"La estupidez, es lo más difícil de combatir"
a
la recesión, la llaman “crecimiento negativo”; los “crecimientos de los
PBI” están tomados con estadísticas y datos parciales; las debilidades
son presentadas como “decisiones de fortaleza”.
Mario Roberto Salvatierra |
Nota sobre internacional del órgano oficial del PRT |
17-1-2010
Dar
continuidad al análisis de la situación económica, política y social de
los países donde impera la burguesía imperialista central se torna un
poco repetitivo. La lucha de las ideas ha ganado su lugar preeminente.
No porque haya cambiado la realidad material, sino porque la burguesía
imperialista busca por todos los medios ocultar las verdaderas causas y
efectos de las contradicciones que la han arrastrado hasta la situación
actual. Oculta datos estadísticos, los falsea, los toma
unilateralmente, los proyecta, para demostrar que su crisis no tiene la
gravedad que realmente tiene. Traslada esos datos, que tomados en
particular nada demuestran y nada cambian, para hacer creer que “lo
peor ha pasado”. La cesación de pagos de Dubai, que ha Desaparecido de
los análisis y de las noticias, conmovió todo el andamiaje financiero
de la burguesía financiera. No se lo trató ni se lo analizó como la
cesación de pagos de un Estado. Es más: NADIE, ninguno de los
mercenarios analistas, hizo memoria sobre la intervención del Fondo
Soberano de Dubai en los salvatajes de varios bancos y en la compra de
cadenas de negocios en Inglaterra. ¿Será para no sembrar el pánico…?
La
burguesía financiera imperialista y sus socios de los países
periféricos apelan a una catarata de eufemismos: a la recesión, la
llaman “crecimiento negativo”; los “crecimientos de los PBI” están
tomados con estadísticas y datos parciales; las debilidades son
presentadas como “decisiones de fortaleza”.
Ya
hemos hablado de la situación de California, el primer y más importante
estado norteamericano, que enfrenta una situación de virtual quiebra.
Ahora está siendo usado por el gobierno federal y por el actor de
quinta, “su” gobernador, como banco de pruebas para experimentar los
“ajustes”, que tanto conocemos por estos pagos, sobre su propia
población. Como hemos visto en otro número, California, por sí sola,
era la séptima economía del mundo.
California,
territorio robado a México en 1848, en la incipiente expansión
imperialista norteamericana, ocupa un territorio de 410.000 km², sólo
superada por Alaska (comprada a los zares) y Texas (también robada a
México). Es el estado más poblado: 38 millones de habitantes. Del total
de la población, el 42,8% son blancos no hispanos; el 35,9% son
hispanos o latinos de cualquier color; el 12,3% son asiáticos y sólo el
6,2% son negros o afro-americanos. No es difícil imaginarse cuáles
serán las primeras víctimas... La “democracia más grande del mundo”
discrimina y sus primeras víctimas son los hispanos, los negros, todas
las minorías raciales. El desempleo real y el oculto crecen a un ritmo
sin precedentes. El fenómeno de la desocupación debe ser preocupante
para que uno de los diarios más importante, el New York Times,
desmienta las cifras oficiales tras desmenuzarlas: tomando en cuenta
las cifras oficiales, más los que trabajan medio tiempo, los que ya no
buscan trabajo y los que trabajan informalmente, el diario llega a la
conclusión de que la desocupación real casi duplica la que se da como
oficial. Los índices oficiales de desocupación en Estados Unidos son,
como en la Argentina, puestos en duda. Por ejemplo: para el New York
Times, la tasa de desempleo en California para junio-julio del 2009 era
de 20,3%. Oficialmente, se reconocía el 11,6%. Cuando el estado
norteamericano reconocía que la tasa de desocupación era del 9,5% en
todo el país -hoy esa tasa ha sido ampliamente superada-, el Centro
para los Estudios del Mercado de Mano de Obra (Labor Market Studies) en
la Universidad de Northeastern de Boston calculaba la cifra del
desempleo en 18,2%, casi el doble. John Williams, de la organización
Shadow Government Statistics, situaba la tasa del “desempleo
alternativo” en 20,6%, en juniojulio. Otros analistas norteamericanos
calculaban que la cifra de la desocupación real se situaba en el 18,7%.
En
junio julio del 2009, de acuerdo con los dichos de David Rosemberg, ex
jefe de economía sobre Estados Unidos de Merrill Lynch, “las cifras
oficiales relacionadas con los desempleados se han duplicado durante la
recesión hasta alcanzar los 14 millones, y si se toma en cuenta toda la
flojera que existe en el mercado de mano de obra, las cifras no
oficiales llegan a casi 30 millones, lo cual significa otro récord”.
Usando
un poco de lógica, si atamos la caída en los índices de consumo y la
pérdida de confianza del consumidor que no ha dejado de caer, podemos
inferir qué ocultan las cifras oficiales tan celosamente. También
podemos deducir que la pobreza ha ido en aumento, como la cantidad de
niños en la calle, las personas sin viviendas, etcétera, etcétera. El
estado burgués apela, como siempre, a los brutales ajustes: recortes en
la salud, educación, seguridad, los planes sociales, la ayuda a los
desamparados…
California además es un “banco de
pruebas” para las medidas de ajustes, que no son ni más ni menos
“salvajes” que los que se aplicaron en todos los países periféricos.
Son las únicas medidas que puede y debe aplicar una clase que defenderá
con uñas y dientes sus intereses de clase privilegiada, de clase
dominante, más aún cuando está condenada a muerte por la historia. Es
una estupidez, como clase, creerle una sola palabra a la burguesía.
Pero más estúpido aún es creerle a sus gobernantes: los administradores
más fieles de sus intereses. Es estúpido creer que los californianos se
quedarán con los brazos cruzados. No es abundar demasiado en el tema si
reiteramos algo tan elemental: la facción que domina el capitalismo es
el del capital financiero. Dicho en otras palabras, el dominio del
régimen capitalista de producción lo ejerce EL CAPITAL FINANCIERO.
Nunca en la historia ha estado tan centralizada la producción ni tan
concentrado el capital como en esta etapa del capitalismo. A esta
concentración del poder económico le corresponde una similar
concentración del poder político. La mayor concentración política se
corresponde con el FASCISMO. Estamos Asistiendo a los primeros
despliegues de políticas fascistas, a la fascitización del poder
político de la burguesía imperialista. Hacer memoria sobre dichos y
hechos de Mussolini, de Hitler y del emperador japonés puede ayudarnos
para hacer las comparaciones. El cinismo de Obama sólo es una pequeña
muestra; la catarata de mentiras, medias mentiras y medias verdades, es
otra.
Las adversidades no son privativas de la
burguesía imperialista norteamericana. Hace tiempo advertimos que la
madre de todas las burbujas estaba a punto de estallar. No sabíamos,
porque no conocemos demasiado de economía, en qué lugar comenzaría el
estallido, pero sí intuíamos que se daría a partir de las enormes
deudas fiscales y deudas externas que se retroalimentan una con otra.
Más arriba preguntamos por qué se oculta la cesación de pagos de Dubai,
por qué quisieron ocultar lo de Grecia. Estamos presenciando la
explosión de la burbuja de las deudas griegas aunque la quisieron hacer
pasar como un “acto de locura” de su pueblo. Debemos convenir en que la
explosión con enormes “disturbios” porque se cumplía un año de una
muerte por gatillo fácil era un poco incomprensible. Pero, ahora, se
entiende…
El “peligro” recién empieza y la
burguesía imperialista de la Unión Europea se encuentra en la
disyuntiva más grave de su corta vida: o acude al socorro de Grecia o
le suelta la mano y la deja caer. Cualquiera de las dos encierra los
mismos riesgos: si acude al “rescate”, prolongará la agonía y cundirá
el pánico; si el rescate no se hace y abandona a Grecia a “su suerte”,
puede provocar un impacto devastador en el resto de la Unión Europea.
El plan de ayuda a la burguesía griega puede seguir el ejemplo de lo
que ocurrió con otros miembros de la Unión Europea que no forman parte
del euro, como Hungría, Rumania o Lituania. “En estos casos el Fondo
Monetario Internacional intervino y otorgó créditos millonarios a estos
países, a cambio de que éstos llevaran a cabo estrictas políticas de
saneamiento”, dice el Financial Times Deutschland. La burguesía griega
está dispuesta a hipotecar la soberanía del pueblo griego, por más de
que el autodenominado “socialista” Papandreu diga lo contrario. Esto es
lo que el pueblo griego y su proletariado salieron a disputar en las
calles, no sólo el recordatorio del asesinato a manos de la policía del
adolescente Alexis Grigoropulos, de 15 años. Dejar “a su suerte” a la
burguesía griega golpearía su endeble base y se desmoronaría cual
castillo de naipes, arrastrando a “Portugal, Irlanda e Italia que
también han acumulado enormes cantidades de deuda pública”, así lo
señala el Financial Times Deutschland y se pregunta: “¿Quién seguiría a
Italia?”. Por lo pronto, el terremoto financiero que empezó en Dubai
sigue en Grecia y amenaza con extenderse. Ya está amenazando con
contagiar a España y Rusia. Está por verse cuáles son los países que
seguirán ampliando el oscuro panorama de las finanzas capitalistas.
Hasta
antes de la explosión en Grecia, las perspectivas de España se
consideraban “estables”, pero la Bolsa de Madrid cayó un 2.27% cuando
fue empujada por la decisión de Standard and Poor`s de llevar a España
de la condición “estable” a negativa. La decisión, según aclaró S&P
en un comunicado, se debe a “la expectativa de crecimiento del PBI
(Producto Bruto Interno) significativamente más baja y déficits
fiscales persistentes”...
Rusia está bajo
presión: el rublo cayó con fuerza frente al dólar y el euro. Algunos
analistas atribuyen estos fenómenos a la rapidez con que se están
retirando los fondos estatales de apoyo y proponen esperar porque la
economía está aún muy debilitada. Un círculo vicioso: si se retiran los
fondos, se resienten las finanzas privadas; si no se retiran, se
resienten las finanzas del Estado (finanzas públicas). De cualquier
manera, necesitan a los bomberos. El problema estriba en si los
bomberos tendrán suficiente agua para tantos incendios. No creemos que
dispongan de medios para cubrir tamaña catástrofe. Lo que sí está claro
es que la burguesía imperialista norteamericana todavía tiene
mecanismos para trasladar SU CRISIS hacia otros países. No es
casualidad: disponen, aunque debilitado, del dólar como moneda de
intercambio internacional. En otra de sus jugarretas, el capital
financiero presiona sobre la demanda de dólares y lo revaloriza
ficticiamente en detrimento de otras monedas. La rapacidad, lo hemos
dicho, es una de sus características sobresalientes. Ayer presionaba
sobre los cereales y las oleaginosas, sobre el petróleo y las materias
primas, aunque se le está estrechando su campo de maniobras.
Aun
suponiendo que existan los recursos para el “rescate” de Grecia y que
el proletariado y el pueblo griego acepten las leoninas y dramáticas
condiciones que inevitablemente les serán impuestas, tenemos que pensar
que Dubai y Grecia son sólo el comienzo. Todas las burguesías, europeas
o no, han concurrido asiduamente al casino de la timba internacional,
pero se olvidaron de que el intercambio de papelitos, tengan el valor
que le quieran imprimir, NO PRODUCE NI REPRODUCE EL CAPITAL Y, MUCHO
MENOS, CREA RIQUEZAS. Han gastado y siguen gastando muchísimo más de lo
que producen. Sin ninguna duda, los recursos no alcanzarán para tapar
el agujero que abrirán las explosiones previsibles de todos los estados
burgueses que han contraído deudas impagables. Están matando a la
gallina de los huevos de oro. Ni mucho más ni mucho menos significan
los más de mil millones de hambrientos que hay en el mundo. Lo mismo
significan los casi 50 millones de futuros desocupados que anuncian
desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) más los que hace
tres o cuatro generaciones que no saben ya lo que es trabajar. Para
ellos no hay futuro. Mejor dicho, sí lo hay. Y no es el que les están
indicando los “dirigentes”: la “inclusión” es un engaño. No hay ninguna
posibilidad de “inclusión”. La lucha es por la destrucción del régimen
de propiedad capitalista, la destrucción del Estado burgués, por la
Dictadura del Proletariado. Esta lucha es la única que puede garantizar
la inclusión de todos.
Los medios de
incomunicación de la burguesía piensan y creen que todo el mundo es
estúpido. Así como manipularon y manipulan la explosión de los griegos,
manipulan o intentan manipular las multitudinarias manifestaciones en
Italia. Es cierto que Berlusconi es un mafioso y un “putañero”, como
muchos que tenemos y hay en el mundo. Pero, por sobre todas las cosas,
es el representante y administrador de la burguesía financiera italiana
y europea. Es un burgués. Representa a la clase que está rifando el
futuro del proletariado y el pueblo italiano. Las manifestaciones, en
el fondo, son contra todo lo que representa, aunque hoy aparezcan como
el hartazgo frente a situaciones que colman la paciencia. Las pústulas
que hoy brotan en la superficie siempre estuvieron allí. La crueldad de
la crisis hoy las desnuda y son una muestra de que eso es en realidad
la clase dominante, pero también muestran que ése es el futuro que no
queremos. El cinismo que impera en el mundo de la política
internacional es un hecho que se contrapone con la creciente pérdida
del dominio de la información por parte de las empresas informativas
imperialistas.
Todos sabemos que el Comité de los
premios Nóbel entrega sus premios con un sesgo claramente político, por
lo menos y más visiblemente en el caso de los de la paz. Ha entregado
el Nóbel de la Paz a asesinos como Henry Kisinger, a quien más que
otorgarle premios habría que condenarlo a la horca, lo mismo que a
Obama, por no cumplir con sus promesas de cerrar Guantánamo, por
continuar los asesinatos en Irak y en Afganistán, por la manifiesta
complicidad con los golpistas de Honduras que están cometiendo crímenes
contra el pueblo hondureño y por todos los crímenes que cometen sus
servicios de inteligencia en todo el mundo. Deberían cambiarle el
nombre de “Nóbel de la Paz” por el de “Nóbel de la Guerra”. “Paz” no
es, no debe ser, un eufemismo de “asesinatos”. El comité, con su
actitud, está legitimando los crímenes de la burguesía financiera,
legitimando el fascismo. Está claro que no hay que pedirle peras al
olmo. Los Premios Nóbel son una institución burguesa. Sería raro,
extremadamente raro, que no se deslizaran por la pendiente de la
decadencia, porque el cinismo es una expresión de la decadencia
generalizada del poder burgués.
Por fin y luego
de muchas reuniones secretas, el títere de la Casa Blanca ha dado a luz
una nueva estrategia para “ganar” la guerra en Afganistán. En un
discurso que dejó a la izquierda al borrachín y drogón George Bush,
sostuvo que van a combatir a Al Qaeda. ¡Patético! Ocho años, miles de
soldados, miles de millones de dólares para combatir a no más de cien
integrantes de la red de Osama bin Laden. ¡Son inútiles! O son todas
mentiras. O son una combinación de ambas cosas. Estamos seguros de que,
como sucedió en casi todas las guerras, ésta la ganarán en los
decadentes estudios de Hollywood con actores filo-fascistas como Mel
Gibson, Chuk Norris y quizás el gobernador de California -si se
recompone de su artritis y de su prematura locura senil- porque hay que
estar loco para aprobar los ajustes que decretó, más aún, siendo un
norteamericano trucho, pues su país de origen es Austria.
Hamid Karzai y Barack Obama
La
“nueva estrategia”, que no tiene nada de nueva, se parece más a un
compromiso desesperado para evitar el inminente naufragio de la OTAN,
expresión militar de la Santa Alianza de la burguesía imperialista que
tiene como objetivo perpetuarse en la zona para dominarla. También
aquí, el “títere de la paz” miente. Reconoce que tiene en Afganistán
68.000 hombres, pero no habla del ejército privado que está compuesto
por casi el doble de esa cifra. Blackwater ha cambiado de nombre -ahora
se hace llamar “Xe”- pero no ha perdido las mañas. La guerra o mejor y
más precisamente los asesinatos, son un gran negocio para esta
“agencia” de reclutamiento de mercenarios. Recoge toda la basura
humana, todos locos, sociópatas, y los mandan a matar iraquíes y
afganos. Si no fuera tan trágico, si no se tratara de vidas humanas,
los dichos y hechos de la burguesía imperialista desatarían en
cualquier ser humano normal olímpicas carcajadas.
Le
exigen a Karzai y a los afganos que no sean corruptos. Pero los dólares
para la guerra no los pone Karzai, sino la burguesía imperialista y su
gobierno. Para “ahorrar costos” han subcontratado todo, hasta los
controles. Tanto es así, que han perdido el control... Es patético. Lo
único previsible es que la guerra en Afganistán la estén perdiendo,
pero la burguesía imperialista hace negocios con los dineros de los
contribuyentes del mundo, no sólo con los de su país.
¿MENTES COLONIZADAS O ESTUPIDEZ CONGÉNITA?
“¿Para
que van a invadir (a Venezuela) por petróleo si Usted se lo vende todo
a Estados Unidos?”, pregunta hecha por Alan García (Presidente de Perú)
a Hugo Chávez durante la cumbre del UNASUR. Una pregunta basada en el
más puro sentido común. La burguesía venezolana y su estado son el
principal abastecedor de petróleo y el principal socio comercial de
Estados Unidos en la región. Según cifras de la Cámara Venezolana
Americana de Comercio e Industria, Venacham -que reúne a empresas
venezolanas y multinacionales norteamericanas que hacen negocios en
Venezuela- el intercambio comercial entre Estados Unidos y Venezuela
llegó, en el 2008, a 70.000 millones de dólares. Esta cifra, récord
histórico, muestra que las “turbulencias diplomáticas entre ambos
países no afectaron al comercio bilateral”, según dichos de la misma
Cámara. Para el presidente de Venacham, Edward Jardine, “esta cifra de
intercambio económico en 2008 demuestra la solidez de las relaciones
comerciales que existen entre ambos países”. Las más de 1.000 empresas
yanquis y venezolanas reunidas en Venacham dan empleo directo
aproximadamente a 700.000 personas. Si se produjese una ruptura entre
Venezuela y Estados Unidos posiblemente la economía venezolana
colapsaría. El estado venezolano vende, diariamente, un millón cien mil
barriles. Ninguna de las instituciones venezolanas ha dejado de tener
el sello de clase: son instituciones burguesas. Los medios de
producción no han pasado a manos del proletariado. No hubo reforma
agraria que afectara los grandes latifundios productivos ni éstos
pasaron a manos del Estado supuestamente revolucionario. ¡Cuidado! La
reforma agraria no es una medida revolucionaria, lo remarcamos sólo
para hacer notar que no se tomaron, ni siquiera, medidas que
corresponden a la revolución democrático burguesa, que son necesarias
para democratizar parte de la producción, capitalizar para el
desarrollo de la industria. El ejército venezolano es el mismo. Han
removido, seguramente, a los mandos más cavernícolas, pero en esencia
el ejército es el mismo. Es el ejército burgués. ¿Cuál es el velo que
tapa o cubre la visión de hombres que se autodenominan revolucionarios
o marxistas, como Alan Woods…?
Dejar que los
discursos pseudos revolucionarios de Chávez, Correa, Morales y demás
nublen el razonamiento lógico está expresando algo más que estupidez.
Por lo menos es una expresión de la derrota que ha sufrido el
proletariado a nivel mundial. El gusano de la derrota no sólo les ha
causado miopía y hasta ceguera, ha hecho que vuelvan a reeditar las
teorías de la “revolución pacífica”... Se olvidan que la revolución es
pacífica. Lo que no es pacífico, y no por la determinación del
proletariado, es la toma del poder político y todas las tareas
inmediatas que se deben asegurar para que no se pueda volver hacia
atrás. La primera y principal es la abolición de la propiedad privada
de los medios de producción. Al parecer, la defensa, mejor dicho, la
apología de los procesos ecuatoriano, venezolano y boliviano tienden a
querer demostrar lo indemostrable: que son procesos revolucionarios;
que la participación en las elecciones burguesas es el camino
“incruento” para arribar a la revolución. No es nada más que pura
estupidez. Es una miserable justificación de la impotencia y de su
accionar que legitima las políticas de la burguesía financiera. El
proletariado sabe perfectamente que la alternativa más probable siempre
es la derrota. Por eso persiste una y otra vez, porque también sabe
que, cuando arribe al poder, no habrá marcha atrás. No se desespera.
Algunos
articulistas, que apelan al análisis conspirativo, creen o piensan que
Chávez, Morales y Correa son “creaciones” de la burguesía financiera
imperialista. Es una forma de subestimar las luchas del proletariado y
el pueblo, de los explotados y oprimidos. Chávez, Morales y Correa son,
como otros, representantes de la burguesía asociada al imperialismo y
tienen contradicciones con sus socios centrales en las “formas”, no en
la esencia. Son capitalistas y van a defender al capitalismo como los
mejores. Pero… hoy por hoy, son emergentes de la relación de fuerzas
entre el accionar de las masas y el accionar de la reacción. Por un
lado, a las masas no les alcanzan las fuerzas para imponer lo que
quieren y, por otro, a la reacción no le dan las fuerzas para mantener
el viejo régimen con las mismas formas. El Imperio hace todo lo que
puede, usa el ingenio más macabro para hacer que estos gobiernos
parezcan revolucionarios. Ahí la tenemos a la postulante a halcón,
Hillary Clinton, “provocando” a los gobiernos latinoamericanos que
tienen relaciones y firman acuerdos de cooperación con el gobierno de
Irán. La verdad, son patéticos tanto la que provoca, como el que
contesta. Y seguirá siendo patético hasta que su política no se
encamine a romper con todos los tratados económicos, políticos y
militares con el imperialismo.
El engaño, no el
consenso, funciona todavía por la ausencia de organizaciones
revolucionarias que tomen la tarea de esclarecer los engaños, de crear
conciencia revolucionaria. Es una secuela objetiva que ha dejado la
derrota. La izquierda electoralista ha crecido en la ausencia de las
organizaciones revolucionarias. Poco a poco y al calor de las
movilizaciones y el accionar de las masas, esa tendencia se irá
revirtiendo, con la condición de que existan núcleos, grupos de mujeres
y hombres que siembren las ideas del marxismo y organicen y se
organicen con los principios leninistas.
Por Mario Roberto Salvatierra