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General: la inmigracion europe en argentina en el siglo xix
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Respuesta  Mensaje 1 de 10 en el tema 
De: albi  (Mensaje original) Enviado: 27/01/2012 13:46

Introducción

En las cuatro primeras décadas del siglo XIX el problema para los hombres políticos no era cuantas personas venían al país sino cuantas faltaban dentro. Porque a los inmigrantes los llamaron.

Entonces, el fenómeno de la inmigración debe entenderse desde sus dos extremos. Su tierra los expulso pero el nuevo mundo los convoco masivamente con promesas de bienestar y fortuna. Su llegada solucionaba parte del problema de superpoblación y pobreza europea y se suponía que contribuiría a poblar este inmenso y desierto continente.

Los principios liberales pensaron la inmigración y la plasmaron en la constitución de 1853, que llamaba definitivamente a la GRAN inmigración convocado “A todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”; lo que queda aun más claro en el articulo 25 de las constitución de 1953.

Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi lideraron este pensamiento, afirmando que “La falta de población era la fuente de todos nuestros males”. “¿Qué nación podía crecer y modernizarse sin brazos laboriosos entendiendo que el indio y el gaucho, representantes de fuerzas bárbaras, quedaban descalificados?”.

El inmigrante debía convertirse en punta de lanza para modernizar el país, enmarcado en un estado liberal que no controlaría de ninguna manera la entrada de capitales extranjeros, que se complementaba con la llegada de mano de obra. Eran brazos para trazar los surcos para la agricultura y los picos y las palas para extender las vías ferroviarias.



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Respuesta  Mensaje 2 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 27/01/2012 13:47

Las puertas abiertas

A partir de las conclusiones obtenidas por un censo hecho por Sarmiento, se tomaron numerosas medidas para fomentar la inmigración.

El sueño de Sarmiento era la llegada de inmigrantes europeos cultos y deseosos de aprovechar las oportunidades de un país en crecimiento. El quería imitar el modelo de inmigración norteamericano; sin embargo, la mayoría de los inmigrante que vinieron al país era pobres e iletrados, situación favorecida por la legislación de la época. Ya la constitución de 1853, la promovía al declarar que “el gobierno federal fomentara la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni grabar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes”. En un principio se les daba facilidades a los inmigrantes, pero no se les garantizaba la posesión de las tierras que trabajaban. La situación comenzó a regularizarse en 1875, cuando se creo la Comisión general de Inmigración, y, en 1876 se dicto la ley Nº 761, llamada Ley de Inmigración y Colonización.

 De lejanas naciones

Entre 1871 y 1915, la Argentina recibió casi 5.000.000 de inmigrantes europeos, originarios de pueblos y culturas diversas. Los principales pueblos o grupos étnicos que llegaron a nuestro país fueron italianos, españoles, franceses, sirios-libaneses, ingleses, alemanes, armenios, rusos, polacos, suizos y galeses. También vino un Nº importante de judíos, quienes habitaban en distintos países de Europa. Los italianos fueron los mas numerosos: alrededor del 50 % d toda la masa inmigratoria: Y esta es una de las razones por la cual, mas tarde, iban a ocupar un lugar destacado dentro de la vida económica y cultural del país. A los italianos les siguieron en importancia los españoles: alrededor de un 20% del total. Sin embargo, los adelantados fueron ingleses, galeses, alemanes y suizos que arribaron con anterioridad a 1860, aunque en grupos muy pequeños.

  • 'Inmigración en Argentina'
    Rusos: Se distinguen de los otros grupos por su ingreso tardío y por las diferencias de lenguas (árabe, ruso) y de religión (judía, musulmana, ortodoxa) y sus costumbres. Llegaron a nuestras pampas de distintas regiones de la Rusia de los Zares. Muchos de ellos eran agricultores y comerciantes.

  • Españoles: Vinieron un poco más tarde que los italianos. Provenían principalmente de Galicia, Asturias, El País Vasco, Cataluña y castilla.

  • Turcos: Un grupo poco numeroso. Por error también se los considero turcos a muchos árabes, que arribaron a la Argentina con pasaporte de Turquía.

  • Italianos: Estos conformaron el grupo más numeroso. Por su número, sus industrias, sus comercios, sus capitales y sus profesionales; ocupaban un lugar prominente en la vida económica y social de la ciudad de Buenos Aires. También era muy importante este grupo en Santa Fe y Rosario. Hasta 1894, el mayor número provino del norte de Italia. Mas tarde, el grueso de los contingentes llego desde el sur de ese país.

  • Alemanes: no fueron muchos, pero en general tenían cierta instrucción profesional y medios económicos. Venían de Alemania, Austria y de las colonias alemanas del Volga.

  • Judíos: no venían de un país sino de varios, ya que entre 1850 y 1930 (periodo de la gran inmigración) este grupo étnico no tenia aun un estado constituido.


Respuesta  Mensaje 3 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 27/01/2012 13:47

Porcentajes

El censo nacional de 1869 dio el siguiente resultado con respecto a las principales colectividades extranjeras radicadas en Argentina:

Italianos 71.442 3.90% del total

Españoles 34.080 1.8% del total

Franceses 32.383 1.7% del total

Ingleses 10.709 0.6% del total

En el censo nacional de 1895 se mantuvo el mismo orden con las cifras que siguen:

Italianos 492.676 12.4% del total

Españoles 198.685 5% del total

Franceses 94.098 2.3% del total

Ingleses 21.788 0.6% del total

En el censo nacional de 1914 se observa el siguiente resultado:

Italianos 929.863 11.7% del total

Españoles 829.701 10.5% del total

Rusos/Judíos 93.701 1.18% del total

Uruguayos 86.428 1.09% del total

Franceses 79.491 1% del total

Flujos de Inmigración

Años

Italia

España

Francia

Gran

Bretaña

Australia

Suiza

Alemania

Bélgica

Rusia

Holanda

Portugal

Dinamarca

N. América

Suecia

Varias

Total

1877

7556

2700

1996

808

57

340

303

83

           

832

14675

1878

13514

3371

2025

789

901

533

387

75

           

2029

23624

1879

22774

3422

2149

783

1760

717

490

78

           

544

32717

1880

18416

3112

2175

588

879

581

445

57

           

290

26643

1881

20506

3444

3612

1149

490

635

591

140

22

25

98

31

81

23

584

31431

1882

29587

3520

3382

826

672

943

1128

183

26

5

108

11

226

16

408

41041

1883

37043

5023

4286

891

1056

1293

1388

383

28

9

136

37

103

41

755

52472

1884

31983

6832

4731

1021

1329

1359

1261

175

13

40

182

45

75

24

553

49623

1885

63501

4314

4752

1104

1982

1094

1546

973

31

34

374

36

104

33

741

80618

1886

43328

9895

4662

1682

1015

1284

1131

479

918

48

153

152

171

53

684

65655

1887

67139

15618

7036

1038

2498

1420

1333

839

955

67

331

165

98

94

267

98898

1888

75029

25485

17105

1426

2333

1479

1536

3201

512

68

209

226

119

60

1483

130271

1889

88647

71151

27173

5967

4225

1571

2599

8666

1332

4007

160

394

117

269

2466

218744

1890

39122

13560

17104

1108

1918

959

1271

762

318

395

119

375

106

126

572

77815

1891

15511

4290

2915

272

263

352

832

241

2953

4

44

101

51

31

406

28266

1892

27850

5650

2115

224

552

364

785

146

1623

26

93

61

60

8

416

39973

1893

37977

7100

2612

273

685

546

748

233

966

27

192

99

72

38

499

52067

1894

37699

8122

7107

385

440

516

971

248

3132

18

200

99

79

42

662

54720

1895

41203

11288

2448

329

549

465

1067

211

2336

36

178

115

46

62

893

61226

1896

75204

18051

3486

429

963

679

1032

318

575

61

219

126

79

52

1399

102673

1897

44678

18316

2835

562

1768

390

987

207

617

31

195

111

94

42

2145

72978

Total

838267

244264

120706

21654

26335

17520

21831

17698

16357

4901

2991

2184

1681

1014

18727

1356130

 

La tierra prometida

Los inmigrantes encontraron un país con inmensos recursos naturales, pero que no estaba organizado par recibirlos. Tuvieron que trabajar muy duro.

Muchos inmigrantes, poco después de bajar de los barcos, se erradicaron en la provincia de Buenos Aires y en el Litoral. En estas regiones, la activad agricolo-ganadera recibía un fuerte impulso por la expansión del ferrocarril y la apertura de puertos. Fue así como en Santa Fe y Entre Ríos se instalaron colonos suizos, alemanes, franceses, además de italianos y españoles. Los polacos, los ucranianos y los austriacos eligieron Misiones.

Los judíos, entre tanto, formaron colonias en Entre Ríos, La pampa, Buenos Aires y Santa Fe. Los galeses se aventuraron mas allá de La Pampa húmeda y, desafiando el clima y a los indios de la Patagonia, se asentaron en la provincia de Chubut. Cada zona del país ofrecía algún incentivo para la radicación de los inmigrantes, por ejemplo, la vitivinicultura de Mendoza y San Juan o la explotación de la caña de azúcar en Tucumán.

Para muchos inmigrantes, un problema más serio que la falta de ubicación y trabajo era la barrera creada por el idioma. Rusos, polacos, alemanes, entre otros, sufrieron el aislamiento causado por las diferencias idiomáticas.

Los inmigrantes y la vida cotidiana

Los grupos nacionales, en la primera generación, conservaron su personalidad, mantuvieron sus pautas matrimoniales (tendieron a casarse entre ellos, es decir, endogámicos), defendieron sus intereses (cada grupo poseía por ejemplo, su banco, su hospital). También se nuclearon según su procedencia en diversas asociaciones que tenían múltiples objetivos: la enseñanza del idioma de origen, le beneficencia, las actividades deportivas y, fundamentalmente, la ayuda mutua (salud, educación) en aspectos esenciales que el Estado argentino no les brindaba. A mediados de 1850 surgieron las primeras asociaciones de ayuda mutua en Buenos aires: la Asociación Francesa (1854), la Sociedad Española de Socorros Mutuos (1875) y Unión e Benevolenza (1858). Hacia 1890 existían en la capital más de 70 asociaciones de este tipo y alrededor de 150 en todo el país. Los hospitales étnicos también surgieron como respuesta a la ineficiente política del Estado. El Hospital Británico, el Francés y el Italiano funcionaban desde la segunda mitad del silo XIX.

En la Capital

El centro de la ciudad, por 1880 tenía como límites, la Catedral, las parroquias de Monserrat, San Miguel, San Nicolás y La Piedad; con suburbios que se extendían hacia San Cristóbal, Balvanera, Miserere, Socorro, Pilar, Palermo, San Telmo, Concepción, San Juan Evangelista y Santa Lucía (Jorge Rivera. Diario Clarín 1983). Un tercio de los inmigrantes que llegaron al país se quedaron en Capital Federal. Los italianos, en su mayoría, eligieron la Boca y barrios periféricos, mientras que los españoles se inclinaron por barrios como Monserrat, San Cristóbal, San Nicolás y Constitución. Los sirios y libaneses se agruparon en Retiro, y los judíos y rusos en la zona Norte de Balvanera, cerca de Once. Los criollos prefirieron Flores y Palermo. Todos los estilos arquitectónicos (influencia española en Avenida de Mayo, y francesa en Recoleta), la moda, los géneros teatrales (la ópera y el melodrama para los italianos, a zarzuela para los españoles), las comidas, las religiones (ortodoxa, musulmana, judía y católica) se entremezclaban en la Metrópoli más grande de América del Sur a principios de siglo. Buenos Aires no era producto de la industrialización, sino de la inmigración.

 

Los galeses

Llegaron en pequeños grupos en 1865 y se instalaron en Puerto Madryn. Buscaban un lugar en el mundo donde poder hablar solamente Gales y practicar sus costumbres, lejos de Gran Bretaña. El gobierno de nuestro país aceptó que estos grupos nacionalistas se erradicaran en la Patagonia y usaran su lengua natal, pero con la bandera Argentina como su único emblema.

Europa en Argentina

Los españoles traen sus guisos, los italianos sus pastas. Aparecen ya hacia 1872 las romerías españolas, con que se festejan las fiestas de la Virgen y se realizan al aire libre, en el Palermo de antaño. Los italianos traen su gusto por la ópera, que tiene entre ellos difusión popular. Se instalan orfebres. Los obreros franceses, en general galponeros, han venido para colaborar en la instalación de grandes fábricas, e imponen sin querer la moda del llamado pantalón a la francesa, que adoptará el obrero del país.
Los ingleses llegan para trabajar en el trazado de los ferrocarriles. Trajeron con ellos su saber, sus costumbres, su idioma. Y en la nueva Patria recrearon aquella que dejaron para siempre. Los inmigrantes contribuyeron al progreso de la Argentina, a la que le dieron el carácter de “País Europeo de Latinoamérica”. A su llegada encontraron que ya había una cultura y una organización política y social. Pero el aporte que ellos hicieron produjo cambios decisivos en las costumbres, la economía, el arte, las ciencias, la constitución racial y hasta el idioma. El chacarero italiano levanto su casa, planto sus sauces y paraísos y modifico el aspecto del campo. El español, por lo general, no se dedicó a la labranza de la tierra: empezó como peón de almacén hasta que pudo independizarse y poner el suyo. El sirio-libanés y el turco trashumante recorrieron los caminos vendiendo hilos, peines y géneros. Por las calles de la ciudad comenzaron a oírse palabras como “cana”, “chabón”, “laburo”, “milonga”, “guita”, etc. El “lunfardo” (ladrón) una jerga marginal, se estaba arraigando al idioma local, el castellano, que nunca mas fue el mismo. Nació en las cárceles como un lenguaje en clave. Los presos lo empleaban para que los guardias no entendieran lo que hablaban entre ellos.

 

Cosas del Fútbol

Con los extranjeros llego a estas tierras lo que pronto se convertiría en una pasión nacional: el fútbol. Y los encargados de contagiarnos el amor por ese deporte fueron sus inventores, los ingleses, quienes solían jugarlo cerca de sus lugares de trabajo mas frecuentes: los puertos y las estaciones de tren. Por eso, la mayoría de los clubes mas antiguos tienen palabras inglesas en sus nombres: Quilmas Athletic Club, Banfield, River Plate, Racing Club, Newell´s Old Boys…También vinieron términos que después se castellanizaron como offside (orsai), Center Half (centrojás), Penalty (penal), o referee (referí). Pero pronto, el fútbol dejo de ser exclusivo de “esos locos ingleses” y se ganó los corazones de los criollos, y también de otras comunidades de inmigrantes. Algunos fundaron clubes que representaban a sus países de origen como Deportivo Español, Sportivo Italiano, Deportivo Armenio y Boca Juniors, club que aglutina a los xeneizes, palabra que quiere decir genoveses en ese dialecto.

Hotel de Inmigrantes

Se construyo con el fin de recibir y alojar a los inmigrantes, hasta que se les consiguiera empleo y un hogar definitivos. Era un complejo conformado por diversos pabellones con funciones específicas vinculadas a los inmigrantes: su desembarco, atención médica, servicios, alojamiento y traslado. También funciona allí una oficina de trabajo, donde se tomaban los datos laborales del inmigrante para tratar de conseguirle un empleo idóneo. El hotel contaba con una oficina que confeccionaba las células de identidad de los inmigrantes, en la planta baja funcionaba una sucursal del Banco de la Nación Argentina, donde los inmigrantes cambiaban divisas.

El Hotel contaba con un hospital, equipado con los elementos mas modernos de su época que se encargo de atender a los miles de inmigrantes que llegaban con enfermedades vinculadas a las vicisitudes de viaje, la mala alimentación y la pobreza. El alojamiento gratuito se extendía por 5 días pero podía prolongarse en los casos que hiciera falta.

 

El conventillo

Hacia 1880, el centro de la ciudad se ubica en los alrededores del puerto y por eso en un principio fue el sitio mas propicio para que se instalaran los inmigrantes. Pero al quedar abandonados los caserones del sur de la ciudad a raíz de las epidemias de fiebre amarilla y de cólera, muchas familias se albergaron en esas enormes casas, con un patio central, y donde compartían la vida cotidiana. San Telmo, Monserrat y San Cristóbal fueron los barrios donde estuvieron los primeros conventillos, pero, de a poco, empezaron a construir casitas de madera y de chapa en las orillas del riachuelo y en los alrededores del Hotel de Inmigrantes. Así surgieron los conventillos o “cuarteles”, que fueron retratados por muchos escritores y poetas. También en él se podían encontrar los más variados oficios, estaban los sacrificados obreros que no tenían horas de descanso, estaba la lavandera, la cocinera, la costurera, la mujer que de sol a sol trabajaba, así como estaba el hombre y la mujer de la noche. Así lo describía A. Patroni en 1998: “El conjunto de piezas, mas bien que asemejarse a habitaciones, cualquiera diría que son palomares, al lado de la puerta de cada cuarto (donde viven 4 0 5 personas), amontonados en completo desorden, cajones que hacen las veces de cocina, tinas de lavar, receptáculos de basura, en fin, todos los enseres indispensables de una familia, que por lo reducido de la habitación tiene que quedar a la intemperie”.

¿Por qué vinieron?

Las razones que atrajeron a tantos inmigrantes a la Argentina son variadas, pero casi siempre tuvieron que ver con conflictos sociales y económicos. Entre fines del siglo XIX y principios del XX, en Europa se sucedieron guerras y crisis políticas y económicas que obligaron a muchos de sus habitantes a emigrar. L baja de salarios, el desempleo, las persecuciones políticas fueron algunos de los motivos. Por entonces, en Europa, se producía una fuerte modernización tecnológica conocida como la Segunda revolución industrial. Que tendía a disminuir la demanda de mano de obra. La poca fertilidad de los campos, que mermaba la producción de cereales, empeoraba la situación. Así, las tierras comenzaron a quedar despobladas. Muchos europeos ya miraban hacia América y especialmente hacia Argentina, una nación promisoria, tan naturalmente rica como desierta.

Nuestro país conoció dos tipos de inmigrantes, los que llegaron para radicarse definitivamente y los golondrinas. Llamamos “inmigración golondrina” a aquella que limitaba su acción en el país a las tareas de cosecha y similares; de allí que solo puede hablarse con propiedad de “golondrinas” con referencia a inmigrantes posteriores a 1895, época en que la agricultura tomo jerarquía realmente importante.

 

De Aquí y de Allá


Respuesta  Mensaje 4 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 27/01/2012 13:47

De Aquí y de Allá

A partir de la década de 1950, Argentina recibió una importante inmigración procedente de los países limítrofes y también, del sudeste asiático. Muchos de los bolivianos, paraguayos, brasileños y chilenos que ingresaron a nuestro país eran de bajo nivel socioeconómico. No encontraron un territorio a colonizar, como los inmigrantes europeos, pero por su condición de extranjeros, con escasa calificación laboral, tuvieron que hacer trabajos realmente duros y recibir salarios muy bajos. En la actualidad, debido a la profunda crisis que vive la Argentina, muchos de estos inmigrantes, que vinieron en busca de una mejor calidad de vida, deciden regresar, desesperanzados, a sus países de origen.

Con la llegada de los inmigrantes europeos, en la tierra del gaucho se produjo un choque de culturas. Muchas veces el gaucho no vio con buenos ojos a los inmigrantes; no sabían domar un potro ni lanzar una res. No estaban habituados a los desafíos de la desolada llanura y muchos menos a vérselas con los indios. Pero los inmigrantes tenían conocimientos que para las pampas argentinas eran de avanzada. Sabían trabajar la tierra, conocían diversos tipos de maquinas que funcionaban a vapor, tenían un concepto de la urbanización. Muchos eran artistas, y cada uno de los grupos étnicos tenía su propio gusto por la cocina. El arte del buen comer fue tan modelador de nuestra tradición, como la música, la religión, los dialectos o la tecnología. Y si hubo un lugar en el que los sabores se mezclaron con deliciosos resultados, ese fue el conventillo, donde las pastas, la pizza y los guisos se fueron haciendo tan populares como la música arrabalera del tango.

Como los inmigrantes españoles e italianos fueron mayoría a la hora de poblar la Argentina, muchos de sus usos y costumbres pasaron a formar parte de la sencilla cultura nativa.

Mapa de población

A partir de mediados del siglo XIX y hasta 1930, la población creció rápidamente por la gran afluencia de inmigrantes. En 1869, la población de nuestro país era de 1.737.100 habitantes. En 1914 (45 años después), el numero de pobladores era de 7.885.327. Y 33 años mas tarde (en 1947) de 15.893.827. Este marcado aumento se debió a dos factores: la inmigración y el crecimiento vegetativo, que es el balance entre el número de nacimientos y el de defunciones. En el mapa de esta página vemos como esta distribuida la población en nuestro país y cual es su densidad, es decir, la cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado.


Respuesta  Mensaje 5 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 27/01/2012 13:48

Clasificación de los inmigrantes

Según sus características más significativas; no se trata, no, de tipificar, sino de preceder la síntesis de un análisis aclaratorio:

  • Pobladores

  • Llamados

  • Artífices, jornaleros y profesionales

  • Colonos

  • Medieros

  • Braceros

    Y trataremos ahora de señalar las peculiaridades correspondientes a cada uno:

  • Pobladores

    Incluimos aquí a aquellos inmigrantes que, poseedores de bienes más o menos considerables, llegaron al país con el propósito de aprovechar las inmejorables condiciones agropecuarias de nuestros campos, aventurándose en el entonces llamado “desierto” alentados por la esperanza de lograr pingües beneficios. Los “pobladores” llegaban aquí, por lo común, sin destino fijo, pero seguros de que en alguna parte de este vastísimo territorio hallarían un lugar apropiado, aunque para hallarlo tuvieran que “llegar al límite de la civilización en busca de fortuna”. Los pobladores, equivalentes a estancieros de frontera, poseían bienes más o menos considerables.

  • Llamados

    Estos inmigrantes llegaban aquí por expreso interés de pobladores o de comerciantes ya instalados. No hemos incluido a los comerciantes en esta clasificación, porque en general pasaban a tal condición los llamados, cuando no se instalaban por cuanta propia como pobladores o estancieros al cabo de unos años de practica. Los grandes capitales eran subsidiarios de importantes instituciones vinculadas a consorcios financiaron de Europa, sobre todo ingleses y franceses. Los antiguos comercios locales fueron en buena medida adquiridos por inmigrantes que habían logrado estabilizar su posición (la burguesía criolla no se dedicó al comercio, pues se consideraba mas o menos desdorosos), y estos llamaban a sus parientes y allegados de ultramar ofreciéndoles en sus casas empleos y porcentajes en las utilidades, de manera que en poco tiempo estos llamados se instalaban por cuenta propia, sobre todo en localidades del interior. Seguramente los españoles fueron los más activos “llamadores” de compatriotas. Las posibilidades que se abrían aquí eran enormes para un hombre sagaz, que de simple empleado pasaba muy pronto a administrador, partícipe de los beneficios y hasta socio; un día, por fin, probaba fortuna instalándose por su cuenta, con el aval de quienes, por experiencia, podían confiar en sus excelentes cualidades de hombre de empresa. Los comerciantes, poco antes “llamados” de sus lares, reunieron en su torno a otros connacionales que ahora “llamaban” ellos, y poblaron con humildes tiendas la campaña de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y aun la Rioja, Catamarca y Córdoba, boliches que poco a poco transformaron a sus dueños en propietarios de grandes comercios, fábricas textiles o establecimientos de campo. Esto, claro está, no es exclusivo de la colectividad sirio libanesa del noroeste argentino, el mismo origen tienen casi todos los grandes almacenes de ramos generales del interior pertenecientes a miembros de las colectividades española, italiana y alemana.

  • Artífices, jornaleros y profesionales

    Llegaron aquí para realizar tareas específicas: ingenieros, arquitectos, agrimensores, topógrafos, técnicos diversos, carpinteros, chapistas, talabarteros, torneros, electricistas, constructores, sobrestantes, albañiles… Nada de eso había aquí, y hubo que traer todo de Europa para las necesidades emergentes del tendido de ferrocarriles, las instalaciones de obras sanitarias, la construcción del puerto de Buenos Aires, los caminos, el telégrafo, los edificios y demás obras públicas. No sólo vinieron obreros, sino también profesionales de rango destacado; la mayoría de éstos fueron franceses, en tanto lo francés sonaba aquí, por la época, a quintaesencia de la civilización. El crecimiento prodigioso de la Argentina en esos años obligó a extender también hacia el interior innumerables actividades hasta entonces muy poco desarrolladas. Profesionales, jornaleros y artífices que en Europa tenían muy pocas perspectivas integraron también la ola inmigratoria y distribuyeron a lo largo y ancho de nuestro país, creando la clase media y quedándose con prácticamente todas las tareas urbanas.

  • Colonos

    Roberto Schopflocher ha sintetizado bien esta tarea de colonización planificada, hecha a base de contratos de colonización. Si bien tales contrataciones se iniciaron en la época de Rivadavia, o aún antes, sólo a partir de la promulgación de la Ley Avellaneda puede hablarse seriamente de un plan mas o menos coherente, concreto y posible de colonización. Los proyectos de colonización contratada se iniciaron prácticamente en los albores de la independencia, a base de las pautas dadas por Belgrano desde su cargo de secretario del Consulado; pero luego declinaron considerablemente para ser restaurados en la sexta década del siglo XIX, en que se renuevan los retoños ideológicos de la generación del 37, adormecidos pero con vida latente, por espacio de 20 años. Ya hacia 1849 Urquiza había iniciado en Entre Ríos un movimiento inmigratorio con fines de desenvolvimiento agrícola. Después de Caseros se intensificó el apoyo a la inmigración. Para 1857, Entre Ríos contaba con 12.000 colonos contratados y se inició el cooperativismo, destacándose el éxito de la celebre colonia San José, donde el colono debía residir obligatoriamente en la chacra y trabajarle en persona.

    Algo similar se hizo en Corrientes por iniciativa del doctor Augusto Brougnes, quien convino con el gobernador Pujol un plan de colonización destinado a poblar la provincia con 40.000 trabajadores del mediodía de Francia en el término de 6 años. A comienzos de 1855 llegaron los primeros inmigrantes que se desenvolvieron con óptimas perspectivas. En 1865, sin embargo, nada quedaba del proyecto de Brougnes, pese a que la confederación había avalado los compromisos de la provincia. Solo después de 1875 se reinicio en Corrientes la actividad colonizadora.

    Índice significativo de estos planes colonizadores es la estupenda colonia Esperanza, iniciada en 1856 con 840 inmigrantes, en condiciones mas o menos similares a las de los contratos de Corrientes y Entre Ríos; pero aquí había una diferencia importante: la entidad cuyo personero era Aarón Castellanos recibía como pago por sus gestiones nada menos que la tercera parte de las cosechas de los colonos por cinco años. Los colonos de Esperanza y demás villas santafesinas estaban sobre la frontera. Sus ranchos se levantaban en los esquineros de las chacras, a fin de formar un frente relativamente compacto contra los ataques de los indios, que se repitieron inexorablemente hasta la terminación de las campañas al desierto chaqueño, hacia 1884. A partir de entonces, la paz fronteriza atrajo a millares de inmigrantes, produciéndose la llamada “fiebre de colonización” en la zona oriental del río Salado.

    En el sur patagónico, el primer establecimiento de colonias se remonta a 1865, con un centenar y medio de galeses que llegaron a las proximidades de Puerto Madryn, y se internaron a unos pocos kilómetros sobre el valle del río Chubut, reuniéndose en aldeas próximas. Allí, alejados de todo otro centro y con absoluto desamparo oficial, establecieron sus propias instituciones más o menos a la manera del sistema colonial norteamericano. La atención estatal fue casi nula, hasta que el coronel Fontana tomó a su cargo el gobierno del territorio y penetró hacia el oeste estableciendo algunas colonias en el centro del continente sobre la Cordillera. Por esta misma época (1885) se organizaron también las asociaciones cooperativas entre los colonos galeses.

    También a fines de siglo, se inició en el Litoral (y luego se extendió hacia el noroeste, hasta Santiago del Estero) la colonización judía propulsada por el barón Hirsch a través de la Jewish Colonization Association, sociedad anónima fundada en 1891 con un capital de 2.000.000 libras esterlinas. Este formidable esfuerzo financiero obedecía a la intención de establecer en el Litoral argentino un firme núcleo judío para luego transformar la zona en un Estado de Israel; tal proyecto debió abandonarse en 1897, por haber sido rechazado en el Primer Congreso Sionista reunido ese año en Basilea. A esas colonias financiadas por Hirsch llegaron muchísimos judíos rusos que abandonaron sus lares ante las restricciones impuestas por el zar Alejandro III. Poco antes se habían instalado en otras partes del litoral llamados “rusos alemanes”, grupos de cristianos anabaptistas (menonitas) emigrados también de Rusia por la xenofobia y el rigor religioso del gobierno alejandrino.

    Un caso curioso de minifundio se dió en Colonia Caroya, próxima a Jesús Maria (Córdoba), cuyo establecimiento se originó con una ley provincial. El éxito fue notable, y comenzaron muy pronto las subdivisiones de lotes, resultando muchos propietarios-colonos con predios de apenas dos o tres hectáreas, en las que realizaron cultivos múltiples y actividades muy diversificadas. Así proliferó la granja en diversas expresiones que hoy son famosas. También tuvo allí notable éxito el cultivo de la vid americana y la intensidad de estos cultivos posibilitó el establecimiento de una industria vitinícola local y “casera” que dió excelentes resultados.

    La colonización misionera estuvo en manos de alemanes, polacos, suizos, franceses y dinamarqueses; también se radicaron allí algunos descendientes brasileños de los colonos alemanes establecidos en Río Grande do Sul. Originariamente, la producción se orientó hacia la yerba mate pero como las plantaciones de yerba mate demoran 5 años en dar beneficio, los colonos destinaban parte de los predios a la producción de tabaco. Además, cada colono tenia en su predio algunos cerdos que cuidaba para cría o engorde, y esto representaba una importante entrada auxiliar. Tras la Ley de Avellaneda y el paulatino avance de las fronteras meridionales, se fueron estableciendo colonias en tierras otrora de indios, como Victoria y General Ancha en La Pampa, y Pringles en Río Negro y quizá la última colonización sistemática haya sido la del valle del Río Negro, creadora de esa maravilla prepatagónica poblada hoy de frutales, maderas e industrias.

  • Medieros


  • Respuesta  Mensaje 6 de 10 en el tema 
    De: albi Enviado: 27/01/2012 13:48
  • Medieros

    Algunos estancieros bonaerenses tuvieron inconvenientes para sembrar miles de hectáreas de alfalfa y dieron en seguida una solución mucho más efectiva, barata y práctica: “La tierra se divide previamente en potreros alambrados y en seguida se subdivide en lotes amojonados y numerados sin alambrado intermedio. Estos lotes se arriendan a chacareros e italianos con elementos y recursos propios, a razón de $ m/n 4 la hectárea, por el término de tres años, con la obligación de dejar el terreno sembrado con alfalfa al finalizar el contrato, siendo a cuenta del establecimiento proporcionar la semilla de alfalfa”. Y así lograron, en tres años, tener miles de hectáreas alfalfadas, al costo de $10 por hectárea, liberándose de todos los graves problemas emergentes de la roturación de la tierra, preparación y arreglo mediante plantaciones previas de trigo o maíz, indispensables para la siembra de alfalfa…, y dejó muy contentos a los gringos que, por haber operado la transformación, resultaron beneficiados con el producto de tres cosechas en terrenos óptimos que de ninguna manera hubieran podido arrendar en otras condiciones. Cada uno hizo su negocio, beneficiando al otro; y todos quedaron conformes con la operación “a medias”. Ahora el ganadero, gracias a esa operación “a medias” que sólo podía llevarse a cabo con gringos chacareros, solucionaba su problema particular de abastecimiento de forraje. Muy pronto este mismo sistema de medieros posibilitó el cultivo de la avena y el centeno, el mijo y al alpiste. Entretanto, los cultivos de los medieros continuaban proliferando por todas partes, y con ellos la formación de parcelas (potreros) alambradas. Muchos de estos medieros terminaron instalándose con comercios y pequeñas industrias en pueblos y ciudades; otros, llevaron el sistema de “medias” a las actividades de tambo y granja. Y es claro que esta seudo colonización por medieros fue la que más se generalizó.

  • Braceros

    Durante la gestión gubernativa de Alvear (1922-1928), en que se registró la más alta cifra en movimiento inmigratorio, entraron al país 2.012.728 individuos, de los que se quedaron 638651. El resto, que alcanza a 1.374.077 almas, representa los inmigrantes golondrina, vale decir, los braceros que llegaron, dieron su brazo para levantar cosechas, y se volvieron a sus tierras para regresar, o no, al año siguiente. De donde resulta que por lo menos el 65% de esos inmigrantes fueron braceros. Tal vez, y a mérito de la estabilización real de inmigrantes hacia 1930, el porcentaje de golondrinas haya sido aún mayor. Quizá sea imposible determinar cuántos, del 35% que supuestamente resolvió quedarse de manera estable, llegaron aquí con la idea de levantar la cosecha y retornar, pero se quedaron ante las perspectivas que se le presentaban como medieros, artífices, jornaleros o empleados. Por el conocimiento empírico y cotidiano, es sumamente fácil hallar inmigrantes que, luego de haber llegado a estas playas por uno o dos años consecutivos en calidad de braceros, optaron luego por quedarse definitivamente.

    Algunas causas de la  inmigración
     * La necesidad de  Argentina de integrarse al  Mercado Europeo.
     * La situación inversa con  respecto a las  necesidades argentinas y  europeas. Argentina  necesitaba mano de obra,  como consecuencia del  proyecto de expansión del  sector agropecuario; y  Europa liberaba mano de  obra, como consecuencia  de la tecnificación del agro  y la Segunda Revolución  Industrial.
     * Se contaba con una zona  muy apta para la  explotación agropecuaria: La Pampa Húmeda, cuya  explotación requería mano  de obra y capitales,  escasos en nuestro país.
     * La política de la  generación de los '80 de  transformar el país a la  imagen norteamericana,  por la política industrial del  anglosajón, y europea, por  sus ciudades modernas y  bien estructuradas.

     

    Consecuencias de la Inmigración en Argentina

    La inmigración provoco en Argentina una profunda transformación de la sociedad. No solo por el hecho de que la totalidad de los habitantes paso a estar integrada por un alto porcentaje de extranjeros, que en 1924 llego al 29,9%, sino también porque buena parte de estos se mezclo con la población nativa por medio de lazos matrimoniales. Un factor determinante fue que los inmigrantes eran mayoritariamente de sexo masculino. Esta fue la razón por la cual a partir del censo de 1895 la población masculina es superior numéricamente a la femenina. La unión matrimonial entre extranjeros y nativos contribuyo a modificar costumbres y le imprimió a la Argentina un aspecto más cosmopolita, sobre todo en las grandes ciudades del Litoral, principalmente Buenos Aires y en segundo lugar Rosario, pero también este fenómeno se trasladó a otras provincias como Córdoba, Mendoza, y Entre Ríos y las regiones rurales y ciudades bonaerenses.

    En donde la influencia de la inmigración fue decisiva y exclusiva fue en la organización del movimiento obrero. Hasta el arribo masivo de los inmigrantes europeos, a partir de 1880, los sindicatos eran prácticamente inexistentes, con excepción del sector grafico. Fue la irrupción de los extranjeros en las actividades laborales, muchos de ellos anarquistas y socialistas perseguidos en sus países de origen, la que determino el despertar de la conciencia gremial de los trabajadores en Argentina y se convirtió en la causa principal de la constitución de las primeras asociaciones obreras.

    A la inmigración también se le debe la formación de la clase media argentina, que hasta 1880 era prácticamente inexistente: muchos hijos de inmigrantes egresaron de las universidades, otros se dedicaron a las actividades comerciales o industriales y de servicios y, en conjunto, conformaron la numerosa clase media, que también fue un factor decisivo par la transformación política de nuestra nación. El artesano u obrero enriquecido aspira a elevarse socialmente. Hace estudiar a su hijo. Así, el padre puede ser zapatero, carbonero o verdulero, pero el hijo será doctor. El vástago, sin embargo, suele avergonzarse del origen humilde de sus padres. Es el drama de "Mijo el dotor", que Florencio Sánchez llevó al teatro.
    La unidad de la familia europea se resiente en América. Pero el hijo se sentirá orgullosamente argentino, y en ese sentimiento se da la nueva identidad, a la que suelen contribuir muchas sangres. Se crea el tipo nuestro: vivaz, inteligente, con un culto de la amistad que recuerda a la hospitalidad del gaucho.
    La nueva identidad no hace cuestión de sangres, porque está ligada por un profundo nexo espiritual: el amor al país, el sentimiento de lo argentino.
    El orgullo de ser argentino formará la base de la identidad nacional.

    Todas las consecuencias de la inmigración señaladas hasta aquí fueron de carácter positivo, porque contribuyeron a modernizar el país. Sin embargo, existe una que se deriva de una causa interna, que fue el condicionamiento a que se vio sometida por la clase dirigente nativa y por la estructura económico-social que ésta conformó en Argentina, que excluyo del poder real (el económico) a quienes no integraban su reducido circulo. Esto determino que la mayor parte de los inmigrantes no tuviera acceso a la propiedad de la tierra y que estos se radicaran masivamente en las ciudades del litoral portuario, principalmente en Buenos Aires, dando origen a la macrocefalia que aun padece nuestro país y a un conjunto de actividades y hábitos que obstaculizaron la producción y el desarrollo de la economía nacional.

    Algunas conclusiones

    La inmigración masiva transformó profundamente la estructura demográfica del país, la población se duplicó, y en pocos años hubo un fuerte predominio de extranjeros que se instalaron en los centros urbanos del litoral.

    Si bien todo el continente americano recibió inmigrantes, ninguno tantos como Argentina, si lo relacionamos con su población local. Las ciudades y los campos fueron profundamente modificados por hombres de otras culturas, hoy ningún aspecto de la vida cotidiana puede desligarse de ello. La manera de hablar, de amar, de hacer amigos, la comida, la música, la política, la educación de los hijos, el deporte, los juegos, los gestos, la religión, todo esta teñido de su presencia.

    La identidad nacional se construyo sobre nuevas bases; la historia Argentina se hizo con los inmigrantes…

     

    Bibliografía

    • De la vega, Julio Cesar: Consultor de historia Argentina, Inmigración. Bs. As., Ediciones Delma, 1994.

    • Alonso, María Ernestina; Elisalde, Roberto Mario; Vázques, Enrrique Carlos: Distoria Argentina y del mundo contemporáneo, C. Econocmia y sociedad hacia mediados del siglo XIX, España, Aique, 2001.

    • Jáuregui, Anibal Pablo; Gonzales, Alba Susana; Fradkin, Raúl Osvaldo; Bestene, Jorge Omar: Historia 3ro, La Argentina de la Inmigración, Bs. As., Santillana, 1992.

    • Casani, J.L.; Pérez, Amuchastegui; A.J.: Metodología de la investigación histórica. La heurística y la clasificación de las fuentes, Santa Fe, Eudeba, 1961.

    • Zabellos, Estanislaos: Descripción amena de la Republica Argentina, I viaje al país de los araucanos. Bs. As., 1881, Jacobo Puser.

    • Herzl, Theodor: Páginas escogidas, CAP III a través de las cabañas. Bs. As., Augusto Sambruin, 1917.

    • Solari, Aldo E.: Socologia rural latinoamericana, Cap.: Libros del tiempo nuevo, Bs. As., Eudeba, 1963.

    • Wolf, Ema; Patriarca, Cristina: La gran Inmigración, Leyes y política inmigratoria. Bs. As., Sudamericana Joven, 1997.

    • Moreno, Alberto; Armador, Oscar. Bs. As., Cole Plus 25Billiken, 2003.

    • Armayor, Oscar. Bs. As., ColePlus 33 Billiquen, 2003.


  • Respuesta  Mensaje 7 de 10 en el tema 
    De: albi Enviado: 27/01/2012 13:49

    Respuesta  Mensaje 8 de 10 en el tema 
    De: albi Enviado: 27/01/2012 13:52
    ART. 20 DE LA cONSTITUCIÓN ARGENTINA
     
     

    Artículo 20: Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su

    industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente

    su culto; testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar contribuciones forzosas

    extraordinarias.

     

    • Obtienen nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la autoridad puede acortar este término a favor del que lo solicite, alegando y probando servicios a la República.

     

    I. Requisitos

     

                       Como ya se dijera uno de los principales derechos del extranjero es el de adquirir la nacionalidad argentina en forma voluntaria y este derecho se encuentra sujeto a las leyes que reglamentan su ejercicio. La cuestión está reglamentada en la Ley 23.059 que restableció la vigencia de la Ley 346 de 1869, la que no admite la doble nacionalidad, por lo que el naturalizado debe renunciar a su nacionalidad de origen, salvo contadas excepciones, como lo son los Convenios de Doble Nacionalidad firmados con España (ley 18.957) e Italia (ley 20.588).

     

                       El art. 20 de la Constitución Argentina -tal cual me referí en el inicio, contempla también la posibilidad de que el extranjero obtenga la nacionalización y allí marca el primer requisito a su solicitud.

     

    Dice: Los extranjeros Y. Obtienen la nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la autoridad puede acotar este término a favor del que lo solicite, alegando y probando servicios a la República.

     

                       Ello así, en cumplimiento de los preceptos constitucionales el art. 2 de la ley 346 establece en un primer párrafo  que son ciudadanos por naturalización lo extranjeros mayores de dieciocho años que residieran en la República dos años continuos y manifiesten ante los Jueces federales de sección  su voluntad de serlo.

     

                       Veamos LOS REQUISITOS:

     

                       1) Residencia continua por el plazo de dos años en el país. Este requisito no es determinante para poder iniciar el respectivo trámite, puesto que tanto la constitución Nacional, cuanto la ley sobre ciudadanía contempla una serie de alternativas que lo morigeran.

                       En efecto, como principio general se requiere una residencia continua de dos años pero la autoridad puede acortar este término a favor del solicitante, alegando y probando servicios a la República. La Ley de ciudadanía alude a varios ejemplos como haber desempeñado con honradez empleos de la Nación o de las Provincias, haber servido en el Ejército o en la Armada, haber establecido en el país una nueva industria  o introducido una invención útil, formar parte de colonias establecidas o a establecerse cualquier parte del país, habitar o promover  el poblamiento de territorios nacionales, haberse casado con mujer argentina o tener hijo nativo, ejercer la docencia en cualquiera de sus ramas.

                      

    Como podrá apreciarse son varias y variadas las excepciones previstas.

     

                       Por otra parte, cuando el artículo refiere a dos años continuos cabe también efectuar alguna aclaración ya que con buen criterio se ha dicho que el hecho de salir del país  no interrumpe la continuidad a los efectos del cómputo de los dos años, que el art. 20 de la constitución Nacional otorga  a los extranjeros todos los derechos civiles del ciudadano, entre los cuales se encuentra  el de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino. Por otra parte es menester efectuar una interpretación flexible de este requisitos puesto que, el ejercicio de un derecho constitucional no puede configurar un obstáculo para el ejercicio de otro derecho, como es el de adquirir la ciudadanía.

                       2) Mayores de dieciocho años: como ya se hizo referencia los extranjeros adquieren los derechos civiles de los ciudadanos, sin embargo, la ciudadanía es fuente de derechos políticos Bloque, en gran medida le está vedado al extranjero, y, dado que los derechos políticos para los nacionales se adquiere a los dieciocho años, de aquí la conveniencia de equiparar las edades.

                       3) Manifestar ante los Jueces Federales su voluntad de adquirir la ciudadanía argentina: La solicitud de carta de ciudadanía debe efectuarse indefectiblemente ante el Juzgado Federal con competencia sobre el domicilio del requirente, quien tiene la obligación de comparecer personalmente.

                       4) Presentar ante el Juzgado Federal la solicitud que entrega Asignación de Causas, debidamente completado con la documentación necesaria para iniciar el trámite. Respecto de la solicitud, debe aclararse que tiene la entidad de una declaración jurada que formula el peticionante que debe suscribirse en presencia de personal del Tribunal, sobre este tema volveremos más adelante.

                       5) Comprender el idioma nacional: Este es un tema sumamente importante. Si bien esta exigencia de saber expresarse en idioma nacional no está formalmente prescripta en la normativa vigente de la Ley 23.059 de Ciudadanía y Naturalización que restituyó la vigencia de la Ley 346; no lo es menos que éste recaudo es un requisito implícito, básico e imprescindible para quien pretenda acceder y ejercer los derechos políticos que la propia Constitución Nacional, las leyes dictadas en su consecuencia y nuestro sistema representativo y republicano de gobierno garantizan.

                        Por esta razón no resulta admisible que quien gozando de los derechos civiles y garantías constitucionales quiera acceder a los derechos políticos sin conocer en absoluto el idioma nacional. Resulta claro, entonces,  que el conocimiento mínimo de nuestro idioma (esto es, saber expresarse en castellano) es una condición implícita e inherente a la naturaleza del derecho.

                       Sin embargo este requisito no es tan estricto como algunos extranjeros suelen creer. En efecto, no es el diálogo fluido ni el conocimiento profundo del idioma la finalidad que se persigue, sino una comunicación tal que permita al solicitante comprender el alcance de los nuevos derechos a adquirir, entre ellos la posibilidad de elegir a sus representantes y poder ser elegidos; derechos que se tornarían imposibles de ejercer en el caso de desconocer en forma absoluta el idioma nacional.

                        Más adelante volveremos sobre el tema.   

                       6) Tener ocupación o medios de subsistencia honestos, lícitos y permanentes.

                       III) Documentación

                       Al momento de concurrir al Juzgado el solicitante debe acompañar

             Para acreditar identidad, edad y extranjería se podrá acompañar Cédula de Identidad extendida por Policía Federal Argentina y fotocopia de la misma (anverso y reverso) o Documento Nacional de Identidad para Extranjero (DNI) y fotocopia o Pasaporte de su país originario visado por el Cónsul Argentino del lugar. También puede justificar las referidas circunstancias con un acta de estado civil en que haya intervenido contrayendo matrimonio o denunciando o reconociendo hijos en el país, con anterioridad  a la sanción de la ley. En caso de impedimento material comprobado de obtener dicha documentación, el Tribunal interviniente admitirá prueba supletoria a su criterio, que deberá producirse en el mismo expediente. También puede acreditarse residencia con un Certificado de Inmigración que se gestionaba en la Dirección Nacional de Migraciones, sin embargo debido a irregularidades detectadas, en la actualidad lo requiere directamente el Tribunal.

             Justificación de medios de vida:

             Si es empleado u obrero: Con certificado del empleador, cuya firma debe ser autenticada  por el Banco o por autoridad policial o por Escribano Público y n* de CUIL (Clave Única de Identificación Laboral).

             Si es comerciante: Con certificado de inscripción en el Registro Público de Comercio o Permiso Municipal de Habilitación del negocio con fotocopia del mismo o Certificado de Ingresos extendido por Contador Público Nacional. Si no se encuentra inscripto deberá podrá constancia de dos casas mayoristas con las que tenga relaciones comerciales, con las firmas de los dadores certificadas en la forma indicada en el apartado a). En cualquiera de los dos casos debe acompañar el CUIT (Clave Única de Identificación Tributaria) y constancia de aporte jubila torio o estar adherido al Monotributo.

             Si es menor de 21 años o mujer casada: Acreditar medios de vida de la persona que los tenga a su cargo, en las mismas condiciones enumeradas anteriormente.

                       3. Certificado de domicilio otorgado por la Comisaría Seccional y tiene validez por cinco días corridos.

             Respecto de la documentación debe aclararse que aquella que se encuentre en idioma extranjero debe ser traducida previamente por Traductor Público Nacional y legalizada la firma del mismo. Esto es así porque en la especie se trata de documentos extendidos por autoridades públicas extranjeras y legalizados por autoridades nacionales, por lo que la traducción debe comprender además- la totalidad del documento, no siendo admisible la que sólo se limite a una parte de él. Dada la importancia y complejidad de los documentos en cuestión en tanto se relacionan con la cadena de legalizaciones-, deben extremarse todos aquellos recaudos que permitan verificar su autenticidad y certeza. 

     


    Respuesta  Mensaje 9 de 10 en el tema 
    De: albi Enviado: 27/01/2012 14:00

    Argentina

    Con el propósito de integrar económicamente el país e incrementar los niveles de producción para hacer frente a las  crecientes demandas de productos primarios por parte de los países europeos, los gobiernos del período 1862 – 1880 debieron hacer frente a una serie de problemáticas tales como: la escasez de mano de obra para dichas actividades; la incorporación de nuevas tierras para la producción;  la necesidad de infraestructura para facilitar la circulación de bienes y personas, y la vinculación de las distintas economías regionales; la solicitud de créditos y préstamos externos para financiar las bases del modelo económico implementado, entre otros aspectos. 

    La estabilidad política y el crecimiento de la producción fueron dos de las consecuencias más importantes de la aplicación de tales medidas. Aspectos que caracterizaron el período posterior a 1880.

    Pero dicho crecimiento agrícola requería de un mayor número de trabajadores  que Argentina no poseía. Ante esta problemática el Estado implementó programas para atraer a gran cantidad de inmigrantes. Entre 1870 y 1914 llegaron al país alrededor de seis millones de extranjeros, pero solo el 50% se radicó definitivamente en el país. Este inmigrante se encontró con distintas realidades en cuanto a la propiedad de la tierra, por ejemplo, en Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes recibieron tierras y subsidios logrando muchos de ellos transformarse en colonos agrícolas; en cambio,  las tierras bonaerenses eran propiedad de grandes estancieros que no propiciaron la subdivisión de la tierra y la instalación de colonias agrícolas, aquí los inmigrantes fueron arrendatarios o peones de dichos latifundistas.

    El Estado representaba a este sector terrateniente exportador y a los intereses extranjeros ligados al modelo económico. A medida que los grupos medios, urbanos y rurales aumentaban su volumen se iban estructurando y expresando presiones sociales para una mayor participación en la actividad política. La influencia ideológica y cultural europea y el éxito del crecimiento hacia fuera fortalecieron la ideología liberal de los sectores gobernantes y la integración al mundo librecambista del “imperio británico”.

    Cuadro 4

    Inmigración en Argentina

     

    Período

    País de origen (cantidades en porcentajes)

    Italia

    España

    Francia

    Gran Bretaña

    AustriaHungría

    Rusia

    Polonia

    Siria

    Libia

    1871-1875

    56

    19

    15

    4

    0,4

    -

    -

    1876-1880

    62

    14

    9

    3

    3

    -

    -

    1881-1885

    72

    10

    8

    2

    2

    -

    -

    1886-1890

    53

    23

    12

    2

    2

    -

    -

    1891-1895

    68

    15

    5

    0,6

    1

    -

    -

    1896-1900

    64

    23

    3

    0,6

    1

    -

    -

    1901-1905

    54

    27

    4

    0,8

    3

    2

    1

    1906-1910

    41

    41

    2

    0,7

    2

    5

    4

    1911-1914

    30

    47

    2

    0,8

    2

    6

    6

    Fuente: I.N.D.E.C. Registro Estadístico. 1971.  Adaptación.

    En Argentina, como se registra en el cuadro estadístico, los italianos constituían el grupo de inmigrantes más numerosos. Entre 1860 y 1900 representaron más de la mitad del total de inmigrantes, escoltados por los españoles, quienes en 1911 ampliaron notablemente su llegada al país. Esta afluencia masiva de inmigrantes desencadenó un aumento progresivo de la población argentina.

    La mayor parte de esta población se concentró en las ciudades debido a las dificultades para acceder a la propiedad de la tierra. La expansión de la economía agro-exportadora estimuló el incipiente desarrollo de actividades industriales, especialmente aquellas vinculadas a los productos exportables y el sector de servicios. Hacia fines del siglo, la población trabajadores se hallaba repartida por partes iguales entre las actividades agropecuarias, la industria, los servicios y  trabajadores temporarios.

    La composición de la clase trabajadora contenía un amplio número de inmigrantes. Algunos de ellos habían adquirido experiencia política y habían desempeñado un papel activo en los movimientos obreros  de sus países  natales. Esto sumado a las pésimas condiciones de trabajo vigentes en Argentina y la falta de compromiso por parte del Estado para solucionar este aspecto, condujo a que muchos trabajadores buscaran medios para superar esta realidad. Los actos, las huelgas y manifestaciones resultaron ser esos medios de protesta, a los cuales el gobierno respondió con represión y violencia directa e indirecta, esta última bajo la forma de un aparato jurídico que garantizaba el “bienestar común”, como por ejemplo, la Ley de Residencia dictada en 1902 que expulsaba del país a todo extranjero considerado “agitador”, la Ley de Defensa social de 1910 o la implantación momentánea del estado de sitio en ciudades como Santa Fe donde los portuarios y trabajadores del ferrocarril se encontraban en huelga en 1904. Al sancionarse la primera, Roca en su discurso afirmó: “Emplearé todos los resortes y facultades que la constitución ha puesto en manos del poder ejecutivo nacional, para evitar, sofocar y reprimir cualquier tentativa contra la paz pública. En cualquier punto del territorio argentino en que se levante un brazo fratricida, o en que estalle un movimiento subversivo contra la autoridad constituida, allí estará todo el poder de la Nación para reprimirlo”.(2)

    En realidad el movimiento obrero más fuerte había surgido ya en Argentina en el decenio de 1880 bajo la influencia de anarquistas y socialistas. Pero enfrentamientos entre estas fracciones internas y la grave crisis político- económica de 1890 motivaron el derrumbamiento de muchos sindicatos. 

    Las organizaciones obreras fueron una respuesta colectiva a un problema  que involucraba a vastos sectores populares. En 1896 se funda el Partido Socialista que sostenía como estandarte el reformismo parlamentarista y en 1901 surge la F.O.A. (Federación Obrera Argentina) quien posteriormente, en 1904 pasa a denominarse F.O.R.A. (Unión Obrera Regional Argentina) como un intento de agrupar a todos los gremios existentes bajo la influencia del anarquismo. En 1902 los socialistas y afiliados no anarquistas abandonan la F.O.A. y fundan una organización independiente, la U.G.T. (Unión General del Trabajo). Por su parte los sindicalistas, vinculados a los sectores portuarios y otros grupos claves de la economía de exportación, formaron la Confederación Obrera Regional Argentina (C.O.R.A.) en 1909, quienes en 1914 se fusionan con la F.O.R.A., organismo que va a ser dominado ampliamente por los sindicalistas. Por su parte, los anarquistas se retiran y conforman la F.O.R.A. V.

    Cuadro 5

    Huelgas en Argentina (1907 – 1912)

     

    Causas

    Años

    1907

    1908

    1909

    1910

    1911

    1912

    Total

    %

    Salarios

    Aumentos

    49

    22

    45

    174

    28

    19

    337

    34

    Varios

    18

    9

    17

    1

    8

    18

    71

    7

    Horario

    Modificación

    30

    3

    2

    -

    4

    1

    40

    4

    Disminución

    16

    18

    20

    27

    5

    15

    101

    10

    Organización

    Readmisión

    46

    33

    28

    70

    30

    22

    229

    23

    Expulsión

    27

    17

    12

    4

    11

    3

    74

    7

    Solidaridad

    18

    2

    9

    1

    5

    2

    37

    4

    Otras causas

    Trabajo a destajo

    5

    1

    -

    -

    2

    -

    8

    0.8

    Contratos

    4

    1

    -

    -

    6

    -

    11

    1

    Causas varias

    18

    12

    5

    21

    9

    13

    78

    8

    Fuente: Departamento Nacional de Trabajo, Boletín nº 21. Extraído de: CORTÉS CONDE Y GALLO, E. La formación de la Argentina Moderna (1870-1914)

    Los sectores sindicalistas contaban con un amplio apoyo popular y durante el gobierno de Yrigoyen (1916-1922) prestaron colaboración en forma implícita al Estado dada la actuación del gobierno frente a los conflictos gremiales, la cual apuntaba a la no-represión violenta y a la conciliación entre obreros y empresarios. No obstante, hacia 1919, debido a las malas condiciones laborales estalla  un grave conflicto obrero conocido popularmente como “Semana Trágica”. El conflicto estalló en los talleres metalúrgicos Vasena y se extendió por la ciudad de Buenos Aires. En el enfrentamiento entre obreros y sectores de la policía y del Ejército hubo muertos de ambos sectores. En la represión actuó un grupo  civil armado denominado “Liga Patriótica” conformado por industriales, grandes propietarios de tierras, sectores de la Iglesia y el Ejército. Este grupo nacionalista de derecha consideraba a los extranjeros revolucionarios como una verdadera amenaza  para el “Orden y la Nacionalidad” y determinaron un vertiginoso giro en la política obrera implementada en el momento: “En la primera presidencia de Yrigoyen la más importante esfera de conflictos fueron los manejos del gobierno con la clase obrera con el fin de ganar sus votos y minar la posición del Partido Socialista, para lo cual tendió a favorecer una posición negociadora de los sindicatos durante las huelgas. Esta estrategia logró cierto éxito en las huelgas marítimas de 1916 y 1917, pero fracasó al aplicarse a las huelgas ferroviarias de 1917 y 1918. Cuando estas últimas pusieron en peligro los intereses de los exportadores y de las empresas extranjeras, los grupos nacionales y foráneos se unieron para enfrentar la política oficial, así surgieron la Asociación Nacional del Trabajo en 1918 y la Liga Patriótica en 1919, y presionado por ellas el gobierno debió cambiar el rumbo”.(3)

    Hacia 1920 el movimiento obrero argentino sufrió grandes divisiones internas que  sumadas a la grave depresión económica debilitaron su accionar gremial. Ante esta realidad los gobiernos dictatoriales respondieron a los conflictos laborales con una política que se debatía entre la indiferencia y la represión violenta.        

     

     

     

     

     

    Respuesta  Mensaje 10 de 10 en el tema 
    De: albi Enviado: 27/01/2012 14:06
    Inmigración sirio-libanesa en Argentina
     
     

    Se estima que el 90% de la población actual de la Argentina es descendiente de inmigrantes. La llegada al país de diversas olas migratorias obedeció a causas muy diversas, que van desde las guerras y el hambre hasta persecuciones religiosas.

    Lo cierto es que a principios del siglo XX, en la ciudad de Buenos Aires, de una población de 1.232.000 habitantes sólo el 54,5% eran argentinos.

    La inmigración sirio-libanesa en Argentina constituyó la tercer corriente inmigratoria en el país seguido de los italianos y los españoles.

    Mas allá de las dificultades para cuantificarla, los datos indican que entre 1871 y 1880 ingresan al país 672 personas, cifra que entre 1881 y 1890 aumenta a 3.557, sin que se registren salidas, constatándose un incremento sostenido a partir de 1896 hasta fines de siglo.

    En 1910 ingresan casi 62 mil sirio-libaneses, y en 1912 se alcanza el punto máximo con 19.792 inmigrantes. Los años 30 muestran una baja de la inmigración aunque la llegada de nuevos paisanos fue constante.

    Existe una curiosidad con respecto al índice de masculinidad de nuestros inmigrantes: el mismo duplica al de otros grupos de extranjeros con una cifra de 428 en 1914.

    Ocupacionalmente, se los asoció en su momento a la profesión de comerciante y de comerciante ambulante.

    Los sirio-libaneses se caracterizaron por fundar una gran cantidad de asociaciones en todo el país, en especial culturales, sociales, benéficas y de socorros mutuos.

    Actualmente se estima que existen alrededor de 3.500.000 inmigrantes y descendientes de éstos viviendo a lo largo y ancho del territorio nacional.

     



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