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General: LOS JUDÍOS ...DUEÑOS DEL SISTEMA ... OJO !!
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 14/11/2010 20:26

Los dueños del sistema
El poder oculto: de donde nace la impunidad de Israel
por Manuel Freytas*

La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo a Israel, sino por miedo a lo que representa el Estado judío. Israel es el símbolo más emblemático, la patria territorial del sionismo capitalista que controla el mundo sin fronteras desde los directorios de los bancos y corporaciones trasnacionales. Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos. Y que controla el planeta desde los bancos centrales, las grandes cadenas mediáticas y los arsenales nucleares militares.


 




El poder oculto

Israel, es la más clara referencia geográfica del sistema capitalista trasnacionalizado que controla desde gobiernos hasta sistemas económico productivos y grandes medios de comunicación, tanto en los países centrales como en el mundo subdesarrollado y periférico.

El Estado judío, más allá de su incidencia como Nación, es el símbolo más representativo de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Con una población de alrededor de 7,35 millones de habitantes, Israel es el único Estado judío del mundo.

Pero cuando hablamos de Israel, hablamos (por extensión) de la referencia más significante de un sistema capitalista globalizado que controla gobiernos, países, sistemas económicos productivos, bancos centrales, centros financieros, arsenales nucleares y complejos militares industriales.

Cuando hablamos de Israel, hablamos antes que nada de un diseño estratégico de poder mundial que lo protege, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.

El lobby sionista que sostiene y legitima la existencia de Israel, no es un Estado en el lejano Medio Oriente, sino un sistema de poder económico planetario (el sistema capitalista) de bancos y corporaciones trasnacionales con judíos dominando la mayoría de los paquetes accionarios o hegemonizando las decisiones gerenciales desde puestos directrices y ejecutivos.

Quien se tome el trabajo de investigar el nombre de los integrantes de los directorios o de los accionistas de la grandes corporaciones y bancos transnacionales estadounidenses y europeos que controlan desde el comercio exterior e interior hasta los sistemas económico productivos de los países, tanto centrales como «subdesarrollados» o «emergentes», podrá fácilmente comprobar que (en una abrumante mayoría) son de origen judío.

Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.

Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío.

Estas corporaciones representan la crema de la crema de los grandes consorcios trasnacionales judeo sionistas que, a través del lobby ejercido por las embajadas estadounidenses y europeas, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.

Son los amos invisibles del planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.

Quien investigue con este mismo criterio, además, los medios de comunicación, la industria cultural o artística, cámaras empresariales, organizaciones sociales, fundaciones, organizaciones profesionales, ONGs, tanto en los países centrales como periféricos, se va a sorprender de la notable incidencia de personas de origen judío en sus más altos niveles de decisión.

Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNN, ABC, NBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino.

Asimismo como las tres más influyentes revistas (Newsweek, Time y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, están controlados por gerenciamiento y capital judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas.

Colosos del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista imperialista.

La concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías controladas por el capital sionista, en una proporción aplastante, posibilita decisiones planetarias de todo tipo, en la economía, en la sociedad, en la vida política, en la cultura, etc., y representa el aspecto más definitorio de la globalización impuesta por el poder mundial del sistema capitalista imperial.

El objetivo central expansivo de este capitalismo sionista trasnacionalizado es el control y el dominio (por medio de las guerras de conquista o de «sistemas democráticos) de recursos naturales y sistemas económico - productivos, en un accionar que sus defensores y teóricos llaman “políticas de mercado”».

El capitalismo transnacional, a escala global, es el dueño de los estados y sus recursos y sistemas económico- productivos, no solamente del mundo dependiente, sino también de los países capitalistas centrales.

Por lo tanto los gobiernos dependientes y centrales son gerencias de enclave (por izquierda o derecha) que con variantes discursivas ejecutan el mismo programa económico y las mismas líneas estratégicas de control político y social.

Este capitalismo transnacional «sin fronteras» del lobby sionista que sostiene al Estado de Israel se asienta en dos pilares fundamentales: la especulación financiera informatizada (con asiento territorial en Wall Street ) y la tecnología militar-industrial de última generación (cuya expresión máxima de desarrollo se concentra en el Complejo Militar Industrial de EEUU).

El lobby sionista internacional, sobre el cual se asientan los pilares existenciales del Estado de Israel, controla desde gobiernos, ejércitos, policías, estructuras económicos productivas, sistemas financieros, sistemas políticos, estructuras tecnológicas y científicas, estructuras socio-culturales, estructuras mediáticas internacionales, hasta el poder de policía mundial asentado sobre los arsenales nucleares, los complejos militares industriales y los aparatos de despliegue militar de EEUU y de las potencias centrales.

A ese poder, y no al Estado de Israel, es al que temen los presidentes, políticos, periodistas e intelectualesque callan o deforman a diario los genocidios de Israel en Medio Oriente temerosos de quedar sepultados de por vida bajo la lápida del «antisemitismo».

El lobby imperial

El lobby sionista pro-israelí, la red del poder oculto que controla Casa Blanca, el Pentágono y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.

Cuando se refieren al lobby sionista (al que llaman lobby pro-israelí) la mayoría de los expertos y analistas hablan de un grupo de funcionarios y tecnócratas, en cuyas manos está el diseño y la ejecución de la política militar norteamericana.

A este lobby de presión se le atribuye el objetivo estratégico permanente de imponer la agenda military los intereses políticos y geopolíticos del gobierno y el Estado de Israel en la política exterior de EEUU.

Como definición, el lobby pro-israelí es una gigantesca maquinaria de presión económica y política que opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado, CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.

Por medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, la primera potencia imperial, además de su papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas.

A nivel imperial, el poder financiero del lobby se expresa principalmente por medio de la Reserva Federal de EEUU, un organismo clave para la concentración y reproducción del capital especulativo a nivel planetario.

El corazón del lobby sionista estadounidense es el poderoso sector financiero de Wall Street que tiene directa implicancia y participación en el nombramiento de funcionarios claves del gobierno de EEUU y de los órganos de control de política monetaria e instituciones crediticias (nacional e internacional) con sede en Washington y Nueva York.

Los organismos económicos financieros internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, están bajo directo control de los bancos centrales y de los gobiernos de EEUU y de las potencias controladas por el lobby sionista internacional (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, entre las más relevantes).

Organizaciones y alianzas internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y la OTAN están controlados por el eje sionista USA-Unión Europeacuyas potencias centrales son las que garantizan la impunidad de los exterminios militares de Israel en Medio Oriente, como sucedió con la última masacre de activistas solidarios con el pueblo de Gaza.

Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

El mito del «antisemitismo»

A este fenómeno de «poder capitalista mundial» judío, y no a Israel, es lo que temen los presidentes, políticos, periodistas, e intelectuales que evitan puntillosamente condenar o nombrar los periódicos genocidios militares de Israel en Gaza, repitiendo lo que ya hicieron durante la masacre israelí en Libano en el 2006.

La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo al Estado de Israel sino por miedo a lo que representa el Estado de Israel.

No se trata de Israel, un Estado sionista más, sino del «Gran Israel», la patria del judaísmo mundial (con territorio robado a los palestinos), de la cual todos los judíos del mundo se sienten sus hijos pródigos desperdigados por el mundo.

No se trata de Israel, sino de las poderosas organizaciones y comunidades judías mundiales que apoyaron en bloque el genocidio militar de Israel en Gaza, que utilizan su poder y «escala de prestigio» (construida mediante su victimización histórica con el Holocausto) para convertir en un leproso social al que se atreva criticar o a levantar la voz contra el exterminio militar israelí en Gaza.

Los gobiernos del mundo capitalista, los periodistas, intelectuales, organizaciones sindicales y sociales no le temen a Israel, sino a su lapidación social como «antisemita» (mote que se le otorga al que enfrenta y/o denuncia al sionismo judío).

No le temen al Estado de Israel, sino a los hijos de Israel camuflados en los grandes centros de decisión del poder mundial, sobre todo económicos-financieros y mediático-culturales.

Los políticos, intelectuales y periodistas del sistema no temen a Israel, sino que temen a los medios, organizaciones y empresas judías, y a su influencia sobre los gobiernos y procesos económicos-culturales del sistema sionista capitalista extendido por todos los países a escala planetaria.

En definitiva temen que las empresas, las universidades, las organizaciones y las fundaciones internacionales sionistas que financian y o promocionan sus ascensos y puestos en la maquinaria del sistema los declaren «antisemitas» y los dejen sin trabajo, sin vacaciones y sin jubilación.

Esa es la causa principal que explica porque los intelectuales, académicos y periodistas del sistema viven elucubrando sesudos análisis de la «realidad» política, económica y social sin la presencia de la palabra judío o del sistema capitalista que paga por sus servicios.

Si bien hay un grupo de intelectuales y de militantes judíos de izquierda (entre ellos Chomsky y Gelman, entre otros) que condenaron y protestaron contra el genocidio israelí en Gaza, la mayoría abrumante de las comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una «guerra contra el terrorismo».

A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por «antisemita» por el poder judío mundial distribuido por el mundo.

A pesar de que el lobby judío sionista que controla Israel, tanto como la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal de EEUU no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street, el que lo critique es tildado de inmediato como «antisemita» o «nazi» por las estructuras mediáticas y culturales controlados por el poder judío mundial.

Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las criticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión «racial» o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas.

El lobby sionista no controla el mundo con la religión: lo maneja con bancos, trasnacionales, hegemonía sobre los sistemas económicos-productivos, control sobre los recursos naturales, control de la red informativa y de manipulación mundial, y manejo de los valores sociales a través de la publicidad, la cultura y el consumo estandarizado y globalizado por los medios de comunicación.

En definitiva, el lobby judío no representa a ninguna sinagoga ni expresión racial, sino que es la estructura que maneja el poder mundial a través del control sobre los centros económicos-financieros y de decisión estratégica del sistema capitalista expandido como civilización «única».

Antes que por la religión y la raza, el lobby sionista y sus redes se mueven por una ideología política funcional: el sionismo capitalista-imperial que antepone el mercado, la concentración de riqueza, la «política de negocios», a cualquier filosofía que roce las nociones del «bien» o del «mal» entendidos dentro de parámetros sociales.

Entonces: ¿De qué hablan cuando hablan de «antisemitismo» o de «anti-judaismo religioso? ¿En que parámetros referenciales se basa la condición de antisemita»? ¿Quién es antisemita? ¿Quién critica a los judíos por su religión o por su raza en las sociedades del mundo?

A lo sumo, a los judíos, como está probado en la realidad social de cualquier país, no se los critica por su religión o condición racial sino por su apego excesivo al status del dinero (también cultivado por otras colectividades) y a integrar estructuras o jerarquías de poder dentro de un sistema injusto de opresión y de explotación del hombre por el hombre, como es el sistema capitalista.

Salvo los grupos minoritarios de fanáticos y racistas que sólo se representan a sí mismos, en las sociedades (salvo el nazismo alemán y algunas excepciones) casi nunca hubo «persecución religiosa o racial» del judío, si no que hubo una asociación del judío con la «peor cara del capitalismo», representada en el sistema económico-financiero especulativo.

En resumen

El lobby sionista que protege al Estado de Israel (por «derecha» y por «izquierda») esta conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Sus redes se expresan a través de una multiplicidad de organizaciones dedicadas a promover el actual modelo global, entre las que se cuentan principalmente: The Hudson Institute, The RAND Corporation, The Brookings Institution, The Trilateral Commission, The World Economic Forum, Aspen Institute, American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.

Todos estos think tanks o «bancos de cerebros», reúnen a los mejores tecnócratas, científicos y estudiosos en sus respectivos campos, egresados de los las universidades de EEUU, Europa y de todo el resto del mundo.

El lobby no responde solamente al Estado de Israel (como afirman los analistas de la «cara derechista» de los neocons) sino a un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos.

El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo a escala trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.

Ni la izquierda ni la derecha partidaria hablan de este poder «totalizado» por la sencilla razón de que ambas están fusionadas (a modo de alternativas falsamente enfrentadas) a los programas y estrategias del capitalismo trasnacional que controla el planeta.

Por lo tanto, y mientras no se articule un nuevo sistema de comprensión estratégica (una «tercera posición» revolucionaria del saber y el conocimiento) el poder mundial que controla el planeta seguirá perpetuándose en las falsas opciones de «izquierda» y «derecha».

Y el lobby judío de «derecha» de los republicanos conservadores seguirá sucediendo al lobby judío «de izquierda» de los demócratas liberales en una continuidad estratégica de las mismas líneas rectoras del Imperio sionista mundial.

Y las masacres del Estado de Israel seguirán, como hasta ahora, impunes y protegidas por las estructuras del sistema de poder mundial sionista capitalista que lo considera como su «patria territorial».

ESPERO QUE LEAMOS CON CUIDADO NO UNA ... VARIAS VECES ...   Rubén .



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: residente Enviado: 14/11/2010 20:28
Sionismo, islamismo y socialismo son mierdas

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 15/11/2010 15:40
Los judios sionistas ya son multitud en el gabinete Obama
La mayoría de los funcionarios que van a integrar el gabinete de Obama son operadores del lobby sionista judío financiero de Nueva York y pertenecieron al gobierno del ex presidente Bill Clinton.

Menuda sorpresa se va a llevar una parte del electorado norteamericano cuando descubra que en vez de a un negro (en realidad, mulato) votó a un blanco rubio que nada tiene que ver con el "cambio histórico" prometido en la campaña, sino todo lo contrario.

A su vez, el cambio del negro (Obama, el presidente títere elegido en las urnas) por el rubio (Clinton, el poder político en las sombras) , ya se está convirtiendo en una instancia histórica reveladora inédita de la composición netamente "judeo-sionista" del poder imperial que hasta ahora estuvo siendo disimulada por una falsa alternancia de demócratas y republicanos en la gerencia de la Casa Blanca imperial.

La realidad es contundente: La mayoría de los funcionarios que van a integrar el gabinete de Obama son reconocidos operadores del lobby sionista judío financiero de Nueva York y  pertenecieron al gobierno del ex presidente Bill Clinton.

Por estas horas, la composición exclusivamente  "clintoniana" del equipo de Obama ya suena a escándalo en los círculos de poder en Washington, aunque la prensa norteamericana se hace la "desentendida" y prefiere hablar del "desafío" que deberá enfrentar el presidente electo con la crisis recesiva-financiera. 

Con sabor a Clinton

Al filtrarse poco a poco la lista de los integrantes del equipo de gobierno del presidente electo de EEUU, Barack Obama, se comprueba casi todos los nominados tienen una relación con la administración del ex-presidente Bill Clinton.(1993-2001), afirma la cadena británica BBC, el primer medio internacional que señala la futura presidencia de Obama como un "reciclado" de la era "clintoniana".

La conformación del equipo de gobierno de Barack Obama ya es percibido en la usinas y en los centros del poder norteamericano como una "vuelta" de la ex administración de Bill Clinton que gobernó EEUU durante dos periodos cruciales identificados con la "burbuja" financiera y la expansión del "libre comercio" a escala global.

"Desde el jefe de gabinete de Obama, Rahm Emanuel, ex-asesor de la Casa Blanca durante el último mandato demócrata, hasta la misma ex-primera dama y senadora por Nueva York, Hillary Clinton, mencionada para ser secretaria de Estado, la mayoría del dream team Obama tiene a Bill Clinton estampado en sus carreras políticas", sostiene la BBC.

Eric Holder, en trámite para ser fiscal general, fue sub-secretario de Justicia bajo Bill Clinton, Larry Summers operó como secretario del Tesoro bajo el mismo presidente y ahora es parte clave del clan económico de Obama. John Podesta, director de su equipo de transición, fue jefe de personal de la Casa Blanca y asesor de Clinton por más de una década, puntualiza la cadena.

Bill Richardson, secretario de Energía y embajador ante la o­nU en la administración Clinton, también está bajo consideración para el puesto de secretario de Comercio.

Janet Napolitano (una sionista pro-Israel de la estirpe de Nancy Peloso, la presidenta de la Cámara de Representantes), gobernadora de Arizona, posible reemplazo de Michael Chertoff en el Departamento de Seguridad Nacional, fue nombrada por Clinton a su primer puesto político en 1993 y Greg Craig, próximo abogado de la Casa Blanca, defendió con éxito al ex-presidente durante su proceso de destitución por el escándalo de Mónica Lewinsky.

Uno de los principales consejeros de Clinton, David Axelrod, ocupará el mismo puesto que tuvo hasta hace algunos meses Karl Rove en la administración republicana y por el que fuera apodado "el cerebro" de Bush.

En una rueda de prensa en Chicago, Obama anunció el nombramiento de Peter Orszag como director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca. Orszag, de 39 años, era hasta ahora el director de la Oficina de Gestión del Presupuesto del Congreso y fue asesor del ex presidente Bill Clinton.

La BBC dice que  muchos se preguntan por que Obama busca a tanto "clintonista reciclado", e incluso a una Clinton de carne y hueso, luego de dos años de campaña contra "la cultura política de Washington" y tras una feroz batalla contra la senadora Hillary Clinton por la nominación de su partido.

En realidad -y según se desprende de la información que circula en Washington- Obama no lo eligió a Clinton (el marido de su rival en la interna presidencial) sino que está haciendo lo que quiere el lobby sionista liberal que financió su campaña y lo convirtió en el "fenómeno Obama".

Hillary Clinton fue la "candidata presidencial" original del lobby, que solo optó por Obama cuando la senadora comenzó a caer en las encuestas. Si ganaba Hillary, Bill Clinton iba a tomar el poder.

.

El reciclamiento del lobby sionista.

Pero si bien la prensa europea y norteamericana, incluidas las usinas republicanas, ya deslizan con "ironía" la indisimulable influencia de Bill Clinton en el gobierno de Obama, omiten decir (por razones de sus pertenencias al sistema) que los puestos claves del gabinete serán ocupados por reconocidos operadores del lobby sionista que controla el Tesoro, la Reserva Federal y todo los resortes estratégicos del poder imperial norteamericano

La prueba contundente de los hechos es más fuerte que la manipulación mediática para generar expectativa de "cambio" en la política imperial.

La realidad indica que  Obama finalmente terminó aprisionado por la lógica del poder sionista: Joshep Biden, Vicepresidente (control del lobby sobre la Casa Blanca), Rahm Emanuel, jefe de Gabinete (control del lobby sobre el entorno de Obama), Timothy Geithner, secretario del Tesoro (control de lobby sobre el Sistema de la Reserva Federal), e  Hillary Clinton, secretaria de Estado (control del lobby sobre la política Exterior).

El máximo nivel de decisión política, las áreas de ejecución presidencial y el entorno del presidente, el máximo nivel de decisión económica financiera,  y el diseño y la ejecución de la política exterior (el corazón del Imperio) van a estar en manos de operadores del lobby judío sionista (en versión liberal) de la "gran manzana" bancaria de Nueva York.

En síntesis, la Casa Blanca (el poder político), el Tesoro (el poder financiero), el  departamento de Estado (el poder imperial) y el Pentágono (el poder militar que seguirá en manos de Robert Gates) responderán a los intereses estratégicos del lobby judío que gobernará EEUU con Obama como la "frutilla de la torta".

Otro "peso pesado" del lobby, el ex jefe de la Reserva Federal estadounidense Paul Volcker se encargará de dirigir en la futura Administración de Barack Obama un nuevo consejo asesor en materia económica creado especialmente para estabilizar los mercados financieros en plena crisis internacional, según informó el martes The Wall Street Journal.

El diario consultó a fuentes demócratas y señaló, además, que el economista de la Universidad de Chicago y asesor de campaña Austan Goolsbee, otro operador relevante del lobby, se convertirá en director ejecutivo de esta comisión.

Además,  el presidente electo de EEUU, Barack Obama, confirmó este lunes el secreto a voces que circulaba desde hace días: Tim Geithner (el futuro secretario del Tesoro)   y Larry Summers liderarán el equipo que deberá hacer frente a una crisis económica "de proporciones históricas".

El nombre de Summers, de 53 años y ex presidente de la Universidad de Harvard, se baraja también para reemplazar a Ben Bernanke cuando éste finalice su mandato en la Reserva Federal en enero de 2010. A diferencia de Geithner, Summers no deberá afrontar el proceso de confirmación en el Senado antes de convertirse oficialmente en asesor del presidente.

"El vicepresidente electo, Joe Biden, y yo hemos formado un equipo con visión y habilidad para estabilizar nuestra economía, crear puestos de trabajo y llevar de nuevo a América por el buen camino", aseguró Obama durante su segunda presentación ante los medios en Chicago desde la noche electoral del 4 de noviembre.

Obama anunció además que la profesora de Berkeley Christina Romer, otra sionista del círculo demócrata,  encabezará el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, mientras que otra operadora del lobby, Melody Barnes, ex vicepresidenta del "think tank" liberal Center for American Progress, será la directora del Consejo de Política Doméstica.

Además, Warren Buffet y George Soros,  operadores históricos y gurúes emblemáticos del lobby judío sionista neoyorquino ocupan lugares de "asesores estrellas" en el círculo que rodea a Obama.

Un operador del sionismo mediático,   el presidente de Time-Warner, Richard Parsons (calificado como el contacto de Obama con la CNN), figura con características  relevantes en el equipo de estrategas del presidente electo.

Parsons, el presidente de Times-Warner Inc., propietaria de la cadena televisiva CNN, es  también director de Citigroup, uno de los grandes beneficiarios del rescate financiero que continuará con la administración de Obama.

Pero la "gran trilogía" del lobby financiero que controla a Obama está compuesta  por Timothy Geithner, Lawrence Summers y Robert Rubin, el estratega favorito de Bill Clinton.

El Tesoro, la columna vertebral del sionismo financiero que (junto a la Reserva Federal) controla al Imperio estadounidense, será ocupado  (no por casualidad) por Timothy Geithner, actual presidente de la estratégica Reserva Federal de Nueva York donde se encuentran las casas centrales de los 100 principales bancos y entidades financieras de EEUU.

Obama ya tiene decidido nombrar a Geithner, de 47 años, como secretario del Tesoro, mientras que Lawrence Summers, de 53, será el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, según dijo el sábado un miembro de su equipo de transición.

Ambos fueron miembros del gobierno de Bill Clinton, e integraron, junto con Robert Rubin, las líneas estratégicas del plan de "apertura económica y "libre mercado" que terminó configurando el reinado de la especulación financiera a escala global.

Tanto Geithner, como Summers  y Rubin, representan el más alto nivel de decisión del lobby sionista bancario con central en Nueva York, y su nombramiento al lado de Obama es la señal más clara de que el lobby apunta a privilegiar el sector financiero en crisis como centro de su gestión.

Summers, quien fue secretario del Tesoro con Clinton, diseñó para Obama su estrategia de "respuesta a la crisis financiera" durante la campaña, y jugará un destacado papel al elaborar la política económica y coordinar a los asesores de su Gobierno.

Geithner, el actual presidente de la Reserva Federal de Nueva York donde se encuentran los pulpos gigantes beneficiados con el plan de rescate financiero de US$ 700.000 millones de Bush, será el sucesor de Paulson.

La Reserva Federal de Estados Unidos y el Departamento del Tesoro acaban de aprobar un segundo plan de rescate financiera por un monto de US$  800.000 millones con destino a la compra de activos hipotecarios y para reactivar los mercados de crédito al consumo que "heredará" Obama.

Este plan de rescate, el segundo aprobado por la administración del presidente George W. Bush tras un primer paquete de US$ 700.000 millones, se divide en dos partidas: US$ 600.000 millones para comprar activos hipotecarios y otros US$ 200.000 millones para avalar créditos al consumo.

En este escenario, Timothy Geithner, será el continuador del plan de "crisis"  de Bush para rescatar a las entidades quebradas y que dio curso a un formidable negocio financiero de los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal (liderado por la Reserva de Nueva York).

La presencia de Geithner como nuevo secretario del Tesoro es la prueba más contundente de la continuidad del plan de rescate financiero de Bush (y del macro negocio financiero que conlleva) durante la gestión de Obama.

Geithner, como secretario del Tesoro, posibilita que, y con garantía del Estado norteamericano, el conjunto de bancos privados que conforman la Reserva Federal seguirán actuando en la práctica (y dentro del esquema funcional del "súper-rescate" emprendido por el Gobierno federal) como una supra-entidad prestataria que manejará un fondo billonario orientado a hacer negocios (también billonarios) con los cadáveres dejados por el colapso financiero en EEUU.

Pero, y tal como lo resalta la prensa norteamericana, Obama planea elevar aún más el monto del "rescate" (o sea del negocio).

Según The Wall Street Journal, congresistas del partido Demócrata estadounidense estudian dar su respaldo a un billonario plan de "estímulo económico" diseñado por Geithner y Summer   con el que el gobierno de Obama intentará "salir de la recesión" por la que atraviesa ese país.

Como ya viene sucediendo con el plan de Bush-Paulson, el "plan de estímulo" de Obama centra su eje funcional en la normalización del sector financiero como meta para restaurar a la economía real en crisis .

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, indicó que los economistas del equipo de Obama sugirieron la necesidad de adoptar un plan valorado en "cientos de miles de millones" de dólares.

Por supuesto que, ni la prensa conservadora ni las usinas republicanas, revelan este "detalle" (del macro negocio capitalista con la crisis)  cuando critican a Obama por haber convertido su gabinete en el "regreso de Bill Clinton".

 

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: ELSANTANECO Enviado: 15/11/2010 15:54
Los misiles de Hamás pueden alcanzar Tel Aviv

Un alto funcionario de inteligencia advirtió que los cohetes, que el grupo terrorista Hamás posee en la Franja de Gaza tienen un alcance de 80 kilómetros lo que implica que la ciudad de Tel Aviv está dentro del radio de ataque de la organización, patrocinada por Irán.

El funcionario culpó de la nueva situación a Egipto, afirmando que ese país no está haciendo lo suficiente para frenar el contrabando que pasa a través de una red de túneles debajo de la frontera entre su desierto del Sinai y el enclave palestino. En cambio, un funcionario de seguridad egipcio sostuvo que su país combate el contrabando con éxito.

El oficial de inteligencia israelí aseguró que Hamas "está haciendo grandes esfuerzos para aumentar su capacidad militar... ensanchando las capacidades de sus misiles en la Franja de Gaza, y todo esto ocurre a raíz del contrabando de armas que pasa desde Egipto a la Franja de Gaza ".

"La mayoría de los túneles que se utilizan para el contrabando de estos cohetes, explosivos y otras armas se encuentran en un área de tres o cuatro kilómetros", dijo el oficial de inteligencia.

"Lo vemos en nuestra inteligencia y tenemos fotografías. En muchos lugares podemos mostrar fotos de soldados egipcios, a menos de 20 metros de la apertura de un túnel, que está funcionando bajo sus ojos, bajo su de control, y nadie hace nada al respecto".

"Egipto podría detener el contrabando de armas en 24 horas, si quisiera hacerlo", mantuvo el oficial. "Hay suficientes tropas y policías egipcios... en la frontera".

Por su parte, un alto funcionario de inteligencia de Egipto dijo que la seguridad egipcia ha estado realizando con éxito sus operativos en la frontera con Gaza; y agregó que se han interceptado 50 toneladas de explosivos en los dos últimos años y que su trabajo ha sido elogiado por la inteligencia israelí



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