VIRGINIA WOOLF:
"Ciertamente que cualquier mujer nacida con un gran talento en el siglo XVI se habria vuelto loca, se habria suicidado o habría terminado sus días en una cabaña aislada, apartada del pueblo, medio bruja, medio maga, temida y objeto de escarnio."

 

 

 

 

Este personaje histórico, la reina Juana de Castilla, a quien la historia oficial congeló en el papel de Juana La Loca, la mujer que enloqueció de amor, y a quien la frase parece calzarle justo. Es una historia de amor, de pasión. Una clase de amor difícil, atormentado, donde se pierde la racionalidad, donde uno puede llegar a amar a la persona que te destruye.
Esta historia, poco conocida y relegada de lo popular, cuenta la gran pasión que sintieron Juana y Felipe, su alto contenido erótico pero tambien muestra el maltrato sistemático que Juana sufrió: de padre, de su marido, de su hijo, y más el maltrato histórico, al punto de que pasó a la historia como Juana la Loca. El montaje de su locura es muy cuestionable. Ella representa a todas las mujeres a las que acusan de locas porque no se conforman con las normas sociales, porque reclaman el derecho a su sexualidad. Yo diria que Juana la Loca era una mujer libre y lo era en medio de la Inquisición, lo que resultó inadmisible. El encasillamiento de la mujer dentro de cánones sociales machistas, implica abusos, encierros y maltrato.
Juana I de Castilla, nació una lluviosa noche de noviembre de 1479 en la hermosa ciudad de Toledo. Hija de Isabel la Católica y Fernando de Aragón ( los Reyes Católicos ). Vivió en una epoca fascinante de la historia de España, pués se conquista el Reino de Granada, se expulsan a los judíos de la Península Ibérica, se descubre América, se firma el Tratado de Tordesillas, se dobla el Cabo de Buena Esperanza, se sublevan los moriscos granadinos, se forma la Liga Santa, se descubre el Mar del Sur, se extiende la Reforma protestante por Europa, Elcano da la vuelta al mundo, se funda la Companía de Jesús, se celebra el Concilio de Trento y se establece definitivamente la Inquisición.
Hermosa, culta, refinada, y cuando cumplió los 16 años, sus padres decidieron concertar su boda con el archiduque Felipe de Austria, Hijo de Maximiliano I y María de Borgoña, conocido con el sobrenombre de "El Hermoso" ( algunos críticos dicen que era una exageración). Era un hombre de cuerpo proporcionado y de agraciado rostro, aficionado a los deportes de su tiempo al ser agil y poseer fortaleza. Se le atribuyen muchas amantes en la corte borgoñona.

ISABEL LA CATÓLICA: "Sólo existen dos maneras de lograr la unión con otros reinos: con el acero de las espadas o con el oro de las alianzas."

La boda se celebró en Lille el 21 de Agosto de 1496, prematuramente, ya que ambos cónyuges sintieron una mutua atracción nada más verse, deseando consumar el matrimonio cuanto antes.
Esa mujer que se casó absolutamente enamorada de su marido, Felipe de Habsburgo, "El Hermoso", y a quien dedicó su vida en cuerpo y alma. Esa mujer que no ambicionaba poder ni reino, tan solo el amor de su adorado esposo y el cariño de sus seis hijos. Esa mujer - la tercera en la línea de sucesión - que, por los designios del destino, hereda el trono de Castilla, por el fallecimiento de sus dos hermanos mayores, un sobrino y un hermanastro. Herencia que será la causa de sus males, pués el trono de las Españas en aquellos años era el más codiciado por todo el mundo. Las circunstancias, el destino, la impiedad, la codicia y la ambición hicieron que otros gorbenaran siempre "en su nombre" como exigió Isabel la católica al incorporar esas palabras en aquella famosa cláusula de su testamento:

" Si Juana, mi amada hija y legítima heredera, estuviese ausente de este Reino, o si habiendo regresado a él partiese en cualquier momento para residir en otra parte, no importa dónde o cuándo, o si mientras reside en España, careciese del deseo o la capacidad para gobernar y hasta que el infante don Carlos de Habsburgo cumplidos los veinte años, pueda hacerse cargo de los Reinos, el rey Fernando II de Aragón, mi amado esposo y consorte, gobernará, administrará y reinará en su nombre."

 

 

 

 

En ningún momento de la lectura de su biografía se desprende que Juana I de Castilla estuviera loca, es más, las cortes castellanas nunca llegaron a declararla incapaz o demente. Entoncés, por qúé no pudo gobernar?. Quizás por la constante contradicción interior que sentía entre la vida de esposa enamorada y enferma de celos pués a pesar del matrimonio Felipe el Hermoso no dejó de mantener relaciones sexuales con las damas de la corte, actitud que doña Juana no estaba dispuesta a permitir, y la vida de reina, con su pesada carga de deberes y obligaciones. también por su condición de mujer y esto fue decisivo. Si Juana hubiera sido hombre, nadie se hubiera atrevido a usurparle sus coronas, como nadie se atrevió a hacerlo con los decadentes reinados de Juan II de Castilla o Enrique IV. Era incompatible y contradictorio en esa época, ¿y ahora? poseer el poder y ser mujer. Por eso Juana fue una reina desconocida en la historia, como tantas otras,y se transformó en una prisionera que enterró con su nombre el gran poder que pesaba sobre su desamparada persona.
En los primeros días del mes de septiembre de 1507 don Felipe jugaba un partido de pelota con sus más allegados en Burgos. Después de practicar deporte, bebió agua helada, por lo que al día siguiente se sintió con fiebre. Nunca se curó y el día 25 de septiembre de 1507 fallecía, se dice que pudo haber sido envenenado, lo que no se pudo probar.

LA DEMENCIA DE DOÑA JUANA . LORENZO VALLÉS - 1867 . MUSEO DEL PRADO

En el momento de recibir la desgraciada noticia no derramó una sola lágrima; pero su rostro adquirió para siempre un rictus de desconsuelo. Fue enterrado en forma provisoria en Burgos hasta su trslado definitivo a la Capilla real de Granada. Juana no dejó de acudir un solo día a la cripta; luego de almorzar en el monasterio, pedía a los monjes que abrieran el ataúd para acariciar a su marido. Le aterraba pensar que podrían llevar el cadaver a felipe a su país natal, y necesitaba constatar a diario de que el cuerpo seguía estando alli.
El 20 de diciembre de ese año, en pleno invierno y con la reina embarazada, comienza el trslado del cadáver hasta Granada, en un lúgubre vagar por los campos y ciudades abrazada al ataúd. El tétrico espectáculo de la comitiva, la cara pálida y aterrada de Juana, commocionaban a la gente en los caminos. La comitiva, encabezada por la viuda, viajaban siempre de noche y alojándose en lugares donde las mujeres no pudiesen tener contacto con el cortejo, lo que aumentó las noticias de la locura de doña Juana. Y para aumentar lo morboso de la situación, Juana da a luz a Catalina, su última hija.

 

 

Tras el sepelio, la infortunada reina cayó en una gran depresión, su padre Fernando, ya sin rival, asume la regencia de Castilla. Para mayor control de la situación decide encerrar a Juana en Tordesillas (1509). En 1516 muere el rey, dejando el trono en manos de su nieto e hijo de Juana, Carlos I de España, quien en el futuro se coronaria Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de carlos V de Alemania.
La suerte de Juana no mejoró con el cambio de monarca; su hijo también estaba interesado que figurase como incapaz, de lo contrario no sería rey, y mantuvo a su madre recluídas. Allí permaneció el resto de su existencia, vestida de negro y haciendo una vida retirada. Había dias en que se la oía llorar llamando desconsoladamente a su esposo, incluso sostenían que se la escuchaba dialogar con él como si estuviera presente, todo ello contribuyó a acentuar su problema mental.
Tras !! 46 años !! de cautiverio, cubierto su cuerpo de llagas al negarse a ser aseada y cambiada de ropa, fallecia Juana.
Quizas la pobre Juana tuviera una leve enfermedad mental, pero no se llevó a cabo un programa de recuperación muy adecuado con ella al encerrarla en Tordesillas, aunque ésto es común con la mayoría de los enfermos mentales hasta nuestros días.
Descansa para siempre, junto a su amado Felipe, en el panteón de la Catedral de Granada.