Madrid.- Son jóvenes, tienen estudios universitarios y huyen de la crisis económica que vive España. Aquí no encuentran trabajo y deciden buscarlo al otro lado del charco, en Argentina. Al mes se van más 1.200 jóvenes al país austral, según un informe de la consultoría internacional Adecco, elaborado con datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración de España y recogidos por el diario 'Clarín', que en portada destacaba: “Por la crisis europea llegan al país 1.200 españoles por mes. Tiene entre 25 y 35 años. Están cualificados y huyen del desempleo”.
Desde 2008, año en el que comenzó la crisis, 33.543 españoles han migrado a Argentina para estudiar o trabajar, produciéndose así un éxodo masivo, parecido al que se produjo en los siglos XIX y XX.
Hace diez años, el desplome de Argentina provocó la llegada de inmigrantes del país porteño a Europa. Es el caso de Candelaria de las Casas Fernández, una joven que junto a sus tres hermanos y sus padres dejó la tierra que le vio nacer, Santa Fe, situada en el sector centro-este de Argentina. Todo para buscar una nueva vida en Orense y estudiar una carrera universitaria en Salamanca.
Ella tiene 25 años, es licenciada en Relaciones Públicas por la Universidad Pontificia de Salamanca, domina a la perfección el inglés y ha disfrutado de una beca Leonardo para hacer prácticas durante tres meses en Praga (República Checa). Aunque en su currículum la formación no falta, lleva un año buscando trabajo y no lo consigue. “Cada día me inscribo a miles de ofertas, pero nada. Muchas de ellas por debajo de mi formación. Incluso me he llegado a plantear regresar a mi país donde dejé a gran parte de mi familia y amigos. Algunas veces me planteo si de verdad vale la pena seguir aquí. He llegado a pensar incluso en volver a Argentina”, explica a 'LA VOZ LIBRE'.
Como ella, numerosos jóvenes llegaron a España y ahora se plantean volver al país argentino porque aquí no encuentran lo que buscan. Lo mismo sucede con los jóvenes españoles que ven como su formación no es suficiente para conseguir un trabajo en su país. “La edad también describe algo. Los datos perfilan a un joven de entre 25 y 35 años sin responsabilidades familiares y con formación cualificada, lo que alimenta la tesis de la ‘fuga de cerebros’”, según Eloy Capellán, director del departamento de movilidad internacional de Adecco España.
Esa huida de talentos parece imparable aunque el Ejecutivo español se haya gastado en 2010 en educación 53.946,7 millones de euros a los que habría que añadir 1.666.975 euros en becas y ayudas al estudio. En el curso 2010-2011 se ha superado por primera vez el 5% del PIB en inversión para educación universitaria y no universitaria. Buenas cifras, para pocos resultados.