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General: El "altruismo capitalista"
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 15/02/2010 13:10 |
Altruismos
¿Quién
dijo que el FMI no es altruista, que impone más pobreza a los países
pobres y les origina catástrofes económicas, que le importa más el
capital que el género humano (entre otras cosas)?
Juan Gelman |
Página 12 |
Hoy a las 0:41 | 98 lecturas | 1 comentario
¿Quién
dijo que el Fondo Monetario Internacional no es altruista, que impone
más pobreza a los países pobres y les origina catástrofes económicas,
que le importa más el capital que el género humano (entre otras cosas)?
Pues no: acaba de dar una muestra cabal de su generosidad, su
esplendidez, su largueza enviando a Haití “una ayuda de urgencia” de
114 millones de dólares. Como sucede algunas veces, conviene examinar
el contenido de la palabra “ayuda” en este caso.
Se trata de un
préstamo que el FMI ha decidido empezar a cobrar dentro de cinco años y
medio sin que se acumulen intereses durante dicho período. Esto ya es
magnanimidad. El señor Dominique StraussKahn, director general y
presidente del consejo de la institución, señaló que de ese modo
participa en el esfuerzo de reconstrucción del país asolado (www.imf.org, 27-1-10).
Agregó
que “ayudará a las autoridades (haitianas) a preparar y llevar a cabo
un plan de reconstrucción y de recuperación económica a mediano plazo”.
Cejas de muchos países se fruncieron: es el anuncio de un “plan de
reforma estructural”, según la terminología en curso, que los castiga
todavía.
El Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer
Mundo (Cadtm) calificó de escandalosa “esta nueva maniobra del FMI
tendiente a relegitimar su acción en Haití” (www.cadtm.org,
30-1-10). Subrayó “la responsabilidad abrumadora” del Fondo, el Banco
Mundial y otros organismos financieros en la violación de los derechos
humanos, la liquidación de la autosuficiencia alimentaria del pueblo
haitiano y el endeudamiento aplastante y progresivo del país. Esto
último empezó hace mucho.
Haití nació endeudado: para reconocer
la independencia lograda en 1804, Francia obligó al país recién nacido
a pagar 90 millones de francos oro como indemnización por la pérdida de
sus esclavos. El pago de esta deuda le llevó a Haití más de un siglo:
empezó en 1825 y terminó en 1947. En el interín, EE.UU. lo ocupó
militarmente (1910-1934) y saqueó el tesoro nacional.
Los
dictadores que apoyó después –François Duvalier y su hijo Jean-Claude,
alias Bébé Doc– obtuvieron del Banco Mundial, el FMI y el BID un
préstamo tras otro que emplearon sobre todo en financiar escuadrones de
la muerte, los tonton macoute primero, los Leopardos después.
La
conjunción militar-político-económica de EE.UU. y las instituciones
financieras ejecutaron políticas nefastas para el pueblo haitiano. Por
ejemplo, le cambiaron la alimentación, como señala el Cadtm. El dumping
de productos estadounidenses subvencionados arrasó prácticamente con la
producción local: “Víctima de esta competencia desleal, Haití se ha
convertido en una cloaca de productos agrícolas, avícolas y piscícolas
de baja calidad de EE.UU.”, observa el escritor Camille Loty
Malebranche (www.michelcollon.info:80, 14-1-2010). Lo sucedido con el ganado porcino local es paradigmático.
Haití
contaba con 1.300.000 cabezas de cerdo negro, una variedad local
vigorosa que se alimentaba de desechos y gusanos. Se alimentaba:
aprovechando un brote de fiebre porcina que estalló en la República
Dominicana en 1978 y la aparición de algunos –pocos– casos en Haití,
EE.UU. blandió el fantasma de una amenaza inminente de contagio y
logró, vía el BID, que el Bebé Doc liquidara todo ese ganado.
Miles de familias se quedaron sin un recurso fácil de mantener. Se
beneficiaron las empresas estadounidenses que vendieron cerdos
demandantes de dieta y cuidados especiales. No fue el único golpe
propinado a la producción agrícola haitiana: el FMI y el BID lograron
que Bébé redujera del 30 al 10 por ciento los aranceles impuestos a la
importación de arroz. El subsidiado de EE.UU. inundó la plaza
provocando la migración a Puerto Príncipe de numerosos campesinos. En
1970 el país era autosuficiente en la materia.
El presidente
Jean-Baptiste Aristide fue nuevamente derrocado el 29 de febrero del
2004 por no cumplir la imposición del FMI de privatizar bancos, la
empresa cementera y la telefónica. El método fue simple: el FMI y el
Banco Mundial instauraron un bloqueo de la “ayuda” que estaba en
perfecta consonancia con el deseo del gobierno de W. Bush.
Recuerda
el Cadtm que el economista Jeffrey Sachs, ex asesor de los dos
organismos, manifestó al respecto: “Los dirigentes estadounidenses
estaban perfectamente conscientes de que el embargo de la ayuda
provocaría una crisis de la balanza de pagos, el incremento abrupto de
la inflación y el derrumbe del nivel de vida, lo que a su vez azuzaría
la rebelión (contra Aristide)”.
Un grupo paramilitar invadió
Haití y se conoce el resto: prácticamente raptado por fuerzas
estadounidenses, Aristide fue sacado de Haití y sólo fue repuesto a
condición de cumplir el “plan de reforma estructural” del FMI, siempre
espléndido, siempre generoso.
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