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General: La hice mia.
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: ELSANTANECO  (Mensaje original) Enviado: 28/07/2010 11:41

La hice mía.

Bajo un hermoso cielo azul íbamos caminando.  Ella llevaba sus cuadernos bajo el brazo, pues era el final de las clases por ese día. Ya por mi parte había terminado mis parciales en la U.

Tomados de la mano íbamos, por aquellas calles llenas de curiosos y curiosas, que miran tal vez con envidia o tal vez con excitación cómo ella y yo nos besábamos. Nos besamos delante de la gente, cómo exponiendo a la luz del Sol nuestro erotismo,  como dos estrellas del cine porno en plana ciudad.

Aquellos besos estaban tan llenos de pasión y lujuria, que los curiosos murmuraban entre ellos en secreto al ver la lengua de ella y la mía que se enlazaban entre sí y se introducían con picardía en nuestras bocas. Ella más excitada el ver a los curioso me besaba más y más, y hasta sentirme erecto. 

Poco a poco, la  fui llevando lejos de la gente, lejos de aquellos curiosos. Quería saber si ella estaba tan excitada como yo, con mi miembro tan erecto que hasta empezaba a sentir dolor. Caminamos unas pocas cuadras hasta un lugar público pero romántico. Sabía que aquel lugar era frecuentado por novios y parajes de recién casados. Pero cuando llegamos, aquel lugar del cual ella misma me había contado que una amiga suya había filmado ahí unos videos pornos, me dijo que mejor fuéramos a su casa, dado que sus padres no estaban y que quería cocinar algo para mi.

No lo podía creer, aquellos besos que tanto me había excitado, fueron en vano. Pero no dije ni media palabra, solo que estaban bien, mientras trate de pensar en otra cosa para disipar mi excitación. Ella en la soledad de aquel lugar me dejo de besar, pero seguía tomada de mi mano y me miraban tan tiernamente como el principio.

Llegamos a su casa. Quito lleve y abrió la puerta. Frente a un pació muy grande había un jardín en el cual una bella rosa. Ella entro, aun andaba con su uniforme de colegiala, que le quedaba tan lindo y hacia de su bella figura aun más sexy;  se quitó su uniforme para ponerse una linda minifalda, con una blusa tan escotada que dejaba casi el desnudo sus pechos como cantaros de miel.

No la quise ver solo la mire. NO me quería excitar en vano. Sabia que solos y en su casa, no se atrevería a besarme como lo hizo delante de toda la gente. Esta nena pensé, solo tiene fantasías de estrella  de cine. Mire dos lindas rosas que se enlazaban entre sí. Pensé en hacer una poesía, y es que después de aquella excitación en vano, que casi me provoco “irme en seco”,  no quería pensar en sexo, ni en ella, sobre todo en ella.

Ella estaba en la cocina, mientras yo miraban las flores, por sobre todo, aquellas dos rosas, y me disponía a sacar un cuaderno para ponerme a escribir, en tanto, ella desde la cocina me llamó 

Había preparado una rica comida. Me senté frente a la mesa, mientras metía nuevamente el cuaderno a la mochila. – Que haces me pregunto? – Nada especial, solo es un cuaderno donde coleccionó, poemas, versos, prosa etc. - Interesante, lo puede ver. –Claro que sí.

Mientras comíamos, casi no me miro. Miraba, leí y lía mi cuaderno. Ya me empezaba a sentir celoso con mi propio cuaderno de ideas. Terminamos de comer. Y mientras nos tomábamos  un helado, dado que estaba haciendo un calor “de los mil demonios”, platicábamos  un poco de poesía, pero eran mis prosas lo que más a ella le gusto.  

Desde que llegamos a la casa, no nos habíamos besado, ni siguiere tocado ni las manos. –Sabes, me gustan las rosas de tu jardín, sobre todo las dos que están ahí frente, entrelazadas entre sí. No había terminado de acabar  las frases, y mientras con una mirada coqueta me dice- “Así”.  Se sentó junto a mí. – Y que más señor poeta. –Nada más, preciosa rosa.

Estaba sentada junto a mí, con sus bellas piernas al descubierto. La bese con tanta pasión aun más que en público, dado que soy un  poco penoso cuando veo la mirada de los curios sobre mí.

Pensé que al estar los dos solos, no me respondería, y que me diría que me fuera porque sus padres pronto llegarían. Pero a pesar de todo, corrí el riesgo. Ella me respondió con toda pasión, y quizás de forma más sublime que como antes, en publico. 

Y mientras me besaba, me quitaban los botones de la camisa. – esta haciendo mucho calor, no, amor, dijo. Sus palabras sonaron dentro de mis oídos, poniendo mi órgano varonil nuevamente erecto. 

Con toda la delicadeza del mundo, le quite el sujetador, dejando sus pechos y sus bustos el descubierto, lo cuales me metí a la boca con placer. Ella daba gemidos de placer al sentir que como bebe estaba mamando sus pechos. Mientras chupaban sus pechos, baje delicadamente su falda mientras acariciaba con las manos sus nalgas.

Ella estaba tan excitada, que  después de haberme dejado sin camisa y haberme acariciado cada uno  mis músculos masculinos y mi pecho, me soltó el cincho del pantalón, dejándome el mismo solo para bajarlo y dejarme solo ropas menores.

En tanto yo corría mis lesbios y mi lengua por su vientre hasta llegar a su sexo, aun pretejido por una pequeña tanga al estilo brasileño. No quise quitar aquella erótica  prenda, sino que solo la a parte con mi lengua,  penetrando mi lengua entre los labios de su vulva que estaba completamente húmeda por la excitación que ella tenia. 

Ella por su parte, me había dejado solo en calzoncillos, y tenia todo mi pene al descubierto, masajeándolo con sus suaves manos.  Mientras sentí un primer orgasmo suyo con mi practica de sexo oral, ella toma mi erecto miembro para introducirlo entre sus labios.

No sé si era una experta, pero lo que sí se que me lo chupaba tan rico, que debía de hacer tremendos esfuerzos para no llegar al orgasmo. Menos mal que de pronto, ella misma, me pidió, casi me imploro, que la penetrara con mi pene completamente erecto y duro como un poste de luz. Me metí entre aquellas hermosas piernas, introduciendo mi largo y grueso miembro en su completamente mojada vulva, que al sentir las embutidas  daba gritos de placer.

Cambiamos varias posiciones hasta que llegamos a un placentero orgasmo. Después de haber hecho el amor, y haberla echo mía, me pare junta a ella para mirar aquellas hermosas rosas que fueron testigos de nuestro amor, pasión y lujuria…….

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: ELSANTANECO Enviado: 28/07/2010 13:47

Revisado…

La hice mía.

Bajo un hermoso cielo azul íbamos caminando.  Ella llevaba sus cuadernos bajo el brazo, pues era el final de las clases por ese día. Yo por mi parte había terminado mis parciales en la U.

Tomados de la mano íbamos, por aquellas calles llenas de curiosos y curiosas, que miran tal vez con envidia o tal vez con excitación cómo ella y yo nos besábamos. Nos besamos delante de la gente, cómo exponiendo a la luz del Sol nuestro erotismo,  como dos estrellas del cine porno en plana ciudad.

Aquellos besos estaban tan llenos de pasión y lujuria, que los curiosos murmuraban entre ellos en secreto al ver la lengua de ella y la mía que se enlazaban entre sí y se introducían con picardía en nuestras bocas. Ella más excitada el ver a los curioso me besaba más y más, y hasta sentirme erecto. 

Poco a poco, la  fui llevando lejos de la gente, lejos de aquellos curiosos. Quería saber si ella estaba tan excitada como yo, con mi miembro tan erecto que hasta empezaba a sentir dolor. Caminamos unas pocas cuadras hasta un lugar público pero romántico. Sabía que aquel lugar era frecuentado por novios y parajes de recién casados. Pero cuando llegamos, aquel lugar del cual ella misma me había contado que una amiga suya había filmado ahí unos videos pornos, me dijo que mejor fuéramos a su casa, dado que sus padres no estaban y que quería cocinar algo para mi.

No lo podía creer, aquellos besos que tanto me había excitado, fueron en vano. Pero no dije ni media palabra, solo que estaban bien, mientras trate de pensar en otra cosa para disipar mi excitación. Ella en la soledad de aquel lugar me dejo de besar, pero seguía tomada de mi mano y me miraban tan tiernamente como el principio.

Llegamos a su casa. Quito lleve y abrió la puerta. Frente a un pació muy grande había un jardín en el cual una bella rosa. Ella entro, aun andaba con su uniforme de colegiala, que le quedaba tan lindo y hacia de su bella figura aun más sexy;  se quitó su uniforme para ponerse una linda minifalda, con una blusa tan escotada que dejaba casi el desnudo sus pechos como cantaros de miel.

No la quise ver solo la mire. NO me quería excitar en vano. Sabia que solos y en su casa, no se atrevería a besarme como lo hizo delante de toda la gente. Esta nena pensé, solo tiene fantasías de estrella  de cine. Mire dos lindas rosas que se enlazaban entre sí. Pensé en hacer una poesía, y es que después de aquella excitación en vano, que casi me provoco “irme en seco”,  no quería pensar en sexo, ni en ella, sobre todo en ella.

Ella estaba en la cocina, mientras yo miraban las flores, por sobre todo, aquellas dos rosas, y me disponía a sacar un cuaderno para ponerme a escribir, en tanto, ella desde la cocina me llamó 

Había preparado una rica comida. Me senté frente a la mesa, mientras metía nuevamente el cuaderno a la mochila. – Que haces me pregunto? – Nada especial, solo es un cuaderno donde coleccionó, poemas, versos, prosa etc. - Interesante, lo puedo ver. –Claro que sí.

Mientras comíamos, casi no me miro. Miraba, leí y lía mi cuaderno. Yo me empezaba a sentir celoso con mi propio cuaderno de ideas. Terminamos de comer. Y mientras nos tomábamos  un helado, dado que estaba haciendo un calor “de los mil demonios”, platicábamos  un poco de poesía, pero eran mis prosas lo que más a ella le gusto.  

Desde que llegamos a la casa, no nos habíamos besado, ni siquiera tocado ni las manos. –Sabes, me gustan las rosas de tu jardín, sobre todo las dos que están ahí frente, entrelazadas entre sí. No había terminado de acabar  las frases, y mientras con una mirada coqueta me dice- “Así”.  Se sentó junto a mí. – Y que más señor poeta. –Nada más, preciosa rosa.

Estaba sentada junto a mí, con sus bellas piernas al descubierto. La bese con tanta pasión aun más que en público, dado que soy un  poco penoso cuando veo la mirada de los curios sobre mí.

Pensé que al estar los dos solos, no me respondería, y que me diría que me fuera porque sus padres pronto llegarían. Pero a pesar de todo, corrí el riesgo. Ella me respondió con toda pasión, y quizás de forma más sublime que como antes, en publico. 

Y mientras me besaba, me quitaban los botones de la camisa. – esta haciendo mucho calor, no, amor, dijo. Sus palabras sonaron dentro de mis oídos, poniendo mi órgano varonil nuevamente erecto. 

Con toda la delicadeza del mundo, le quite el sujetador, dejando sus pechos y sus bustos al descubierto, los cuales me metí a la boca con placer. Ella daba gemidos de placer al sentir que como bebe estaba mamando sus pechos. Mientras chupaban sus pechos, baje delicadamente su falda mientras acariciaba con las manos sus nalgas.

Ella estaba tan excitada, que  después de haberme dejado sin camisa y haberme acariciado cada uno  mis músculos masculinos y mi pecho, me soltó el cincho del pantalón, dejándome el mismo solo para bajarlo y dejarme solo en ropas menores.

En tanto yo corría mis lesbios y mi lengua por su vientre hasta llegar a su sexo, aun pretejido por una pequeña tanga al estilo brasileño. No quise quitar aquella erótica  prenda, sino que solo la a parte con mi lengua,  penetrando mi lengua entre los labios de su vulva que estaba completamente húmeda por la excitación que ella tenia. 

Ella por su parte, me había dejado solo en calzoncillos, y tenia todo mi pene al descubierto, masajeándolo con sus suaves manos.  Mientras sentí un primer orgasmo suyo con mi practica de sexo oral, ella toma mi erecto miembro para introducirlo entre sus labios.

No sé si era una experta, pero lo que sí se que me lo chupaba tan rico, que debía de hacer tremendos esfuerzos para no llegar al orgasmo. Menos mal que de pronto, ella misma, me pidió, casi me imploro, que la penetrara con mi pene completamente erecto y duro como un poste de luz. Me metí entre aquellas hermosas piernas, introduciendo mi largo y grueso miembro en su completamente mojada vulva, que al sentir las embutidas  daba gritos de placer.

Cambiamos varias posiciones hasta que llegamos a un placentero orgasmo. Después de haber hecho el amor, y haberla echo mía, me pare junta a ella para mirar aquellas hermosas rosas que fueron testigos de nuestro amor, pasión y lujuria…….


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: ELSANTANECO Enviado: 28/07/2010 16:48


 
Corregido...
Cambiamos varias posiciones hasta que llegamos a un placentero orgasmo. Después de haber hecho el amor, y haberla echo mía, me pare junto a ella para mirar aquellas hermosas rosas que fueron testigos de nuestro amor, pasión y lujuria…….





 
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