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General: LAURA POLLÁN UN SÍMBOLO MORAL
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 15/10/2011 17:17
Imagen de Alfredo de J. VisoUn símbolo moral
 

La actitud y dedicación de Laura Pollán saca su muerte y su vida del entorno doméstico, y la convierte en un símbolo de la dedicación a un país y a un pueblo que en muchas ocasiones, por temor o por indiferencia, ha presenciado inerme las golpizas, los atropellos e insultos, los abusos contra las Damas de Blanco
  
cubaencuentro.com cuba encuentroMadrid
Imagen de Alfredo de J. VisoEn una entrevista reciente Laura Pollán afirmaba que la labor a favor de los cambios democráticos en Cuba tenía un precio, pero que ella no iba a rendirse.
  
“Nos han dado golpes, nos han pateado. Pero vamos a continuar. Sabemos que vamos por el camino correcto. Muy pronto Cuba será libre. El pueblo está despertando”, dijo entonces la líder de las Damas de Blanco.
  
Hoy la noticia de su muerte ha sorprendido como un portazo inesperado. Laura Pollán no murió en una cárcel, no fue asesinada por el régimen cubano, pero su fallecimiento se une a la larga cadena de vidas perdidas tras el empeño de llevar el respeto de los derechos humanos a Cuba. Si existiera la democracia en la Isla, su muerte no sería más que un doloroso hecho familiar. Hoy es el fin temprano de una luchadora por un país mejor, que no quiso abandonar su patria y continuó en su empeño más allá del logro inicial de conseguir la libertad de su esposo.
  
Esa actitud, esa dedicación, saca su muerte y su vida del entorno doméstico y la convierte en un símbolo de la dedicación a un país y a un pueblo que en muchas ocasiones, por temor o por indiferencia, ha presenciado inerme las golpizas, los atropellos e insultos, los abusos contra las Damas de Blanco.
  
Que 15 mujeres representen la moral de un país es una carga muy dura. Que esa carga influyera o determinara un deterioro de salud es innegable. Es el precio a que hacía referencia la Dama de Blanco.
  
Sin caer en exageraciones y acusaciones hasta ahora no comprobadas, se puede afirmar que el gobierno de los hermanos Castro tiene una gran parte de responsabilidad no solo en la muerte de Laura Pollán, sino también en su vida. Que se la acortó y amargó, igual que a otros cientos y miles de ciudadanos cubanos que han sufrido la prisión y la angustia por simplemente defender una causa justa.
  
No es por gusto que ya se ha iniciado una nueva ola represiva, para impedir la asistencia a los funerales de la activista a otros opositores pacíficos, desde disidentes a Damas de Blanco y de Apoyo. Una vez más, el régimen de La Habana trata de sustituir el dolor con el miedo, o de aumentar ambos.
  
A Laura Pollán siempre se le recordará vestida de blanco. Fue profesora de literatura para la enseñanza media, ama de casa y esposa abnegada. Méritos sencillos pero importantes, que por muchos años mantuvieron a un lado un coraje único y una dedicación plena, que saltó a la luz pública tras el arresto de su esposo, Héctor Maseda. Es en este momento que, sin pudor, puede catalogarse de histórico, cuando adquiere su dimensión pública, la trayectoria que va a definir por completo su vida. Ya no será más la ama de casa o la maestra, labores que seguro continuó realizando y que quizá hasta llegó a añorar, sino la opositora que desafiaba al régimen de forma pacífica.
  
Es precisamente esa biografía familiar la que la convierte ahora en uno de los muertos más temidos por el régimen. Porque Laura Pollán representa al ser humano que llega a la política a empujones, cuando es precisamente la política quien se mete en su casa. Así que la politización de su vida, y de su muerte, es más por rechazo que por vocación. Siempre, en todo momento, hasta el final, se mantuvo firme, reclamando que su actividad no era política sino de lucha por los derechos humanos, rescatando el hogar para la familia y no para la plaza o la trinchera.
  
Ahí precisamente radica uno de sus méritos mayores. En demostrar que a un régimen totalitario se le puede desafiar con una sonrisa y un gladiolo.
 
 
 
 
http://www.gabitogrupos.com/Cuba_Eterna/
 
 
    
 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 18/10/2011 15:36
 
CubaNet NoticiasLa última odisea de Laura Pollán
 
 
 
CubaNet NoticiasAl morir el viernes 14 de octubre en la sala de terapia intensiva del Hospital “Calixto García”, Laura Pollán Toledo llevaba tres semanas sin desfilar con las Damas de Blanco por las calles de La Habana, escenario de su odisea cívica por la libertad de los prisioneros políticos de aquella oleada represiva del 2003.
 
Días antes de ingresar Laura recibió la última agresión física del grupo paramilitar organizado por oficiales de la Seguridad del Estado frente a su casa de Neptuno 963, en Centro Habana. Una policía vestida de civil la mordió con rabia en el brazo derecho, mientras varios delincuentes le gritaban groserías ante los segurosos enmascarados.
 
Es fácil imaginar las consecuencias del estrés provocado en esta mujer de 63 años, tras casi dos lustros de persecuciones, amenazas, ofensas y golpizas para que desistiera de sus visitas dominicales a la iglesia de Santa Rita de Casia, en Miramar, de donde salía acompañada por decenas de madres y esposas de prisioneros, que modificaban el paisaje capitalino con sus gladiolos, vestidos blancos y reclamos de libertad.
 
Solo la vocación de servicio público y el coraje personal de Laura Pollán, Berta Soler y otras mujeres justifica la constancia de estas damas cubanas. Ellas alzaron sus voces en medio del terror, la censura y la indolencia impuesta por el despotismo uniformado.
 
Laura surgió como líder de la resistencia cívica en circunstancias extremas. Convirtió su casa en cuartel de las Damas de Blanco, al frente de las cuales su imagen recorrió el mundo. La humilde profesora de español y literatura sorprendió a los corresponsales extranjeros en la isla, a la prensa independiente y al régimen militar cubano, que organizó el asedio e intentó asociar su rostro y su voz apacible a supuestos enemigos externos.
 
El coraje de esta mujer y sus compañeras ya es un capítulo en la historia de luchas por los derechos humanos en Cuba. Su prestigio creció en relación proporcional con la intolerancia del régimen. No en vano les fue concedido el Premio Sajarov del Parlamento Europeo y otras distinciones internacionales.
 
Laura no salió con vida de su última odisea en la sala de terapia intensiva del hospital “Calixto García”. Allí se multiplicaron sus malestares  orgánicos. La adquisición de una cepa viral  incrementó el descenso de la hemoglobina, la presión arterial y los problemas respiratorios que causaron su ingreso. En la noche del viernes su corazón dejó de latir.
 
Resultó sospechosa la premura de las autoridades al incinerar sus restos y entregárselos de madrugada al esposo y la hija. El fin de su vida no debe ser interpretado como una victoria del gobierno y una derrota de la oposición pacífica. Nadie sabe qué pasará en Neptuno 963 sin su presencia, pero basta con mirar los rostros afligidos de quienes le rindieron homenaje entre el sábado 15 y el lunes 17, para saber que Laura Pollán Toledo ya está de regreso. Ella es un símbolo de luz en la noche del castrismo.
CubaNet Noticias

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 19/10/2011 16:15
Imagen de Alfredo de J. VisoMuertes bien preparadas

  
CubaNet NoticiasPor Odelín Alfonso Torna
 
Siete meses y catorce días fue tiempo suficiente para que el régimen opresor de Cuba, volviera a separar a la líder y fundadora de las Damas de Blanco, Laura Pollán, de su esposo, Héctor Maseda, excarcelado con licencia extrapenal el 12 de febrero de 2011. Laura falleció a las 7:45 de la noche, el viernes 14 de octubre, en el hospital capitalino Calixto García.
 
Nuevamente la muerte llega de modo extraño al movimiento pacifista cubano; como fabricada en algún laboratorio castrista. La de Laura, nos hace recordar las extrañas circunstancias que rodearon otras muertes recientes, como las de Miguel Valdez Tamayo, Orlando Zapata Tamayo, Adrián Leiva y Wilfredo Soto, explicadas oficialmente de modo poco creíble.
 
La muerte no sorprendió a Laura Pollán. Anduvo con ella durante sus más de siete años de lucha pacífica, esperando la señal en un arresto violento o en una golpiza perpetrada por las porras gubernamentales; actos que no consiguieron denigrarla ante un pueblo que dejó de creer en los embustes oficiales.
 
En los siete días que Laura Pollán estuvo reportada de muy grave, en la sala de terapia intensiva del hospital Calixto García, los esbirros de Raúl Castro ensayaron infructuosamente todo tipo de maldad. Incluso, dilataron el diagnóstico de su repentina enfermedad y privaron a la Dama de Blanco de un acompañante.
 
¿Por qué no se permitió un familiar acompañante de Laura en la sala de terapia intensiva del hospital Calixto García; como se hace en los hospitales capitalinos Hermanos Ameijeira, Luís Díaz Soto o el Nacional, por sólo citar algunos? Hubiera sido un modo simple y humano de ayudar a disipar cualquier duda sobre el origen de la enfermedad y mostrar que el gobierno no tenía nada que ocultar. ¿Por qué la Seguridad del Estado necesitó tres ambulancias para trasladar el cadáver de Laura Pollán a la morgue y trató de impedir que Héctor Maseda y su hija Laurita lo acompañaran? ¿Qué querían esconder ante la mirada de decenas de opositores que gritaban: ¡asesinos!?
 
Seguramente los artesanos de la muerte tienen en proceso de edición los partes médicos grabados en presencia de familiares y amigos de Laura Pollán; incluso el del jueves 13 de octubre en horas del mediodía, en el que participó vía telefónica el médico norteamericano de origen alemán, Henning Gaissert, neumólogo del hospital clínico quirúrgico docente de Boston, en Massachusetts.
 
Querrán mostrar ante el mundo que la medicina cubana hizo lo posible por “traerla de regreso” a los actos de repudios o a las caminatas por la Quinta Avenida capitalina.  Dirán, probablemente seguro, que la hipótesis sobre la inoculación de gérmenes en el organismo de Laura es otra calumnia, una “farsa de los mercenarios del imperio, montada para justificar una agresión norteamericana o de la OTAN contra Cuba.
 
No es difícil imaginarse otra muerte de laboratorio, enmascarada por los medios oficiales, con historia clínica -o cínica- firmada por galenos a sueldo.
 
¿Tiene algún sentido que la prensa oficial –que tanto la vilipendió- no hable sobre la muerte de Laura Pollán? ¿Acaso están preparando un expediente delictivo póstumo, que demuestre que Laura era una delincuente? O esperan los resultados de las pruebas del Instituto de Medicina Tropical, que nunca llegaron?
 
No podrán esconder que manipularon los partes médicos y la causa de muerte de Laura Pollán, incluso el lugar, la hora y la duración de su velatorio. De eso fuimos testigos directos más de 300 personas.
 
Quienes convierten su temor en odio, creyeron que la muerte de Laura Pollán terminaría con el movimiento Damas de Blanco, pero se equivocan. No lograron acabar con la oposición matando a Zapata Tamayo y El Estudiante, otras dos muertes bien fabricadas.


 
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