El 9 de agosto el periódico Le Figaro de París publicó un artículo titulado "Por qué Chávez va a Cuba a curarse". Lamentablemente ese artículo contiene inexactitudes que es necesario señalar.

Dice que "el sistema de salud cubano es el mejor de América Latina". Esto pudo ser verdad antes de la revolución. Cuba era un país muy adelantado en salud y en otros campos. Muchas personas viajaban a Cuba a completar su formación profesional. Entre ellos, muchos venezolanos. Pero la "revolución" priorisó la cantidad de graduados sacrificando su calidad. El artículo de Le Figaro lo confirma cuando dice que en el 2005 había en Cuba un médico por cada 166 habitantes. Resultado: lo que hay en Cuba es un proletariado profesional con una formación muy pobre que es utilizado por el régimen como mercancía para la obtención de divisas. Cuando me desempeñé como embajador en Cuba tuve como jardinero a un agrónomo, como cocinero a un economista y como mecánico y chofer auxiliar a un ingeniero industrial y sus sueldos había que pagarlos en dólares a CUBALSE (Cuba al servicio de los extranjeros).

En Venezuela hay 40.000, quizás más, médicos cubanos y un número desconocido de maestros, entrenadores deportivos, militares, y otros "cooperantes".

Evidentemente, las estadísticas producidas, manipuladas y controladas por el gobierno cubano no pueden ser discutidas y mucho menos modificadas por las organizaciones internacionales. De allí la afirmación de las Naciones Unidas según la cual la tasa de mortalidad en Cuba es mucho más baja que en otros países de la región.

En el artículo su autora retoma una frase de una "especialista" en "política latinoamericana" según la cual el führer va a curarse a Cuba porque no tiene confianza en los médicos venezolanos. Esto puede ser verdad. No olvidemos que durante toda su presidencia ha estado obsesionado con un plan magnicida de la oposición para eliminarlo. Esa denuncia nunca se ha materializado porque la oposición venezolana está totalmente comprometida con la Constitución y solo quiere el fin de la dictadura por medios electorales.

Según el artículo de Le Figaro el führer tiene razón, no se equivoca, cuando desconfía de los médicos venezolanos. Me imagino que en Francia, como aquí, los médicos están obligados a prestar el juramento hipocrático y a cumplir con un código de conducta que los obliga a curar a sus pacientes y a proteger sus vidas por encima de cualquier consideración personal o situación política. Sugerir que un médico venezolano pueda valerse de su profesión para cometer un atentado es una ofensa no solamente contra los galenos de nuestro país sino contra cualquier profesional de cualquier profesión.

Comparto, sin embargo, la afirmación del artículo de Le Figaro cuando dice que la desconfianza hacia los médicos venezolanos no es la única razón por la cual el führer se hace curar en Cuba sino que hay de por medio fines políticos e ideológicos. Cuba es el principal sostén del führer y viceversa, sostiene el artículo. Pero no se trata sólo de sostén político e ideológico. El führer sustituyó a la ex-Unión Soviética como chaleco de salvación, de principal apoyo económico de Cuba. Le vende petróleo a un precio ridículo que luego es revendido a precio de mercado internacional.

Sin embargo el artículo omite lo peor de todo: ambos regímenes explotan una nueva forma de esclavitud utilizando el trabajo de la gente como mercancía y fuente de ingresos de divisas. La « Misión Barrio Adentro » proporciona al régimen cubano ingresos multimillonarios a cambio de servicios que podrían ser prestados por venezolanos. Según informaciones divulgadas recientemente Cuba obtiene seis mil millones de dólares como producto de ese mercadeo de trabajo humano.

El artículo de Le Figaro dice que los médicos venezolanos son "menos buenos" y nunca han querido trabajar en los barrios pobres. La autora del artículo parece ignorar que los médicos venezolanos, apenas se gradúan, deben prestar servicio de medicina rural. Ignora que el gobierno construye edificaciones especiales para los "médicos cubanos" y que esos médicos reciben protección policial para protegerlos de la delincuencia que lamentablemente prevalece en los barrios pobres de las ciudades.

No pretendo erigirme en censor, pero ese artículo induce al error a los lectores de ese prestigioso periódico que es Le Figaro. Era necesario señalarlo para restablecer la verdad.

www.adolfotaylhardat.net/indexbis

http://www.eluniversal.com/2011/08/17/restablecer-la-verdad.shtml