La frase no pasó desapercibida. Cuando terminó de pronunciarla, ya habían empezado las interpretaciones. Las miradas cómplices, las lecturas con vistas a la campaña electoral. “A este modelo que ya lleva ocho años hay que cuidarlo. Es un modelo de producción, consumo popular, demanda agregada. Es como una criatura que pronto cumplirá ocho años, una criatura a quien se le fue el padre pero le quedó la madre para defenderlo con uñas y dientes”, subrayó la presidenta desde el atril del Salón de las Mujeres. Su promesa fue festejada con una larga ovación. Su determinación en defender “con uñas y dientes” el modelo económico y social iniciado por Kirchner en 2003 fue tomada como la primera referencia pública a la posibilidad de que Cristina sea finalmente candidata en las elecciones presidenciales de octubre.
Su discurso generó expectativa entre los propios funcionarios del Ejecutivo. Era su primera aparición tras el cuadro de lipotimia que, el martes a la tarde, la había obligado a retirarse anticipadamente a la Quinta de Olivos. Por sugerencia de los médicos de la Unidad Presidencial, Cristina había permanecido el resto de la jornada en la residencia para descansar e hidratarse por el golpe de calor. Y ayer, cuando recibió en su despacho a las ocho campeonas mundiales de boxeo argentinas (ver página 39), la propia presidenta se ocupó de salir a tranquilizar a los presentes. “A los que se preocuparon por mi salud, les digo que lo de ayer fue un golpe de calor. Es lo único que me puede noquear, un golpe de calor y nada más. Acá estoy, de vuelta al frente y trabajando”, dijo con una sonrisa.