Antes de entrar en el tema de Miami y ese falso sueño, del que voy a escribir varios artículos, debo tratar un asunto que no es, del todo, ajeno al tema central y que he abordado otras veces.

Es una estupidez llamarle “América” a Estados Unidos y sólo a Estados Unidos, y “americanos” sólo a los ciudadanos de este país, no ya porque América es el nombre de todo un continente, sino porque Estados Unidos y Canadá fueron los últimos países en usarlo, un siglo y medio después que la costa atlántica de la América meridional comenzara a llamarse así, en honor de Américo Vespucio. ¿Qué dirían los europeos si Francia, por ejemplo, se apropiara del nombre de todo un continente y se llamara a sí misma Europa y sólo a sus ciudadanos les llamase europeos? Eso no se atrevió a hacerlo Napoleón cuando era el amo de toda Europa. Llamarle “americanos” sólo a los ciudadanos de Estados Unidos es una insolencia que debe ser rechazada por todos los americanos, o sea por todos los que nacimos en este continente.

2-. ¿Qué es Estados Unidos y qué es Miami?

Como lo analizo todo desde el punto de vista histórico y condeno a los imperios cuya única fuerza es la de las bestias, estoy convencido que vivo en una ciudad, Miami, que no forma parte de Estados Unidos, sino que es territorio español ocupado, ilegalmente, por el imperio estadounidense. Y como mi madre y mis cuatro bisabuelos paternos eran españoles, considero, por ello, que vivo en un pedazo de mi madre patria, no “en el extranjero”, por lo que la crítica que he hecho y voy a hacer de Miami la hace un miamense, un floridano, no un extranjero. Aquí los extranjeros son los gringos y los cipayos de los gringos; así como en California, Tejas y otros Estados son extranjeros todos los que no sean mejicanos o descendientes de mejicanos; de la misma forma que son extranjeros en todo el centro de Estados Unidos, de las Appalachias a las Rocallosas, todos los que no sean franceses o descendientes de franceses, y en Alaska los únicos alaskianos son los descendientes de los 2,500 rusos, los 8,000 “indios” y los 50,000 esquimales que vivían en la península en 1867, todos los demás son extranjeros.

¿Una broma? Sí, claro, para la gente simplista es una broma, pero no para quienes conocen la historia de este país, algo que es muy fácil para todo el que consulte las enciclopedias, la internet o, por ejemplo, “The Annals of America”, una colección de 15 volúmenes sobre la historia de Estados Unidos, desde Colón hasta mediados del Siglo XX, que, por suerte o por desgracia, me leí de cabo a rabo.

¿Pero cómo puede ser Miami territorio español?, se preguntarán algunos. Veamos: en la primavera de 1818, el general Andrew Jackson, el mayor genocida de la población autóctona del país, invadió la Florida, entonces territorio español, venció a la guarnición de Pensacola y,al año siguiente, el traidor Fernando VII se lacedió a Estados Unidos por cinco millones de dólares, violando la Constitución de Cádiz de 1812 que no le concedía derechos a vender ninguna parte integral del Imperio Español. Algunos pudieran decir que la Constitución de Cádiz no estaba en vigor en 1819 porque había sido suspendida por Fernando VII en 1814, pero esa suspensión había sido ilegal porque España era, en ese momento, una monarquía constitucional y el Rey no tenía poder legal para disolver las Cortes de Cádiz, por lo que, no de hecho pero sí de derecho, esa Constitución, que sería restaurada en 1820, se mantuvo de 1814 a 1820. Por ello, la decisión de Fernando VII de vender la Florida fue inconstitucional, o sea nula, porque sólo las Cortes de Cádiz podían hacerlo.

Por su parte el presidente James Monroe violó la Constitución de Estados Unidos, pues no tenía facultad legal para realizar esa compra ya que correspondía al Congreso aprobar una Adición Constitucional –Constitutional Addendum-- que se lo permitiera y que no hay que confundir con Enmienda Constitucional o Constitutional Amendment.

Lo mismo sucedió, en 1803, con la Compra de la Louisiana –Louisiana Purchase--, un amplio territorio que era dos veces el tamaño del país original y que fue efectuada por el presidente Thomas Jefferson, en violación de la propia Constitución de la que él había sido uno de sus máximos propulsores; así como el cónsul vitalicio Napoleón Bonaparte violó la Constitución francesa de 1802 (Constitución del 16 Termidor del Año X de la Revolución Francesa) promovida por él mismo, pues tenía que llamar a senadoconsulto, o sea obtener la aprobación del Senado, y no lo hizo.

Algo similar, pero trágico, sucedió con la anexión inconstitucional de Tejas en 1845 y el Tratado Guadalupe-Hidalgo, también inconstitucional, de 1848, por los que México perdió el 54% de su territorio nacional, sobre todo sus tierras más ricas.

Lo mismo puede decirse de la Compra de Alaska, en 1867, por el presidente Andrew Johnson, acuerdo que fue violado por el presidente Ulyses Grant en 1869, por lo que, legalmente, Alaska sigue siendo territorio ruso (el ministro de guerra de Alejandro II, mariscal Jozef Milyutin, había puesto como condición en el contrato de venta que Alaska no tuviese nuevas instalaciones militares hasta treinta años después de su venta, y Grant violó esa parte del acuerdo, en 1869, por lo que ese tratado quedó nulo. Por supuesto que el imperio yanqui nunca reconoció esa nulidad, y el Imperio Ruso, al que le sobraban territorios más que a ningún otro imperio de entonces, ni siquiera protestó.

Hawai tampoco pertenece a Estados Unidos, pues fue adquirido por la fuerza, o sea derrocando a una reina, Liliukalani, que tenía el apoyo del 99% del pueblo hawaiano. Hawai es parte del imperio no del país, por lo que Barack Obama no nació en Estados Unidos, sino en una posesión imperial estadounidense y habría que investigar un poco más a fondo si, desde el punto de vista histórico, su elección es inconstitucional.

Por todo esto hay que llegar a la conclusión que Estados Unidos está integrado por quince Estados, las trece colonias originales y los que, en 1783, eran dos futuros Estados, el Distrito de Maine que pertenecía a Massachussets y la República “Independiente” de Vermont que era disputada por Nueva York, Connecticut y Massachussets. Todo lo demás, o sea 35 Estados de hoy, no pertenecen a Estados Unidos, sino al imperio estadounidense.

A quienes crean que esto no es serio, les aconsejo que lean en las obras mencionadas los textos del Louisiana Purchase --Adquisición de la Louisiana--, la Constitución de Estados Unidos, la Constitución española de 1812, la Constitución francesa de 1802, las Cortes de Cádiz, la Historia de la Florida, la Anexión de Texas, el Tratado Guadalupe-Hidalgo y la Adquisición de Alaska –Alaska Purchase--, para que se den cuenta que todo lo que he dicho es absolutamente cierto.

Para concluir este tema, debo añadir que todo lo que llegó a la costa atlántica de Norteamérica en el Siglo XVI vino de Cuba y la Capitanía General de La Habana era el gobierno de lo que entonces se llamó Las Floridas, un territorio mucho más grande que España, y por supuesto que Cuba, que llegaba de Cayo Hueso a Virginia y del Atántico al Mississippi. El Imperio Español abandonó esas tierras porque no encontró en ellas oro ni plata y se quedócon la Florida, que llegaba entonces hasta New Orleans y comprendía las costas de Alabama y Mississippi en el Golfo de México. Cuando este país vivía casi en el Paleolítico, en Cuba había ciudades, escuelas, gobierno, librerías, caminos, haciendas, castillos.

Al decir que la Florida sigue siendo territorio español y el centro del país francés y Alaska ruso no estoy, por supuesto, justificando a ningún imperio sino diciendo que esos territorios no deben pertenecer a imperio alguno porque todos los imperios son ilegales, sobre todo los que han vencido a otros imperios.

Discúlpeme el lector por esta nueva ‘descarga’ histórica, pero no quiero que nadie me confunda con el uso que le doy a esa palabrita tan curiosa de “americano”, ni crea que la crítica a Miami la hace “un extranjero”. Insisto que aquí en Miami los extranjeros son los gringos y, sobre todo, los que adoran al imperio sin importarles en lo más mínimo los crímenes que cometa y de los que la historia ha sido testigo eficiente y muy activo.

3-. Este Miami que taaaanto ha triunfado …

Voy a dar ahora sólo unos pocos datos porque repito que éste es nada más que el primero de varios artículos sobre el sueño ’americano’ de Miami. Esta bola pica y se extiende como los hits que pican entre primera y segunda y llegan al jardín derecho.

Desde hace mucho tiempo se ha dicho que los cubanos de Miami han triunfado en los mismos años en que Cuba “se ha ido empobreciendo”. Para alimentar ese mito los periódicos de Miami publican casi todos los dias fotos de las peores zonas de La Habana, una ciudad que tiene casi 500 años y muchos de cuyos edificios fueron construidos en los siglos 17, 18 y hasta en el 16. Siempre son las mismas fotos de los mismos edificios semidestruidos o de las mismas calles revueltas y sucias. Nunca ponen fotos de otras zonas ni de las capitales de provincia ni del área de La Rampa ni de la Plaza de la Revolución ni de Miramar ni nada de eso. Sólo la de los famosos edificios ruinosos. Jamás publican fotos de los miles y miles de estudiantes que entran y salen de las universidades, ni de los pioneros, ni de los médicos heroicos que salen del país a zonas remotas para atender a los enfermos pobres, ni de las reuniones de las organizaciones de masas ni de Santiago de Cuba, por ejemplo. Hace más de treinta años que no veo una sola foto de Santiago de Cuba ni La Gran Piedra ni Viñales ni Soroa ni Siboney ni Varadero ni el Parque Lenin ni el Zoológico ni el Mariel ni el Escambray. ¿Existirán todavía? ¿Es cierto lo que dicen aquí que Cuba está destruida y que sus sistema politico ha fracasado?

En primer lugar, habría que preguntar, sin acudir a la mayéutica de Sócrates: ¿qué es el fracaso y el triunfo? ¿Qué debe ser para el ser humano lo prioritario: el valor de lo externo, o sea de las cosas, o el valor de lo interno, es decir de las ideas, o lo que pudiera decirse también como la esencia y la conciencia de la persona humana?

Muchos ponen como primer logro del “sueño americano” el tener casa propia, o sea para ellos el mundo de los ladrillos vale más que el mundo de las ideas, sobre todo porque las únicas ideas que tienen son las de comprar ladrillos.

Lo otro que priorizan los que sólo piensan en las cosas –que se parecen a los “cosistas” de la literatura moderna—son el tener un automóvil, un empleo seguro, atención médica, una buena educaciónpara los hijos y, por supuesto, comida. Lo demás, para ese “sueño”, es secundario, como, por ejemplo, leer Los Miserables, formar una brigada para construir casas y apartamentos para la colectividad,enseñar a leer y escribir a quien no sepa, aprender otro idioma, estudiar una doctrina política --sea la que fuese--, seguir los preceptos de Jesús no de las iglesias siempre antijesusistas, sembrar un árbol, no contaminar la atmósfera y otras boberías. Veamos esto por separado:

A) Casa propia: millones de personas perdieron sus casas en Estados Unidos, sobre todo en la Florida, a partir del comienzo de esta gran crisis económica, porque creyeron que ellos eran los dueños y lo único que tenían, a lo sumo, era la mitad de una pared, un pedazo del techo, los huecos de las ventanas y los aparatos del baño. Lo demás era del banco y, al no pagarle la letra mensual, perdieron, además de las dos paredes y el pedazo de techo, el lavabo, la bañadera y las ventanas con su marco y todo.

La gran mayoría de las personas, sin embargo, ha mantenido sus casas. ¿Mantenido? El excesivo aumento de los impuestos sobre los bienes inmuebles es tal que aunque el propietario le haya pagado la casa al banco, o la haya adquirido de contado, nunca es, realmente, suya porque tiene que pagar impuestos anuales que muchas veces sobrepasan los diez, doce, quince, veinte mil dólares o más, o sea que aun en las casas modestas –no me refiero a las que son casi bohíos, de las que hay muchas por ahí--el impuesto representa unos mil dólares mensuales que es, más o menos, lo que se paga de alquiler por una casa parecida. Y si no tiene dinero para pagar los impuestos tiene que hipotecar su casa por lo que la propiedad pasa, otra vez, en parte, a manos del banco y el propietario termina adonde empezó, siendo esclavo de las deudas … eso es en el supuesto caso que no haya perdido su empleo porque si lo perdió y no puede conseguir otro, lo más probable es que pierda trambién a su mujer y a sus hijos y tenga que vivir bajo el puente, al igual que cientos de miles de personas en este país que hasta hace unos años eran dueños de casas y coches y tenían una familia … o al menos ellos creían que era una familia.

¿Y adónde va el dinero de todos esos impuestos? ¿A ayudar a los que más lo necesitan? Por supuesto que no, va a las múltiples guerras interminables y a rescatar financieramente a los grandes explotadores, o sea a los que menos lo necesitan, para que sigan explotando.

B) El ‘carro’: sí, claro, aquí se puede tener un automóvil más que en Cuba y muchos otros países, siempre que se tenga el dinero para comprarlo y pagar, todos los meses, los carísimos seguros, que cada día suben más, y, de vez en cuando, a los mecánicos, que en Miami son los más bandidos del mundo porque llegan a romperle piezas a los coches, mientras les arreglan otras, para que la cuenta sea mayor, en la misma forma que los médicos se ponen a experimentar con los pacientes que tienen buenos seguros para estafar a las compañías aseguradoras, el Medicare y el Medicaid y acaban por asesinarlos. Créanme que esto lo conozco bien de cerca.

Miami es la ciudad que tiene el tránsito y los choferes más peligrosos de Estados Unidos, quizás del mundo, según han publicado The New York Times y otros de los periódicos más importantes de este país, o sea que aquí el problema de tener un carro no es ya de economía, sino una cuestión de jugarse la vida, algo así como estar en medio de una guerra sin que uno haya querido ir a esa guerra.

C) La instrucción: ¿educación para los hijos? ¡Ja! Háblese con cualquier muchacho que haya terminado la segunda enseñanza, o high school, para que se vea la ‘calidad’ de la instrucción en este país, sobre todo en el sur de la Florida. Hay excepciones, por supuesto, las de aquellos jóvenes que sus padres les inculcaron el amor a la cultura y los obligaron a leer enciclopedias y buenos libros, pero ésos no son ni el 5%. Pregúntesele al 95% de los graduados de high school, por ejemplo: In what continent of the world is Greece? --¿En que continente del mundo está Grecia?—y es muy probable que el joven, a su vez, pregunte: Continent? Greece? Whata’halla is that? (What in the hell is that?);--¿Continente? ¿Grecia? ¿Y eso qué diablo es?

El “United States Illiterate Digest” –Compendio sobre Analfabetismo en Estados Unidos-- informa que Miami es la ciudad con mayor proporción de analfabetismo en Estados Unidos. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que se refiere a analfabetismo en el idioma inglés y que aquí la mayoría de las personas es oriunda de los países de Hispanoamérica, pero eso da la medida del poco interés que tienen muchos en Miami en aprender el idioma del país en que viven. En muchos casos, también, sobre todo de las personas que vienen de zonas remotas de los países más pobres del continente, no saben leer ni escribir en español. Sea lo que fuese, considero que una persona que sepa leer y escribir en su propio idioma tiene que ser bien estúpida para negarse a aprender el idioma del país en que vive y eso es parte del bajísimo nivel cultural de Miami.

Una vez dije y ahora repito que en Miami es más fácil ver a Atila montando a caballo que a alguien leyendo un libro, y el que no lo crea que venga y se dé una vuelta por ahí.

De acuerdo, otra vez, al Illiterate Digest, Miami tiene el 63% de analfabetismo; el este de Los Angeles, el 57%; el este de San Luis, el 56%; Compton, California, el 55% y Newark, New Jersey el 52%

Sin embargo, aquí los organos de informacion masiva hablan de Miami como si fuese la Atenas de Norteamérica. Muchos de los que hacen esas crónicas no saben tampoco en qué continente está Grecia porque no han estudiado en Cuba, Nicaragua, Honduras, Venezuela ni los otros países de los que vienen … sino aquí.

D) El empleo: Miami y la Florida tienen uno de los más altos índices de desempleo de Estados Unidos, el 13 y 11% respectivamente, y los salarios de esta ciudad, como promedio, son los más bajos del país. En todo el mundo la gran mayoría de los trabajadores pertenece a sindicatos. Hoy hay en Estados Unidos unos 160 millones de trabajadores, pero sólo 15 millones pertenecen a la AFL-CIO y dos millones a otras uniones, o sea 17 millones, que viene a ser el 10.6% de todos los trabajadores del país, o sea que unos 143 millones de trabajadores no están protegidos por sindicatos, el 89.4% de toda la fuerza laboral del país. Este es, quizás, el único país del mundo en que un empleador puede despedir a un empleado sin ningún motivo y muchas veces se ha hecho con empleados que llevan 10, 15, 20 años o más en una misma empresa. Estados Unidos es, quizás, el país más atrasado del mundo en derechos laborales y el sur de la Florida presenta un cuadro laboral aun peor que el resto del país.

E) La comida: cuando uno va a estos supermercados tan bien surtidos que sólo están al alcance de quienes puedan afrontar el excesivo aumento de sus precios, se encuentra muchas veces a unos viejitos que caminan muy despacio o con ayuda de bastones o burritos, o en silla de ruedas, que compran comidas enlatadas para perros y gatos … pero no tienen perros ni gatos.

Miami tiene el mayor índice proporcional de personas hambrientas en Estados Unidos; pero, como no quiero abusar del tiempo ni la paciencia del lector, este tópico lo abordaré en el próximo artículo sobre Miami y el Sueño “Americano”, que saldrá en dos semanas, el 13 de agosto.

En ese articulo y en varios de los siguientes trataré, también, sobre las drogas, el crimen, los desamparados, la falta de atención médica y hospitalaria, el abuso policial, la corrupción política y otros de los grandes triunfos de Miami.

El artículo del próximo jueves, 6 de agosto, se titula “¡Mizu … mizu … mizu … mizu!”, y no puede ser sobre otro tema que no sea Hiroshima, en el 64 aniversario del atentado terrorista más asesino de la historia ☼