La guerra contra Cuba: Nuevos presupuestos y la misma premisa
Publicado el 2 Abril 2010 en José Pertierra, Opinión
Los presidentes en Washington van y vienen, pero el colofón de las relaciones exteriores de los Estados Unidos es el mismo: descarrilar a los gobiernos que se atreven a defender su soberanía nacional y destruir cualquier revolución que se aventure hacia un mundo diferente del que está programado por ellos. Las armas de la ofensiva que los Estados Unidos usa contra Cuba han evolucionado a través de los últimos 50 años, pero la guerra es la misma.
Los cubanólogos de Washington y Miami quieren construir como artefacto de subversión en la isla un supuesto movimiento social político: cultivado, irrigado y cosechado desde los Estados Unidos. Pero un genuino movimiento nacional político no se fabrica en capital enemiga. Los partidos y los movimientos no se exportan como mercancía, porque un partido político no se compra y se vende como si fuera una lata de spam.
Desde que George W. Bush asumió la presidencia de los Estados Unidos en el 2001, el presupuesto para crear en Cuba una oposición social, aliada a los intereses de Miami y de la Casa Blanca, subió astronómicamente: de 3,5 millones de dólares en el 2000 a 45 millones bajo el Presidente Bush en el 2008. Bush creó en el 2003 una Comisión para “la asistencia de una Cuba democrática”. Esta comisión emitió un documento de más de 400 páginas en el que propone “identificar medios adecuados para poner fin rápidamente al régimen cubano y organizar la transición”. La política del Presidente Barack Obama sigue el patrón de esa Comisión y del presupuesto creado por recomendación de la Comisión: “llevar a cabo medidas dirigidas al entrenamiento, desarrollo y fortalecimiento de la oposición y la sociedad civil cubana”.
Como la guerra contra Cuba es una industria en Miami, los más beneficiados de ese proyecto fueron los que administraban los fondos desde la Florida. Una auditoría del Government Accountability Office (GAO) en el 2006 concluyó que la millonada había sido malgastada por los grupos en Miami. Por ejemplo, lo utilizaron para comprar chocolates Godiva, latas de carne de cangrejo y Nintendo Game Boys. En el 2008, el director de uno de los grupos admitió haberse robado casi $600 000, antes de renunciar para asumir un cargo político en la Casa Blanca del Presidente Bush.
Este mes, el Departamento de Estado concluyó su pesquisa y anunció planes para liberar 20 millones de dólares del patrimonio anticubano, argumentando que había reestructurado el programa de manera que los fondos llegarían clandestinamente a ciertos cubanos en la isla y no a ciertos otros en Miami. Sin embargo, el Senador Kerry no está muy convencido, y ha paralizado temporalmente el proyecto para poder estudiarlo. La congelación que ha impuesto Kerry es pragmática y no filosófica. Es decir, no le preocupa la subversión. Quiere estudiar su eficacia. El arresto en Cuba de un contratista estadounidense llamado Alan P. Gross, enviado por Washington, ilustra que el proyecto del Departamento de Estado pone en peligro a los agentes que han sido contratados para realizar ese trabajo clandestinamente en Cuba.
La fiscalía cubana estudia los cargos que presentará contra el contratista. Para defenderse de la subversión millonaria originada en Washington, Cuba decretó una ley que penaliza con una condena de hasta 20 años la colaboración con el programa de USAID que fue creado por la Helms Burton de 1996. El delito es serio.
Quizás por eso, el Departamento de Estado y USAID se rehúsan a identificar los recipientes en Cuba del dinero de Washington, y distribuyen los fondos clandestinamente.
El programa contra Cuba que está en jaque incluye:
$750,000 para promover los derechos humanos y la democracia en Cuba
$250,000 para ayudar a los familiares de los supuestos presos políticos (por ejemplo, a las llamadas damas de blanco y las recientemente creadas damas de apoyo)
$500,000 para los que luchan para liberar a los supuestos presos políticos.
$900,000 para Freedom House. Una organización que por 10 años fue dirigida por Frank Calzón. El dinero sería para fortalecer a los líderes de la supuesta oposición: artistas, músicos y bloggers. Con un cínico énfasis en los afrocubanos
$400,000 para el Institute for Sustainable Communities. Para tratar de “identificar a los nuevos líderes de la comunidad cubana” y ayudarlos en su campaña publicitaria y política. O sea, casi medio millón de dólares para que Washington identifique a los nuevo líderes a quienes les repartirán la plata.
$200,000 para fortalecer supuestamente a las redes de apoyo que Washington ha creado en Cuba. Proveer equipos y entrenamiento para ellas.
$2,600,000 para Development Associates Inc. Con el propósito de ampliar la red de apoyo cubana que Washington ha creado y promover el mensaje de Miami hacia Cuba.
$2,000,000 para apoyar grupos afines a Washington en Cuba, especialmente ciertas mujeres y afrocubanos, para promover la iniciativa individual económica (es decir, el capitalismo).
$2,5000 para Creative Associates. Una organización que está activa clandestinamente ampliando la red social para buscar apoyo hacia un cambio político en la isla, utilizando especialmente el desarrollo de la “iniciativa individual económica de las mujeres y los afrocubanos”.
$2,900,000 para promover, bajo la tutela del Departamento de Estado, la libre expresión en la isla: especialmente entre ciertos artistas, músicos, escritores, periodistas y bloggers.
$500,000 para que individuos vinculados a grupos religiosos o espirituales defiendan su derecho para la libertad de religión.
$500,000 para promover una determinada política laboral en la isla y generar “presión internacional contra el gobierno cubano para que reforme sus leyes laborales”.
$350,000 para ejercer influencia sobre ciertos grupos de la sociedad civil cubana, “especialmente a las mujeres que suelen ser explotadas sexualmente”.
$500,000 para las ONGs y otras organizaciones vinculadas a Washington.
$1,150,000 para adiestrar a ciertas organizaciones, incluyendo periodistas y bloggers en Cuba para utilizar las nuevas tecnologías comunicacionales.
$2,500,000 para administrar los programas de este presupuesto.
Todo esto bajo la tutela de un Washington que se ha destacado en las últimas décadas por sus esfuerzos para desestabilizar, invadir y reprimir en cada continente del planeta: el golpe de estado en Chile contra Salvador Allende, el golpe militar en Guatemala que dejó un saldo de más de 200 000 muertos y desaparecidos durante cuatro décadas de represión, el atentado de golpe contra el Presidente Hugo Chávez en el 2002, el apoyo a los escuadrones de la muerte en Centro América, Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. La invasión de Iraq en el 2003. La tortura y la detención indefinida para los presos en Guantánamo, el envío de presos a otros países para que sean torturados e interrogados, la explotación y las deportaciones masivas de los indocumentados. Girón, Operación Mangosta, JM Wave (el enclave terrorista más poderoso que haya existido en suelo estadounidense) y la campaña de terror contra Cuba por los últimos 50 años a través del uso de asesinos como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch. Una guerra terrorista e inmoral contra Cuba que se ha multiplicado como un virus mundialmente hasta encontrar su moderna manifestación en la voladura de las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
Cuba es un país bloqueado, sitiado y atacado por los Estados Unidos. Es así, porque Washington no tolera que la isla sea gobernada fuera del ámbito de la tutela estadounidense. Ha sido de este modo por más de 50 años.
Los supuestos presos políticos están condenados, después de haber sido procesados, por estar al servicio de un país enemigo que tiene como meta la destrucción de la Revolución cubana. Igual que el contratista Alan P. Gross trabajan en Cuba bajo la dirección y el control de Washington. La mejor manera de lograr su liberación es que los Estados Unidos renuncien a la guerra contra Cuba, levanten el bloqueo, establezcan relaciones, extraditen a Posada Carriles y liberen a los Cinco que mantienen presos en los Estados Unidos desde casi 12 años.
El Presidente Obama quizás se mantiene muy ocupado con la economía, las guerras en Iraq y en Afganistán y la reforma de salud para prestarle mucha atención a Cuba. Quizás le ha dejado ese problemita a los burócratas del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, y por eso estamos como estamos.
Todo se debe a una premisa equivocada. Más de 100 años de agresión estadounidense hacia Cuba están basados en la errada idea de que Cuba le pertenece a Washington. Aún asumen la arrogante apreciación del entonces secretario de Estado, John Quincy Adams en 1823:
“Existen leyes políticas, así como de gravitación física. Si una manzana separada por la tempestad de su árbol, de su origen, no puede escoger sino caer al suelo, Cuba, por fuerza, separada de su artificial conexión con España, e incapaz de sostenerse por sí misma, sólo puede gravitar hacia la unión americana, la cual, por la misma ley de la naturaleza, no puede rechazarla de su seno.”
De esa premisa errada fluye el concepto que los Estados Unidos pueden fabricar disidentes, blogueros y twiteros, bajo la tutela de Washington y Miami: como si fuera una ley natural que eso pase. Que esa elaboración extranjera pueda tener alguna legitimidad en Cuba es un mito que solamente creen los que no conocen la Isla y no viven ahí. Con los millones de dólares al año que le invierten al negocio, Washington no ha creado una oposición y mucho menos un partido político. Ha establecido solamente una industria de personas en Cuba felices de recibir un saldo significativo de dinero para disentir, bloguear y twitear.
En Cuba, hay una gran diversidad de legítimas opiniones sobre el futuro del país. Cualquiera que ha hecho la cola de la bodega, o participa en los conversatorios organizados en la Isla lo sabe. Esos debates se dan tanto en los centros de trabajo, como en las reuniones del Partido. Pero en algo hay unanimidad: Cuba le pertenece a los cubanos y no a los estadounidenses. Por ese principio filosófico martiano, los cubanos están dispuestos a cerrar filas y morir.
Si Washington entendiera eso, se acabaría el bloqueo y todo lo que le corresponde. Sin embargo, es un concepto que parece ser contra natura a un Washington imperial que ve en Cuba su patio trasero político. Silvio Rodríguez señaló el otro día en Casa de las Américas que Cuba no es un país normal por lo que ha pretendido ser, y tampoco por el tratamiento que se le ha dado por lo que ha pretendido ser. Independiente.
Descargue el documento (PDF, 1Mb, en inglés) Notificación del Departamento de Estado de Estados Unidos con el presupuesto del 2010 de 20 millones para para la guerra contra Cuba.
José Pertierra es abogado. Representa al gobierno de Venezuela en el caso de la extradición de Luis Posada Carriles. Su bufete está en Washington.
Según los peluqueros cubanos, el gobierno les ha permitido cobrar sus propias tarifas con la condición de pagar impuestos.
Los barberos en La Habana deberán pagar un impuesto de $47 dólares mensuales al estado.
El gobierno cubano no lo ha anunciado oficialmente, pero las peluquerías de La Habana han sido liberadas del Estado y podrán cobrar sus propias tarifas.
Al menos eso confirmaron, a la agencia de noticias AP, diferentes barberos y estilistas de la capital cubana que por años han trabajado al servicio del régimen impuesto por Fidel Castro.
El nuevo modelo representa un cambio sin precedentes desde que Fidel instituyó en comunismo en Cuba en los años 60. Según el tradicional sistema comunista de la isla, el gobierno autoriza los precios a cobrar por el servicio, proporciona los materiales necesarios, el local y asume todos los gastos relacionados con este servicio.
El precio autorizado por el régimen de un corte para caballero era de 80 centavos de pesos cubanos ($0.03 centavos de dólar) mientras que para las mujeres es de 1.20 pesos cubanos ($0.05 centavos de dólar). Además cada peluquero cobraba un sueldo estatal de unos 250 pesos cubanos ($11 dólares).
Con la nueva medida cada barbero decidirá el precio a cobrar por sus servicios, aunque tendrán que pagar al régimen la renta de los locales -incluyendo luz y agua- , adquirir sus propios insumos (champú, maquinas, cuchillas talco, etc) y correrán a cargo del mantenimiento y ambientación de los inmuebles.
Además, cada estilista deberá pagar unos 996 pesos cubanos al mes ($47 dólares) al Estado, por impuestos.
Con peluqueros que han pasado de ser empleados del estado a dueños de sus propios negocios, surge la pregunta de si Cuba realmente tiene intenciones de liberar el mercado, hasta ahora controlado en un 90 por ciento por el mismo gobierno.
[Video] Se solidarizan con la Revolución Cubana en Barcelona
Este domingo se llevó a cabo una concentración en solidaridad con la Revolución Cubana en Barcelona.
LibreRed.net | Para Kaos en la Red | Hoy 10:02
Este domingo se llevó a cabo una concentración en solidaridad con la Revolución Cubana en Barcelona.
El acto de apoyo se realizó frente al Consulado de Cuba en la ciudad y reunió a unas doscientas personas. Distintas asociaciones y partidos políticos se dieron cita a las doce del mediodía acompañados con pancartas, carteles y banderas de la isla.
“Libertad para los Cinco, detengamos el bloqueo”, “Basta de agresiones a Cuba”, “Basta de injerencias”, “No a la posición común” o “Cuba es libre y soberana” fueron algunos de los mensajes que portaban los asistentes.
Los activistas también cantaron consignas anti-imperialistas y de rechazo contra el bloqueo impuesto sobre el país.
Para concluir el acto, se llevó a cabo la lectura de un manifiesto, en el que se motró un claro apoyo a la Revolución Cubana y se exigió el cese de la campaña mediática lanzada contra la isla, articulada principalmente por la prensa de Estados Unidos y España y con un claro obejetivo de desprestigiar la imagen del gobierno cubano.
En el escrito se criticó a ambos países por silenciar la grave situación que vive Colombia, con una constante violación de los Derechos Humanos y altos índices de violencia y homicidios, los abusos reiterados a presos en la cárcel norteamericana de Guantánamo, la institucionalización del Golpe de Estado en Honduras y la oleada de asesinatos de periodistas de la resistencia o la ocupación y agresiones diarias del ejército de Israel en distintos puntos de Palestina.
Declaración del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba ante la campaña del imperio
En primer lugar queremos recordarle al señor Obama que Cuba no es más la necolonia que fue hasta 1959, donde los norteamericanos gobernaban por medio de la dictadura de Fulgencio Batista...
Coordinación Nacional del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba-MASCUBA | Para Kaos en la Red | 17-4-2010
En los últimos dos meses ha arreciado una campaña contra Cuba con el pretexto de que allí se violan los derechos humanos, una mentira tan alta como el Aconcagua, cerro en el que flamean banderas de libertad para los CINCO.
Esa campaña incluyó voces de personajes tan desprestigiados como los terroristas Luis Posada Carriles y Carlos Alberto Montaner, las Damas de Blanco y demás gusanos de La Habana y Miami, como Gloria Estefan.
Pero luego se vio más claro el sentido político con la intervención del Parlamento Europeo y la declaración del jefe del imperialismo, Barack Obama. Este, en una fecha tan especial a los argentinos como el 24 de marzo (aniversario del golpe genocida de 1976), pidió “el fin de la represión, la puesta en libertad inmediata e incondicional de todos los presos políticos en Cuba y el respeto de los derechos básicos al pueblo cubano”.
En primer lugar queremos recordarle al señor Obama que Cuba no es más la necolonia que fue hasta 1959, donde los norteamericanos gobernaban por medio de la dictadura de Fulgencio Batista. Cuba es libre y soberana; ni EE UU ni nadie puede darle órdenes sobre lo que debe hacer. Eso podrá hacerlo en Irak y Afganistán, entre muchos otros lugares, pero en Cuba y demás países del ALBA no tiene voz ni voto.
En segundo lugar hay que decir que el presidente norteamericano miente. En la patria de José Martí no hay represión ni presos políticos. Allí impera una amplia democracia para 11 millones de ciudadanos. Obviamente hay restricciones, y aún cárcel, para los mercenarios al servicio del imperialismo que cometen delitos y violan las leyes del país. No hay nadie preso por sus ideas políticas; hay sí algunos presos por cometer acciones penadas por la ley, caso del delincuente común Orlando Zapata. Este se suicidó en medio de esa campaña anticubana que lo erigió en supuesto “preso de conciencia”.
En tercer término afirmamos que los derechos básicos de todos los cubanos están asegurados por el gobierno de Raúl Castro. Todos gozan del derecho a la vida, a la salud, la educación, la vivienda, el trabajo y muchos otros derechos que en los países capitalistas como el nuestro son una ficción para las mayorías. Y Cuba no sólo los asegura para su población sino que hace todo cuanto puede, y más aún, para compartir esos logros con otros países. Así ocurre con la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), la “Operación Milagro” que opera gratuitamente de la vista a personas de todo el mundo, con el “Yo sí puedo” que saca del analfabetismo a millones de seres humanos, con su ayuda humanitaria cuando ocurren terremotos en Pakistán, Haití y Chile, etc.
Hasta aquí nuestra defensa de Cuba frente a tan alevoso y calumnioso ataque financiado por Washington. Ahora, por favor, que el señor Obama nos conteste:
¿Cuándo EE UU cerrará Guantánamo, una cárcel ilegal emplazada en territorio cubano, y devolverá esa tierra a sus legítimos dueños cubanos?
¿Cuándo EE UU retirará sus tropas de Irak y Afganistán, de Haití y a sus 2.000 asesores militares en Colombia? Dudamos de esas supuestas retiradas pues el año pasado firmó con Uribe un acuerdo para contar con siete nuevas bases militares en ese país.
¿Cuándo EE UU dará la libertad a los 5 patriotas cubanos presos en EE UU desde setiembre de 1998 bajo falsos cargos de espionaje?
¿Cuándo EE UU pondrá en libertad a los presos políticos norteamericanos, entre ellos Mumia Abu Jamal y Leonard Peltier, que están en cárceles desde hace más de 27 años? ¿Cuándo Estados Unidos va a dejar de proteger al marino retirado Roberto Guillermo Bravo, uno de los principales genocidas de la masacre de Trelew, Argentina, en agosto de 1972?
¿Cuándo EE UU cerrará sus 872 bases militares en el extranjero, donde se alojan centenares de miles de soldados que amenazan la libertad, la soberanía y los derechos humanos de nuestros pueblos?
¿Cuándo EE UU dejará de auspiciar golpes de Estado como en Honduras y de apoyar al sionista Estado de Israel que masacra palestinos? ¿Cuándo EE.UU. dejará de satanizar e inmiscuirse en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador?
¿Cuándo EE UU disolverá la CIA y admitirá los horrendos crímenes cometidos por esa agencia en todo el planeta?
¿Cuándo EE UU resolverá la situación de pobreza y marginalidad en la que viven millones de sus habitantes, sin empleo ni atención de salud, discriminados y expulsados por su origen latino o de otras migraciones?
Y muy especialmente le preguntamos a míster Obama, en lo que a Cuba se refiere: ¿cuándo levantará el ilegal y criminal bloqueo a la isla, repudiado en 18 votaciones consecutivas por la Asamblea General de la ONU?
Los argentinos miembros de MASCUBA queremos advertir a las autoridades norteamericanas que ni se les ocurra agredir a Cuba. SI TOCAN A CUBA SE LEVANTA EL MUNDO.
Coordinación Nacional del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba-MASCUBA
Argentina, 16 de abril de 2010, en el día de la victoria cubana de Playa Girón.
Me aprovecho de su buena disposición de publicar voces fuera del coro para reflexionar sobre un tema, Cuba, que me apasiona y conozco en profundidad. Por diez años, he dirigido la revista Latinoamérica, con la ayuda de escritores, poetas y premios Nobel de una parte del mundo que está en pleno cambio y que por eso en Europa se le ve con prejuicio. El Corriere della Sera, por ejemplo, por tercera vez en dos semanas, con las firmas de Pierluigi Battista, Elisabetta Rossaspina y Angelo Panebianco, lamenta que la reciente campaña en contra de Cuba después de la muerte del preso Orlando Zapata tras huelga de hambre, no haya suscitado una mayor implicación del público italiano, y en la práctica pide sanciones. La saña del Corriere della Sera es única, teniendo en cuenta que el diario más popular de Italia ignora, al mismo tiempo, inquietantes noticias sobre América Latina (el asesinato de periodistas en México con 15 muertes este año y 12 el anterior, o el descubrimiento en Colombia de la fosa común más grande de América del Sur con dos mil víctimas) y no da descanso a Cuba. Se ha iniciado una campaña que, evidentemente, no escapa a nadie y a veces roza lo grotesco. Wired, por ejemplo, es una revista de las ediciones Conde Nast, interesada en los nuevos medios y las nuevas tecnologías. En la última edición italiana, hay una docena de páginas sobre Yoani Sánchez, bloguera de moda. Il Fatto Quotidiano también se ha hecho eco de ella. Creada por el grupo Prisa, Yoani transmite desde La Habana apoyada en un servidor alemán (propiedad del magnate Josef Biechel) con un ancho de banda 60 veces mayor que cualquier otro utilizado en Cuba. En Wired, Yoani es fotografiada y presentada como una poco probable modelo en fuga de un gobierno malo, que no le da una visa para ir a recoger todos los premios que organizaciones hostiles a la Revolución le conceden en la mitad del mundo. La pobre bloguera se ve obligada entonces a dar cita a los periodistas occidentales a las 10 horas en el Parque Central. Y sería creíble, sólo que Salim Lamrani, investigador y profesor en la Universidad Descartes, en París, se reunió con ella tranquilamente durante horas en el vestíbulo del Hotel Plaza, en una entrevista que publicaremos en el próximo número de Latinoamérica donde Yoani dice no reconocerse, aún cuando sus respuestas fueron grabadas por un moderno IPhone. Sorprendentes detalles, pero no tanto: entre los fundadores y principales contribuyentes de Wired está Nicholas Negroponte, profesor universitario y socio del Departamento de Defensa de los Estados Unidos cuando Internet era sólo un proyecto militar. Nicolás es hermano del legendario John, estratega de la “guerra sucia” en los años 80 contra los sandinistas en Nicaragua y posterior presencia inquietante en Irak, donde fue embajador en los días de la muerte de Nicola Calipari “agente de los servicios de inteligencia italiano” que acababa de salvar a la periodista del Manifiesto Giuliana Sgrena, a manos del infante de marina Lozano. Los artículos e iniciativas contra Cuba, sin embargo, siempre tienen sorpresas ocultas. Tiene sentido, por ejemplo, descubrir en la red las imágenes de la manifestación que, en Miami, abrió la nueva campaña de descrédito que comenzó el día posterior a la muerte de Orlando Zapata, preso por años en cárceles cubanas por delitos comunes y en los últimos tiempos muy unido a las Damas de Blanco, movimiento de disidencia subvencionado por el terrorista Santiago Álvarez. Tiene sentido porque en la manifestación encabezada por Gloria Estefan, cantante de éxito, hija de un ex guardaespaldas de la familia de Fulgencio Batista, dictador derrocado por la revolución cubana, marchó otro terrorista, el cubano Luis Posada Carriles, responsable, entre muchos otros crímenes, de hacer volar un avión de Cubana de Aviación en 1976 que causó 73 víctimas. Posada Carriles fue identificado también como uno de los autores intelectuales del asesinato del ex canciller de Allende, Orlando Letellier, asesinado en Washington en 1976 y la series de atentados ocurridos en Cuba en 1997 (entre las víctimas, el italiano Fabio Di Celmo). Este Bin Laden de América Latina, encubierto por la CIA, camina libre por la calles de Florida y pide “libertad y democracia” a Cuba. Yo no sé si el ministro Frattini, quien la emprendió con Cuba luego del caso Zapata, conoce estas historias. Pero si sé que no es creíble que el ministro de Relaciones Exteriores de un país que se autoproclama democrático, exalte la bondad de un embargo absurdo, impuesto por la exclusiva culpa de un país de haber elegido un destino no deseado por los Estados Unidos, un embargo que asfixia al pueblo cubano por 50 años, y que ha sido condenado 18 veces en las Naciones Unidas, con el voto de Italia incluido. Frattini sabe que, después de los 140 millones dólares destinados por Bush en 2008 para "cambiar el rostro en Cuba", Obama en 2009, pese a la crisis económica, ha destinado 55 millones para la misma causa. ¿Para que piensa el buen Frattini que se utilizaría dicho dinero? ¿Para pacificar a un país u orquestar, en una sociedad ya herida por el terrorismo proveniente de la Florida, una estrategia de tensión? Pero a nuestro ministro le duele que Italia no se movilice contra la Revolución, ignorando el testimonio de que todos los medios de comunicación italianos se la pasan en esto semana tras semana. Incluso Aldo Forbice, que intenta callar a cualquiera que difiera de sus puntos de vista, aboga en contra de Cuba en Radio Rai, con la complicidad de los radicales. En algunos casos, se suman algunos medios progresistas en política interna, pero que tratan con cuidado, de estar a la par de la línea de la Secretaria de Estado Clinton, ansiosa por recuperar el dominio que perdió Bush Jr. sobre el continente al sur de Texas. La mayor parte de los "disidentes" encarcelados en 2003 —alentados por la administración Bush, llevaron a cabo secuestros aéreos y el secuestro de la embarcación de Regla con turistas a bordo— fueron condenados por haber tomado dinero del gobierno en Washington, nadie sabe para qué servicios, que les fueron otorgados por la oficina de intereses de los EE.UU. en La Habana. De haber ocurrido lo contrario, serían procesados en los EE.UU. por alta traición. Pero en la prensa italiana se habla de periodistas encarcelados por supuestos delitos de opinión, evitando el detalle de que muchos han sido contratados y pagados por el país que ha sometido a Cuba a un embargo de medio siglo. Por no decir que estos mercenarios perjudican enormemente a los verdaderos y sinceros disidentes y voces valientes como las de Ambrosio Fornet, Soledad Cruz, Senel Paz, Leonardo Padura, que publicamos en Latinoamérica y que, en la Revolución, critican y luchan por la reforma, porque el gobierno se libere del síndrome de asedio que retrasa la evolución de la sociedad cubana. En resumen, en los últimos meses no ha sucedido nada nuevo en la isla que justifique este asedio político. Aún no llegan las aperturas de Obama (que recién se reunión con los “duros” de la Fundación Cubano-Americana) y con razón o sin ella, Raúl Castro, a su vez ha retrasado las reformas. Pero desde el final de la Cumbre de las Américas en Trinidad, los EE.UU. se han percatado de que la actitud de la mayoría de los países del continente ha cambiado. Y para la próxima cumbre de la OEA, Hillary Clinton tuvo que aceptar la reinserción, sin condiciones, de Cuba, luego de que el propio EE.UU., cincuenta años antes, había solicitado su exclusión. Este cambio político en América Latina se ha atribuido a la influencia de la isla, y con razón. Así se regresó a los viejos métodos, con la reactivación del argumento de los derechos humanos que hace 25 años inició Reagan contra la Revolución. Esto no era lo que se esperaba de Obama.
Un hecho reciente ha venido a atizar el fuego de las discusiones en torno al tema de Internet y su control: la realización el pasado lunes 19 de abril de una Conferencia sobre Ciberdisidencia convocado por el Instituto George W. Bush y la organización estadounidense Freedom House. No es de extrañar que sea el mismo personaje que hace unos años llamaba a una guerra contra el terrorismo en “los oscuros rincones” del planeta, quien esté al frente de esta convención, y que esta se realizara coincidentemente en la misma fecha que el gobierno de los EE.UU. tras invadir a la Isla, recibiera su primera derrota en Playa Girón. El mismo que, siendo Presidente, violó sistemáticamente los derechos de los propios estadounidenses.
El evento convocó a “activistas por la libertad y los derechos humanos” y “expertos en Internet” para analizar el “movimiento global de ciberdisidentes”. Los países representados no son muchos, pero sus inclusiones sí son significativas: además de Cuba, Venezuela, Irán, Rusia, China, y Siria. Evidentemente se trata de identificar al “eje del mal” para que la propaganda tenga tela por donde cortar.Para tales “alumnos” los profesores han sido adecuadamente seleccionados, citemos por ejemplo al colombiano Oscar Morales Guevara, creador del grupo “Un millón de voces contra las FARC” y promotor de un movimiento en Facebook contra el presidente venezolano Hugo Chávez.
De izquierda a derecha (y junto a la bandera del imperio), Ernesto Hernández Busto, Oscar Morales Guevara (Colombia), profesor invitado; el ex-presidente George W. Bush; Mohsen Sazegara (Irán), profesor invitado, y Ahed Al Hendi (Siria).
Ernesto Hernández Busto es uno de esos asesores para la ciberguerra, nombrado “representante por Cuba”; alguien que sin obra intelectual seria que lo avale en su pasado, se ha montado un currículo de filósofo y filólogo. Partió de su país en 1991 y reside en Barcelona desde 1999. Fue una de las voces visibles de Paideia, en la Cuba de 1990, y su protagonismo se puso de manifiesto cuando los miembros del proyecto se reunían con los dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas. Se trataba sobre todo de hablar, no de escribir. Cuando los representantes de la UJC decidieron finalmente no asimilar a Paideia, la mayoría de sus integrantes resolvieron dedicarse a realizar su obra intelectual. No pocos de ellos han alcanzado notable prestigio como ensayistas, poetas y narradores, en Cuba y el extranjero. Ernesto Hernández Busto se ha dedicado a lo que más le interesa: la política.
El currículum del autor del blog Penúltimos Días habla por sí solo de la “seriedad” y “nivel” de esta reunión de 2010, ahora con W. Bush. Este declarado partidario del programa de subversión montado por los EE.UU ha afirmado que no tiene “nada en contra del programa, más bien al contrario. El gobierno cubano lleva años atacando a la disidencia cubana, y ahora a los bloggers, con el argumento de que son “asalariados” de EE.UU”. Hernández Busto es orgánicamente capaz de equiparar a quienes reciben dinero de una potencia extranjera para protagonizar los recientes episodios de la contrarrevolución con los periodistas cubanos que hacen su trabajo cada día: “todo el periodismo oficialista es periodismo mercenario al servicio de la propaganda oficial, y las ayudas a la disidencia son lo único que permite sobrevivir a personas a las que el gobierno ha marginado, no solo política sino también social y laboralmente”, de lo cual él mismo deduce —y evidentemente pone en práctica— que “No hay que tener ningún tipo de vergüenza ni sumarse a esa demonización del dinero extranjero con la que el castrismo azuza y trata de excomulgar socialmente a la oposición”.
El autor de un libro de nombre tan ilustrativo como Perfiles derechos. Fisonomías del escritor reaccionario, se ha erigido en defensor de la “bloggera estrella” de El País, Yoanis Sánchez, describiéndola como alguien que “ha demostrado tener el valor de decir la verdad y exponerse” —aunque nunca llega a precisar exponerse a qué. Hernández Busto silencia con toda intención que Yoani se pasea libremente por La Habana, escribe a diario, recibe premios jugosos y va a los hoteles a trabajar y a divertirse, dos cosas que no muchos seres humanos logran conjugar y que a ella se le da muy bien porque le pagan por su principal hobbie: hablar mal de Cuba.
El “delegado” de Cuba ante W. Bush —Washington los cría— llegó a afirmar en el 2008 que su opinión “más íntima sobre la situación cubana es que una intervención militar de EE.UU sería la manera más rápida y productiva de acabar con el castrismo”. Con esas ansias de intervención y anexionismo, este hombre representa los “derechos” de su “patria”. Solo que no se puede dilucidar muy bien si sabe lo que significan esas palabras. Ciertamente, Hernández Busto ha olvidado cuál es su país de origen, aunque en casos como estos la nacionalidad la define el dinero. Roma despreciaba a los traidores que pagaba, habrá que ver cómo se comporta EE.UU. Por lo pronto, paga, invita y promueve. Las fotos son harto elocuentes.
Pero si alguna duda quedara de a cuáles brasas se arrima, Hernández Busto ha colgado en su blog otra de las fabricaciones que pueden encontrarse en la red: la supuesta “evidencia” de un Plan contra alteraciones del orden y disturbios contrarrevolucionarios, especie de maquiavélica planilla para brigadas de respuesta rápida, con “armamento” especificado: “palos, cabillas y cables”.
Quizá, Carlos Alberto Montaner cayó con entusiasmo en la trampa al citar el apócrifo documento: “Esos actos están orquestados por la policía política y el Partido Comunista, como puede comprobar cualquiera que entre en el blog de penúltimosdías.com y vea el facsímil de la planilla con las instrucciones para los matones de las turbas conocidas como ‘Brigadas de respuesta rápida’”, y califica a la expresión popular como “operaciones parapoliciacas”. O quizá no cayó en la trampa, sino que todo estaba amañado que ambos, junto con Yoani, los Estefan, Fariñas, Díaz Balart, Martha Beatriz Roque, Oswaldo Payá y otras “celebridades” comulgaron para lucrar con el triste desenlace de Orlando Zapata. Para la escalada agresiva venía muy a colación la planillita y su mención por el terrorista devenido “escritor”, justo en el momento en que la polémica con Silvio Rodríguez le había dado laimprescindiblenotoriedad que ansiaba Montaner.
Probablemente sean sus pininos de declaraciones guerreras y anexionistas y no su trayectoria profesional lo que haya motivado a Mr. W. a invitar a Hernández Busto a la reunión. Según las propias palabras de Hernández Busto, él ha estado “tratando de crear un ‘supernetwork’ para la blogosfera independiente (sic) en Cuba. Gracias a un pequeño grupo élite de blogers dispuestos a explotar los nuevos medios, hasta Cuba se ha colocado en el mapa de los ciberdisidentes”. De tales declaraciones se pueden hacer varias lecturas entre líneas: una es que el ciberdisidente ahora barcelonés como no está in situ, utiliza a otros como peones de ajedrez o caballos de troya —según se prefiera—, y otra, que, aludiendo a una frase famosa de la antigua política cubana, “tiburón se baña pero salpica” o sea, él va a la convención, de lo que se desprende que recibe su parte en el “financiamiento” pero también se preocupa de la subvención del “pequeño (al menos en eso es honesto) grupo élite de blogers”.
Como no viene mal en estas lides vestirse de “ingenuo” afirma que “los bloggers —sobrentiende que solo merecen ese calificativo aquellos que comulgan con su posición política— seguimos funcionando mayormente de manera aislada, y hemos dejado a la espontaneidad el repertorio de acciones disponibles —y lo afirma cuando acaba de salir de la convención sobre el tema. Las ansias del bloggero ¿cubano? de codearse con la elite se aprecian en su entusiasmo post reunión: “Se trataba, por supuesto, de una oportunidad excepcional —y no solo para un cubano. En eventos de este tipo, es difícil tener la posibilidad de conversar y ser escuchado al mismo tiempo por bloggers, especialistas en tecnología, políticos en activo, ex políticos que trabajan como consejeros, periodistas de algunos de los medios más influyentes y empresarios de las principales compañías de comunicaciones de hoy”.
Los ocho años de gobierno bushiano, ¿o bushista?, la invasión a Iraq, Afganistán y prisión de Guantánamo mediante, bastan para saber de qué hablan cuando a “derechos humanos” los del Bush Institute se refieren. A esta organización no hace falta describirla porque el historial de su presidente es un representativo estandarte. Lo ha reconocido hasta el propio Hernández Busto en su crónica sobre el encuentro de ciberdisidentes en Dallas: “ya se sabe que la presidencia de George W. Bush fue particularmente polémica”.
Por otra parte, la copatrocinadora del evento, Freedom House, es una institución de los EE.UU financiada por el Departamento de Estado y vinculada con la CIA. Según el periodista cubano Manuel Henríquez Lagarde, en su agenda para Cuba esta organización “patrocina visitas a la Isla para —bajo el eufemismo de ayudar a formar líderes civiles y políticos en Cuba—, entrenar a cabecillas contrarrevolucionarios, distribuir propaganda o publicar reportes distorsionados sobre los derechos humanos. Para cumplir tales encomiendas, esta organización ha ido incrementando anualmente su presupuesto. En el año 1999 fue de $ 275 000, en el 2000, $ 500 000, y para el año actual la USAID le ha otorgado un total de 900 000 dólares.”
Que estos incrementos son necesarios para costear los sitios personales y bitácoras de “colaboradores” como Hernández Busto se hace evidente con los artículos colocados en Penúltimos Días a su regreso de los EE.UU., donde evidentemente recibió nuevas órdenes. Sus disparos ahora también van dirigidos contra Venezuela como se aprecia en el post de Erika Valenzuela colgado en el blog, en el que trata de desacreditar al gobierno del país suramericano, y se hace eco de quienes lo acusan de ir “hacia la total y definitiva cubanización de Venezuela”. Ya se sabe que para algunos es un negocio rentable satanizar el ejemplo de Cuba.
No es nuevo que la República Bolivariana esté en la mira de este tipo de instituciones. Al decir de la periodista e investigadora norteamericano-venezolana Eva Golinger, en ese país: “Freedom House ha estado trabajando desde el año 2005, financiando y ayudando políticamente a los sectores de la oposición contra el Presidente Chávez.”
Llama la atención el hecho de que parta de los propios EE.UU., el país que dicta, o pretende arrogarse el derecho de hacerlo, la pauta de comportamiento mundial, los estímulos para múltiples “disidencias” —que pueden ser ciber o no—. Con tanto dinero y recursos puestos a disposición por los jefes del mundo —según la autoproclamada lógica imperial—, la pregunta es obvia: ¿disentir, de qué? Si hablamos de millones de dólares en juego es obvio que el estímulo no es a los disidentes de “talento y coraje” como los catalogara el director ejecutivo del Instituto W. Bush James Glassman, sino al control de grupos que respondan a sus intereses en todas las esquinas del orbe.
Al decir de Carlos Frémez “la intención de utilizar la Internet y la promoción de redes sociales como vías para la desestabilización interna, representan la continuidad de la política agresiva de la administración Bush. Este gobierno fue el que la diseñó y los rasgos actuales ratifican su aplicación en la práctica. Esta aseveración se confirma con algunas ideas expuestas en el llamado plan Bush, también conocido como que como se recuerda, constituyó el principal programa de ese gobierno para destruir a la Revolución cubana y reinstaurar el capitalismo en la Isla”. Vale recalcar que este Plan, también conocido como “Informe de la Comisión para la asistencia a una Cuba libre” no ha sido derogado, por lo que la idea del uso de Internet como elemento desestabilizador continúa vigente, dispuesto a encontrar otras nuevas maneras de subvertir la realidad de quienes deciden andar con proyectos propios.
En un texto titulado “El Plan Bush, la administración Obama y el despliegue del cibercomando contra Cuba” Fremez cita un artículo publicado por el diario norteamericano Los Angeles Times el 7 de mayo de 2008, firmado por Paul Richter que muy descriptivamente afirmaba: “La USAID, a cargo de supervisar el programa para promover la democracia en Cuba, está tratando de convencer a grupos no gubernamentales en Europa central y América Latina de que se unan a organizaciones estadounidenses para solicitar subvenciones… El objetivo es utilizar la mayor parte del presupuesto de 45 millones de dólares para comprar equipos de telecomunicaciones como teléfonos celulares y medios para acceder a la Internet.”
La fachada “inocente” de la Red de redes hace tiempo es un velo descorrido. En el 2003 el Pentágono clasificó la guerra cibernética como el próximo campo de batalla en el cual Washington debía imponer su primacía. Barack Obama, el primer ciber presidente de la historia, creó un Comando Cibernético en el 2009 y nombró un Jefe de Ciberespacio para coordinar las políticas y acciones de EE.UU. en esta esfera. Ya lo advertía el intelectual argentino Atilio Borón: “la Internet es una estructura que tiene centros de monitoreo y control, y en donde cierto tipo de comunicaciones están bloqueadas, casi todas vigiladas y algunas son censuradas. Solo espíritus muy ingenuos pueden suponer otra cosa”.
En Cuba la población en su mayoría vive con un salario promedio de entre 10 a 20 dólares al mes, por ello el presidente Raúl Castro reconoció que es insuficiente este monto para satisfacer las necesidades básicas de la población. A pesar de estas dificultades económicas es raro apreciar en las calles cubanas a personas de extrema pobreza, como sí se pueden observas en otros países latinoamericanos.
Para medir la pobreza en Cuba se tiene que usar otros parámetros a los usados en latinoamericana, ya que su población a diferencia los demás países de la región tienen acceso a la educación, salud, luz eléctrica y el agua potable. Para brindarles ayuda a los cubanos más pobres el país cuenta con una red de seguridad social que envía a sus asistentes sociales para determinar que familia es la que verdaderamente necesita la ayuda.
A pesar de que la mayoría de familias no viva holgadamente, no sufren como los pobladores de otros países de las necesidades básicas. Además, los niños que se encuentran desamparados tienen la ayuda del Estado que les brinda educación e incluso la universidad.
Dos congresistas federales liberaron 15 millones de dólares destinados a programas para la subversión en Cuba, pero mantuvieron la retención de $ 2,6 millones a ciertas empresas contratistas del gobierno, según funcionarios en Washington citados por el Miami Herald.
Se espera que el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) distribuyan en los próximos meses los fondos del gobierno norteamericano a los grupos afines a Washington en dinero contante y sonante, y en equipos técnicos.
Los fondos secretos para la contrarrevolución, cuyo monto el gobierno norteamericano no ha revelado, han venido empleándose sin contratiempos para financiar a la llamada “disidencia cubana”.
“En un momento en que los disidentes están asediados, necesitan saber que los Estados Unidos están de su parte”, comentó al Herald Mauricio Claver-Carone, director del comité de acción política U.S. Cuba Democracy, que está a favor del bloqueo estadounidense contra la isla, reconociendo tácitamente la violación de la legislación cubana.
Funcionarios del Departamento de Estado y la USAID no hicieron comentarios sobre la liberación de los fondos, pero miembros del personal de Lemieux dijeron que se informó verbalmente la semana pasada a su oficina del cambio.
El Congreso asignó $ 20 millones en fondos para “Asistencia a la Democracia en Cuba” -eufemismo para enmascarar el carácter subversivo de este presupuesto- en el año fiscal que termina en septiembre, pero los fondos estuvieron temporalmente retenidos.
El escándalo golpeó el manejo de los $ 20 millones asignados para el año fiscal anterior. El gobierno de Obama se tomó meses antes de nombrar un nuevo jefe de la USAID y entonces lanzó una revisión de la efectividad del programa.
El gobierno de Bush desvió algo del dinero para la subversión en Cuba hacia contratistas como la Development Alternatives Inc. (DAI), al alegar que éstos podían manejar mejor el dinero y evitar otros escándalos de corrupción en los que se vieron envueltos los fondos del gobierno de EEUU destinados a la contrarrevolución.
Pero cuando el Departamento de Estado y la USAID habían notificado este año al Congreso que estaban listos para liberar los $ 20 millones durante el presente año fiscal, el senador John Kerry, demócrata por Massachusetts, y un miembro de la Cámara de Representantes, “retuvieron” el dinero hasta que pudieran obtener más información sobre los programas que se iban a financiar.
Los dos miembros del Congreso levantaron la semana pasada la retención de los $ 15 millones, según dos funcionarios de Washington que pidieron mantenerse en el anonimato debido a la sensibilidad del tema, dijo el Herald.
Dos congresistas federales liberaron 15 millones de dólares destinados a programas para la subversión en Cuba, pero mantuvieron la retención de $ 2,6 millones a ciertas empresas contratistas del gobierno, según funcionarios en Washington citados por el Miami Herald.
Se espera que el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) distribuyan en los próximos meses los fondos del gobierno norteamericano a los grupos afines a Washington en dinero contante y sonante, y en equipos técnicos.
Los fondos secretos para la contrarrevolución, cuyo monto el gobierno norteamericano no ha revelado, han venido empleándose sin contratiempos para financiar a la llamada “disidencia cubana”.
“En un momento en que los disidentes están asediados, necesitan saber que los Estados Unidos están de su parte”, comentó al Herald Mauricio Claver-Carone, director del comité de acción política U.S. Cuba Democracy, que está a favor del bloqueo estadounidense contra la isla, reconociendo tácitamente la violación de la legislación cubana.
Funcionarios del Departamento de Estado y la USAID no hicieron comentarios sobre la liberación de los fondos, pero miembros del personal de Lemieux dijeron que se informó verbalmente la semana pasada a su oficina del cambio.
El Congreso asignó $ 20 millones en fondos para “Asistencia a la Democracia en Cuba” -eufemismo para enmascarar el carácter subversivo de este presupuesto- en el año fiscal que termina en septiembre, pero los fondos estuvieron temporalmente retenidos.
El escándalo golpeó el manejo de los $ 20 millones asignados para el año fiscal anterior. El gobierno de Obama se tomó meses antes de nombrar un nuevo jefe de la USAID y entonces lanzó una revisión de la efectividad del programa.
El gobierno de Bush desvió algo del dinero para la subversión en Cuba hacia contratistas como la Development Alternatives Inc. (DAI), al alegar que éstos podían manejar mejor el dinero y evitar otros escándalos de corrupción en los que se vieron envueltos los fondos del gobierno de EEUU destinados a la contrarrevolución.
Pero cuando el Departamento de Estado y la USAID habían notificado este año al Congreso que estaban listos para liberar los $ 20 millones durante el presente año fiscal, el senador John Kerry, demócrata por Massachusetts, y un miembro de la Cámara de Representantes, “retuvieron” el dinero hasta que pudieran obtener más información sobre los programas que se iban a financiar.
Los dos miembros del Congreso levantaron la semana pasada la retención de los $ 15 millones, según dos funcionarios de Washington que pidieron mantenerse en el anonimato debido a la sensibilidad del tema, dijo el Herald.