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General: ANTONIO BRUFAU EN LA MIRA DE LA JUSTICIA
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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 30/04/2012 20:37 |
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 20:39 |
Pérez Esquivel entregó carta de los Nobel de la Paz a Cameron
En la misiva le piden al premier inglés que acate las resoluciones de la ONU y se siente a negociar con nuestro país por Malvinas. Entre los firmantes se encuentran Rigoberta Menchú y el sudafricano Desmond Tutu.
El argentino Adolfo Pérez Esquivel entregó hoy en Londres una carta firmada por siete Premios Nobel de la Paz y dirigida al premier británico, David Cameron, en la que "se le solicita atienda las reiteradas resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y de su Comité Especial de Descolonización para encontrar" con la Argentina "una solución pacífica a la controversia de soberanía" de las Islas Malvinas.
Voceros del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) confirmaron a DyN que Pérez Esquivel entregó la misiva al parlamentario laborista Jeremy Corbyn, ya que no fue recibido en persona por Cameron.
La misiva lleva la firma de Mairead Corrigan Maguire (Irlanda del Norte), Rigoberta Menchú Tum (Guatemala), Desmond Tutu (Sudáfrica), Jody Williams (Estados Unidos), Shirin Ebadi (Irán), Leymah Gbowee (Liberia) y Pérez Esquivel (Argentina
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 20:42 |
YPF: Brufau y su gestión, en la mira de la Justicia
Contra las cuerdas
Daño ambiental y fraude contable. Las razones que el Gobierno esgrime para moderar las pretensiones indemnizatorias de Repsol son, a la vez, delitos comprendidos en los códigos Civil, Comercial y Penal de la Argentina. Esta combinación aceleró la caída en desgracia de Antonio Brufau Niubó, que ya no muestra el talante pendenciero de los primeros días. Con el vértigo de los descensos, el presidente de Repsol pasó de contar con el respaldo del gobierno español a observar cómo, de la noche a la mañana, los mismos funcionarios que amenazaban con tempestades viraban hacia la conciliación. Sin perspectivas de modificar la decisión adoptada por Cristina Fernández, la nueva consigna ibérica es salvar lo que se pueda. El cambio de actitud es propio de los naufragios, circunstancia que suele depararle un destino trágico al capitán: se hunde con el barco. O debe enfrentar un tribunal.
Desde el mismo instante en que la intervención estatal tomó el control de la petrolera, auditores y funcionarios husmean en los balances de la firma buscando pasivos ocultos e indicios de defraudación. No hubo que explorar mucho para que brotaran los primeros hallazgos, vinculados al daño medioambiental. En distintos puntos del país se acumulan pruebas de esos atropellos. Un caso, incluso, ya está en manos de la Corte Suprema de Justicia y alumbró una demanda penal contra el capitán Brufau.
La contaminación de la Cuenca Neuquina abarca cinco provincias. La investigación se inició en 1997, cuando el Río Colorado desbordó por las lluvias en Rincón de los Sauces, ubicado al norte de Neuquén. Los aluviones arrastraron tierra y barrieron oleoductos que contaminaron poblaciones como Catriel, en Río Negro, hasta Carmen de Patagones, en Buenos Aires. “Es la investigación más avanzada que existe en el país”, resume Ricardo Apis, presidente de la Asociación de Superficiarios de la Patagonia (Assupa), la organización que impulsó la denuncia contra YPF-Repsol. “Empezamos con un reclamo administrativo, pero agotada esa instancia, en 2003 presentamos la demanda civil”, recuerda Apis, quien dice poseer “un listado con 4.200 casos de derrames en la cuenca neuquina, de distintas características”. En esa lista figura un hecho de contaminación del Río Neuquén que, por su magnitud, obligó a la provincia patagónica a prohibir el riego y la ingesta de agua de napa en la zona. El episodio provocó la intervención de Naciones Unidas, que envió un equipo interdisciplinario para, entre otras cosas, evaluar el costo económico del daño ambiental. “Los especialistas determinaron que la contaminación afectó al 4 por ciento de la cuenca –recuerda Apis–, y valuó el pasivo ambiental en 545 millones de dólares. ¿Imagine cuánto es el pasivo que debería computar Repsol si se comprueba, como sostenemos, que casi toda la cuenca presenta daños similares?”.
La pregunta no es retórica. Determinar el pasivo ambiental que legó Repsol es crucial para establecer el verdadero valor de YPF. Si bien existen tres modos de valuar una compañía, es probable que el Tribunal de Tasaciones de la Nación calcule la eventual indemnización que le correspondería a Repsol por la expropiación del 51 por ciento de sus acciones según el valor libro de la empresa, que computa activos y pasivos –las otras formas son por su valor bursátil o sólo por la suma de sus activos–. Bajo esta modalidad, el peso de los daños ambientales en el debe de YPF adquiere un rol determinante para el cómputo del valor final que el tribunal le adjudique a la compañía. Como lo advirtió el ministro de Planificación, Julio De Vido: “Vamos a acogernos a lo que plantee la ley que fijará el valor (de la compañía). Pero el desastre en que dejaron la infraestructura de producción tiene su costo y lo van a tener que pagar, porque el medio ambiente no se rifa, tiene precio”.
Por cierto, la deuda ambiental de Repsol ya suma varios ceros. Algunos de los casos que alimentan esa cuenta son:
- El 27 de marzo de 2002, las comunidades mapuches Kaxipayiñ y Paynemil de Loma de la Lata demandaron a la firma por 445 millones de dólares, en resarcimiento por los daños sufridos en su territorio por la explotación hidrocarburífera. La presentación se sostuvo en informes elaborados por la consultora alemana Umweltschutz Nord Argentina, que estableció presencia de “elementos tóxicos” en los miembros de la comunidad. El informe detalló valores elevados “de aluminio, manganeso, talio, plomo, cadmio, arsénico y níquel”.
- En la provincia de Buenos Aires se radicaron dos denuncias. Una por contaminación del suelo en los canales Este y Oeste, cercanos a la refinería y destilería de Ensenada. El otro foco denunciado se encuentra en Dock Sud, en el partido de Avellaneda.
- La Subsecretaría de Medio Ambiente de Santa Cruz lleva adelante un inventario que le atribuye a Repsol un pasivo ambiental valuado en 500 millones de dólares. El listado de irregularidades incluye unas 1.700 piletas mal saneadas, sobre un total de 5.000 que la empresa tiene en la provincia. El gobierno patagónico también contabilizó lo pozos inactivos –unos 8.000–, en los cuales no se cumplió con el procedimiento de abandono que obliga a la cementación del pozo y la remediación del suelo lindero.
La fiscalía de Santa Cruz aguarda que la subsecretaría concluya el inventario para realizar una presentación penal contra los directivos de la compañía. Si se concreta, Brufau sumaría otra demanda a la que ya cursa en la Justicia neuquina. En ese caso, el expediente investiga la contaminación del Lago Marimenuco, de donde sale el agua potable de Neuquén y Río Negro.
Como ocurre con el petróleo que brota de los pozos que Repsol explotó a discreción, las complicaciones penales que acechan al ex mandamás de YPF fluyen desde las áreas concesionadas en distintos puntos del país y llegan hasta la Capital Federal. Más precisamente, a los tribunales federales de Comodoro Py. En 2006, un grupo de diputados del ARI demandó a la petrolera por presunta defraudación y contrabando de hidrocarburos. En su presentación, los legisladores pidieron que se investigara la supuesta “falsedad” de la información difundida a los inversores por la petrolera, que en enero de ese año había anunciado una reducción del 25 por ciento en sus reservas, cuando la merma real había alcanzado el 42 por ciento en el país. Según la denuncia, la empresa habría ocultado información adversa sobre sus actividades en la Argentina y Bolivia, presentando al mercado datos erróneos con el objetivo de hacer subir artificialmente el valor de las acciones de la compañía en las bolsas de Buenos Aires, Madrid y Nueva York. En el caso de Bolivia, los diputados destacaron que la empresa contabilizó como reservas probadas existencias que sólo eran probables, hecho que se había repetido en el caso argentino. “Debe advertirse que Repsol YPF emitió numeroso material falso y declaraciones engañosas, violando el acta de intercambio de títulos y valores de 1934”, apuntó el escrito. La presentación llevaba la firma de la entonces líder del ARI, Elisa Carrió, y de los ex legisladores Eduardo Macaluse y Fabiana Ríos, hoy gobernadora de Tierra del Fuego. La causa tramita en el juzgado de Ariel Lijo y la carátula prevé penas de prisión.
La intervención estatal en YPF cree que un estudio pormenorizado de los balances puede dejar al descubierto un tendal de maniobras similares. La sospecha oficial quedó plasmada en el proyecto de ley de expropiación que el Ejecutivo envió al Congreso, donde varias veces se repite el término “vaciamiento”. Para el ex perito contable de la Corte Alfredo Popritkin, “los fraudes y las crisis se encuentran íntimamente ligados, pues la envergadura de los delitos que se cometen en algunas empresas las hacen tambalear y en ocasiones hasta las ponen al borde de desaparecer”. Ese es, precisamente, el camino que había iniciado YPF de la mano de Repsol: el de la extinción. De recursos y de soberanía energética. Al mando estaba el capitán Brufau. El Estado argentino llegó a tiempo para evitar el naufragio. El capitán deberá explicar, si puede, por qué chocó.
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Lobby feroz
Una máxima bien conocida señala que toda decisión política que afecta intereses privados no sólo debe salir ilesa del debate parlamentario sino también del feroz lobby empresarial y de políticos y periodistas acuñados por la actividad comercial. Y la expropiación de YPF no fue la excepción.
Uno de los principales miembros del club del lobby es el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, que tal como señaló la revista Noticias en 2009 cobra 25 mil pesos mensuales por asesorar a la empresa en calidad de consultor externo. Según el mismo Fernández declaró, su función es aportar a Repsol “materiales de actualidad política parlamentaria”. Pero otra de sus funciones, aunque no tan explícita, es defender los intereses corporativos. Es por eso que apenas se conoció la noticia asistió al programa periodístico Desde el llano, en TN, para sentenciar: “Me preocupa el modo y la forma como el Gobierno toma la decisión. Me recuerda cuando se tomaron los fondos de pensión. La medida fue vista como casi confiscatoria y aquí sucede algo parecido”.
Roberto Caballero, director de Tiempo Argentino, en una nota publicada el domingo 22 de abril reafirma el dato y suma otros nombres. Justamente, el conductor del ciclo televisivo al que acudió Fernández, el periodista Joaquín Morales Solá, embolsa desde septiembre de 2011 “11 mil pesos mensuales de Repsol como publicidad para su programa”. Pero Morales Solá no es el único periodista del Grupo Clarín dispuesto a defender los intereses de la empresa. Según relata Caballero, al día siguiente de que el diario publicara en su tapa que “la Unión Europea viene al país para reclamar por YPF”, el jefe de la delegación de la UE en Argentina, Alfonso Díaz Torres, le envió una carta al editor general de Clarín, Ricardo Kirschbaum, desmintiendo el titular e informando que la visita era de rutina. La postura de Kirschbaum no sorprende. Su mujer, la arquitecta Silvia Marta Fajre, “cobra 15 mil pesos por mes de la empresa de Antonio Brufau, también como consultora en el área de Comunicación, según datos de la propia firma”.
Pero el círculo de lobbistas no concluye con esos nombres. Según cuenta Caballero, “en lo que va de 2012 Repsol ya repartió $ 1.552.580 en auspicios entre periodistas y productoras radiales, televisivas y web”.
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Opinión
Fraudes contables en la Argentina
Por Alfredo Popritkin, ex perito contador oficial de la CSJN presidente de Contadores Forenses ONG www.alfredopopritkin.com.ar
Los perjuicios por delitos económicos que sufren las empresas se calculan en el 5% de los valores de las ventas. Son sumas enormes que en su mayor parte las empresas desconocen, pues quedan ocultas en sus balances. Cuando los investigadores de fraudes realizamos nuestra tarea, las compañías no dejan de sorprenderse de las sumas que pierden por estos delitos que no habían logrado detectar. La creatividad no tiene límites y son muchas las formas delictivas que se descubren, que en su mayoría se encuentran reprimidas en el Código Penal, con penas de prisión que llegan a los 6 años cuando se trata de fraudes de administración fraudulenta, vaciamiento de empresa o quiebra, o hasta 2 años de prisión cuando se trata de balances o estados financieros falsos.
Un caso paradigmático de las últimas semanas se relaciona con las sospechas de manejos irregulares en Repsol, que llevó a la separación de sus directores y gerentes. A ello se le sumaron medidas tendientes a resguardar la continuidad operativa de la empresa.
El despliegue de auditorías de fraudes puede ser el remedio para terminar con el flagelo. Desde luego que cuando hay fraudes los procedimientos son diferentes a las auditorías anuales. Detectar delitos es complejo, pero más importante es conservar a buen resguardo las pruebas que serán utilizadas en las instancias siguientes. Las pruebas de los delitos de fraude pueden ser la base de una simple negociación con los responsables, pero también la evidencia para un reclamo comercial o civil tendiente a recuperar lo defraudado. La Justicia criminal tiene sus propias reglas para darles validez a las pruebas, de modo que no sólo deben adoptarse recaudos especiales cuando son encontradas, sino que hay reglas técnicas forenses en materia contable que manejan los especialistas, y su validez se comprueba al momento de llevar adelante el juicio. Hay empresas que llegan hasta las últimas consecuencias en las investigaciones y no sólo se interesan en separar a los responsables, sino que aspiran a obtener resarcimiento económico y lograr las máximas condenas.
Al ex mandamás de Repsol lo investigan por daño ambiental y presunta defraudación. Las causas en su contra. Por qué el gobierno español planea dejarlo solo. Mirá la galería de fotos.
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 20:48 |
El lenguaje crea mundo, diseña nuestra manera de comprender la realidad y define la trama de nuestras relaciones sociales. Tratar de huir de las palabras que componen la experiencia humana es un gesto imposible. Un esfuerzo desmesurado que no conduce a ningún lugar. La ceguera, que no deja de ser una constante de nuestras sociedades contemporáneas convertidas en escenarios telemáticos, de un caminar a tientas por un territorio que requiere de los sonidos articulados de la gramática para encontrar un sentido y no acabar naufragando en un desierto de significaciones incomprensibles para aquellos que desean, con fervor, que otros hablen, que otros les pongan el nombre a las cosas y que definen sus y nuestras vidas. Dejarse nombrar por el poder es una manera de perder el uso libre del lenguaje. Recuperar la memoria que se guarda en él es el inicio de un camino de cambio y liberación de viejas y nuevas ataduras. Abrir las palabras para rescatar los sueños que se guardan en su interior constituye un extraordinario acto de reconstrucción de la vida individual y colectiva, el punto de inflexión para entrar en otra historia. Algo de esto viene sucediendo en la actualidad argentina cuando comenzamos a nombrar, con palabras y conceptos olvidados o rapiñados, vaciados o invisibilizados, lo nuevo de una época que reinstala el sentido de otro país que nunca dejó de habitar en el lenguaje de una memoria de la resistencia.
Ya el viejo Kant, inquirido sobre los alcances de la ilustración, en el lejano 1784 –pocos años antes del estallido de la Revolución Francesa que cambiaría la faz de la historia–, afirmó, entre otras cosas, que el individuo ilustrado era aquel que podía hacer un uso crítico de su propio entendimiento y volverse capaz de pensar y decidir por sí mismo sin tener que recurrir, como siempre, al padre, al cura o al médico para que le receten los remedios de la ley moral, del alma y del cuerpo, pero también agregó, con un dejo de triste escepticismo, que la mayoría de los seres humanos prefieren, por pereza y cobardía, que otros realicen el esfuerzo de pensar por ellos. Kant, el filósofo de la paz perpetua y de la racionalidad libre, soñó la autonomía del individuo como un caminar sin andadores y como una apropiación crítica del lenguaje de la razón. Para él, como para otros contemporáneos de ese tiempo cargado de esperanzas, estaba amaneciendo una nueva historia que habilitaría un decir renovado del mundo signado por la tolerancia, la igualdad y la libertad. Lo que no pudo ver el viejo filósofo es que incluso en el interior de palabras tan venerables se esconden los instrumentos del poder y la violencia. La historia por venir no dejaría, como en el pasado, de recordar la fragilidad de las palabras a la hora de ser apropiadas por la ideología de la dominación. Es por eso que el litigio por el sentido constituye una constante allí donde la desigualdad y la injusticia siguen persistiendo en los asuntos humanos.
Mucha agua ha pasado bajo el molino de una historia que no resultó amable con la mayor parte de las ilusiones humanas y, menos, con las que soñaban una sociedad más ilustrada, igualitaria y democrática, pero lo que siguió insistiendo fue la importancia del lenguaje a la hora de imprimirle a la propia realidad tal o cual perspectiva, tal o cual interpretación o, de un modo más brutal, para determinar el ejercicio del poder y la producción intensiva de sentido común capaz de garantizar la reproducción de una determinada hegemonía política-económica. No hay, no hubo, dominación sin esa producción de ideología, de un lenguaje articulador de una manera, que siempre se quiere absoluta, de concebir la realidad social, económica, política y cultural. Tampoco ha habido ningún cambio revolucionario que haya dejado intocado el lenguaje del antiguo régimen. La caída del viejo orden se acompaña, siempre, con la potencia de la invención lingüística, con la emergencia de nuevas palabras que dicen el mundo desde otra perspectiva. A veces, antiguos nombres son recuperados, revitalizados y lanzados nuevamente al escenario tumultuoso de la historia. Es por eso que la querella alrededor del modo de decir el mundo ha constituido y lo sigue haciendo el eje de una disputa que involucra el pasado, el presente y el futuro de la vida social. Por eso, también, carece de neutralidad la acción de ponerles nombre a las cosas y a las personas. Quien nombra ejerce, de uno u otro modo, el poder. Hay, en la aventura del lenguaje, arbitrariedad y libertad, intencionalidad y azar, violencia y paz.
Se ha señalado, y lo he hecho con especial insistencia en estas columnas de Veintitrés, que la época hegemonizada por la forma neoliberal del capitalismo no ha sido sólo el producto de una transformación estructural de la vida económica sino que involucró, en no menor medida, una profunda mutación de los imaginarios culturales y promovió nuevas formas de subjetividad que se correspondieron con el abandono de las antiguas referencias bienestaristas, al menos en ciertos países, del propio capitalismo (el papel del Estado, sobre todo a partir de la segunda posguerra, que se ocupó de impulsar políticas de industrialización, de inversiones en obra pública y de distribución de la renta como modo de incentivar el mercado interno y el consumo de los trabajadores que le dieron otro rostro a un sistema social-económico caracterizado, hasta la llegada del keynesianismo –herramienta para combatir, en la Europa de posguerra, el desafío que venía de la Rusia soviética en los años ’20 y ’30–, por la volatilidad de un mercado al que muy pocos tenían acceso y por una trama prácticamente deshilachada o inexistente de derechos sociales y laborales. Entre nosotros, ese momento histórico fue el del primer peronismo). Desde mediados de la década del ’70, y a partir de la crisis del petróleo, tanto Estados Unidos como Europa occidental iniciaron, a distinto ritmo pero de una manera inocultable e irreversible –al menos por los siguientes 30 años–, un proceso sistemático de desmontaje del Estado de Bienestar que se combinó con un cambio en la matriz de acumulación del capital que pasó a ser hegemonizado por su sector financiero (en la Argentina el tiempo del “revanchismo social” y del predominio del capital financiero nacional y extranjero –como lo caracteriza Eduardo Basualdo– encontró su punto más álgido con el terrorismo de Estado implementado a partir de marzo de 1976 y que se continuó y profundizó, en su dimensión económica, con la convertibilidad menemista).
Ese proceso, dilatado en el tiempo y con diferentes grados de agresividad, comenzó, en su aspecto político-ideológico, con la llegada del tándem Reagan-Thatcher que comprendieron, en el marco de lo que se llamó la revolución neoconservadora, que para alcanzar los objetivos económico-estructurales que se proponían se volvía imperioso modificar sentido común, lenguaje, sensibilidad, tradiciones políticas, formas culturales y prácticas sociales para habilitar un proceso de transformaciones de una violencia inédita en la segunda mitad del siglo veinte. Se trató, entonces, de entrelazar los cambios en el núcleo de la valorización financiera del capitalismo, la sistemática eliminación de derechos laborales, las mutaciones legislativas y jurídicas imprescindibles para “liberar” los flujos especulativo-financieros del capital con nuevos paradigmas culturales que se correspondiesen con una sociedad que exigía otras actitudes y que debía abandonar, a un ritmo acelerado, prácticas que ya no eran funcionales al nuevo orden económico mundial determinado por el desplazamiento tanto del modelo soviético, que se derrumbaría a finales de los años ’80, como del proyecto bienestarista y socialdemocrático que organizó la vida de los principales países de Europa occidental y que, en la actualidad y salvando la supervivencia nórdica, viene modificando su estructura para volverse funcional a las demandas del modelo neoliberal (la complicidad de los socialistas españoles y griegos, con figuras de liderazgo fuerte como Zapatero y Papandreu, en la implementación de brutales planes de ajuste que acabarían de ser implementados por la derecha del PP y por tecnócratas directamente puestos por el Banco Europeo y por la canciller alemana nos ahorra de todo comentario respecto de la “traición” del progresismo europeo y su vuelco, desde los años ’80, hacia políticas de clara orientación neoliberal).
La maquinaria del anarcocapitalismo financiero, como agudamente lo denominó Cristina en una reunión del G-20, extendió su funcionamiento hacia las formas de mentalidad y de sentido común generando, vía la industria cultural y los grandes medios de comunicación, las condiciones imprescindibles para dialectizar los cambios económicos con la circulación de las nuevas tramas de subjetividad que pudiesen acoplarse a los “valores” promovidos por la hegemonía neoliberal. Cambiaron, entonces, cuerpos y lenguajes, modos sociales de vinculación y prácticas laborales, vida cotidiana y representación de derechos. Nada permaneció intocado durante las casi tres décadas de predominio, entre nosotros, del modelo de valorización financiera. Su impacto sobre los imaginarios culturales fue inmenso. Al imponerse un nuevo lenguaje mutó la manera de ver la realidad y de comprender el pasado y el futuro. Lo que alguna vez fue valorado y reivindicado: el rol de un Estado fuerte, la política de ampliación de derechos sociales, lo público y sus empresas, la soberanía nacional sobre las riquezas naturales, el papel activo en la defensa de esos derechos por parte de los sindicatos, la movilidad social ascendente, la integración de las distintas clases sociales en la vida urbana, el papel igualador de la educación pública, el modelo sanitarista implementado por Ramón Carrillo, se convirtieron en rémoras de un “populismo demagógico” que había impedido que el país siguiera el camino del verdadero progreso que nos hubiera conducido, eso se decía, a ser como Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Para erradicar cualquier vestigio de esa “época dispendiosa y decadente” se implementó el más colosal plan de inversión de valores económicos, sociales, jurídicos, culturales y políticos y se tuvo que echar mano de la violencia terrorista de la dictadura, de una doble hiperinflación y de la “solución mágica” propuesta por Cavallo a Menem que acabó conduciendo a la sociedad a su peor crisis social unida a la desindustrialización, el endeudamiento y la extranjerización de la economía. Todo eso fue acompañado por el papel principalísimo de la corporación mediática que movilizó todos sus recursos para facilitar el giro hacia la hegemonía del capital financiero.
Es como resultado de esa “inflexión cultural” que habilitó el dominio neoliberal y que colapsó en diciembre de 2001, pero que, en la trama más profunda y visceral, de los imaginarios sociales y de los núcleos del lenguaje, siguió insistiendo sobre una parte no desdeñable del sentido común de las clases medias, que ha sido fundamental, a partir del tiempo inaugurado por la llegada de Néstor Kirchner al gobierno, ir hacia ese campo más complejo de disputa que es la dimensión cultural-simbólica que suele anidar en el lenguaje cotidiano. Una disputa que se enfrenta a una gruesa construcción de prejuicios y a una mentalidad forjada entre la dictadura y la convertibilidad que suele emerger cada tanto y expresarse como miasma de una conciencia que se representa la realidad desde el prisma de la matriz cultural ideológica del neoliberalismo. No casualmente la decisión de recuperar el manejo de YPF apunta tanto a una ineludible dimensión económica (garantizar la provisión de hidrocarburos impidiendo la sangría de una importación que tendía a crecer exponencialmente en consonancia con las necesidades emanadas del crecimiento industrial y agropecuario de los últimos años) como a otra que atraviesa antiguas memorias argentinas y adquiere una particular relevancia a la hora de solidificar el proceso de reconstrucción del tejido social e identitario de un país que estuvo al borde del abismo y que había extraviado sus referencias. YPF es más que una sigla, es más que un símbolo transmutado, a partir de su privatización, en un nombre vaciado de contenido; constituye lo que de significativo se guarda en la experiencia de una sociedad que supo ser más equitativa. Un viejo nombre para una nueva realidad que exige, nos exige, encontrar en el lenguaje lo que había sido saqueado por el predominio del discurso y la práctica del poder económico-mediático. Y ese giro se vuelve posible cuando la materialidad de la historia se reencuentra con la memoria emancipatoria que se guarda en las palabras. Cuando eso sucede somos testigos y participantes de un tiempo cargado de desafíos y de inauditas invenciones culturales.
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 20:55 |
“Brufau debería estar preso, porque se están muriendo seres humanos” |
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domingo, 22 de abril de 2012 |
Cristina Cherqui, una de las querellantes por contaminación de agua y miembro de la comunidad Mapuche, falleció la semana pasada.
Por: D.E.-TIEMPO ARGENTINO-Cristina Cherqui tenía 55 años, y era miembro de la comunidad mapuche de Añelo, zona ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Falleció el lunes pasado, después que le detectaran plomo y otros metales pesados en la sangre, fruto de la contaminación que YPF y otras petroleras generan en el agua que se consume en la región.
La investigación arrancó con una denuncia penal de la Asociación de Superficiarios de Petróleo de la Patagonia (ASSUPA), a la cual se sumaron 200 pobladores en calidad de querellantes. Cristina era uno de ellos. El escrito acusa como responsables a todo el directorio de la empresa, pero además a los otros grupos que explotan pozos en el lugar: Pan American, Chevron, Total Austral (de capitales franceses) y Medanito.
Después de analizar distintas muestras en superficie y en napas subterráneas, la División de Delitos Ambientales de la Policía Federal y el Laboratorio de Toxicología y Química Legal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinaron que los 4000 habitantes del “Desierto de Añelo”, como se lo conoce, presentan medidas alarmantes de mercurio, cromo y plomo en la sangre, y que el agua del lago de la región está contaminada 500 veces más de lo permitido para uso recreativo.
“En realidad –dice Ricardo Apis, presidente de ASSUPA–, el problema es mucho más grave, porque además del terreno hay que sumar la contaminación en dos lagos: Los Barreales y Marimenuco, de donde sale el agua supuestamente potable para la ciudad de Neuquén y el área del Valle de Río Negro.”
El reclamo se basó en dos tipos de muestras: la “calicata”, que consiste en una perforación realizada para evaluar la calidad del agua de las napas freáticas, y la toma de aguas de superficie, efectuada generalmente en espejos naturales. Para esto último se eligió Los Barreales (uno de los tres del complejo Chocón-Cerro Colorado), que finalmente resultó contaminado 500 veces más del límite aconsejable.
Para Luis Arellano, apoderado legal de la Asociación y experto en temas ambientales, “los niveles de hidrocarburos en el agua que toma la gente son alarmantes. En un sector de Loma de la Lata, por ejemplo, la cifra es de 150 microgramos por litro”.
Otra de las localidades perjudicadas es San Patricio del Chañar, lo que también demuestra que “los daños pueden seguir extendiéndose, si no se toman medidas de reparación”, afirma Arellano. Y agrega: “La acción tiene en cuenta delitos penados en el artículo 200 del Código Penal y en los artículos 55,56 y 57 de la Ley 24.051. Estamos hablando de penas de hasta diez años de prisión. Aunque con un agregado: Cherqui era querellante en la causa penal, y su fallecimiento puede implicar un agravamiento de la figura, hasta alcanzar una pena de 25 años de prisión por envenenamiento seguido de muerte”.
En medio de la investigación, Neuquén renegoció los contratos con las petroleras en 2009, y solicitó a YPF un listado para que la propia empresa informara cuáles eran sus focos de conflicto. El grupo reconoció 233 hechos contaminantes, cantidad muy por debajo de la real. En Loma de la Lata, por ejemplo, 13 episodios de distinta gravedad descubiertos por la Policía Federal no habían sido comunicados.
“Frente a este escenario –afirma Arellano–, puedo asegurar que si cualquiera hace una mínima perforación, encuentra agua contaminada rápidamente. Para colmo, el crudo no es lo único que contamina, porque a eso le tenés que sumar la llamada agua de formación. Para ser más claro: el petróleo no está en una pileta subterránea, puro y listo para ser extraído. Es una mezcla de arena, barro, piedra, tierra, que se saca inyectando líquidos, para buscar fluidez. Ni bien ese lodo aparece en la superficie, comienza un proceso de división y limpieza: petróleo propiamente dicho, pero además tierra, gasolina, diferentes productos químicos, y agua de formación, altamente tóxica y contaminante, en ocasiones siete veces más salada que el agua de mar. Agua que, por supuesto, las compañías tiran en los campos, arruinándolos por completo, y matando a los animales que se acercan.”
El abogado reconoce que lo ocurrido en Los Barreales “fue de casualidad, porque la muestra que tomamos del lugar y mandamos a Buenos Aires surgió en realidad como ‘blanqueo’, es decir, una porción que suponíamos apta para el consumo y planeábamos usar como contraste de la contaminación de las napas. Pero para sorpresa nuestra, los estudios demostraron que también los índices contaminantes del lago eran gravísimos. Si esas 500 veces más de lo permitido son perjudiciales para la actividad recreativa, como puede ser la natación, imaginemos qué pasaría si alguien toma el agua.”
“Si la justicia federal de Neuquén actuara como corresponde –finaliza Apis–, (Antonio) Brufau debería estar preso. Están muriendo seres humanos, y nosotros lo advertimos antes de que ocurriera.”
La cifra
500 veces por encima del límite de lo aconsejable es la contaminación que se detectó en el agua de Los Barreales en Chocón-Cerro Colorado.
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 20:59 |
Pérez habló con Página/12: un Brufau en el teléfono
La nota de hoy en Página/12.
Francisco “Paco” Pérez aseguró al diario porteño que Repsol ya tenía una demanda penal por contaminación en la localidad de Luján de Cuyo, pero afirma que ahora realizarán un análisis integral de todos los pozos. Además, afirmó que hay compañías interesadas en invertir. La llamada de Brufau.
El gobernador de la provincia, a su regreso de la gira internacional en búsqueda de fondos e inversores, habló con la prensa afín porteña. Así, el diario Página/12 publica hoy una extensa entrevista en la que critica a repsol por haber contaminado en Luján de Cuyo y asevera que hay muchos interesados en invertir en la petrolera nacionalizada.
Algunos de los puntos principales de la nota son:
- Hace casi dos semanas, (Antonio) Brufau me llamó porque quería mostrarme el plan de inversiones de la compañía. En esa conversación le dije que primero debía retrotraer los precios de las naftas que habían aumentado dos veces en 72 horas. Eran sus últimos manotazos de ahogado, ya que antes no se había mostrado tan propenso a invertir.
- En la etapa previa al conflicto con Repsol-YPF habíamos realizado una denuncia penal contra la compañía, en la zona de Ugarteche, una localidad de Luján de Cuyo. Ahora investigaremos los daños ambientales que dejó la empresa.
- En Mendoza, 18 departamentos no cuentan con estaciones de bandera, en otras tantas no se mejoró el cupo de abastecimiento en años, cuando el precio creció fuertemente. Su política de comercialización monopólica provocó el cierre de muchas estaciones de servicios, sobre todo a partir de la diferenciación en los precios; las inversiones de la destilería apuntaban a las naftas premium en detrimento de los combustibles que necesitaban desde la industria o la producción agropecuaria.
- La retirada de Repsol genera la posibilidad de que ingresen nuevos jugadores. Incluso, varias empresas ya lo venían manifestando. En Mendoza entró recientemente una compañía alemana. Pudimos transmitir estos ejemplos. Hay muchas empresas líderes de Europa que perciben que en el país no hay turbulencias, como nos quieren hacer creer.
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 21:00 |
“Investigaremos los daños ambientales”
Francisco “Paco” Pérez aseguró que Repsol ya tenía una demanda penal por contaminación en la localidad de Luján de Cuyo, pero afirma que ahora realizarán un análisis integral de todos los pozos. Además, afirmó que hay compañías interesadas en invertir.
Por Sebastián Premici
El gobernador de Mendoza, Francisco “Paco” Pérez, afirmó en diálogo con Página/12 que en los próximos días comenzarán a investigar los potenciales “daños ambientales” dejados por Repsol-YPF. La compañía ya cuenta con una demanda penal por contaminación en la localidad de Luján de Cuyo, donde opera su refinería. El gobernador sostuvo además que va a discutir con los otros gobernadores qué hacer con las concesiones que se le habían quitado a la compañía. Tras una gira por Dubai y los Estados Unidos, el mandatario asegura que hay compañías petroleras que quieren invertir en el país.
–¿Qué cambiará a partir de la recuperación del control de YPF por parte del Estado nacional y las provincias?
–Esto fue una decisión estratégica soberana que tiene que ver con dos ejes principales. Por un lado, está la cuestión del federalismo, ya que en el nuevo armado de la compañía (e incluso en el Consejo Federal) tendrán lugar las provincias productoras de hidrocarburos. Y en segundo lugar, podremos sentarnos en el directorio de la empresa y tener una participación activa en la toma de decisiones. Es una intervención inteligente, que apunta al mejor diseño de las políticas hidrocarburíferas que necesita el país. El proyecto que presentó la Presidenta fue el resultado de un trabajo conjunto con las provincias, donde ella nos fue marcando la pauta de cómo debía ser la nueva compañía. Ahora podremos diseñar en conjunto la política de expansión en la producción y comercialización del crudo y sus derivados.
–Durante su presentación en el Senado, Julio De Vido y Axel Kicillof sostuvieron que YPF posee en su haber una serie de pasivos ambientales que incidirán (negativamente) en la valuación final de la compañía. Incluso mostraron ejemplos puntuales de Mendoza. ¿Cuál es la situación ambiental en su provincia?
–En la etapa previa al conflicto con Repsol-YPF habíamos realizado una denuncia penal contra la compañía, en la zona de Ugarteche, una localidad de Luján de Cuyo. Ahora investigaremos los daños ambientales que dejó la empresa. Tenemos que ver realmente cuál es el estado de la compañía, cuál es el grado de operatividad de los pozos, cuáles están fuera de funcionamiento o parados. Debemos hacer una radiografía de la compañía para saber dónde estamos parados.
–Otro de los temas que surgen de los fundamentos del proyecto de ley tiene que ver con la política de precios alrededor de las naftas y una derivación de la producción hacia los combustibles más caros en detrimento del gasoil. ¿Esta situación se daba en su provincia?
–La refinería tenía capacidad ociosa porque no les llegaba el crudo –que ellos mismos extraen– para proveer a las catorce provincias a las cuales llegaban desde Mendoza. YPF aplicaba una política de desabastecimiento en todas las jurisdicciones. Por eso debemos cambiar la política de comercialización. En Mendoza, 18 departamentos no cuentan con estaciones de bandera, en otras tantas no se mejoró el cupo de abastecimiento en años, cuando el precio creció fuertemente. Su política de comercialización monopólica provocó el cierre de muchas estaciones de servicios, sobre todo a partir de la diferenciación en los precios; las inversiones de la destilería apuntaban a las naftas premium en detrimento de los combustibles que necesitaban desde la industria o la producción agropecuaria. Todas estas cuestiones no podían objetarse en la mesa del directorio. Era más importante para el país invertir en nuevos pozos que en naftas premium, que no son las que mueven la economía del país.
–¿Qué va a pasar con las áreas que le quitaron a YPF? ¿Fue una estrategia para disminuir el valor de la empresa antes de la expropiación?
–Vamos a tener que discutir este tema en coordinación con las provincias. Algunas se adelantaron y licitaron nuevamente las áreas. Nosotros quitamos dos concesiones, y a partir del desarrollo de la nueva YPF analizaremos el futuro de esos pozos. En realidad, la quita de las concesiones fue una estrategia mancomunada para no provocar, de golpe, ningún cambio estructural. Primero realizamos varios llamados de alerta y como la empresa hizo caso omiso a los mismos, se tomó la decisión de enviar un proyecto de ley al Congreso. Hace casi dos semanas, (Antonio) Brufau me llamó porque quería mostrarme el plan de inversiones de la compañía. En esa conversación le dije que primero debía retrotraer los precios de las naftas que habían aumentado dos veces en 72 horas. Eran sus últimos manotazos de ahogado, ya que antes no se había mostrado tan propenso a invertir.
–Una posibilidad que se estuvo barajando antes del anuncio del proyecto es que cada provincia, a través de sus empresas públicas de hidrocarburos, pueda explotar esas concesiones. ¿Sigue en pie esa idea?
–Todas las provincias trataremos de trabajar en una misma línea, en lo conceptual, pero hay que ver la característica de cada región. No es lo mismo Mendoza, que tiene una destilería, que Salta o Jujuy. Tampoco es lo mismo el tipo de crudo que se extrae de Neuquén que el que se saca en esta provincia. La situación varía en cada jurisdicción. También es diferente la situación gremial. Por lo tanto, primero trabajaremos por YPF y luego cada provincia analizará cuál es el mejor escenario para las empresas provinciales del sector.
–La semana pasada estuvo en Dubai, Nueva York y Washington. Habló de la situación de YPF con empresarios. ¿Están preocupados por la situación o interesados en invertir en el país?
–Ambas cosas. Pero la preocupación deviene una posibilidad de inversión, cuando se entiende bien el porqué de la medida. Los empresarios están interesados en saber cómo sigue esta nueva etapa en la vida de YPF. La retirada de Repsol genera la posibilidad de que ingresen nuevos jugadores. Incluso, varias empresas ya lo venían manifestando. En Mendoza entró recientemente una compañía alemana. Pudimos transmitir estos ejemplos. Hay muchas empresas líderes de Europa que perciben que en el país no hay turbulencias, como nos quieren hacer creer. El proyecto de ley apunta contra Repsol (por ser quien controlaba a la compañía) pero no se mete con el resto de las inversiones que hay en el sector. El proyecto en cuestión deja bien en claro que están abiertas las puertas para que haya joint ventures con otras compañías.
–¿Y tras su paso por Washington escuchó cuestionamientos del gobierno norteamericano?
–No ha existido ninguna declaración en ese sentido. Fueron los exabruptos del canciller de España los que cayeron mal en el gobierno de Estados Unidos. El funcionario se reunió con Hillary Clinton y dijo que tenían el apoyo de ellos para llevar adelante acciones contra la Argentina, pero en realidad nunca existió una declaración oficial norteamericana. El gobierno estadounidense no habló demasiado del tema y eso molestó al canciller español. Hay un dato clave para entender esta situación. Las principales empresas norteamericanas ya invierten en el país y están interesadas en continuar en esa línea, como Exxon o Apache, que es líder en el desarrollo de los pozos no convencionales, como es el caso del yacimiento Vaca Muerta en la cuenca de Mendoza y Neuquén.
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 21:07 |
El socio que quedó contra las cuerdas
Sebastián Eskenazi tuvo en diciembre una reunión con la Presidenta donde ésta le recriminó el desempeño de YPF. Cuatro meses después quedó afuera de la empresa, con un paquete accionario desvalorizado y un horizonte financiero incierto.
Por Fernando Krakowiak
La primera señal de alarma se activó después de las elecciones presidenciales. Sebastián Eskenazi, el ahora ex CEO de YPF, tenía diálogo cotidiano con Cristina Fernández de Kirchner, pero luego del histórico triunfo de octubre se le empezó a dificultar el contacto con la Casa Rosada. La relación se tensó aún más luego de que en noviembre el directorio aprobara la distribución y el giro de dividendos, pese a la oposición del representante estatal en la firma. La propia Presidenta le confirmó a Eskenazi el malestar oficial al recibirlo en la Quinta de Olivos a fines de diciembre. En ese encuentro reservado, que se extendió por dos horas, la mandataria cuestionó el desempeño de la compañía en duros términos y le dijo que YPF iba a tener que hacerse cargo del costo creciente que suponía la importación de combustibles. El empresario salió de la reunión preocupado. Por entonces, ya sospechaba que el Gobierno estaba analizando tomar el control de YPF. Incluso había hecho consultas legales con jueces cercanos y hasta con un ministro de la Corte Suprema. Sin embargo, no se imaginó que en menos de cuatro meses el Grupo Petersen estaría afuera de la empresa, con un paquete accionario desvalorizado y un horizonte financiero incierto. Por eso, a los pocos días igual se fue de vacaciones a Uruguay.
El avance oficial sobre la compañía sorprendió a Eskenazi todavía en las playas de Punta del Este. El Gobierno hizo público su malestar el 16 de enero, cuando denunció a cinco petroleras por cobrar sobreprecios en la venta de gasoil a granel. Ese día, el ministro de Planificación, Julio De Vido, aprovechó también para pedirle a YPF un incremento de la inversión. “Necesitamos la puesta en valor del combustible para que los anuncios de nuevos descubrimientos no sirvan sólo para que la empresa obtenga una ganancia financiera”, afirmó. YPF respondió dos días después a través de un comunicado donde calificó como “injustificada” la denuncia por cartelización, pero no hizo mención al reclamo de De Vido.
El miércoles 25 de enero fue la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner la que se puso al frente del reclamo. “No olviden que las dueñas del subsuelo son las provincias, las empresas petroleras son apenas concesionarias (...). No se puede volver a la época del Virreinato, donde se llevaban todo y no dejaban nada. Creo que es bueno que sepan que han pasado esas épocas y que es necesario reinvertir en el país”, sostuvo en el primer discurso que dio luego de su licencia médica. Después de aquella intervención, a la conducción de YPF ya no le quedaron dudas de que el Gobierno analizaba una posible renacionalización de la empresa.
El fantasma de la estatización de YPF siempre preocupó a la conducción de la compañía. Ellos sabían que Néstor Kirchner había evaluado esa posibilidad cuando fue presidente, conocían las simpatías que generaba el tema en numerosos cuadros medios del gobierno e incluso periódicamente tenían acceso a encuestas donde una amplia mayoría de la población se manifestaba a favor de la nacionalización. En mayo del año pasado, el Grupo Petersen estuvo a punto de cancelar la compra de otro 10 por ciento de la empresa, operación que elevó su participación al 25,46 por ciento, porque la familia Eskenazi era consciente de que los dólares habían comenzado a escasear en el país y cualquier cortocircuito con el Gobierno los podía dejar muy expuestos. Lo único que hizo el discurso presidencial fue confirmar esos temores y obligar al presidente de Repsol, Antonio Brufau, a involucrarse personalmente en la negociación, dejando a los Eskenazi en un segundo plano.
Brufau se reunió con De Vido y el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, el lunes 6 de febrero para tratar de recomponer la relación, pero el resultado no fue bueno. El propio De Vido se los dijo a los gobernadores de las provincias petroleras el jueves 9 de febrero en el encuentro donde los mandatarios y el gobierno nacional empezaron a diseñar la quita de concesiones. El ejecutivo catalán volvió al país el 23 de febrero para una reunión de directorio donde también hubo problemas con el gobierno porque el representante estatal denunció que no lo dejaron entrar porque iba junto al viceministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Energía, Daniel Cameron. El tercer viaje fue a fines de ese mismo mes, cuando recrudecieron los temores sobre una posible intervención de la compañía. Entonces llegó junto al ministro de Industria de España, José Manuel Soria, para reunirse con De Vido y Lorenzino, pero tampoco hubo avances. Pese a ello, tanto Brufau como Eskenazi todavía creían que la relación se podía recomponer.
El 21 de marzo la evaluación de la cúpula de la empresa cambió. El directorio de YPF propuso ese día no distribuir los dividendos correspondientes a 2011, como reclamaba el Gobierno, y capitalizar a la compañía. De ese modo, la petrolera se comprometía a no demandar dólares en el mercado cambiario ni, obviamente, a girarlos al exterior. El anuncio ponía en crisis el acuerdo societario que había sellado el ingreso de Eskenazi a la compañía, pues éste se había endeudado en más de 3500 millones de dólares para comprar las acciones y venía pagando esos papeles con el dinero proveniente de los dividendos, siendo la propia Repsol uno de sus principales acreedores. Era una apuesta fuerte, pero el director estatal se opuso. “La capitalización no asegura que la plata se invierta donde tiene que ser invertida”, sostuvo Roberto Baratta. Brufau y Eskenazi concluyeron entonces que si el Gobierno rechazó esa idea fue porque ya había decidido tomar el control de la empresa y el desembarco era sólo una cuestión de tiempo.
Finalmente, el lunes pasado el desembarco se concretó, dejando al Grupo Petersen en una situación financiera muy delicada. Los Eskenazi conservan sus acciones, pero todavía deben cerca de 2800 millones de dólares y el Gobierno ya adelantó que en los próximos años el reparto de dividendos será mínimo para priorizar la inversión. Sin un flujo de ingresos que garantice el pago de esos papeles, lo más probable es que terminen en manos del pool de bancos acreedores, de Repsol o de algún nuevo inversor que le compre su paquete. El próximo vencimiento de deuda es en mayo, aunque los Eskenazi apuestan a refinanciarlo hasta que se termine de definir cómo quedará la nueva YPF.
fkrakowiak@pagina12.com.ar
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 21:10 |
"Si queremos dejar a nuestros hijos y nietos un mundo en el que se pueda vivir, tenemos que buscar solución ahora a los problemas de la pobreza generalizada y la destrucción del medio ambiente.
En el transcurso se recibió un saludo del Partido Socialista de Chile apoyando la nacionalización de YPF . (Se adjunta al final el texto del comunicado)
El encuentro contó con la exposición de destacados especialistas de la región, y del mismo participaron dirigentes políticos, parlamentarios, especialistas técnicos y funcionarios de organismos de gestión ambiental y energética. Entre los expositores se destacaron: Ricardo Núñez, del Partido Socialista de Chile; Daniel Carlos Martínez Villamil, senador uruguayo y ex Ministro de Industria y Energía del país vecino; Nicolas Bellizia de México, representantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Alejandro Encinas del Partido Revolucionario Democrático (PRD); el brasilero Julio Barbosa Aquino, Secretarío Nacional de Medio Ambiente del Partido de los Trabajadores (PT); Lety Mendez del FMNL- El Salvador y de Colombia, Joaquín Camelo, del Partido Liberal, entre otros. La actividad contó con el auspicio de la Fundación Ebert Stiftung .-
Ante el anuncio de la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner de la estatización del 51 por ciento de la petrolera YPF, actualmente en propiedad de la empresa española Repsol, el Partido Socialista de Chile señala lo siguiente:
- Argentina, como nación soberana, tiene derecho a decidir cómo se explotan sus recursos naturales en beneficio de la ciudadanía.
- Consideramos que, así como el cobre en Chile, los hidrocarburos en Argentina son un recurso estratégico y es legítimo que el Estado avance en la mejor forma de explotarlos.
- No parece razonable que el gobierno español califique “gesto de hostilidad” y afirme que “actuarán en consecuencia” por la estatización de YPF, amenazando una decisión soberana que no dice relación con el estado español, sino que con una empresa privada.
- Cabe recordar que la arquitectura jurídica internacional de protección de inversiones ha sido creada, precisamente, para extraer las controversias del ámbito político.
- Chile no sería el mismo si es que el Presidente Salvador Allende no hubiera nacionalizado el cobre hace ya más de 40 años. Para los socialistas, y para todo Chile, la nacionalización del cobre es motivo de orgullo y Argentina tiene derecho a decidir su futuro."
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De: albi |
Enviado: 30/04/2012 21:13 |
Abril 19, 2012 - 19:44 Kirchner agradece a partidos políticos argentinos apoyo a expropiación YPF La presidenta argentina Cristina Kirchner agradeció el jueves a los partidos políticos, incluso los principales de la oposición, el apoyo a la expropiación del 51% de las acciones de la petrolera YPF, proyecto de ley deplorado por España, la UE, EEUU, el BM y el FMI. "Quiero agradecer a los partidos políticos que han apoyado esta decisión que he adoptado el lunes en el proyecto que he elevado al Congreso, porque esto revela también un grado de madurez de nuestra sociedad civil y política", dijo al inaugurar un parque de energía solar en San Juan (oeste).
La Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata), la segunda fuerza política y legislativa del país, aseguró que votará "a favor, en general, porque lo que compartimos es el criterio de la nacionalización y, en lo particular, defendemos nuestro proyecto", dijo el senador Ernesto Sanz, portavoz del bloque.
También se pronunciaron en favor de la estatización parcial de la compañía el Frente Amplio Progresista (FAP, socialdemócrata), cuyo candidato Hermes Binner fue segundo en las últimas presidenciales de octubre de 2011, además de los bloques de centroizquierda y grupos del peronismo disidente de Kirchner.
La mayoría oficialista en ambas cámaras se reforzará con aliados y opositores para la media aprobación el miércoles próximo en el Senado y la sanción en Diputados una semana después. |
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