Uruguay: Un año de “Pepe” Mujica como presidente
Infolatam
Madrid, 1º de marzo de 2011
Las claves
- José Mujica: "¿Y qué, te pasaste al imperialismo? ¿Perdiste la vergüenza, la virginidad? No seas nabo, ubicate en el mundo en que vivimos”.
- Mujica: "yo limpio mi cuarto y me lavo los platos. Mi esposa (la senadora Lucía Topolansky) me corta el pelo. Vivo de acuerdo con lo que pienso".
(Especial para Infolatam de Rogelio Núñez).- José Mujica cumple hoy un año como presidente de Uruguay. Un tiempo en el que se le ha podido ver en toda su esencia de político popular, de lenguaje llano y directo.
No ha tenido empacho, en estos doce meses, a la hora de lanzar duras críticas a todo el espectro político y social: a sus aliados del Frente Amplio, a sus rivales de la oposición e incluso se ha atrevido a cuestionar viejos postulados ideológicos de la izquierda a la que él pertenece.
Así, por ejemplo, se ha podido escuchar a José Mujica, miembro de la guerrilla urbana de los tupamaros en los 60 y 70, defender la excarcelación de militares de la dictadura por razones de edad: “no me duelen prendas en lo que refiere a la excarcelación de los mayores de 70 años. Esto no es algo que pienso de ahora. Es una idea que tengo desde hace diez años”.
Disparos a derecha e izquierda
José Mujica apostó por la ortodoxia desde que asumió la presidencia, en realidad desde mucho antes, y por eso no resultan extrañas estas palabras de apoyo al modelo capitalista: “para qué producir si no puedo vender. Estoy frito, se cayeron todos los sueños. Hay que tener capital (…) y si no lo tenés, hacé alianza con quien lo tiene y no vas a perder la conciencia ni la vergüenza”.
El socialista Mujica, siempre muy didáctico, lo explicaba así: “si le podés hacer botellas a Ambev y después a Coca Cola, por favor… ¿Por qué? Porque son los clientes grandes. Si querés mantener una fábrica de éstas con bodeguitas que son macanudas, vas al spiedo…tenés que hacer alianzas con las transnacionales y vender. ¿Y qué, te pasaste al imperialismo? ¿Perdiste la vergüenza, la virginidad? No seas nabo, ubicate en el mundo en que vivimos”.
Todo esto no quita para que haya sido especialmente duro y crítico con la clase empresarial uruguaya:“el subdesarrollo no es solo de los Estados y los empleados públicos, es esencialmente de los capitalistas, de los empresarios. Los empresarios juegan permanentemente al achique, al favoritismo a la atajada a no pagar impuesto en todo lo posible y al llorisqueo en cuanto viene mal, que cargue la sociedad y poca voluntad de riesgo”.
No ha tenido, como se ve, problema de censurar a los empresarios y tampoco a los sindicatos, que desataron una oleada de huelgas a finales de 2010. Para Mujica, la dirigencia sindical “está reflejando a nivel nacional una eterna contradicción y una enfermedad permanente de las izquierdas del mundo: la aparición en su costado de posiciones ultra que practican el infantilismo y que significan a la larga siempre una enorme colaboración estratégica con lo peor de la derecha…que terminó abriéndole las puertas a Hitler. “.
En este tiempo, José Mujica ha ido dejando atrás muchos de los pilares de la vieja izquierda latinoamericana, por ejemplo el de las “estatizaciones”, solución que considera “abandonada…la receta perfecta para desarrollar una burocracia opresora…equilibrio fiscal, mantener una economía austera y no jugar con la inflación (ideas) que ya no pueden estar en discusión ni por la izquierda ni por la derecha o el centro”.
Mujica, que se califica de amigo de Hugo Chávez, se ha mostrado alejado del modelo de “socialismo del siglo XXI”: ”(Chávez) tiene mucha voluntad, pero Venezuela tiene demasiados recursos, mucho petróleo, mucho dinero”, pero “el resultado es una burocracia tan grande que `mama mía`”.
De todas formas, el presidente uruguayo sigue considerando que ”desde el punto de vista antropológico…el hombre es un animal socialista…el 90% de nuestra historia vivimos en pequeños grupos que no se separaban unos de otros”, aunque admite que cuando se intentó implantar un Estado socialista, “el resultado fue desastroso”.
Como socialista cree que ese sistema “no se impone con la bota militar, no se le pasa a la gente por arriba y es una cosa tan compleja que necesita conocimiento y cultura masificada”.
Una vida de hombre normal, no de típico presidente
Pero donde mejor se ve su personalidad es en el estilo de vida que lleva como presidente: “yo limpio mi cuarto y me lavo los platos. Mi esposa (la senadora Lucía Topolansky) me corta el pelo. Vivo de acuerdo con lo que pienso”.
El presidente uruguayo, siempre sin corbata, vive en una chacra (granja) donde cultiva hortalizas y flores, su oficio desde joven, y tiene como único patrimonio un Volkswagen “Escarabajo” (también conocido como “Fusca” o “Vocho”) del año 1987 y valorado en 1.900 dólares.
Aficionado a tomar mate junto a su perra Manuela, reconoce que lo que más le molesta de ser presidente es el protocolo, “que a veces es insoportable”.
Mujica sigue con sus costumbres de cuando no era presidente y suele almorzar en sus bares favoritos, como La Casa del Whisky, ubicado en la esquina de Rondeau y Uruguay.
Allí ha sido fotografiado en numerosas ocasiones, recibiendo el saludo de niños y al ser cuestionado sobre porqué come en un modesto restaurante de barrio asegura que “los presidentes también almorzamos, (en Uruguay) somos diferentes”.
Recientemente, el bisnieto del escritor ruso León Tolstoi, Sasha Tolstoi, que reside desde hace casi una década en Uruguay, afirmó que su bisabuelo estaría “orgulloso” y seguramente habría sido “amigo” de Mujica, si lo hubiese conocido en vida.
Según él, ”el pueblo uruguayo lo aprecia por sus discursos con su característico lenguaje coloquial, por sus ideas, por su personalidad. ¿Y sabe por qué? Porque todo lo que dice está basado en el sentido común. Así hay que hablarle a la gente. Decirles la verdad, eso es lo importante”.