El 11 de septiembre de 1973, tras un golpe de estado, muere asesinado (otros dicen que se suicidó) el Compañero Presidente Salvador Allende. La CIA, el Pentágono estuvieron involucrados en un 100% en estos sangrientos hechos que llevaron muerte y dolor para el pueblo chileno. El Stadium de Chile sirvió de escenario para todos los crímenes que cometieron los esbirros fascistas de Pinochet. En la memoria de Chile y de todos los latinoamericanos quedaron aquellas dantescas imágenes, grabadas para siempre y enseñándonos que ¡¡nunca más debemos permitir esas terribles situaciones!! Victor Jara, Pablo Neruda y miles de chilenos no volvieron a ver la luz gracias a esos genocidas que aun siguen amparados por la impunidad..
En 1970 surgió una nueva esperanza para los pueblos de América: Salvador Allende, compañero, camarada, fue electo Presidente. Todos pensamos que era posible, en ese entonces, apartar el fuego, disipar el dolor al ver morir y caer a tantos combatientes.
¡Se puede triunfar con el voto! pensamos, soñamos. Transcurridos tres años nos mataron el sueño. Salvador, el Salvador latinoamericano quedó allí, tendido, abrazado por su Bandera.
¡Qué dolor! ¡Qué pena!!
Salvador sembrado en la conciencia de los que soñaron, allá en Chile, que el socialismo corría libre por aquellas calles.
¡Qué dolor!
¡Cuánta ausencia!
(este escrito lo hice el año pasado en la conmemoración de los 37 años del golpe en Chile...Nobo.)