Me inquieres como si tuvieses algún derecho sobre mí. Te lo tienes muy creído ¿O es que haber sido leguleyo te ha dejado tal hábito? En ese caso, abre los ojos; no tienes jurisdicción sobre mi.
¿O será que por creerte revolucionario crees que eso te da derecho sobre UN revolucionario? Pues tampoco. Un revolucionario no tiene dioses ni tribunos a quien adorar ni ante quien avasallarse. Un revolucionario marxista-leninista ha de analizar los acontecimientos y aun siguiendo las orientaciones que emanan de un órgano superior elegido, ha de ser crítico con aquello que considera que ha de serlo. El culto a la personalidad, le es ajeno. Todo revolucionario, no solo tiene derecho a ejercer la crítica y la autocrítica, si no también la obligación.
No es revolucionario quien intente impedirlo; todo lo contrario, es un reaccionario.
Y es justamente en este punto en el que te digo, que NADA tengo que ver contigo, y aunque creí tenerlo, es cierto, eso se acabó. Yo también tendría derecho a equivocarme y también a corregir si ese fuese el caso. Explicaciones, se las doy a mis amigos. ¿POR QUÉ HABRIA DE DARTELAS A TÍ?
La justicia fue un invento diabólico del poder establecido para perpetuarse en el. Los leguleyos son siervos del sistema y mientras alguien crea en él, no puede ser revolucionario.
!!NI DIOSES NI TRIBUNOS!!
¡¡VETE AL CARAJO RUBÉN!!