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General: los enemigos del pueblo argentino sacan las uñas a la luz
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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 20/11/2010 18:14 |
Temerario pedido de Paolo Rocca: quiere variar el tipo de cambio
Publicado el 20 de Noviembre de 2010
Con un discurso sinuoso, el presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, pidió durante la 16ª Conferencia de la Unión Industrial Argentina cambiar “los paradigmas” del modelo económico productivo y se quejó por los problemas de productividad que a su juicio tiene el país. Rocca se lamentó también, porque consideró que el “modelo de crecimiento a partir de la primarización, que perjudica a los sectores industriales, no asegura la creación del empleo calificado esencial para el desarrollo social y civil de nuestras sociedades”. Fuera de contexto, las palabras de Rocca parecen las de un intelectual preocupado por la evolución económica de su país. Sin embargo, el capitoste de Techint y de la UIA las formuló después de las duras críticas que el titular de la conferencia industrial, Federico Nicholson, hizo por “la excesiva injerencia” del Estado en la economía. “En nuestro país las políticas puestas en marcha en los primeros años de la década para salir de una crisis dramática, han contribuido sin duda a una fuerte recuperación industrial y a la inclusión social y económica de los sectores más desamparados”, sentenció. No obstante, a renglón seguido dijo que “hoy la emergencia económica tiene que dejar paso a la estabilidad y a la previsibilidad de la acción de gobierno, para atraer inversiones y hacer frente a la agresividad de la competencia mundial”. Además, el hombre fuerte de la industria local lanzó una velada crítica contra el modelo económico cuando dijo que “los paradigmas que han ayudado al país a salir de la crisis no son necesariamente los que nos ayudarán a aprovechar las oportunidades que ofrece un mundo que está saliendo de una crisis global”. Rocca insistió en varias ocasiones con la importancia de ganar competitividad. Le echó la culpa a los aumentos salariales porque mientras “la productividad laboral creció a una tasa promedio anual de 4%, los salarios en dólares crecieron a un ritmo de 22% al año”. Rocca nada dijo de la fuerte rentabilidad que obtuvo su empresa durante estos años. También le dedicó algunos párrafos al tipo de cambio. Enigmático, el industrial, no aclaró si pretende una devaluación que mejore los beneficios de su empresa o sólo sugiere una depreciación progresiva para ganar terreno frente a sus competidores. “El tipo de cambio es sin duda un aspecto esencial, sobre el cual cada país está operando y sobre el cual es necesario actuar. La tendencia a la apreciación que deriva de la primarización y del ingreso de capitales puede ser neutralizada mediante la utilización del superávit fiscal para fortalecer las reservas”, señaló. Sin embargo, también consideró “necesario actuar sobre los aranceles y la protección contra el comercio desleal y las manipulaciones cambiarias. Un tipo de cambio competitivo y sostenido en el tiempo es una herramienta indispensable para crecer.” Por último, planteó una crítica, también subrepticia, al proyecto que le da participación a las ganancias a los trabajadores.
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De: albi |
Enviado: 20/11/2010 18:29 |
La insólita sociedad Carrió-Cobos para frenar el presupuesto
El complot
La diputada Cynthia Hotton en plena sesión.
18-11-2010 / La diputada y el vice-opositor armaron las falsas denuncias por presuntas “coimas” en Diputados. Cómo se gestó el operativo y el rol de Clarín.
Por Adrián Murano
Decían detestarse. Juraban que nunca, jamás de los jamases, se arrimarían siquiera para una foto de ocasión. Pero para ciertos políticos profesionales el amor y el odio son sentimientos volátiles, que se evaporan al calor de la necesidad. Y a los dos los desborda la necesidad.
“Tenemos que hacer algo o nos revientan”, le dijo ella. “Ya te paso un par de nombres”, le dijo él. El increíble pacto quedó sellado en pocos minutos: Elisa Carrió y Julio Cleto Cobos, los otrora enemigos irreconciliables, se asociaron para pergeñar la operación política más burda de los últimos tiempos.
Faltaban dos horas para que terminara el miércoles 10 y Carrió lucía desesperada. “Si sale el presupuesto se nos cae todo, nos quedamos sin nada”, recitaba, monocorde, desde las bambalinas del recinto de la Cámara de Diputados donde se trataba el proyecto de ley de Presupuesto 2011. La jefa de la Coalición Cívica ya había descargado casi todo su arsenal sobre el hemiciclo: fustigó a sus ex aliados radicales con el recuerdo de viejos pactos, apretó a Federico Pinedo por la deserción en su bloque, y le hizo mohínes a Felipe Solá para contener el desbande del peronismo disidente. Con su habitual mix de amenazas, griterío y seducción, Carrió había logrado prolongar una sesión que, a esa hora, parecía haberse encaminado a favor del oficialismo. “Estos no me van a enterrar antes de muerta”, dijo al final, y pidió que le alcanzaran su teléfono.
“Hola, ¿Julio? Tenés que darme una mano”, ordenó Carrió, con su mejor tono de súplica. Tres testigos directos confirmaron a Veintitrés que fue un diálogo telefónico breve, nervioso. Con pocas palabras, Carrió desarrolló su profecía ante el vice-opositor. “Si les damos el presupuesto, perdimos”, arrancó, para luego desarrollar la tesis que, casi un año atrás, había exhibido ante sus pares del Grupo A. En la imaginación de Carrió, la oposición debía llegar al debate del presupuesto activando una tormenta perfecta, quitándole al Gobierno todos los mecanismos de gestión: facultades delegadas, superpoderes y DNU. Sin esas herramientas, planeó la diputada, los K se verían obligados a negociar el presupuesto. Pero el año parlamentario pasó con más penas que gloria para la oposición, que apenas logró tumbar las facultades delegadas. De ese modo, al oficialismo se le abrió la posibilidad de prorrogar el presupuesto 2010 como forma de esquivar los embates del arco anti K. Y la estrategia de Carrió se resquebrajó, hundiendo al Grupo A en la ciénaga de los reproches cruzados.
*La nota completa, en la edición impresa de Veintitrés |
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