En
los primeros días críticos tras el terremoto que azotó Haití sólo dos
agencias de noticias estadounidenses informaron de la rápida respuesta
cubana a la crisis. Una de ellas fue Fox News, que afirmó,
erróneamente, que los cubanos estaban ausentes en la lista de países
caribeños vecinos que habían prestado ayuda. El otro medio fue el
Christian Science Monitor
(una respetada agencia de noticias que cerró recientemente su edición
impresa), que informó correctamente de que Cuba había enviado a 30
médicos a Haití.
The Christian Science Monitor, en un segundo artículo, citaba a Laurence Korb, ex subsecretario de Defensa y actualmente miembro del Center for American Progress,
quien declaraba que los EE.UU., que lideran los esfuerzos de socorro en
Haití, deberían «pensar en aprovechar los conocimientos de la vecina
Cuba", que, señaló, "cuenta con algunos de los mejores médicos del
mundo – deberíamos de tratar de aerotransportarlos a Haití”.
Por lo que respecta a los demás medios de comunicación de EE.UU., simplemente ignoraron a Cuba.
En
realidad, omitieron informar de que Cuba ya contaba con casi 400
médicos, paramédicos y otro personal sanitario enviado a Haití para
ayudar en el día a día de las necesidades sanitarias del país más pobre
de las Américas, y que esos profesionales fueron los primeros en
responder al desastre, levantando un hospital justo al lado del
principal hospital de Puerto Príncipe, derribado por el terremoto, así
como un segundo hospital de campaña en otra parte golpeada de la ciudad.
Lejos
de "no hacer nada" tras el desastre, como afirmaban los propagandistas
derechistas de Fox-TV, Cuba ha sido uno de los países que ha respondido
de manera más eficaz y crucial a esta crisis, puesto que antes del
terremoto ya había creado una infraestructura médica que fue capaz de
movilizarse rápidamente para empezar a tratar a las víctimas
inmediatamente.
Como era previsible, la respuesta de emergencia
estadounidense se ha centrado principalmente, al menos en términos de
personal y dinero, en el envío de la enormemente costosa e ineficiente
maquinaria militar estadounidense -una flota de aviones y un
portaaviones-, un factor que debe tenerse en cuenta al examinar la
cifra de 100 millones de dólares que la Administración de Obama afirma
haber destinado para ayuda de emergencia a Haití. Teniendo en cuenta
que el coste de operar un portaaviones, incluida la tripulación, es
aproximadamente de 2 millones de dólares al día, solamente el envío de
una compañía a Puerto Príncipe durante dos semanas consumirá una cuarta
parte de la anunciada ayuda estadounidense, y aunque muchos de los
soldados enviados ciertamente trabajarán en ayudar, distribuyendo y
custodiando suministros, la larga historia estadounidense de brutal
control militar/colonial de Haití inevitablemente induce a temer que
otros soldados se dedicarán a asegurar la supervivencia y control de la
elite haitiana de políticos parásitos proestadounidenses.
Por
otro lado, los EE.UU. han ignorado el día a día de la permanente crisis
humanitaria de Haití, mientras que Cuba ha estado haciendo el trabajo
de proporcionar atención sanitaria básica.
No es que fuera difícil encontrar a los cubanos en Puerto Príncipe. Democracy Now! disponía de un informe, igual que lo tenía la revista Noticias de Cuba
con base en Washington. Lo que pasa es que contar a los estadounidenses
las buenas acciones de un país pobre y orgullosamente comunista no es
precisamente algo que los medios corporativos estadounidenses estén
dispuestos a hacer.
Fuente: http://www.counterpunch.org/lindorff01192010.html