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General: desestabilizadores de la libertad de elección
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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 30/11/2010 17:29 |
La doctrina Obama juega a la desestabilización del gobierno de Chávez
Barómetro Internacional
Muchas veces se ha definido a los partidos Demócratas de EEUU como el sector moderado de esta nación, pero el mandatario Barack Obama ha desarrollado una intensa campaña, guerrista y golpista en América Latina, con la instalación de las bases militares en Colombia, con el apoyo al Golpe en Honduras y el reciénte intento golpista en Ecuador. Además apoya una intensa campaña contra el gobierno bolivariano de Venezuela, lo que va configurando al nuevo gobierno estadounidense como la nueva derecha actuando en Latinoamérica y en el resto del mundo, constituyendo un modelo policial y militar fuera de fronteras.
El ojo de esta campaña en nuestro continente esta centrado en Venezuela, luego de las recientes elecciones donde el gobierno de Chávez mantuvo la mayoría de los diputados a la Asamblea Nacional, desmontando el objetivo de que la oposición lograría una mayoría de diputados como vislumbraban los analistas de esa tolda política. Ante esta realidad se revive el tema del apoyo al terrorismo y la no cooperación del estado venezolano a los planes de la DEA y al asesoramiento de EEUU en esa materia. El por qué de este interés contra el gobierno bolivariano está en lograr el control de las cuantiosas reservas petroleras, pero también debido a la importancia que han alcanzado las políticas del presidente Chávez a nivel regional e internacional, en la creación de instrumentos de cooperación, intercambios financieros y la propuesta de un nuevo mundo pluripolar.
España coopera pero da credibilidad a falsas acusaciones sobre apoyo a la ETA
Nuevamente la derecha española enfila sus baterías contra el proceso bolivariano. Aún recordamos la falta de cortesía del legislador español del PP, que vino a la elecciones del 26 de septiembre del 2010, donde declaraba y se entrometía con las instituciones venezolanas, o la portada de El País de España de esos días, que actuaba como un partido de la oposición venezolana, en lugar de dedicarse a la grave crisis que existe en España, donde debieron recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), rememorando a la fatídica década de los 70, 80 y 90 del siglo XX en América Latina, donde nuestras naciones quebraron con sus planes de ajuste y la economía neoliberal.
Las estridentes declaraciones de las autoridades españolas de que 2 etarras fueron entrenados militarmente en Venezuela, fue el primer eslabón de una nueva campaña, en la que el gobierno de España de Zapatero pide respuestas a la parte venezolana, a pesar de la denuncia de la cancillería venezolana de que son falsas estas acusaciones. En recientes declaraciones el ministro español de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, consideró este jueves que Venezuela y España trabajan “de forma positiva” en las investigaciones para esclarecer los hechos sobre el supuesto entrenamiento de miembros del grupo separatista vasco ETA en el país latinoamericano.
Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, indicó que “Ya nosotros hemos respondido al Gobierno español, afirmando que las acusaciones sobre el presunto vínculo de su gobierno con ETA forman parte del empeño de algunos grupos de poder, especialmente la derecha española, para tratar de involucrarlo con el terrorismo”. En este marco las autoridades de ambos países ratificaron “su más enérgica condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, comprometiéndose a fortalecer su cooperación para combatir ese tipo de acciones al margen de la ley”.
Luego nueva informaciones demuestran la manipulación y los acosos físicos de la Guardia Civil española sobre los vascos acusados Xavier Atristain y Juan Carlos Besance, que habían declarado haber sido entrenados militarmente en Venezuela, hecho que negaron al presentarse ante el juez del caso, manifestando apremios físicos. Según informa Aiert Larrarte, abogado de los acusados, las torturas que se usan no dejan marcas, “Si a una persona la dejan sin dormir cinco días o le provocan asfixia mediante la colocación de una bolsa de basura en la cabeza, eso no deja señales, pero es una tortura inaguantable”. Un hecho estas características debería ser analizado judicialmente, ya que existen contradicciones en las declaraciones, entre las policiales y las judiciales, pero para la prensa amarilla y la derecha la mentira reiterada muchas veces, es una verdad indiscutible (recordar las armas químicas de Irak, motivo para la invasión de EEUU).
El intento de convertir a Venezuela como el trampolín de la droga
El gobierno de Obama agudiza su campaña internacional y cataloga al gobierno venezolano de no colaborar en el combate a la droga. El principal consumidor del mundo habla de controles de droga, muchas veces hemos escuchado que primero limpia tu casa, para dar consejos a los vecinos, porque la droga no se produce en Venezuela, viene de Colombia, donde los principales socios de EEUU tampoco hacen mucho para erradicar los cultivos, siendo esta nación la principal proveedora de drogas (marihuana y cocaína).
Pero la realidad vuelve a superar la ficción y las artimañas de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en su informe de que no hay control de de drogas. Un reciente informe de la Oficina Nacional Antidroga (ONA), de Venezuela demuestra con cifras positivas del año 2010 la falsedad de estas afirmaciones, En los últimos 10 meses se han incautado 54 toneladas de droga en diferentes procedimientos realizados en todo el país, para alcanzar esta cifra se desarrollaron 6.476 procedimientos realizados en el país por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), la Policía Nacional Bolivariana (PNB), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y policías regionales y municipales. También se detuvieron 8.247 personas de nacionalidad venezolana y 278 extranjeros, incluidos 17 capos deportados por el Gobierno Bolivariano, que mantiene firme la cooperación internacional en la lucha frontal contra el narcotráfico.
Esto resultados denotan los logros alcanzados por los cuerpos de seguridad en acciones contra el tráfico ilícito de drogas y permiten corroborar los aportes de Venezuela en la lucha contra ese flagelo mundial. Estos 17 peligrosos jefes e integrantes de diferentes organizaciones dedicadas a la venta y distribución de drogas, solicitados por la Policía Internacional (INTERPOL), han sido capturados desde enero ha septiembre de este año. Las capturas y deportaciones se han realizado en estricto apego a los convenios internacionales y a la Constitución Nacional, al demostrar el compromiso de Venezuela en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
Además, el Gobierno nacional instaló unidades de escáner de cuerpo completo en los aeropuertos internacionales Simón Bolívar, de Maiquetía (dos); Arturo Michelena, de Valencia (una); La Chinita, de Maracaibo (una); y Santiago Mariño, de Porlamar (una). Además es bueno señalar que durante los períodos en que estuvo la DEA no hubo un solo detenido, y desde 2006 han sido deportados 54 jefes del narcotráfico.
Estas cifras dejan claramente demostrada la disposición del gobierno venezolano, para combatir el trafico y cultivo de la droga, que las actuales acusaciones forman parte de una planificada campaña, para desprestigiar el modelo democrático, nuevamente demostrado en las elecciones de diputados, con el consenso de de todos los partidos e invitados internacionales, demostrando un civismo desconocido en la política estadounidense.
Cada día surgen nuevas mentiras para tratar de apañar el trabajo del gobierno venezolano, que solo intenta crear un modelo de desarrollo socialista, en el marco de la unidad Latinoamérica, donde los recursos económicos puedan ser intercambiados, en instancias como el ALBA, MERCOSUR; UNASUR, no en un mundo unipolar, donde las fuerzas de las armas impongan los destinos de los pueblos.
http://www.barometro-internacional.org/
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De: albi |
Enviado: 30/11/2010 17:30 |
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TeleSUR _ Fecha: 05/11/2010
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España ha utilizado lucha contra ETA de manera 'espuria' contra países progresistas
El profesor de la Universidad Complutense de Madrid (capital) España, Marcos Roitman, afirmó este viernes que el Gobierno español ha utilizado "siempre" el caso de la lucha contra la organización vasca ETA "para su propio beneficio" y de manera "espuria" contra países que han defendido posiciones antiimperialistas y anticapitalistas.
"Hay que señalar que España ha utilizado independientemente de que los gobiernos sean de diferentes partidos, sean del Partido Socialista que gobierna en mayoría absoluta o bien el Partido Popular, el caso de la ETA para sus propios beneficios y por lo tanto de manera espuria", señaló Roitman en entrevista para teleSUR.
Recordó que "en el año 1981 y 1982 con el Gobierno de (Ronald) Regan (ex presidente de Estados Unidos) utilizó el argumento de que la ETA estaba en Nicaragua y que asesoraba al primer Gobierno de Daniel Ortega".
"Es evidente que después de eso se tradujo en lo que el Gobierno español de Felipe González facilitó para ayudar a la contra nicaragüense sobre el criterio de que en Nicaragua se adiestraban miembros de la ETA que iban supuestamente en contra de la seguridad interna de España", dijo el profesor y sociólogo español.
Enfatizó que a través de estas acciones España "busca descalificar las demandas de paz, dignidad y democracia de países como Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua bajo el criterio de que son asesorados, controlados y dirigidos por la ETA".
"Siempre que hay gobiernos democráticos en América Latina o revolucionarios se ha intentado justificar políticas accionarios y de apoyo internacional como de Estados Unidos, para posteriormente realizar toda una campaña de desestabilización de los países correspondientes y de marchar la lógica de los gobiernos democráticamente elegidos ", subrayó.
"A los gobiernos capitalistas e imperialistas no tienen ningún inconveniente en manchar la dignidad de los pueblos latinoamericanos, porque su concepción es imperial y por tanto el respeto hacia América Latina de un país imperialista y colonial no lo podemos pedir", consideró Roitman.
El sociólogo español señaló que España busca ahora ir "contra Venezuela, un gobierno revolucionario, víctimas de un nuevo proceso de desestabilización por parte de las derechas internacionales".
"Hay control absoluto por parte de los medios de comunicación de la derecha en este país europeo con este sistemático ataque contra el país suramericano", dijo.
Añadió que "los medios de comunicación forman parte de esto y no es que jueguen o hagan más sino que hacen la misma política (...) Cuando uno habla del periódico El Mundo, La Razón, El País, uno está hablando de los grupos económicos que se quieren favorecer de determinadas prácticas".
El Gobierno de Venezuela rechazó este jueves las declaraciones "ambiguas y tendenciosas" de varios funcionarios del Gobierno español, que buscan relacionar al país suramericano con la organización vasca ETA, y las calificó como un acto de "cobardía política" ante su fracaso en la lucha contra el grupo separatista.
"El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela exige el cese inmediato de estas declaraciones ambiguas y tendenciosas de parte de altos responsables gubernamentales de España", afirmó el Ejecutivo venezolano en un comunicado.
El documento señala que "el Gobierno Bolivariano considera una demostración de cobardía política, que la clase política española pretenda justificar su fracaso en la lucha contra este flagelo, intentando endosárselo al gobierno y al pueblo de Venezuela, país históricamente extraño a este violento fenómeno cuya única raíz y razón de ser se encuentra en España".
España por su parte, expresó este viernes a Venezuela su "profundo malestar" por las exigencias del Gobierno venezolano del cese de las declaraciones "inaceptables e injustificables" de la nota de su Cancillería.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, se hizo saber al embajador de Venezuela en España, Isaías Rodríguez.
El Gobierno español en octubre había afirmado que "Venezuela está cooperando" en el caso de Arturo Cubillas, a quien la justicia española lo acusa de ser un supuesto miembro activo del grupo separatista ETA y que dirigía campos de entrenamientos de esta organización en territorio venezolano.
El ex canciller Miguel Angel Moratinos había afirmado, antes de ser relevado en su cargo, que el trabajo con Venezuela en contra de la ETA era positivo y que la cooperación efectiva
El jueves el nuevo ministro de Interior y Vicepresidente español, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió "rotundamente" la "colaboración" de Venezuela contra el grupo rebelde.
En los últimos días, el Gobierno y pueblo venezolano han sido objeto de una campaña psicológica ejercida por la prensa española, instrumento de los grandes grupos económicos adversos a los ideales progresistas de este país, así lo manifestó este jueves el Estado suramericano.
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De: albi |
Enviado: 30/11/2010 17:33 |
Escrito por: jordigrau el 31 Jul 2008 - URL Permanente
Internacional
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Carlos Fernández Liria fou expulsat per la interina substituta de Gemma Nierga a La Ventana de la SER el dia 25:(http://www.cadenaser.com/actualidad/audios/analizamos-figura-hugo-chavez-william/csrcsrpor/20080725csrcsr_9/Aes/)
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31 Jul 2008
CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA
“Un poco fuerte lo que está usted diciendo, ¿no?”, me interrumpió la presentadora de la Cadena Ser poco antes de invitarme a terminar de una vez y expulsarme del programa. Al contrario, muchos comentarios de Internet se muestran perplejos ante tan agria reacción, pues lo que se estaba mencionando no era nada del otro mundo: el apoyo de los medios de comunicación venezolanos y españoles al golpe de Estado contra Chávez en abril de 2002.
Se trataba de un debate (25/07/2008) con William Cárdenas, presidente de una organización que quiere llevar a Hugo Chávez ante la Corte Penal Internacional. Es asombroso. La Cadena Ser, en representación al parecer del pueblo venezolano, invita a un señor que, seis años después de los hechos, sigue repitiendo por radio y televisión que Chávez ordenó disparar contra una indefensa manifestación opositora, provocando una matanza, y que eso fue lo que originó su derrocamiento.
Esta fue, en efecto, la noticia que en su momento airearon a los cuatro vientos los periódicos venezolanos y también los españoles, incluido, desde luego, El País. Lo sorprendente es que, seis años después, en la Ser se siga aceptando esa versión sin rechistar, y que, en cambio, se ponga el grito en el cielo al escuchar la cruda realidad: que esa versión de los hechos fue la coartada principal para dar un golpe de Estado contra el Gobierno constitucional de Chávez, y que, desde el principio, se contaba con la colaboración de los medios para propagarla. No hay más que recordar las palabras del vicealmirante golpista Ramírez Pérez, el propio día 11 de abril: “Tuvimos un arma fundamental: los medios de comunicación. ¡Gracias!”.
Por supuesto, si el golpe de 2002 hubiera triunfado –provocando un río de sangre que sin duda todavía seguiría corriendo a día de hoy–, los medios habrían podido oficializar esa versión sin problemas. El apoyo de la prensa española al pinochetazo contra Chávez fue bochornoso y también la forma en la que esgrimieron su coartada. El editorial del 13 de abril de 2002 de El País aseguraba que “la gota que había colmado el vaso” fue “la represión protagonizada por la policía y francotiradores adictos a Chávez”. El día 14 se afirmaba que “los tiroteos de grupos chavistas causaron hasta 24 muertos” y se hablaba de “mártires de la democracia muertos a balazos por manifestarse en la calle contra el ex presidente Hugo Chávez”. El día 13, un titular de El País se refería al presidente golpista Pedro Carmona como “El hombre tranquilo” (“Nacido para el diálogo”, lo consideraba El Mundo), y lo erigía (¡en tanto que jefe de la Patronal!) en “representante de casi el 80% de los 10 millones de trabajadores venezolanos”. A los manifestantes que pidieron la restitución del orden constitucional se les denominó “muchedumbre desquiciada”, mientras que a los que asaltaron la embajada de Cuba y agredieron a los diputados se les llamó “resistencia civil”. A los militares que se mantuvieron leales al orden constitucional, El País del día 14 los llamó “focos aislados de insurrección castrense”. El editorial del día 13 instaba a la Unión Europea a contribuir a “un régimen democrático normal y estable en Venezuela” (¡aprovechando el golpe de Estado!), y se pedía que Chávez diera “cuenta de sus desmanes ante los tribunales”.
Como es sabido, centenares de miles de personas que salieron a la calle en defensa de la Constitución, lograron –contra todas las previsiones– abortar el golpe de Estado. Los medios venezolanos siguieron mintiendo y llamando al magnicidio como si tal cosa (en ningún país del mundo ha habido jamás tanta libertad de expresión como en Venezuela); para los medios de comunicación españoles, sin embargo, la situación era muy delicada, pues habían apoyado abiertamente un golpe de Estado y no iba a ser fácil disimularlo.
La decisión fue seguir mintiendo y, a día de hoy, siguen haciéndolo. Ahora bien, sólo un activista como William Cárdenas tiene ya la osadía de seguir con el cuento de la masacre. Eso sí, resulta insólito que la Ser se lo trague como si nada, a estas alturas, al tiempo que se escandaliza porque se cuente lo que ya nadie puede honestamente poner en duda. La mayor parte de los muertos fueron chavistas. Los francotiradores y la policía metropolitana que dispararon contra la población estaban a las órdenes del alcalde Alfredo Peña, el máximo opositor de Chávez en aquel momento. La matanza había sido planeada por los golpistas. Se trataba de utilizar a la población civil para que “pusiera los cadáveres necesarios sobre la mesa”, tal y como decía el telegrama que el embajador español envió al Gobierno de Aznar ese mismo día (y que Moratinos –se recordará– leyó en el Congreso). La prueba fundamental de la matanza, el vídeo que se utilizó para jalear el golpe de Estado, en el que se veía a unos chavistas disparando contra la “manifestación indefensa”, estaba trucado. Así lo reconoció su mismísimo autor, Luis Alfonso Fernández, que, por cierto, había sido ya galardonado con el Premio Periodismo Rey de España. Durante el juicio contra los chavistas (que resultaron absueltos) reconoció que estos jamás dispararon contra ninguna manifestación, sino contra la policía metropolitana que los estaba cosiendo a balazos. Y reconoció que la voz en off que gritaba que estaban disparando contra la manifestación había sido superpuesta en los estudios de Venevisión (el canal del Grupo Cisneros, que mantiene intereses compartidos con Prisa en América Latina).
No habría hecho falta esperar tanto para saber la verdad: pocos días después de los acontecimientos, Le Monde Diplomatique había ya demostrado que todo era una burda patraña. Pero seguir mintiendo seis años después es grotesco. ¡Basta ya! Lean el Latinobarómetro de 2008. Es la encuesta independiente más prestigiosa sobre temas latinoamericanos. Venezuela saca 22 puntos en grado de confianza en la democracia a la medida de Latinoamérica; 16 puntos en confianza en los partidos políticos; 31 puntos en satisfacción con la situación económica. Que comenten estos datos y dejen de mentir.
Carlos Fernández Liria es profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid
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Javier Vizcaíno
29 Jul 2008
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Tarjeta roja a Fernández Liria en la Ser
No del edén, pero sí del programa La Ventana de la Cadena Ser fue expulsado el viernes el filósofo y colaborador de Público Carlos Fernández Liria. En un momento del debate que mantenía con el antichavista de caricatura William Cárdenas, el profesor formuló a la conductora del programa en verano, Ana Guantes, preguntas como estas: “¿Usted no sabe la complicidad que tiene el Grupo Prisa con los medios de comunicación venezolanos? ¿Usted no sabe la amistad que tienen Gustavo Cisneros y las acciones que tienen Gustavo Cisneros en el Grupo Prisa? ¿Usted no conoce la empresa en la que trabaja?”. Ante el tamaño del morlaco que se le venía encima, la sustituta de Gemma Nierga despidió a Fernández Liria. “No se vaya, hombre”, pidió el otro invitado, pero Guantes zanjó la cuestión: “Sí, sí se va”. Y se fue.
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El crimen perfecto
por Ignacio Ramonet
Los medios venezolanos han reanudado la feroz campaña de desestabilización contra el gobierno democráticamente elegido del presidente de Venezuela Hugo Chávez. A favor de la impunidad que les otorga la complicidad o la indiferencia internacional, sirven a la oligarquía y a la burguesía en su propósito de sustituir a Chávez. Misión que falló el 11 de abril, cuando se apartaron del clásico golpe militar para intentar envolver su accionar en un movimiento civil, confundiendo el pueblo virtual con el pueblo real, que restableció a Chávez en el poder.
Volvamos sobre el golpe de Estado del 11 de abril contra el presidente Hugo Chávez en Venezuela (1). El Presidente fue rápidamente restituido en sus funciones, pero las lecciones de este golpe singular, verdadero caso de manual, están lejos de haberse aprendido. Parecen indispensables para tratar de evitar el nuevo levantamiento militar que se anuncia en Caracas…
Lo que asombra ante todo es la casi ausencia de emoción internacional ante el crimen cometido contra un gobierno que en el marco del mayor respeto por las libertades, conduce un programa moderado de transformaciones sociales y encarna la única experiencia actual de socialismo democrático en América Latina.
Es pues afligente constatar que los partidos socialdemócratas europeos, entre ellos el Partido Socialista francés, guardaron silencio durante el breve aplastamiento de las libertades en Venezuela. Y que algunos de sus dirigentes históricos, como Felipe González, incurrieron incluso en la indecencia de justificar el golpe (2), y no vacilaron en sumarse a la euforia que manifestaron el Fondo Monetario Internacional, el presidente de Estados Unidos y el primer ministro español José María Aznar, presidente en ejercicio de la Unión Europea…
En América Latina la última vez que un ejército derrocó a un presidente electo se remonta a septiembre de 1991, cuando fue derrocado en Haití Jean Bertrand Aristide. Concluida la Guerra Fría, era de esperar que Washington pusiera fin al espíritu de la “Operación Cóndor”, que en nombre del anticomunismo favoreció en las décadas de 1970 y 1980 la instauración de dictaduras en América del Sur. Era de esperar que fuera condenada toda conspiración contra gobiernos surgidos de elecciones libres.
Desde el 11 de septiembre de 2001, el espíritu guerrero que sopla sobre Washington parece haber barrido esos escrúpulos (3). De ahora en más, según dijo el presidente George W. Bush, “quien no está con nosotros está con los terroristas”. Y Chávez era decididamente demasiado independiente. ¿No había reactivado la OPEP, ese cartel de los exportadores de petróleo, bestia negra de Washington? ¿No se había reunido con Saddam Hussein? ¿No había viajado a Irán y a Libia? ¿No había establecido relaciones normales con Cuba?¿No se había negado a apoyar el Plan Colombia contra las guerrillas?
Se había convertido en un hombre contra el cual había que disparar. Pero Washington no podía hacerlo con los métodos sangrientos de otro tiempo. Los que empleó, por ejemplo, en 1954 en Guatemala, en 1965 en Santo Domingo y en 1973 en Chile. El subsecretario de Estado de Estados Unidos en Asuntos Interamericanos, Otto Reich, observó que en el curso de la última década no hubo golpes de Estado, pero seis presidentes latinoamericanos democráticamente elegidos fueron derrocados, el último de ellos Fernando de la Rúa en Argentina. No por el ejército sino por el pueblo.
Ese será pues el modelo a adoptar para voltear a Chávez. Primero, una coalición de pudientes –que reúne a la Iglesia católica (representada ante todo por el Opus Dei), la oligarquía financiera, la patronal, la burguesía blanca y un sindicalismo corrompido– se bautiza a sí misma como “sociedad civil”. Los propietarios de los grandes medios instauran entre ellos un pacto mafioso y se comprometen a apoyar las campañas que cada uno va a lanzar contra el Presidente, en nombre de la defensa de la “sociedad civil”…
Sin retroceder ante ninguna mentira, los medios exaltaron a la opinión pública asestando una idea fija: “Chávez es un dictador”. Hubo quienes no vacilaron en afirmar: “Chávez es Hitler” (4), a pesar de que no hay un solo prisionero de opinión. Y machacaron una consigna unánime: “Hay que derrocarlo”.
Mientras sus propietarios conspiran para derribar a un presidente democrático, los medios se embriagan con términos como “pueblo”, “democracia”, “libertad”… Organizan manifestaciones callejeras, transformando la menor crítica gubernamental referida a ellos en “grave atentado contra la libertad de expresión”, que denuncian ante organismos internacionales (5); reinventan la huelga insurreccional y alientan el ataque contra el palacio presidencial y el golpe de Estado…
Impulsados por su natural proclividad a la propaganda, los medios confundieron el pueblo virtual –en nombre del cual se había perpetrado el golpe de Estado del 11 de abril– con el pueblo real, que en menos de 48 horas devolvió a Hugo Chávez al poder. Su arrepentimiento fue de corta duración. Con redoblada ferocidad, aprovechando una insólita impunidad, los medios de comunicación venezolanos prosiguen en este momento, a fuerza de mentiras y saturación, el mayor operativo de desestabilización contra un gobierno democrático. En medio de la indiferencia general, esta vez se proponen lograr el crimen perfecto…
1 Maurice Lemoine, “Golpe de Estado abortado en Caracas”, Le Monde diplomatique, edición chilena, mayo 2002.
2 El País, Madrid, 12-4-02.
3 Guerres du XXI siècle, Galilée, París, 2002.
4 Véase Editorial del mensual Exceso, Caracas, abril de 2002.
5 La asociación Reporteros sin Fronteras, cerrando los ojos sobre una de las campañas mediáticas más odiosas nunca llevadas a cabo contra un gobierno democrático, se dejó manipular y publicó varios informes contra el gobierno de Chávez, que nunca atentó contra la libertad de expresión, nunca prohibió ningún medio ni detuvo nunca a un periodista.
I.R.
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De: albi |
Enviado: 30/11/2010 17:35 |
Uribe y la desestabilización en Venezuela
Marcos Roitman Rosenmann – Consejo Científico de ATTAC España
Cuando se busca derribar gobiernos de izquierda la primera tarea consiste en deslegitimar y destruir sus bases sociales de apoyo, punto de inflexión para llamar al golpe de Estado o el magnicidio. La estrategia posee dos flancos, el internacional y el interno. Ambos buscan estrangular la economía, provocar descontento, crear desánimo y promover una ruptura institucional. Los movimientos se dibujan en un tablero donde cada pieza tiene un valor estratégico. Nada se deja al azar.
El actual flanco externo lo integran Estados Unidos, sus aliados de Europa Occidental, organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Parlamento Europeo, la OEA, los partidos de derecha mundial, los servicios de inteligencia, delegaciones diplomáticas y mercenarios. Hoy, en este grupo, hay que sumar, tras la guerra fría, un nuevo aliado entre las fuerzas desestabilizadoras, se trata de los partidos socialdemócratas y la internacional socialista. Ellos se unen en lanzar torpedos para hundir la línea de flotación de los gobiernos populares. Así, constituyen un aliado inesperado. Autoproclamados defensores del libre mercado y protectores de las libertades individuales, son las más beligerantes. Todo lo que rebase sus convicciones, dentro de la globalización neoliberal, lo consideran un peligro para la paz mundial y la alianza de civilizaciones. Por consiguiente, no dudan en arremeter contra el actual gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, la República Bolivariana de Venezuela, Ecuador y Cuba. Sus portavoces forman la avanzadilla, el supuesto fuego amigo. En el pasado reciente, nadie hubiese comprendido un comportamiento similar si los socialdemócratas hubiesen participado de la campaña desestabilizadora para derrocar el gobierno chileno de la Unidad Popular y Salvador Allende en 1973. Hoy, sin duda, sin temor a equivocarme, estarían conspirando. Es en esta dimensión internacional donde se explica la acción del ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez. Su quehacer forma parte de esta urdida trama en la cual se utilizan todos los argumentos, desde adjetivar el régimen como una dictadura, a su presidente como un déspota y a su territorio como un edén para el terrorismo internacional, las FARC y el ELN. Hechos suficientes para emprender y justificar sanciones. En este marco, tampoco podemos dejar fuera de juego a España. Su gobierno progresista también juega un rol desestabilizador, cuando asegura que el gobierno bolivariano presta su apoyo a ETA. Un granito más de arena para que Venezuela entre a formar parte de los denominados Estados terroristas.
Por otro lado, el flanco interno, lo integran políticos, académicos, periodistas, empresarios, comunicadores, movimientos sociales gremialistas, instituciones como la Iglesia católica y las organizaciones no gubernamentales son la mano que mece la cuna. Portavoces y sujetos de la conspiración, su función consiste en paralizar las actividades productivas, desgastar al gobierno y boicotear cualquier política social en las áreas de salud, educación, vivienda popular o cultura. Para tal fin se valen de la política del rumor. Nada más eficiente que propagar mentiras para desacreditar. Así, se ponen en circulación noticias que hablan de enfrentamientos internos, división en las fuerzas armadas o la posible desaparición de productos de primera necesidad: azúcar, leche, harina, medicamentos; es decir, todo cuanto afecte el normal funcionamiento de la vida diaria. Es la estrategia del caos y la ingobernabilidad. Con ellas también se fortalece el campo ideológico de los conspiradores. Así, la sicosis colectiva de sectores dubitativos caen en la espiral del miedo. Asustados se dan a la tarea compulsiva de acaparar y vaciar los supermercados sin ton ni son. Esta actitud es la base del mercado negro y el desabastecimiento.
En este escenario, los medios de comunicación social, en manos de los monopolios de la información, se convierten en pieza clave. Con sus múltiples tentáculos, llegan a los lugares más apartados de la geografía nacional, acrecentando su capacidad para configurar una opinión pública adversa al gobierno popular. Son los responsables de expandir los rumores y hacerlos creíbles. Prensa, radio, televisión, agencias de noticias unen sus fuerzas. En muchos casos, la batalla para contrarrestar la avalancha, es desigual. Los empresarios de la comunicación son parte de la oligarquía dueña de la mayoría de radios, periódicos, semanarios, revistas políticas, prensa amarilla, sensacionalista y canales de televisión por cable y en abierto. Sin descanso, sus estrategas trabajan con un alto nivel de sofisticación. Producen editoriales, tribunas de opinión, encuestas y entrevistas. Y en el lado oscuro, presentan vídeos, conversaciones telefónicas, fotocopias, cartas y documentos ad hoc. Pocos cuestionan su veracidad. Un ejemplo para demostrar lo dicho lo representa el caso Uribe. Las pruebas aportadas son parte del paquete entregado por el Pentágono, la CIA y los servicios de inteligencia militar estadounidenses. Con ellas Álvaro Uribe emprende su cruzada y acusa al presidente Hugo Chávez de violar los derechos humanos y patrocinar el terrorismo internacional. Para hacer aún más creíble esta imputación, la estrategia hace uso de personajes que hablan de persecución política, ataques a la libertad de prensa y represión a los partidos opositores. Especialistas e intelectuales construyen un relato que reafirme las acusaciones de Uribe. Es el momento para que entren en escena los disidentes. Bien retribuidos, se les pasea por las cadenas de televisión privadas, las radios y los periódicos. Sus palabras buscan caricaturizar a Hugo Chávez de corrupto, megalómano y que no falte el adjetivo de caudillo populista.
Con todo el arsenal desplegado, el paso siguiente es llamar al país a luchar contra el tirano y su régimen autocrático. En este esfuerzo hay que armarse de valor, el noble objetivo de salvar a la patria impone un sacrificio, no importa que para ello se derrame un poco de sangre. Todo con tal de impedir el establecimiento del comunismo. Así se cierra la estrategia de la desestabilización, se legitima un golpe de Estado y se llama al magnicidio. Y si no funciona, siempre queda una bala en la recámara, el frente externo dará su visto bueno para una invasión preventiva.
Artículo publicado en La Jornada.
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