponerlo en una cinta y manipularla”, añade.
La BBC pidió a Andy Laws, un ex analista de imágenes de la fuerza aérea
británica, que llevara a cabo un examen forénsico, comparando una cinta no en
disputa de Bin Laden en 1998 con las de 2001 y 2007.
Afirma que el hecho de que Bin Laden aparezca más gordo en la cinta de 2001
se
debe al proceso de edición, en concreto cuando se añadieron subtítulos y la
imagen quedó aplastada. Su conclusión es que todos los videos son de la misma
persona: Bin Laden.
Bin Laden ha hecho 40 declaraciones desde el 11-S y muchas de ellas incluyen
claras referencias a acontecimientos contemporáneos. En dos recientes que
salieron a la luz el año pasado, menciona al presidente estadounidense Barack
Obama.
Mike Scheuer, el ex funcionario de la CIA que creó y lideró la unidad Bin Laden
dentro de la organización, dijo a la BBC que Bin Laden sigue vivo.
Las únicas imágenes comprobadas totalmente de Bin Laden son anteriores a los
ataques del 11-S.
“Cuando habla en las cintas de video, siempre menciona algo que hace referencia
a un acontecimiento bastante actual, le dice la BBC Mike Scheuer, el ex
funcionario de la CIA que creó y lideró la unidad Bin Laden dentro de la
organización.
La
leyenda rentable
El 11-S no solamente
instaló un nuevo sistema de control social por medio de la manipulación
mediática con el "terrorismo", sino que además inauguró un "nuevo orden
internacional" (sustitutivo de la "guerra fría") basado en la "guerra
contraterrorista"
que sirve de
justificación a las nuevas estrategias expansionistas del imperio norteamericano
y de las trasnacionales y bancos capitalistas.
Más allá de los análisis sobre la
veracidad o falsedad de los mensajes de Bin Laden, el uso de los atentados
terroristas atribuidos a su organización Al Qaeda ha posibilitado desde el 11-S
hasta aquí:
A) Lanzamiento de nuevas
conquistas militares de mercados justificadas en la "guerra preventiva contra
el terrorismo" y en la nueva doctrina de seguridad de EEUU emergente tras
los atentados del 11-S.
B) Nuevo ciclo de expansión de los
complejos militares y de las ganancias armamentistas con equipamientos, armas y
tecnología destinados a los "planes contraterroristas" tanto en las
potencias centrales como subdesarrolladas y periféricas.
C)
Aplicación de una nueva lógica represiva y de control político y social
(sustitutiva de las "dictaduras militares" setentistas) en los países
dependientes bajo el argumento del "combate contra el terrorismo".
Así como un edificio necesita de un
"mantenimiento constante" para preservar su estructura", la "guerra
contraterrorista" necesita de atentados y de "amenazas" constantes para
mantener su operatividad y alimentar su mística doctrinaria internacional.
Como en el planeta capitalista ya no
quedan guerras ni conflictos armados multiplicados (salvo Irak, Pakistán y
Afganistán), los complejos militares industriales y las armamentistas suplen esa
baja vendiendo tecnología y armas de última generación para "combatir al
terrorismo" a escala mundial.
Los atentados "terroristas" que se
suceden secuencialmente (desde
el 11-S hasta aquí) están
destinados a mantener viva a la maquinaria del negocio armamentista y a
preservar a la "amenaza terrorista" como principal instrumento de
manipulación para conseguir objetivos políticos y económicos.
Esa es una de las razones centrales
(entre otras) que alimenta la leyenda mediática de Bin laden.