El genio político, jurídico y militar de los romanos no era indestructible. Gobernar un imperio de tan enormes dimensiones requería de un gran esfuerzo y de dotes de estadista. No todos los emperadores romanos reunieron esas condiciones.

ConstantinoÚLTIMOS EMPERADORES

Mientras el emperador Constantino gobernó entre los años 312 y 324 en la zona oeste del Imperio, Licinio lo hacía en el Oriente. A la muerte de Licinio durante una campaña militar se reunificó otra vez el mando imperial en manos de Constantino. La tendencia hacia un gobierno monárquico, donde se enaltecía la figura del emperador en una corte rodeada de lujos, que ya había comenzado durante el mandato de Diocleciano, se acrecentó. Constantino era la cabeza de una amplia burocracia aristrocrática. La sede del gobierno imperial se estableció en una ciudad nueva, enclavada en la antigua colonia griega de Bizancio, que se llamó Constantinopla, y que fue fundada en el año 330.

En el año 313, tomando conciencia de la importancia que tendría sumar entre los adeptos a su gobierno a los cristianos, cuyo número crecía considerablemente, decretó con respecto a ellos El edicto de Milán (313) que permitía la tolerancia religiosa. Esa fue la religión que Constantino adoptó en su lecho de muerte, al ser bautizado.

En el año 335 dividió el Imperio, para luego de su muerte, entre sus tres hijos (Constante, Constancio II y Constantino II). También entre sus sobrinos, Dalmacio y Hanibalieno. Con la asunción de Constancio II en el año 353, se reunificó nuevamente la autoridad imperial. Estos gobiernos fueron sumamente débiles y el imperio no lograba hallar su unidad. En el año 379, surgió un líder fuerte, el emperador Teodosio que fue apodado “El Grande”, quien adoptó el cristianismo como religión oficial del imperio romano. Fue un gobernante hábil y eficiente con fuerza de carácter y rigidez de criterio.

Los godosLA RELACIÓN CON LOS BÁRBAROS

En el año 382, Teodosio venció a los visigodos, pueblo de agricultores que avanzaron sobre Roma presionados por los hunos, buscando un lugar seguro donde radicarse. Luego de derrotarlos, Teodosio, llegó a un acuerdo con el rey Atanarico, por el cual se les permitió instalarse en Mecia, siendo considerados federados del imperio. Se convirtieron así en un pueblo aliado de Roma, y custodio de la frontera.

Es importante señalar en este período, la influencia de Estilicón, que era hijo de un vándalo (pueblo bárbaro, denominación dada por los romanos a los extranjeros) y de una romana. Fue miembro destacado del ejército romano y muy reconocido por Teodosio I. Contrajo enlace con la hija adoptiva y sobrina de Teodosio, de nombre Flavia Serena. En la batalla de Frígido (año 394) contra Flavius Eugenius, un usurpador que se levantó contra Teodosio, a efectos de reinstalar el paganismo, Estlicón demostró su valor, ayudado por Alarico, rey visigodo.

Cuando Teodosio falleció, en el año 395, en Milán, nuevamente se produjo la división del imperio entre sus hijos. Arcadio, de sólo 18 años, tomó el mando en Oriente, con capital en Constantinopla y Honorio, aún más pequeño que su hermano, en Occidente, con capital en Milán, siendo su regente, Estilicón. Éste último sector del imperio será el primero en sucumbir, tal vez (según algunas teorías)por estar el poder en manos de regentes que gobernaban en nombre de soberanos demasiado jóvenes.

Muerto Teodosio, Alarico desconfió de que los sucesores del emperador siguieran respetando el acuerdo.

En el año 395, Estilicón se enfrentó a las fuerzas del rey visigodo Alarico que presionado por los hunos pretendía penetrar en el imperio, por Tracia, al sureste europeo. En el año 397, Estilicón derrotó a Alarico en Macedonia, triunfos que se repitieron en Pollentia (402) y Verona al año siguiente. También luchó contra los vándalos, a pesar de ser él mismo descendiente de ese pueblo, y contra otras poblaciones extranjeras. En el 405 derrotó a los suevos.

En el año 406, el jefe godo Radagaiso atacó Roma, pero Estilicón logró derrotarlo, muriendo Radagaiso decapitado. Sin embargo, ese año la Galia fue invadida por los alanos, suevos y vándalos que lograron atravesar el Rhin.

Sin embargo, en varias oportunidades, Estilicón requirió la ayuda del rey Alarico, que presentó exigencias al Senado para cobrarse sus favores. Al ser rechazadas sus pretensiones, invadió Italia en el año 408, lo que motivó que Estlicón fuera visto con desconfianza. Finalmente Estlicón fue ejecutado en agosto del año 408.

Los alanos, suevos y vándalos que habían logrado atravesar el Rhin en el año 406, hacia el 409, se dirigieron a Hispania a través de los Pirineos. En poco tiempo, los invasores, formaron reinos que ocuparon las mejores tierras. Mientras tanto, los sajones invadían Britania.

La muerte de Estlicón fue seguida por tres asaltos a la ciudad de Roma, que no resistió y finalmente en agosto del año 410, fue tomada y saqueada por Alarico.

Luego del saqueo de Roma, Alarico tomó rumbo al sur para conseguir un paso hacia África, hallando la muerte al sur de Italia. Ataúlfo, su sucesor, marchó con sus hombres de Italia hacia la Galia. Allí, colocando a un emperador romano, como figura meramente simbólica, los godos se instalaron en el año 414, con capital en Narbona. Ataúlfo tomó por esposa a la hija de Teodosio, Gala Placidia, que permanecía prisionera desde el saqueo de Roma. Trasladado a Hispania, Ataúlfo fue asesinado.

En el año 418, se llegó un acuerdo con Roma, por el cual se les concedió un territorio ubicado entre los ríos Loira y Garona, en el suroeste de la Galia.

En el año 420, los hunos se instalaron en las llanuras de Hungría, amenazando la comunicación entre oriente y occidente, llegándose a acuerdos que incluyeron el pago de subsidios.

Por su parte, Honorio, falleció en el año 423 luego de un gobierno nefasto e intrascendente, donde sufrió la ocupación de Italia por parte de Alarico, siendo sucedido por Valentiniano III, que contaba con cuatro años de edad, y era nieto Teodosio, e hijo de Gala Placidia, que a su vez era fruto de la unión entre Teodosio y Gala, hija de Valentiniano I. O sea, que ante la existencia de tan jóvenes soberanos el poder estaba a cargo de ministros. Mientras tanto, los visigodos se incorporaban como fuerza miliar poniéndose al servicio del imperio.

Esta circunstancia fue aprovechada por los pueblos bárbaros para tratar de apoderarse del imperio.

En el año 429, los vándalos se trasladaron de Hispania hacia África, llegando hasta el este de Cartago. Las campañas militares de Hispania contra los suevos y vándalos incluyeron a los visigodos. Éstos se establecieron en el suroeste de la Galia para contener a los bacaudos.

En el año 435, los vándalos siguieron avanzando por África, apoderándose del oriente de Mauritania y luego de Numidia. Finalmente, Genserico tomó posesión de Cartago.

En el año 441, estalló la guerra contra los hunos, que como dijimos, se habían ubicado al norte del Danubio. Los hunos resultaron victoriosos, apoderándose de Margus, Naissus, Sirmium y Filipópolis. Por suerte la organización política de los hunos era muy débil. En el año 451, el rey de los hunos, Atila, llegó a un acuerdo con Constantinopla y tomó rumbo hacia el oeste.

Ese año se produjo la invasión de Atila jefe de los hunos, pero las fuerzas de Valentiniano III, al mando del general Aecio, ayudado por visigodos y burgundios, los derrotaron en los campos Cataláunicos. Con esto se logró retirar a Atila de la Galia pero se dirigió a Aquileya, Ticinum y Milán ciudades que tomó y saqueó. Fue recién con la muerte de Atila, en el año 453, que los hunos perdieron su poder.

En el año 455 los vándalos saquearon Roma, dirigidos por Genserico, quien estaba al mando de una flota poderosa, que pronto aumentó su influencia y poderío.

En el año 455 fue asesinado Valentiniano III, último sucesor de Teodosio. Le sucedieron Libio Severo, Antemio, que murió asesinado, y Olibrio, un senador occidental exiliado en Constantinopla, que falleció pocos meses más tarde. Le continuó Glicerio, luego Nepote, que fue desposeído por el general Orestes, que puso en el poder a su hijo Rómulo.

Pero la suerte del Imperio occidental ya estaba sellada. Durante el mandato de Rómulo Augústulo, último emperador de occidente, las fuerzas bárbaras, al mando de Odoacro lograron deponerlo. Italia pasó a ser controlada por reyes bárbaros cuya corte se estabeció en Rávena.

CAUSAS Y CONSECUENCIAS

Voltaire fue uno de los tantos que trató de explicar el fenómeno de la caída de Roma, pero encontró una solución simple, considerándolo como un ciclo evolutivo donde todo debe terminar, al igual que lo que ocurre con cualquier organismo vivo.

Otros sostienen que fue la decadencia moral lo que llevó a Roma a su extinción, pero los que opinan lo contrario, sostienen que de ser así, el imperio ni siquiera debió existir ya que durante fines de la República se produjeron los mayores colapsos éticos.

Según Gibbon el derrumbe se produjo por la mano férrea con que se gobernó, necesaria para un extenso territorio, pero que quitó libertades a los habitantes, que ya no sentían como patria a su tierra romana. Además los militares se habían acostumbrado a largos períodos de paz, durante el siglo II, durante los cuales fueron perdiendo su valor y espíritu combativo.

Otros culpan al cristianismo de derivar el pensamiento hacia las cuestiones espirituales y alejar a los ciudadanos de la conciencia cívica.

Sin embargo, ninguna de estas explicaciones sirven para sostener cómo el imperio de Oriente siguió su existencia.

La explicación que parece ser la más acertada es la necesidad en que se vio la Roma Occidental de reforzar sus ejércitos con fuerzas extranjeras., o sea, aceptar a los godos como federados, desdibujándose la identificación de fuerzas aliadas y enemigas. Los miembros de las clases senatoriales, se negaron a entregar para el servicio del ejército a los hombres que trabajaban para ellos, prefiriendo compensar con dinero su aporte al ejército. Con ese dinero se reclutaron soldados bárbaros y se pagaron los subsidios por la ayuda de Alarico, que acrecentaba su poder. Esto diferenció a Oriente de Occidente ya que el primero nunca dependió de los godos, para luchar contra sus enemigos externos.

En el período de las invasiones, se destruyeron puentes, se abandonaron y devastaron poblados y reinó la inseguridad. Pero una vez establecidos los reinos bárbaros, cada uno tomó características peculiares en muchos casos respetando las costumbres y leyes romanas(Ver los distintos pueblos bárbaros en la Categoría Edad media). La trascendencia de este hecho fue de tanta significación que fue tomado en cuenta para el nacimiento de una nueva etapa histórica: La Edad Media.