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General: LOS BENEFICIOS DEL CAPITALISMO GLOBAL .
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Réponse  Message 1 de 19 de ce thème 
De: IGNACIOAL  (message original) Envoyé: 28/11/2010 12:24

Los Beneficios del Capitalismo Global

Archivo:Johannorberg.jpg

Johan Norberg (Estocolmo, 27 de agosto de 1973) es un escritor sueco, promotor entusiasta de la globalización, del capitalismo, de la inmigración y de las libertades individuales.

Estudió en la Universidad de Estocolmo donde obtuvo un M.A. especializándose en el estudio de la historia de las ideas. Tras una etapa militando en el anarquismo de izquierda, descubrió el libertarismo de John Locke, Frédéric Bastiat, Ludwig von Mises y Ayn Rand, entre otros. Fue miembro del think tank Timbro desde 1999 hasta 2006, desde el que abogó por la globalización y las reformas liberalizadoras, labor que ahora realiza desde el Centre for the New Europe.

Es el autor del libro En defensa del capitalismo global, publicado en español por Unión Editorial en 2005, y es productor del documental para televisión Globalisation is Good, que fue emitido por el Channel 4 británico y del que existe una campaña para intentar su emisión en el programa Documentos TV del canal público estatal TVE. Fue finalmente emitido por la televisión pública madrileña Telemadrid el 8 de enero de 2007. En 2005 su blog fue votado como el mejor de Suecia por los lectores de Internetworld. En la actualidad es académico titular del Cato Institute.

Está casado con la periodista sueca Sofia Nerbrand, con quien tiene un hijo.

 

Por Johan Norberg
Traducido por Daniel Rodríguez Herrera

Discurso dado ante el Círculo de Empresarios, Madrid 13 de Junio de 2002. Johan Norberg es autor del libro En defensa del capitalismo global, publicado por Timbro y ganador del Premio Antony Fisher.
 
 
 
 
En los años 60, dos suecos visitaron varios países asiáticos como India, Indonesia, Malasia o China, y quedaron horrorizados por la pobreza que contemplaron allí. No podían creer en un futuro esperanzador y pensaron que, posiblemente, la única salida de muchos de estos países era la revolución socialista. En el pueblo indio de Saijani conocieron a Bhagant, un joven agricultor intocable, pobre y analfabeto, que vivía entre basura y luchaba diariamente por su supervivencia.
 
Treinta años después, cuando regresaron a esos mismos países que habían visitado treinta años antes, no podían creer lo equivocados que habían estado acerca de la abyecta miseria y el desastre que habían visto. Ahora observaban que más y más gente había sido liberada de la pobreza, el hambre y la insalubridad.
 
Cuando encontraron de nuevo a Bhagant, ahora un anciano, su casa estaba construida de ladrillo y no de barro, y todos sus vecinos tenían ahora zapatos en sus pies y ropa limpia - y no harapos - sobre su piel. Sus nietos iban todos a la escuela. Fuera, las calles tienen alcantarillado, y el perfume de la tierra cultivada había reemplazado el hedor de los excrementos y la basura. Treinta años antes, Bhagant no sabía que vivía en la India. Ahora ve las noticias internacionales en la televisión.

Este desarrollo no ha surgido de ninguna revolución socialista sino, por el contrario, de una tendencia de las dos décadas pasadas hacia una mayor libertad individual. El comercio internacional y la libertad de elegir han crecido; las inversiones y ayudas al desarrollo han transmitido ideas y recursos. Muchos beneficios se han derivado del conocimiento, riqueza y tecnología de otros países.

Pero el mayor cambio ha tenido lugar en la manera de pensar y de soñar de la gente corriente. La televisión y los periódicos aportan ideas e impresiones de todos los lugares del mundo, ampliando la noción sobre lo que es posible. Esto implica nuevas libertades para mujeres que siempre han estado oprimidas, ahora que tienen más oportunidades de conseguir un trabajo y, por tanto, ser más independientes de sus maridos. Los nuevos mercados financieros permiten a los granjeros que necesitan dinero para educación o su granja no acudir al prestamista que da dinero sobre la garantía del futuro trabajo de sus hijos. Cuando aparecen nuevas empresas, y es posible elegir entre diferentes empleos, el control total que los terratenientes solían tener se desvanece.

Toda la generación de Bhagant era analfabeta. De la generación de sus hijos, solo unos pocos podían ir a la escuela, y, finalmente, toda la generación de sus nietos va al colegio. Bhagant se da cuenta de que las cosas han mejorado. La libertad y la prosperidad han crecido. Hoy en día, los niños son el mayor problema.

Cuando él era joven, los niños eran obedientes y ayudaban en casa. Hoy se han hecho terriblemente independientes, ganando dinero por su cuenta. Esto puede provocar tensiones, pero no es ni mucho menos lo mismo que el riesgo de contemplar a tus hijos morir de hambre.

El progreso en estos países es muy lento. Pero aún así es más rápido de lo que nunca había sido. La postura que adoptemos usted y yo y todos los demás habitantes del mundo desarrollado sobre el candente asunto de la globalización puede decidir cuanta gente va a compartir el desarrollo que ha tenido lugar en el pueblo de Bhagant, o si el desarrollo debe dar marcha atrás.


El progreso

Lo más importante que ha sucedido desde la primera ola de industrialización y desarrollo del siglo XIX es su difusión por todo el mundo en las últimas décadas. Durante los últimos 50 años, la pobreza global se ha reducido más que en los 500 años anteriores juntos. En los últimos 30 años, la renta media en los países en desarrollo se ha duplicado. Durante las últimas dos décadas, la proporción de la pobreza absoluta - es decir, las personas con un ingreso inferior al dólar diario - se ha reducido del 31 al 20 por ciento. Incluso, a pesar de que la población total ha aumentado en 1.500 millones, también se ha reducido en números absolutos por primera vez desde que se registra esta estadística en alrededor de 200 millones.

Otros indicadores de bienestar en el tercer mundo muestran el mismo patrón. Cuando se tienen recursos, se puede incrementar el nivel de vida. Durante los últimos 50 años, el analfabetismo entre los jóvenes se ha reducido del 70 al 25%. La mortalidad infantil se ha reducido del 18 al 8%. La esperanza de vida ha crecido de 46 a 64 años. Durante los últimos 30 años, las situaciones de hambre permanente se han reducido del 37 al 18%.

En otras palabras, estos indicadores están mejor hoy en los países en desarrollo de lo que estaban en los países ricos hace cien años. ¿Por qué ha sucedido esto?

Mi respuesta es que esto ha sido el resultado del hecho de que algunas cosas que solían ser propiedad exclusiva de los países occidentales se han empezado a difundir por el mundo, cosas como la riqueza, las inversiones, las multinacionales, las ideas, los medios de comunicación, la ciencia, la tecnología, la medicina, etc.. Lo gracioso es que todo esto es exactamente eso que se denomina, quizá un poco a la ligera, globalización. La India de Bhagant, que intentó el proteccionismo y el estatismo tras la independencia, es el resultado de la especialización económica en los 80 y la liberalización de los 90.

El movimiento antiglobalización se queja de que la globalización crea pobreza y desigualdad. Eso es una verdad a medias. Si se considera la pobreza están completamente equivocados, ya que se puede observar que la pobreza ha disminuido en las décadas de la globalización. Pero están en lo cierto cuando dicen que este es un mundo desigual. El factor que más determina el nivel de vida de un individuo y sus oportunidades de prosperar es la latitud en la que ha nacido. El 20% de la población consume el 80% de los recursos mundiales. Pero esto no significa que ellos, es decir, nosotros los del Norte, les quitemos esos recursos al resto del mundo. No, nosotros creamos el 80% de la producción de los nuevos recursos. Y eso no tiene nada que ver con que seamos más listos o trabajemos más que el resto. Tiene que ver con el hecho de que somos quienes tenemos la libertad de emplear nuestra inteligencia en lo que consideramos adecuado, y que tenemos la libertad de trabajar en nuestro propio beneficio, libertades estas que en el Sur se tienen en mucho menor grado.

Hay una distribución desigual de la riqueza en el mundo, pero esto por la desigual distribución del capitalismo. Aquellos que tienen capitalismo se hacen ricos, los que no lo tienen permanecen pobres. Si destruyéramos el capitalismo todos seríamos pobres pero, eso sí, iguales.

Por medio de la producción y el crecimiento económico, se produce más riqueza, y el capitalismo fomenta una producción cada vez mayor y más eficiente, pues si no logras ese objetivo te encuentras fuera del negocio. Fomenta y recompensa inversiones a largo plazo en una producción mejor. El comercio libre es comercio justo, casi por definición, porque un trato no se hace mientras ambas partes no piensen que ambos ganan algo de él. Al contrario que en los campeonatos de fútbol, ganan ambas partes.

Cuanto mayor es el grado de libertad económica en un país, mayor es la oportunidad del mismo de conseguir más prosperidad, un crecimiento más rápido, un nivel de vida más alto, etc.. Si decidimos dividir el mundo en cinco grupos dependiendo del grado de libertad económica, como ha hecho el canadiense Instituto Fraser, vemos que los países más libres son diez veces más ricos que los menos libres y que tuvieron un crecimiento anual del 2'3% durante la década de los 90 mientras que los menos libres tuvieron un crecimiento negativo del 1'5%. Hay un dato aún más interesante que indica que la gente en los países más libres vive de media 24 años más que la gente en los países menos libres.


Asia contra África

Un interesante ejemplo de esto son los países en vías de desarrollo a lo largo de los últimos 50 años. En Latinoamérica y Áfricas los gobiernos querían autosuficiencia y monopolios estatales. El resultado fueron industrias crecientemente ineficientes detrás de barreras proteccionistas. Al final no podían ni sufragar las máquinas necesarias para continuar la producción. Las economías se derrumbaron hace unos veinte años y dejaron a la población con grandes deudas.

Contraste esto con los países del sudeste asiático que se aprovecharon de la división internacional del trabajo con una política orientada a la exportación. Hicieron lo que mejor sabían hacer y el resto lo importaban. Tenían un gran intervencionismo gubernamental, pero controlado por las señales del mercado; cuando una empresa no era competitiva, se la ponía fuera del mercado. Estos países tienen ahora un nivel de vida cercano al europeo.

A mediados de los años sesenta, Zambia era el doble de rica que Corea del Sur, y ahora Corea del Sur es 27 veces más rica que Zambia. Esto no puede explicarse por diferencias en la inteligencia o la ética del trabajo. La otra parte de Corea, Corea del Norte - y Birmania - otra de las economías del sudeste asiático, no ha tenido tanta suerte. Tienen una economía autosuficiente y planificada centralmente, y en duro contraste con sus vecinos, permanecen anclados en una profunda miseria.

Por otro lado tenemos a algunos países africanos que han intentado algunas reformas liberalizadoras, aunque muy lentamente, como Botswana, Mauritania, Ghana y Uganda, y no se han atascado en la misma pobreza que el resto del continente, presentando en cambio crecimiento y una leve reducción de la pobreza.

Podemos observar esto en todo el mundo. Se puede observar como China e India han comenzado a hacer rápidos progresos cuando empezaron a desrregular sus mercados, se puede observar como países con mercados libres como Chile y Méjico crecen más rápidamente que el resto de Latinoamérica y se puede observar esto incluso en las severamente planificadas economías del mundo árabe. Pequeños países árabes que han hecho reformas liberales, como Bahrein y Qatar, han experimentado un rápido crecimiento.
 
 
La globalización significa libertad

La libertad económica, que significa tanto progreso económico como más libertad, es también una oportunidad para conseguir libertades políticas. A largo plazo es difícil para los dictadores que aceptan la libertad económica el evitar la libertad política. Durante las últimas décadas, en país tras país hemos podido ver como los gobernantes que han garantizado a sus ciudadanos el derecho a escoger bienes e invertir libremente finalmente se han visto forzados a darle una elección libre de gobernantes. Eso ha pasado en dictaduras del Sureste asiático y de Latinoamérica. El partido único de Méjico se derrumbó un par de años después de que el país optara por el comercio libre. La dictadura de Suharto se derrumbó como una baraja de cartas en el despertar de la crisis asiática, y en estos momentos podemos ver como los primeros movimientos hacia la democracia están teniendo lugar en África, en los mismos países que se ha comprometido con los mercados libres.

La gente que crece más rica, mejor educada y más acostumbrada a escoger, no acepta que otros elijan en su lugar, de modo que la economía de mercado a menudo desemboca en democracia. Un sistema económico descentralizado hace posible el establecimiento de grupos independientes del poder político, que al fin y al cabo es la base del pluralismo. Encuestas internacionales sobre libertad económica han mostrado que los ciudadanos con capacidad de comerciar internacionalmente tienen aproximadamente cuatro veces más posibilidades de disfrutar de democracia que quienes no tienen ese derecho. Esta es, en parte, la razón por la que los activistas chinos desean que su país se una a la Organización Internacional de Comercio, mientras que los comunistas de la vieja escuela y el Ejército se oponen. La entrada obligará a mayor transparencia y descentralización, aparte de que una dictadura que siempre ha sido tiránica y arbitraria será obligada a someterse a un código internacional imparcial.

Pero, en tal caso, ¿como es posible que tanta gente, desde manifestantes a profesores, piense que la globalización y el comercio crea pobreza? Una de las razones es que piensan que, tras la caída del comunismo, ya sólo queda en el mundo capitalismo y lo que ellos denominan neoliberalismo. En ese caso, si aún quedan problemas en el mundo como pobreza, enfermedad, desigualdad, etc., debemos culpar de ellos al capitalismo. Pero lo que olvidan es que el capitalismo está solucionando esos problemas, más rápido que nunca. Culpar al capitalismo por los enormes problemas en África, el continente menos democrático, capitalista y globalizado, es como culpar a los médicos de tu mala salud sin haber visitado nunca a ninguno.

Otra razón puede ser que realmente no entiendan lo que es la globalización. En su reciente libro El malestar en la globalización, el Premio Nobel Joseph Stiglitz se queja de que la globalización empobrece a la gente, pero resulta que lo que él entiende por globalización es el Fondo Monetario Internacional. Pero fuera o no un error del FMI el reclamar tasas de interés más altas durante la crisis asiática del 97, poco tiene eso que ver con los méritos de la globalización. El FMI es una institución política, que intenta dirigir economías por medio del dinero de los contribuyentes, y padece de los mismos defectos que otras instituciones gubernamentales y agencias de ayuda. La globalización es otra cosa, es nuestro día a día, nuestras acciones voluntarias, donde compramos, donde viajamos, donde invertimos.

Muchos se sienten impotentes ante la perspectiva de la globalización, y este sentimiento se comprende fácilmente cuando nos enfrentamos con las decisiones descentralizadas de millones de personas. Si los demás tienen la libertad de vivir sus propias vidas, no tenemos poder sobre ellos. Pero, a cambio, obtenemos un poder mucho mayor sobre nuestras propias vidas. Este tipo de impotencia es buena cosa. No hay nadie en el asiento del conductor, porque cada uno de nosotros está conduciendo su vida en muchas más direcciones.

Internet se marchitaría y moriría si no enviáramos correos electrónicos, no encargáramos libros y no nos bajáramos música todos los días en esta red de ordenadores global, ninguna empresa buscaría productos del extranjero si no los pidiéramos, y nadie invertiría dinero más allá de la frontera si no hubiera emprendedores deseando invertir en respuesta a la demanda de los consumidores. La globalización la forman nuestras acciones cotidianas. Comemos plátanos de Ecuador, bebemos té de Sri Lanka, vemos películas americanas, pedimos libros al Reino Unido, trabajamos para empresas de exportación que venden en Rusia y Alemania, nos vamos de vacaciones a Tailandia y ahorramos dinero para nuestra jubilación en fondos de pensión invertidos en Sudamérica y Asia. Los recursos pueden ser canalizados por corporaciones financieras y los bienes transportados entre fronteras por diversas empresas, pero sólo se hace porque nosotros queremos que se haga. La globalización tiene lugar por abajo, aunque los políticos vayan detrás de ella con todo un abanico de siglas - UE, FMI, BM, ONU, UNCTAD, OCDE - en un intento de estructurar el proceso.

Los críticos llaman a la globalización la "globalización de las multinacionales". Eso es una tontería. Las grandes empresas tienen mas poder en sociedades cerradas, con privilegios y aranceles que impiden a otras empresas competir y a los consumidores elegir. En ese tipo de sociedades, como la latinoamericana tras la Segunda Guerra Mundial, las multinacionales pueden hacer productos caros y malos ya gente está obligada a acudir a sus sedes y trabajar para ellas.

La globalización es la manera de dar a las multinacionales más libertad para comerciar e invertir pero, al mismo tiempo, quitándoles poder. En un mercado libre, las empresas son como camareros; son libres de ofrecerte el menú pero si no estás interesado puedes ir a cualquier otro sitio. El comercio libre significa que otros camareros, incluso extranjeros, pueden ofrecerte menús en competencia. Tú estás al cargo. Puede que sean las grandes empresas y los bancos quienes transporten bienes y capitales a través de las fronteras, pero si no fuera por el hecho de que existe una demanda popular por ellos, no lo harían.

¡La globalización la controlamos nosotros, las personas!

Y además beneficia a los más pobres. Para los países pobres no resulta un problema que haya países ricos, como el movimiento antiglobalización parece sugerir. Al contrario, es una gran oportunidad. 130 años atrás, a Suecia le benefició el hecho de que países como Inglaterra y Francia fueran mucho más ricos y más industrializados. Eso significó que pudiera emplear directamente ideas y tecnología provenientes de estos países, que a ellos les costó mucho más, en tiempo y dinero, desarrollar desde el principio.

Las multinacionales que invierten en países pobres le llevan nueva maquinaria, mejor tecnología, mejor gestión e ideas para la producción, un mercado más amplio y educación para sus trabajadores, que incrementará su productividad y bienestar. 130 años atrás, Suecia pudo obtener capital de Inglaterra para invertir y desarrollar su propia producción e infraestructura, pudo vender más bienes y pudo finalmente comprar bienes más avanzados. ¿Y como pagamos esto? ¡Teniendo tasas de crecimiento mucho más altas!

Las estadísticas muestran claramente que las economías abiertas pobres crecen más rápido que las economías abiertas ricas. El comercio libre hace más ricos a los ricos, y a los pobres, pero los ricos no se benefician tan rápidamente como los pobres.

Las posibilidades de un rápido crecimiento para los países pobres son más altas cuanto más evolucionado esté el resto del mundo. Cuando Inglaterra empezó a duplicar su riqueza, en 1780, le costó 50 años. Cuando Japón hizo lo propio cien años más tarde tardó 34 años. Y cuando Corea del Sur hizo lo mismo otros cien años después, le llevó sólo 11 años. Cuando los países están conectados unos a otros con comercio y movimiento de capitales, los pobres parecen ser los que más ganan.


Proteccionismo

Y aquí llegamos a la que debería ser la principal preocupación sobre el comportamiento de los países occidentales. Porque no es que estén intentando engañar a los países en vías de desarrollo para que realicen una especie de globalización neoliberal, sino que no les están dejando participar en ella.

A lo largo de los últimos cincuenta años, se ha liberalizado el comercio de todo el espectro de productos con dos excepciones: los productos textiles y agrarios. Y los productos que la UE y los Estados Unidos no frenan con aranceles y cuotas, los para con medidas anti-dumping, reglas burocráticas sobre su origen, el principio de precaución, medidas de protección ambiental, etc.. El Programa de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas asegura que los países en vías de desarrollo pierden anualmente unos 700 billones de dólares en exportaciones debido a nuestros aranceles y cuotas. Esto es 14 veces más de lo que les llega en ayuda exterior cada año. Destruimos sus posibilidades de enriquecerse, al mismo que tiempo que nos negamos a nosotros mismos productos mejores y más baratos y más especialización y eficiencia.

Y es que el aspecto más absurdo de todo esto es el daño que nos hacemos a nosotros mismos con esta política. El economista francés Patrick Messerlin ha indicado que los pocos trabajos que el proteccionismo de la Unión Europea ha salvado lo han sido a un coste de unos 200.000 dólares por empleo, que es aproximadamente diez veces el salario medio en esas industrias. A ese precio, podríamos dar a cada trabajador un Rolls Royce cada año. El coste total del proteccionismo de la Unión Europea llega hasta el 5-7 % del PIB de la Unión Europea, lo que es más o menos tres veces el de Suecia.

Desde la caída de la Unión Soviética y las reformas económicas en China sólo quedan en el mundo tres economías planificadas centralmente: Corea del Norte, Cuba y la Política Agraria Común de la UE. La PAC no solo mantiene a los exportadores del tercer mundo fuera del marcado con sus enormes aranceles y cuotas y los billones de dólares con que subsidian a los granjeros europeos, sino que, vendiendo en el mercado internacional el excedente subvencionado, la Unión Europea también logra hundirlos en el tercer mundo.

Los cálculos más recientes muestran que el coste total que sufren los consumidores y contribuyentes de los 29 países miembros de la OCDE por las barreras comerciales y el apoyo a la agricultura llega a los 360 billones de dólares. Una suma tan grande es difícil de comprender, pero es suficientemente grande como para pagar un billete de clase preferente para hacer un viaje en avión alrededor del mundo a cada una de las 50 millones de vacas que hay en esos países, y aún les dejaría 2.800 dólares para gastar en sus paradas en los Estados Unidos, Europa y Asia. Y podrían hacer un viaje de esta naturaleza cada año. Esto es lo que nos cuesta la destrucción del libre comercio y de las posibilidades de los países pobres de desarrollar sus propias economías.

Si los países ricos fueran sinceros en su retórica sobre la justicia global y el desarrollo, deberían abolir el proteccionismo. Lo que, dicho sea de paso, es la causa del título de mi libro. Hemos desarrollado cierto tipo de capitalismo en nuestra parte del mundo donde tenemos libertad de poseer, competir y comerciar sin intervención gubernamental. Pero sólo tendremos un capitalismo global cuando el resto del mundo tenga las mismas libertades. Creo que ese objetivo merece una defensa.
 
 
1-http://www.liberalismo.org/articulo/97/45/beneficios/capitalismo/global/
 
 
 
2-http://es.wikipedia.org/wiki/Johan_Norberg


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Réponse  Message 2 de 19 de ce thème 
De: albi Envoyé: 28/11/2010 15:29

Crisis económica de 2008-2010

De Wikipedia, la enciclopedia libre
 
Este artículo trata sobre la crisis en la economía real. Para la crisis monetaria, véase Crisis financiera de 2008.

Por crisis económica de 2008 a 2010 se conoce a la crisis económica mundial que comenzó ese año, originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis estarían los altos precios de las materias primas, la sobrevalorización del producto, una crisis alimentaria mundial, una elevada inflación planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. La causa raíz de toda crisis según la Teoría austríaca del ciclo económico es una expansión artificial del crédito. En palabras de Jesús Huerta de Soto esta crisis "surge de la expansión crediticia ficticia orquestada por los bancos centrales, y que ha motivado que los empresarios invirtieran donde no debían".[1]

Muchos autores consideran que no se trata de una verdadera crisis, sino que más bien es una oportunidad de crecer y tener nuevas ideas dado que el término crisis carece de definición técnica precisa pero está vinculado a una profunda recesión; ésta, a su vez, se define como dos trimestres consecutivos de decrecimiento económico.[2] Por el momento, este fenómeno no se ha producido en la mayor parte de economías desarrolladas. Según algunas hipótesis, la crisis podría finalizar en 2010.[3] [4] [5] [6] [7] [8] [9] Predecir algo así es muy complicado si no imposible, ya que la ciencia económica sólo puede predecir tendencias. Lo que sí está claro es que se pueden evitar futuras crisis evitando su causa raíz.

La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su primer discurso en la 63ª Asamblea General de la ONU denominó a dicha crisis como Efecto Jazz, dado que el origen de la crisis fue el centro de Estados Unidos y se expandió hacia el resto del mundo, en clara contraposición a crisis anteriores que se originaban en países emergentes y se expandían hacia el centro, como fueron el Efecto Tequila, Efecto Caipirinha y el Efecto Arroz.

La crisis iniciada en el 2008 ha sido señalada por muchos especialistas internacionales como la "crisis de los países desarrollados", ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo.


Réponse  Message 3 de 19 de ce thème 
De: albi Envoyé: 28/11/2010 15:32
Elevados precios de las materias primas

La década de los años 2000 fue testigo del incremento de los precios de las materias primas tras su abaratamiento en el período 1980-2000. Pero en 2008, el incremento de los precios de estas materias primas —particularmente, subida del precio del petróleo y de la comida— aumentó tanto que comenzó a causar verdaderos daños económicos, amenazando con el hambre en el Tercer Mundo, la estanflación y el estancamiento de la globalización.[10]

En enero de 2008, el precio del petróleo superó los US$100/barril por primera vez en su historia,[11] y alcanzó los US$147/barril en julio[12] debido a fenómenos especulativos de alta volatilidad que condujeron a un fuerte descenso durante el mes de agosto.

Otro tanto sucedió con uno de los principales metales industriales, el cobre, que venía experimentando un vertiginoso aumento en su cotización desde 2003, principalmente por la cada vez mayor demanda de las nuevas potencias emergentes, como China e India, sumada a otros factores como inventarios decrecientes y conflictividad laboral en las minas cupríferas de Chile, el primer país exportador a nivel mundial del mineral.[13] En enero de 2008, la cotización del cobre en la London Metal Exchange (Bolsa de Metales de Londres) superó por primera vez en su historia los US$ 8000 la tonelada.[14] A principios del mes de julio alcanzó US$ 8940 la tonelada,[15] récord absoluto desde que se tienen registros de su cotización en la LME, a partir de 1979. Este valor a niveles históricos fue un 272,5% mayor que el antiguo récord absoluto de US$ 3280 la tonelada registrado el 24 de enero de 1989 —sin ajuste por inflación—.[16]

Luego de este pico máximo y en línea con la conducta del petróleo, la cotización del cobre registró una abrupta caída de más del 50% desde el récord de julio (a octubre de 2008)[15] en un marco de volatilidad nunca antes visto.

Materiales esenciales en la producción, como el ácido sulfúrico y la soda cáustica vieron también incrementados sus precios hasta un 600%.

La crisis del petróleo y de los alimentos fueron objeto de debate en la 34ª Cumbre del G-8.

[editar] Crisis en los Estados Unidos

La Reserva Federal nacionalizó en el mes de septiembre a la aseguradora AIG, adquiriendo el 80% de sus activos, e inyectando un préstamo de 85.000 millones de dólares, la mayor cifra en la historia de la Reserva.[17]

Los Estados Unidos, la economía más grande del mundo, entraron en 2008 con una grave crisis crediticia e hipotecaria que afectó a la fuerte burbuja inmobiliaria que venían padeciendo, así como un valor del dólar anormalmente bajo. Como bien señala George Soros en su libro "El nuevo paradigma de los mercados financieros" (Taurus 2008) "El estallido de la crisis económica de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007 cuando los Bancos centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez al sistema bancario". Tras varios meses de debilidad y pérdida de empleos, el fenómeno colapsó entre 2007 y 2008, causando la quiebra de medio centenar de bancos y entidades financieras. Este colapso arrastró a los valores bursátiles y la capacidad de consumo y ahorro de la población.[18] [19] [20] [21] [22]

En septiembre de 2008, los problemas se agravaron con la bancarrota de diversas entidades financieras relacionadas con el mercado de las hipotecas inmobiliarias, como el banco de inversión Lehman Brothers, las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac o la aseguradora AIG. El gobierno norteamericano intervino inyectando cientos de miles de millones de dólares para salvar algunas de estas entidades.[23] [24]

En un informe del libro beige, se mostró que la recesión se profundizó más en abril aunque algunos sectores tenían señales de estar estabilizándose.[25] El 18 de abril, la FED anunció que compraría US$300.000 millones en valores del Tesoro; además compraría US$1,25 billones en activos respaldados por hipotecas.[26]

[editar] Crisis en América Latina

[editar] Consecuencias sobre la economía Argentina

El país con uno de los IDH más elevados y con una de las economías más desarrolladas de la región camina a un mayor endurecimiento de su posición comercial y se lo anticipó a Brasil en la cumbre ministerial del 17 de febrero de 2009 en Brasilia. Al gobierno le preocupan, en lo inmediato, varios sectores que mostraron fuertes desequilibrios en el intercambio bilateral. Son siderurgia y sus productos, con un saldo negativo de 1.400 millones de dólares en 2008; autopartes y autos, donde el desbalance trepó a 2.800 millones y máquinas e implementos agrícolas que arrojaron un déficit de 400 millones.

En principio se estudia utilizar para estos sectores las llamadas licencias no automáticas de importación. Son permisos que otorgan los gobiernos y que pueden demorar hasta 60 días para ser autorizados. De hecho, están legalizados por la Organización Mundial del Comercio. Pero los industriales brasileños temen que esas demoras "se amplíen y se conviertan en una barrera al comercio". En este contexto de crisis mundial, un déficit comercial de 5.000 millones de dólares "se vuelve insostenible para mantener la industria nacional".

Por su parte, la presidenta argentina Cristina Kirchner instruyó a los ministros a no ceder en las reivindicaciones. Tanto la economía argentina como la brasileña son dos de las más perjudicadas del continente por la crisis económica actual.

A partir del 26 de noviembre la presidenta Fernández anunció en diversas etapas un plan anticrisis compuesto por las siguientes acciones:

  • Creación de un Ministerio de Producción.
  • Paquete anticrisis integrado por tres herramientas:
    • moratoria tributaria y reducción de retenciones para el agro;
    • blanqueo, promoción y sostenimiento del trabajo registrado para las pymes;
    • blanqueo y repatriación de capitales.
  • Créditos públicos de fomento a la producción y al consumo, con una asignación de $13.200 millones (4400 millones de dólares), asignados a través de la banca privada, a bajo interés. Los fondos se asignaron con el siguiente detalle: heladeras y otros bienes del hogar ($3500 millones), automóviles ($3000 millones), pequeñas y medianas empresas ($3000 millones), campo ($1700 millones), industria ($1250 millones), camiones ($650 millones). En un segundo anuncio se asignaron créditos al turismo sin interés ($330 millones) y de bienes de consumo (200 millones).
  • Plan de obra pública, por 21.000 millones de dólares, con el fin de impulsar el resto de la economía y duplicar los puestos de trabajo en el sector, creando unos 360.000 empleos.

[editar] Crisis económica en México

Debido a la alta dependencia de la economía mexicana en su comercio exterior con los EE.UU. y a la caída en las remesas provenientes de los emigrantes (segunda fuente de divisas después del petróleo) producto de la desaceleración de la economía norteamericana, México no tardo en resentir los efectos de una crisis económica en el país vecino, el efecto domino que esto tuvo en todos los sectores de la economía mexicana tardaron unos meses en hacerse presentes. El desempleo abierto en México subió a 4,06% en enero de ese año, comparativamente mayor con la tasa del año anterior que se encontraba en 3,96%, y solo en enero de 2009, 336 mil personas se quedaron desempleadas en México.[27] La debilidad estructural de las finanzas del gobierno mexicano altamente dependientes del precio del petróleo y la constante caída en la producción de este recurso tuvieron una repercusión presupuestal que obligó a elevar impuestos como el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto Sobre la Renta y a instaurar impuestos nuevos a las telecomunicaciones, desafortunadamente estos ingresos no van encaminados a nuevas inversiones o proyectos productivos, sino a mantener una burocracia inoperante que consume el 80% del presupuesto, esto plantea nuevos escenarios de crisis en un mediano plazo.

El año 2009 ha sido especialmente difícil para la economía mexicana. Al iniciar el año, las expectativas oficiales pronosticaban un crecimiento exiguo a lo largo de 2009. Sin embargo, al pasar los meses las expectativas fueron tomando derroteros más pesimistas y en ocasiones contradictorios, por ejemplo, entre los pronósticos de la Secretaría de Economía y el Banco de México. Después de la epidemia de gripe A(H1N1), se comenzó a hablar de una afectación de la actividad económica en el país, especialmente en el caso del sector turístico que es la tercera fuente de divisas para el país. El titular de la Sectur apuntaba en mayo de 2009 que la ocupación de los hoteles en los principales destinos turísticos del país oscilaba entre 10 y 30% a lo que se sumaba la cada vez más frecuente cancelación de vuelos. Ante ese panorama el secretario Rodolfo Elizondo Torres pronosticaba una pérdida de más de 100 mil empleos en el sector.[28]

Por otro lado, desde 2008 el peso mexicano entró en una serie de depreciaciones frente al dólar estadounidense que lo llevaron a perder alrededor del 25% de su valor hacia 2009. Si en 2006 (año de inicio del gobierno de Felipe Calderón) el dólar se compraba en 10,77 MXN, en enero de 2009 se compraba en las ventanillas bancarias al precio de 13,48 pesos por dólar.[29] Entre las medidas que se tomaron para contener la devaluación del peso se aplicó la subasta de una parte de la reserva de divisas internacionales, lo que llevó al país a gastar más de 20 mil millones de dólares estadounidenses sin lograr los resultados esperados[30]

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) apuntó en su reporte anual que México sería el país más afectado por la crisis económica en la región al presentar una contracción de 7% en su producto interno bruto (PIB).[31]

[editar] Crisis en Europa

El fenómeno se expandió rápidamente por diversos países europeos, y algunos sufrieron graves efectos. Dinamarca entró en recesión (seis meses consecutivos de crecimiento económico negativo) en el primer trimestre de 2008. En el segundo trimestre de 2008, el conjunto de la economía de la eurozona se contrajo en un -0,2%,[32] encabezada por los retrocesos en Francia (-0,3%) y Alemania (-0,5%).[33] Otras economías importantes, como la española, evitaron la contracción (+0,1%) pero sólo crecieron muy débilmente en el mismo periodo,[34] [35] con fuertes incrementos en el desempleo.

El día 7 de octubre de 2008, la reunión del ECOFIN, organismo del Consejo Europeo compuesto por los Ministros de Economía y Hacienda de los Estados miembros, así como por los Ministros de Presupuesto si se debaten cuestiones presupuestarias, decidió que todos los Estados miembros proporcionarán, por un periodo inicial de al menos un año, una protección garantizada a los depósitos personales para los particulares por una cantidad de al menos 50.000 euros.

En la misma jornada, el Ejecutivo español anunció que elevaba la garantía mínima de los depósitos en bancos y cajas de ahorro españolas desde los 20.000 euros actuales por titular y entidad a 100.000. También anunció la creación de un fondo con cargo al Tesoro de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000, para adquirir activos de máxima calidad a las entidades financieras españolas para garantizar la financiación de empresas y ciudadanos.

El Banco Central Europeo redujo su tasa de interés de referencia de 4,25% a 1,25% en octubre aunque es mayor que la de EE. UU.Según FMI, la economía de la UE se contraerá 4% este año, y 0,3% en el 2010. Esto se debe a la tardía reacción de las autoridades debido a que Europa tenía problemas menos graves, el temor a la inflación y a un aumento de la deuda pública. Dado que Europa representa el 30% del comercio mundial, retrasará la recuperación de la economía mundial.[36]

 


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De: albi Envoyé: 28/11/2010 15:32

[editar] Consecuencias sobre la economía española

Por la crisis han aumentado los robos de comida en supermercados.[37]

Una de las principales consecuencias que durante el año 2008 tuvo sobre la economía española es un fuerte crecimiento del desempleo. Durante el 2008 un gran número de empresas presentaron expedientes de regulación de empleo (EREs), entre otras, Bridgestone (2.463 empleos), Burberry (250), Delphi (800), Iveco (1.000 empleos), Marina d'Or (214), Nissan (1.500), Ono (1.300 empleos), Opel, Pirelli (460), Porcelanas Lladró y Arte y Porcelanas (275), Renault, Roca (1.900), Ryanair (800 empleos),[38] Seat, Sony España (275), Torras Papel (500),[39] T-Systems Iberia (550) y Telefónica Móviles (700 empleos)

El sector de la construcción es uno de los más perjudicados por la crisis debido al fin del "boom" inmobiliario y a la posterior caída de las ventas. Durante 2008 numerosas empresas constructoras presentaron suspensión de pagos entre las que destacan: Martinsa-Fadesa con un pasivo de 4.000 millones de euros, es la mayor suspensión de pagos de la historia de España, Hábitat (2.300 millones), SEOP, Grupo Contsa y San José entre otras. Hasta tanto no se produzca la reestructuración de las cajas de ahorro no se podrá afrontar la reducción drástica del stock de viviendas. De los 470 000 millones que le adeuda el ladrillo, 90 000 corresponden a suelo. Aguirre Newman cifra el stock en 1,5 millones de viviendas, 612 512 de recién terminadas; 384 050 en construcción y 520 330 usadas en venta o alquiler, cinco veces más de lo demandado. En contrapartida contabiliza 21 fondos oportunistas dispuestos a invertir 8 500 millones de euros en tres años. [40]

Hay una discusión latente sobre las razones de que el paro haya aumentado mucho más en España: incremento de la población activa o excesiva rigidez laboral. Otros buscan las causas del crash financiero en los salarios de los altos ejecutivos o la ausencia de eficacia de los organismos reguladores.[41]

Los efectos de la crisis económica también han tenido un fuerte impacto en el sistema financiero español. Los impagos de numerosas empresas y particulares junto a la mala gestión ha llevado a la intervención de algunas entidades financieras por parte del Estado. Entre las entidades financieras más perjudicadas por esta situación encontramos: Caja Castilla-La Mancha, la cual tuvo que ser intervenida por el Banco de España en marzo de 2009 para evitar su desaparición. [3] Parece urgente, por tanto, poner en marcha cuanto antes el Fondo de Reestructuración de Ordenación Bancaria (FROB). En esta línea el Banco de España ha contactado con 15 bancos de inversión para poner en marcha un protocolo de actuación para, en caso necesario, rescatar a las cajas intervenidas en menos de 48 horas.[42]

Pese al estímulo fiscal, las medidas han tenido un efecto limitado pues gran parte del dinero se destinó al ahorro y no al gasto.[43]

[editar] Crisis en el mundo

La crisis se extendió rápidamente por los países desarrollados de todo el mundo. Japón, por ejemplo, sufrió una contracción del -0,6% en el segundo trimestre de 2008. Australia y Nueva Zelanda también sufrieron contracciones. Cabe destacar que es cada vez mayor la preocupación sobre el futuro de los países con economías pujantes y emergentes, tal como lo es la incertidumbre respecto a países tales como China e India en Asia; Argentina, Brasil y México en América y Sudáfrica en el continente africano, cada uno de ellos líderes en sus regiones y, también afectados por la actual crisis económica.

En el primer trimestre de 2009, las bolsas de Estados Unidos y Europa fueron superadas por las de países en desarrollo como China y Brasil. Brasil y Rusia aumentaron sus índices un 9% en moneda local; el índice de India pasó a ser positivo y el índice compuesto de Shanghái, en China, aumentó un 30%, lo cual se justificó por la fortaleza y estabilización de los sectores financieros de dichos mercados y por la búsqueda de inversiones de riesgo.[44]

Los flujos bajaron de US$1,2 billones (2007) a US$707 000 millones (2008) y se espera que bajen a US$363.000 millones para el 2009.[45]

En abril de 2009 se reporta que como consecuencia de la crisis el desempleo en el mundo árabe se considera una “bomba de tiempo”.[46]

Asimismo, se reporta que Egipto teme por el regreso de 500.000 trabajadores de países del Golfo.[47]

En marzo de 2009 se reportó que, a raíz de la crisis, el mundo árabe perdió 3 billones de dólares (que corresponden en el mundo anglosajón a 3 trillones de dólares).[48]

A raíz de la crisis el Banco Mundial prevé un duro año 2009 para los países árabes.[49]

En mayo de 2009 se informa que Naciones Unidas reporta caída de la inversión extranjera en el Medio Oriente.[50]

En septiembre de 2009 se informa que los bancos árabes han perdido casi $ 4 mil millones desde el inicio de la crisis financiera mundial.[51]

[editar] Inflación global, deflación global

En febrero de 2008, Reuters informó que la inflación había subido a niveles históricos por todo el mundo.[52] A mediados de 2008, los datos del FMI indicaban que la inflación se hallaba en máximos en los países exportadores de petróleo, debido al aumento de las reservas de divisas extranjeras, pero también en muchos países subdesarrollados.[53]

La inflación también aumentaba en los países desarrollados,[54] [55] si bien no tanto en comparación.

Para 2009 el problema era el inverso: el panorama económico apuntaba a la deflación, lo que, por ejemplo, llevó a la FED a situar el tipo de interés en prácticamente el 0%[56]



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