El partido del gobierno de México ya tiene candidato para las próximas elecciones presidenciales. Mejor dicha candidata. Josefina Vásquez Mota, fue elegida por los partidarios del PAN, Partido Acción Nacional con el 53,7 %, contra 38,9 de su adversario más próximo, Ernesto Cordero (según los últimos conteos correspondientes al 99% de los votos). Cordero era el abanderado de Felipe Calderón.
Se acabó el thriller político que ha vivido la derecha mexicana en las últimas semanas. La militancia del Partido Acción Nacional (PAN), en el poder, ha elegido la noche del domingo en una votación interna a Josefina Vázquez Mota como candidata a la presidencia de México para las elecciones del próximo 1 de julio. Con el 86% de los votos escrutados, Vázquez Mota ha vencido por el 55% de los sufragios frente al 38% de Ernesto Cordero, considerado el delfín del presidente Felipe Calderón. En tercer lugar queda Santiago Creel con el 6%. Vázquez Mota se convierte así en la primera mexicana de la historia con opciones de ser la presidenta del país.
La victoria de la diputada panista, que durante meses mantuvo una amplia ventaja en las encuestas sobre sus rivales del partido, pone fin a una semana de quejas, denuncias de irregularidades y descalificaciones entre los precandidatos. En las filas de Vázquez Mota se temía un golpe de mano del aparato del partido para darle el triunfo a Cordero y numerosos analistas habían advertido que una imposición de su favorito por parte del presidente Calderón supondría un duro golpe a la autoridad moral del PAN y un riesgo de fractura. “El país no necesita dos PRIs” escribió en la mañana de ayer el influyente periodista Jorge Zepeda en el diario El Universal en referencia a la técnica del dedazo que fue característica del partido hegemónico en la vida política de México durante 70 años.
Josefina Vázquez Mota (Ciudad de México, 1961), ex secretaria de Desarrollo Social durante la presidencia de Vicente Fox y de educación con Calderón medirá sus fuerzas en las elecciones del 1 de julio con Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, y Andrés Manuel López Obrador, que repite al frente de la izquierda (Partido de la Revolución Democrática, PRD)
Poco antes de la nueve y media de la noche, y flanqueada por Cordero y Creel, una Josefina Vázquez Mota exultante por su victoria ha comparecido ante los militantes del partido y ha clamado: “A partir de este momento somos un solo equipo y somos el equipo que ganará la presidencia de la República”. Entre vítores y aplausos ha prometido que será “la candidata de todos los ciudadanos” y la única capaz de “derrotar al adversario de México, el del autoritarismo, corrupción e impunidad” que representan “Peña Nieto y su partido”.
La candidata, economista, casada y con tres hijas, basó su precampaña en un mensaje de esperanza y cercanía a las familias y clases populares, haciendo valer su perspectiva de mujer ante los asuntos públicos. Quienes la conocen dicen que sabe escuchar y posee un talante prudente y conciliador, facilitador de acuerdos con otras fuerzas políticas. Sus críticos opinan que le falta preparación técnica para hacer frente a los problemas de México –esa era principal crítica que le hacía Ernesto Cordero, exsecretario de Hacienda con Calderón- y que carece de fuerza para levantar a un PAN exhausto tras 12 años en el poder.
El PAN es un partido fundado en los años treinta del siglo pasado, franquista en sus orígenes, con un fuerte componente de integrismo católico, que durante décadas luchó por abrir la dictadura perfecta instituida por el PRI a la participación política. La sociedad mexicana premió su tenacidad dándole la victoria en las elecciones presidenciales del año 2000 cuando se vino abajo el sistema priísta. Sin embargo, su gestión en el poder ha decepcionado a muchos ciudadanos convencidos de que si bien hubo alternancia política, el PAN no llevó a cabo una verdadera transición a la democracia.
En el pasado otras tres mujeres fueron candidatas a la presidencia de México formalmente, aunque en partidos con nula posibilidad de victoria: Rosario Ibarra de Piedra, en los años ochenta, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores; Cecilia Soto en 1994 por el Partido del Trabajo y Patricia Mercado por el Partido Alternativa Socialdemócrata en 2006.
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