Almeida murió sin haber dejado de servir a Cuba como siempre la sirvió y que a toda persona, ya no como el, a cualquiera, le llega la hora de dejar este mundo. Yo no pienso que el compañero Almeida fuese al cielo, para eso debería de haberlo. Se fué a descansar como haremos todo buen hijo de vecino un día u otro.