http://marianmus.wordpress.com/2007/02/08/los-adioses/
http://www.cuadernosdemusicayliteratura.com/2008/02/fj-haydn-sinfona-n-45-los-adioses.html
Sinfonía nº 45 en fa sostenido menor, Los adioses.
Un verano, la temporada se prolongó más de lo habitual. El buen tiempo persistía, y los Esterházy, ( una poderosa familia austriaca ), estaban muy a gusto en el campo, disfrutando de todas las diversiones y placeres que la naturaleza les ofrecía. Muchos de los músicos llevaban meses sin ver a sus familias, que estaban en Viena, y empezó a cundir el malestar entre ellos, hasta que llegó a oídos de Haydn. Como en aquellos tiempos no estaba bien visto que la servidumbre comunicara a su patrón estos negativos sentimientos, -ni ningún otro-, decidió insinuárselo con música. Para ello compuso una sinfonía en la que los músicos no terminan de tocar todos a la vez, como era lo normal en las codas típicas del Clasicismo ....sino que irían terminando poco a poco. Los músicos de la orquesta recibieron instrucciones del maestro: cuando un músico terminara su parte, en lugar de aguardar en su sitio a que terminaran los demás, debía levantarse silenciosa y respetuosamente, recoger su partitura y abandonar la sala… con la consiguiente sorpresa de los asistentes, que vieron con asombro cómo los músicos iban saliendo uno a uno. A esta sinfonía se le conoce como Sinfonía de los Adioses, y es una curiosa reivindicación laboral hecha con música. ¿Cómo terminó la historia? El príncipe, que era hombre inteligente y sensible, enseguida entendió la indirecta y no dudó en atender la musical petición de aquéllos que tan placenteros momentos musicales le proporcionaban, regresando a Viena casi de inmediato.
La historia cuenta que cuando se iban ya los últimos dos violines dijo el príncipe: “Bueno, si todos se van, igual nosotros también deberíamos irnos”. Y al día siguiente partieron para Viena.