La Igualdad de Clases
por Emily Rodríguez
Agencia de Prensa Libre Oriental (APLO)
SANTIAGO DE CUBA - La igualdad de clases es una utopía con la que aún algunos sueñan en el mundo, y no son pocos lo que admiran a Cuba porque creen que en ella se ha hecho realidad este sueño del mundo.
Pero, ¿es correcto igualar a todos dentro de una sociedad? La estratificación de las clases es algo importante en el buen desarrollo de una sociedad porque ubica adecuadamente a cada grupo de personas según su inteligencia, capacidad, status de trabajo, estimulando a cada persona a subir un escalón en la vida.
Por mucho tiempo el socialismo predicó que era necesario igualar la sociedad, no importaba que lo que se igualara era la pobreza, inculcándose a los hombres que los bienes materiales eran fuente de corrupción espiritual, según planteaban algunos filósofos.
Es cierto que los bienes materiales muchas veces son causantes de mucho mal y que al final se convierten en desperdicios y basura, pero el espíritu y el conocimiento son dos argumentos de peso que van incluidos en la satisfacción de las necesidades.
En Cuba se implanta un sistema de distribución aparentemente uniforme para todos los individuos y a pesar de que éste no satisface las necesidades mínimas, ni en cantidad ni en calidad, se estimuló a pensar con gratitud, por lo que a menudo se oyen expresiones como ésta: ¡alégrate que te lo dieron! Esto sucede cuando alguien reclama por un producto en mal estado, sin pensar que aún así tienes que pagarlo.
Sin embargo, con los bienes materiales se ha manipulado el interés individual de las personas, teniendo que agradecer que te den la posibilidad de comprarlo, teniendo en ocasiones que realizar un esfuerzo sobre humano o trabajar horas extras consideradas trabajo voluntario es decir que no son remuneradas y luego pagar un valor muy superior al que realmente el artículo cuesta.
¿Qué ha sucedido? Que la sociedad sí se ha ido dividiendo en clases, obviamente, pero no se han desglosado de forma positiva porque un profesional: médico, profesor, ingeniero, ocupa una posición más desventajosa que una jinetera, un vendedor de frituras o una simple ama de casa que tiene un familiar en el extranjero, ya que éstos tienen un poder adquisitivo mayor que le permite vestir, comer, tener casa y hasta carros. Y lo que es peor, mayor reconocimiento social porque tienen la posibilidad y medios para participar en el dinamismo interno de la sociedad.
Esto, sin analizar la capa superior casi desconocida por el pueblo por vivir en condiciones inaccesibles e incuestionables, porque el solo hecho de pensar en juzgarlo constituye un delito.
El comentarista político León Cotallo planteó en un artículo, como un defecto de la sociedad norteamericana, cómo a los miembros del gabinete del gobierno se le aumentaba el salario. ¿Acaso los dirigentes en Cuba tienen un presupuesto a gastar, tiene un salario fijo, están sujetos a las regulaciones de la alimentación a la que está sometido el pueblo? No, ellos gastan sin límites, sin presupuesto, sin tener en cuenta las restricciones del pueblo y así se habla de verdadera democracia.
http://www.cubanet.org/CNews/y98/jan98/31a3.htm