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22 de enero de 2012, 23:51Por Luis Melian
 Beijing, 23 ene (PL) La imagen del dragón deviene hoy símbolo de alegría y esperanza en el inicio del Nuevo Año Lunar, profuso en metas y desafíos que en China se reconocen superiores a los del anterior.
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Tras despedir anoche al Conejo con una reunión familiar para la cual muchos tuvieron que viajar a sus lugares de origen, esta nación comienza a mirar al período regido por el quinto signo de su zodiaco con más detenimiento, favorecida por varios días feriados.
Y como todos están conscientes de que 2012 será otro año difícil por el complejo panorama internacional, político y económico, la imagen del dragón es más que bienvenida al asociarse a la fuerza, salud, armonía y la buena suerte.
Pero frente a la tradición más importante de este país, la realidad.
"Enfrentaremos retos mayores en el nuevo año", advirtió el primer ministro Wen Jiabao recientemente al saludar a la población y a los chinos de ultramar en una recepción en vísperas de la celebración conocida también como Fiesta de la Primavera.
A modo de ejemplo, cabe recordar que una de las mayores preocupaciones respecto a la economía global es la crisis de la deuda en la Eurozona y China tiene en la Unión Europea a su principal socio comercial.
Sin olvidar las tensiones en el Golfo Pérsico y sus posibles efectos en el mercado petrolero por la ofensiva de Occidente contra Irán por su programa nuclear, que Teherán defiende como pacífico mientras la otra parte le atribuye fines militares.
Este año se realizarán elecciones en Estados Unidos, Rusia, Francia y Surcorea, y sus resultados de una forma u otra inciden en el desarrollo de las relaciones internacionales, incluidas las que esas naciones mantienen con la segunda economía del mundo.
Muy consciente de todo ello, China inicia esta nueva etapa apoyada en un mensaje de su jefe de gobierno en la referida ocasión: tenemos la voluntad, la determinación, el coraje y la capacidad para superar cualquier dificultad. Tenemos plena confianza en el próspero y brillante futuro de la patria.
Más que discurso político, en esas palabras hay mucha realidad. A pesar de la crisis internacional, en 2011 la economía registró un crecimiento interanual de 9,2 por ciento y de 22,5 en su comercio exterior.
Además, el país más poblado del mundo logró en ese ejercicio una cosecha récord de granos de 571 millones 210 mil toneladas, superior en 4,5 por ciento a la precedente.
Otra importante estadística: el año pasado se crearon 12 millones 210 mil empleos en zonas urbanas, frente a una meta de nueve millones, mientras la tasa de desocupación en esas áreas se mantuvo en 4,1 por ciento.
Los datos explican la siguiente conclusión del primer ministro: China comenzó con buen pie el XII Plan Quinquenal (2011-2015), a pesar de una situación económica internacional "austera y complicada".
Justificada entonces la alegría por la referida celebración, evidente en el reencuentro y cena familiar, los abundantes fuegos artificiales y las múltiples manifestaciones de esta milenaria cultura que la acompañan.
Luego, como la economía creció menos el año pasado respecto al anterior, cuando la expansión fue de 10,3 por ciento, y en el trimestre octubre-diciembre 8,9 frente a igual etapa de 2010, la tasa más baja desde el segundo de 2009, se impone trabajar duro y sortear las dificultades.
Junto con ese desafío, están presentes otros: mantener los precios estables y equilibrar los esfuerzos para garantizar un crecimiento estable y relativamente rápido, por solo citar algunos.
También la lucha contra la corrupción, incluidos avances en ese empeño, los que se reconocen como importantes cuando el país mira a la realización en la segunda mitad del año del XVIII Congreso del Partido Comunista, otra de las grandes metas y de trascendencia sin igual para su futuro.
Para todo ello se necesita, más que la fuerza y buena suerte asociada al dragón, mucho trabajo y sabiduría, características incuestionables de esta nación. ocs/lam |
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