De un día para otro, los apacibles preparativos de la VI Cumbre de las Américas, que se desarrollará del 9 al 15 de abril en la amurallada Cartagena de Indias, han adquirido visos de tormenta. ¿La razón? La presencia en la cita de Cuba. Los países de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA) han condicionado su participación a la asistencia del Gobierno de La Habana. Es una exigencia “muy justa”, ha argumentado el presidente Raúl Castro, aunque Estados Unidos ha sido tajante: "la Cuba de hoy de ninguna manera cumple con el umbral de participación"
El origen de esta incomoda situación tuvo lugar en una cita en Caracas. “Desde ahora propongo que si Cuba no va, no es invitada a esa Cumbre de las Américas, ningún país del Alba, por lo menos el Alba (...) asista a dicha cumbre”, dijo entonces el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
De inmediato, sus colegas que estaban en la XI Cumbre de la Alba en la capital venezolana, se alinearon con esta petición. “Yo estoy de acuerdo contigo, Rafael, si a Cuba no se la invita a la Cumbre de las América, y espero que esto no vaya a alterar las relaciones con el Gobierno de Colombia, no tiene nada que ver con Colombia, nosotros consideremos no asistir a esa cumbre” , dijo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Entonces el presidente boliviano, Evo Morales, añadió “si Cuba va, vamos, si no va, no vamos”.
Ante esto, el presidente Castro ha reaccionado con entusiasmo: “Nosotros jamás hemos reclamado que se tome una medida como esa, pero no por eso vamos a dejar de apoyar esta que consideramos muy justa. Quiero agradecerlo a todos”.
Por su parte, en Estados Unidos, que ya ha confirmado su presencia, el portavoz del Departamento de Estado para América Latina, Willian Ostick, ha asegurado este lunes, en declaraciones a Efe, que Cuba no cumple con los requisitos para participar en la Cumbre. "La Cuba de hoy de ninguna manera cumple con el umbral de participación. Debe haber mejoras significativas en las libertades políticas y la democracia en Cuba antes de que pueda unirse a la Cumbre", ha dicho.
La noticia de la posible renuncia de los países del ALBA ha caído como un baldado de agua fría en la Cancillería colombiana,que tenía puestas todas sus esperanzas en que la Cumbre de las Américas deje de ser un simple saludo a la bandera para convertirse en punto de inflexión que ayude a dejar atrás los graves problemas que afronta la región.
Para eso, no solo se había confirmado la presencia de los 34 mandatarios de este bloque –entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama- sino que se había cursado invitación a los 300 hombres más ricos del continente para que aportaran luces en la superación de la pobreza. El Gobierno colombiano venía trabajando con el propósito de hacer un encuentro exitoso al que inesperadamente le surgió, como ha ocurrido casi siempre en todas las citas regionales, el factor cubano.
Ante el tropiezo, la canciller colombiana María Ángela Holguín ha reaccionado con cautela. “La invitación a Cuba no depende de Colombia”, ha explicado antes de anunciar que pronto volará a La Habana para explicar la situación al gobierno de la isla. La funcionaria no ha podido, sin embargo, ocultar su sorpresa por este boicot lanzado por los países del Alba. “Eso no es una decisión solo de Colombia, es la decisión de los países del proceso de Cumbre. La miraremos y si ellos quieren que hagamos esa solicitud, la podremos llevar a una reunión que tendremos la semana entrante en Cartagena”, ha añadido.
La dificultad pasa porque La Cumbre de las Américas es un mecanismo del Sistema Interamericano y en ella participan los 34 países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA) , salvo Cuba. La isla caribeña fue reincorporada a la OEA y al Sistema Interamericano en 2009, en Honduras, tras levantar la suspensión que pesaba en su contra desde 1962, pero La Habana rechazó incorporarse. Ahora, sin embargo, vuelve a ser protagonista del debate.