Si no fuera por Venezuela, Cuba estaría ya económicamente quebrada. "En la lona", entonces. Ocurre que su sistema colectivista, esto es marxista, simplemente no es viable. No lo fue nunca. Como no lo fue tampoco el de la Unión Soviética, que colapsara a fines de la década de los 80.
Para mantener a Cuba precariamente a flote, aunque en medio de una fenomenal pobreza y de un enorme (y lamentable) atraso relativo de su pueblo, Chávez subsidia fuertemente las entregas de petróleo y combustible a la isla y paga por los servicios de los médicos cubanos que desempeñan su profesión expatriados en tierras de Venezuela (como si se tratara de una exportación humana), con la obligación de entregar lo sustancial de sus ingresos a su propio gobierno, en lo que no es sino una forma (mal disimulada) de trabajo esclavo, que, sin embargo, no parece preocupar demasiado a nadie.
A estar a las cifras que acaba de publicar la propia Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba, en 2010 (en Cuba, operan con un atraso de, por lo menos, un año), Venezuela compró y fue el destino del 37,5% de las exportaciones totales de Cuba. Más de la tercera parte.
Flor de empujón, el venezolano. Para considerar lo que esto significa, basta comparar lo sucedido con el segundo cliente comercial más importante de Cuba; esto es, con China. El país más fuerte de Oriente, el segundo del mundo, con la población más numerosa del globo, compró apenas el 14,7% de todo lo que Cuba exportó en el 2010. O sea, compró solamente el 39% de lo que, en cambio, le compró Venezuela a Cuba.
La balanza comercial, con todo, fue ampliamente favorable a Venezuela. Chávez ayuda y se ayuda, porque de tonto tiene muy poco. Cuba, con un aparato productivo y una economía obsoleta, tiene realmente muy poco que vender al mundo. Más mérito para el caribeño, que compra bienes seguramente poco competitivos, a precios caros. Postergando, por cierto, a su propio pueblo en beneficio del régimen cubano, con el que prefiere ser solidario.
Si miramos el total del comercio exterior cubano (exportaciones e importaciones sumadas, entonces), la dependencia de Cuba respecto de Venezuela es aun mayor, desde que hablamos del 39,5% del total. Notable amalgama autoritaria, por cierto.
---
Gustavo Chopitea es analista internacional del Grupo Agenda Internacional.
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/4/02/2012/c24016.html