Kakanj (Bosnia), 22 feb (EFE).- El ex internacional cubano Jorge Luis Hernández, fugado de Cuba en 2001, se ha convertido en la mayor estella del voleibol en Bosnia y en uno de los extranjeros más populares en el país balcánico, aunque siente nostalgia de su familia cubana y espera cambios para poder verlos.
"Hace casi diez años que no he visto a mi familia. Cuando te vas de Cuba, ya no hay retorno. Estoy en contacto con ellos de vez en cuando para decirles dónde estoy, dónde juego, cómo estoy, y eso es todo", declaró Hernández a Efe.
"Hace mucho que no los he visto, pero espero que todo eso cambiará pronto, que se derrumbará pronto el régimen de (Fidel) Castro. Todo lo que puedo es esperar que cambien las cosas allí", indicó.
Hernández cuenta que se fue de su país porque, aunque jugó con la selección cubana, "no tenía nada, ni dinero, ni futuro".
"Cuando estás fuera, tienes muchas más posibilidades. Juego al voleibol, tengo un negocio privado. Mi familia vive de lo que les mando, de modo que para ellos también es mejor que yo no esté en Cuba", dijo el popular jugador, que vive en Bosnia con su esposa Jennifer.
Según Hernández, en su país natal la gente "toma mucho (alcohol) para no pensar en cómo viven", y agregó que él "no quería eso".
Hernández se fugó en diciembre de 2001, junto con varios internacionales cubanos, tras una disputa de un torneo amistoso de su selección en Bélgica.
Desde entonces ha jugado en varios clubes de Argentina, país del que tiene ciudadanía, Italia, Grecia y España.
En Bosnia está desde hace medio año jugando en el club Kakanj, en la ciudad del mismo nombre, a unos 50 kilómetros al oeste de Sarajevo.
Desde su llegada, el Kakanj ha logrado los mayores éxitos de la historia del voleibol bosnio con la clasificación en la cuarta jornada de la Copa Challenge.
El Kakanj encabeza la liga bosnia y todo parece indicar que defenderá con facilidad el título de campeón y ganador de la Copa nacional.
Admite que cuando le llegó la oferta de jugar en Bosnia tenía miedo porque el país había pasado por la sangrienta guerra de 1992 a 1995, pero que le explicaron que eso es un pasado y que la vida se ha normalizado en el país balcánico.
Ahora dice que está muy contento, que se quedará como mínimo hasta el final de la temporada y que piensa en la posibilidad de permanecer en Bosnia varios años, aunque tiene "tres ofertas muy buenas" de clubes europeos. EFE