Por un lugar no tan lejano dicen que vivía un hombre que nunca se bañaba, puesto que él decía que había aprendido, qué, “La cáscara guarda el Palo”.

Pero como nuestro amigo nunca se bañaba, despedía un olor “de los mil demonios”  qué nadie se podía acercar a él a 200 metros. ¡Tanto hedía el pobre!

Un buen día como a eso de las 18 horas, unos “platillos” voladores pasaron cerca de aquel hombre. Al sentir aquel tufo, dijeron “este terrícola” nos quiere envenenar. Oh, woo, nos han descubierto!  

Lo tomaron por sorpresa, y poniéndose sus mascarías anti-gas, por el grando tufo, se llevaron al pobre hombre para su nave. Programaron sus avanzadas computadoras, a diferentes idiomas, más que el Ingles, que pensaban que era el único idioma que se hablaba todo la  tierra, ellos solo tenían ingles.  

Aquel terrícola hediondo hablaba más extraño. ¿Será español se preguntaban, o Ingles?

-Le preguntaron en español, “chapeado entre ingles y extraterrestre”.

- Comoooo Llamarte, tu “objeto” extraño mal oliente---PpPpp, tttttt RRRR, soy el Resi, dijo aquel “objeto” extraño para los extraterrestres.    

-¿Residente? Se preguntaron los extraterrestres, k, ka, ka, ka ja, k ka, ka, se cagaban de la Risa. ¿Residente?” preguntaron otra vez. ¡Este es Residente del infiernos, decían entre ellos, riéndose a carcajadas.

Finalmente los Extraterrestres, dijeron. Ka, ka, ka, este terrícola es un antisocial, mejor soltémoslo, de todo modos nadie le creerá, nada de nada

La historia, pues, del Resi y los Ovnis