Esta es una denuncia más contra las inhumanas guerras y la utilización como combatientes a niños a partir de siete años, hasta los dieciocho y también a todos aquellos que son reclutados a la fuerza en forma de leva.

Tengo seria dudas de citar a estos jóvenes como niños soldados, considero que es más correcto denominarlos como esclavos, como a tales se les explotan. Este punto de vista está basado en que un grupo militar, de rebeldes o desertores entran a un poblado y lo arrasan,  destruyen casas, cosechas y seres humanos, solo se quedan con chicos y niñas para explotarlos, unos son vendidos, otros quedan y son utilizados con fines de lucha,  en combate con armamento, y las chicas para trabajos auxiliares y como divertimento de la tropa, violadas, con lo que se añade al ultraje se la somete al riesgo de enfermedades muy frecuentes en estas zonas.

Los combatientes  que bajo una bandera, se subdividen en otros grupos luchando durante años, en ocasiones sin tener claro el concepto de porque hacen la guerra. Son grupos exentos de ideología que no luchan por causa reivindicativa o política, sino gente mal llamada señores de la guerra, son degenerados que luchan por codicia y ansia de poder, una dominación castrense a veces con la cooperación u entrenamiento de mercenarios profesionales. Su objetivo es el dominio de un área donde se extraigan minerales, diamantes, oro y materias primas diversas.

A los niños se les enseña a luchar, primero con machete, después tendrán armas, y si no hay suficientes utilizaran las del compañero muerto o del contrario eliminado. En ocasiones les falta munición y para economizarla obligan a acabar con sus prisioneros  a  machetazos. Son obligados a matar, mutilar o torturar obedecen ya que de lo contrario serán ellos quienes sufrirán la crueldad de “sus compañeros”, son grupos que se mueven constantemente sin aprovisionamiento asegurado, pasando penurias y comiendo a temporadas solo lo que encuentran en los bosques, hasta que llegan a un poblado y lo arrasan.

Llevan a niños tan pequeños que consideran la guerra como un juego donde se admira al adolescente que es vencedor y al que se admira como heroé, los niños  juegan con  soldaditos  de plastico, y si son derrotados vuelven a empezar, en la vida real no hay vuelta atrás, quedan en el claro del bosque ofreciendo su cuerpo a las alimañas. Las niñas algunas con su muñeca de trapo son convertidas ellas mismas en muñecas de deseo de los luchadores de  bandas  fanaticas. A veces tan jovencitas que sufren irreversibles desgarros.

Los soldados veteranos evitan los enfrentamientos y luchan a distancia con armas de largo alcance y los niños los que ocupan la primera linea, donde la falta de entrenamiento y experiencia frente a soldados profesionales,  hacen que las bajas sean enormes.

También son culpables los paises que venden armamento sin control que suministran directamente o a través de terceros. Los fabricantes en un afán de mantener  su producción u o deshacerse de modelos “antiguos” las entregan con facilidades. Y las compran quienes las precisan ante una posibilidad de defenderse o de mantener sistemas no democraticos con el peso de las armas.

La Corte Penal Internacional acaba de iniciar el primer juicio contra un “señor de la guerra congoleño” Lubanga lider guerrillero está acusado de reclutar a más de 30.000 niños  y utilizarlos como instrumento de guerra,  y  provocarlos a realizar actos de matanzas generalizadas, violaciones y torturas, como denuncia Amnistía Internacional.

Param-Preet Singh, abogado del Programa de Justicia Internacional de Human Rights Watch, ha expresado su deseo de que este juicio sirva para dejar claro que “la utilización de niños en la lucha armada es un crimen de guerra que puede ser enjuiciado en el plano internacional“.

La fiscalía presentará 1.671 documentos y vídeos en los que se podrá ver a Lubanga entrenando a los niños reclutados para la guerra.

La esperada condena del líder congoleño provocaría que otros cayeran ante la Justicia internacional, queda por delimitar las penas o castigos que se pueden aplicar a los niños soldados que han sido utilizados  bajo coacción y amenazas  o incluso bajo los efectos de drogas.

Ante estos acontecimientos se despierta la indignación por la violencia y crueldad, no nos quedemos parados ayuda a reinsertar a estos niños que han sido recuperados de estas guerras, busca una ONG y colabora a luchar contra esta ignominia humana.

Otra variante son los niños que son entregados por las familias, para que en colegios religiosos en sean formados a combatir en nombre de unas creencias, produciendo guerreros. Prefeririamos que se les enseñara a amar, a la tolerancia y comprensión. La permanente violencia dara lugar a resultados desafortunados.