El párroco de la Iglesia Cristo Obrero -conocido como el padre Pepe- está imputado en la megacausa ex Arsenales como presunto colaborador del delito de privación ilegítima de la libertad y partícipe secundario en las torturas y tormentos que sufrieron las víctimas mantenidas en cautiverio en ese centro clandestino de detención, el más sangriento que funcionó en la provincia durante la última dictadura militar.
Los organismos de derechos humanos celebraron que este expediente ya fuera elevado a juicio oral y público por el juez federal Nº1 Daniel Bejas pero solicitaron la “inmediata fijación de la fecha” del debate por parte de los jueces del Tribunal Oral Federal.
El mensaje a la Iglesia también incluyó al cura confesor del ex Jefe de la Policía Bonaerense, Ramón Camps, Christian Von Wernich, quien está detenido desde septiembre de 2003 acusado de numerosos homicidios y múltiples casos de privaciones ilegales de la libertad y torturas, durante la última dictadura, en diferentes centros clandestinos de detención.
Este fue uno de los principales reclamos que hicieron los dirigentes de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos de Tucumán, HIJOS, entre otras agrupaciones defensoras de los derechos humanos, ante una Plaza Independencia colmada de jóvenes y militantes de diferentes organizaciones políticas y sociales, en el Día Nacional de la Memoria, Verdad y Justicia.
Al cumplirse 36 años del último golpe militar, también renovaron el pedido de juicio y castigo a los genocidas y sus cómplices civiles y eclesiásticos. “En Tucumán, que vivió el genocidio desde el Operativo Independencia y que sufrió la dictadura fulminante del bussismo, nunca dejamos de exigir juicio y castigo a todos los responsables del terrorismo de Estado, y aunque vimos morir al genocida condenado y despojado de honores, sabemos que sus últimos días debió pasarlos entre las rejas”, enfatizaron en el documento que leyó Carolina Frangoulis, de HIJOS Tucumán.
“No podemos –siguió- dejar de expresar que los genocidas en Tucumán descansan en sus casas en lugar de estar en cárcel común por los aberrantes delitos que cometieron”. En ese punto, la militante resaltó –fuera de texto- que hay una excepción: el ex comisario Miguel Moreno, quien fue condenado a 13 años de prisión el viernes pasado en la provincia por delitos de lesa humanidad cometidos contra la víctima sobreviviente Emma Aguirre y enviado inmediatamente al penal de Villa Urquiza.
Además, pidieron a las autoridades nacionales y provinciales que se termine con los privilegios y se garantice un pabellón para los responsables de los delitos de lesa humanidad. En ese sentido exigieron que vuelva a la cárcel el escribano prófugo de la Justicia, desde diciembre del año pasado.
En otro párrafo, exigieron al gobernador José Alperovich que abra los archivos provinciales de la represión, como así también el “inmediato desmantelamiento del aparato represivo aún intactos” a través de funcionarios que hoy ocupan sus cargos públicos y que también lo hicieron durante la época más negra de la historia argentina. A la clase política también solicitaron la derogación del Código Contravencional de la dictadura.
En el marco social, dejaron sentado que acompañan a Susana Trimarco, madre de la joven desaparecida Marita Verón, en su lucha contra la trata de personas, como así también se manifestaron en contra de la megaminería a cielo abierto. Además pidieron juicio y castigo a los asesinos de los luchadores populares como Mariano Ferreira del PO y Cristian Ferreyra del MOCASE.
Al término de la oratoria, los militantes de derechos humanos hicieron una segunda vuelta alrededor de la Plaza, mientras seguían llegando columnas de agrupaciones como la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie, Movimiento Libres del Sur, La Cámpora y Juventud Justicialista Libertaria.
Entre tantas imágenes de las víctimas desaparecidas sostenidas por sus familiares, un grupo de niños mantenía una bandera que decía: “Volviste a casa. Vamos a luchar para que todos vuelvan”, en referencia al ex senador provincial Damián Márquez. Cabe recordar que sus restos fueron identificados recientemente tras haber sido hallados en una fosa común del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde se presume que hubo cientos de víctimas asesinadas y enterradas en manos de los genocidas.
El acto culminó con un recital de bandas de rock locales, entre ellas, karma Sudaca y Mano y Mono.