CUBA: UNA PIEDRA EN EL OJO DEL MUNDO
Los Castro y su pandilla están condenados a desaparecer y con ellos, los vicios de autodestrucción sistemáticamente inculcados en la mente social de los isleños deberán desaparecer también, porque Cuba y los Castro no son lo mismo. Lo mejor de nosotros sigue ahí, incubando en la negación y la neo rebeldía que las nuevas generaciones ya traen incorporadas a su información genética. A esas nuevas generaciones, en las cuales el sentimentalismo por un pasado que realmente nada tiene que ver con ellos brilla por su ausencia, les importan un bledo los índices de bienestar alcanzados en épocas de Batista, la Patria para ellos ya no es un dogal asfixiante, son irreverentes, pragmáticos, nada queda en ellos de los románticos que doblaron las espaldas para que Fidel Castro cimentara su feudo sobre ellas, o sea, eso que ahora podemos ver como los “serios problemas de la juventud” es la baza con la que debemos contar si queremos que los problemas del futuro sean otros y no los mismos que nos han traído hasta aquí. Confío es esa rotunda negativa de los más jóvenes a continuar en el circos alimentando a las fieras, mientras los romanos de todo el mundo se regodean con el crujir de los huesos y los borbotones de sangre de los sacrificados. Los que no creen ni a favor ni en contra en nuestro panteón de víctimas se alejan y se burlan de esos vejetes con las rodillas temblonas y las prótesis flojas que, en su locura, juegan al monopolio de la revolución. Su tiempo se acabó, días más, días menos no importa. Los jóvenes irreverentes e iconoclastas de hoy pueden, de un salto, ayudar a que la isla por fin sea devuelta a su exacta medida, sin más alardosas pretensiones de convertirse en potencia mundial o en modelo de nada, ni para nadie, simplemente regresar al disfrute de la vida, dejándose lamer los flancos por las aguas del Trópico.
http://cruzvarela.wordpress.com/2009/09/02/cuba-una-piedra-en-el-ojo-del-mundo/