
Advierten el riesgo de un debilitamiento de Alemania, país que no se ha visto afectado por la crisis hasta ahora
Berlín.- La derrota de los gobiernos salientes en Francia y en Grecia supone un fracaso para la canciller alemana Angela Merkel, que sigue abogando por la política de austeridad pese a que ha quedado desautorizada en Europa, estimaron ayer algunos analistas.
Merkel esperaba la reelección del presidente francés, Nicolas Sarkozy, su principal aliado, pero ahora tiene que hacer frente a la victoria del socialista François Hollande, que quiere revisar el predominio de las políticas neoliberales contra la crisis.
En Grecia, los dos principales partidos en el poder, que apoyaban la política de austeridad, han sufrido una debacle histórica.
“Los alemanes se encuentran solos con su pacto presupuestario”, publicó el diario conservador alemán Die Welt.
“El deseo de François Hollande de completar con un capítulo de crecimiento el pacto fiscal europeo socava el poder de la canciller en Europa”, decía por su parte el diario de negocios Financial Times Deutschland.
Stefan Seidendorf, analista de política europea en el Instituto franco-alemán de Ludwigsburg, reconoce que hay un riesgo de aislamiento para Alemania.
Según él, Angela Merkel ha aceptado discutir medidas de crecimiento adicionales para “no ceder sobre la creación de eurobonos o sobre el estatuto del Banco Central Europeo”.
Seidendorf advierte que puede encontrarse entre la espada de la opinión pública y la pared de la presión europea. Para satisfacer a la primera, ayer reiteró su firmeza en una primera reacción a la elección de Hollande.
“El pacto fiscal no es negociable (...), no es posible renegociarlo todo después de cada elección”, si no “Europa no funcionaría”, repitió.
Pero la canciller “va a tener que ceder algo sobre la política europea” y explicarlo a los alemanes, estima Seidendorf.
“Por el momento no ha conseguido hacerlo. El debate ha sido muy nacional, e incluso nacionalista”. Ésta es, de hecho, “la principal crítica que se le puede hacer” a Merkel, agregó.
La opinión alemana apoya mayoritariamente la política de austeridad que preconiza la canciller, aunque también la oposición ecologista y socialdemócrata.
“La mayoría de los alemanes tienen la impresión de que Merkel tiene el control de la crisis en la zona euro”, publicó ayer Der Spiegel.
La revista subraya también el riesgo de un debilitamiento de la coyuntura en Alemania, país que no se ha visto afectado por la crisis hasta ahora. Las protestas contra la austeridad se producen en un momento en que la economía alemana parece menos luminosa, afectada por sus vecinos.
“Las elecciones del domingo no son la derrota de Merkel sino la de los gobiernos francés y griego”, dice Lüder Gerken, director del Centro para la Política Europea de Freiburg, aunque reconoce que con “probabilidad, la posición en favor de las reformas estructurales defendida por Merkel y Sarkozy está debilitada, ya que Sarkozy ya no está. Es una posición más difícil para Merkel”.
Fija sus ojos en Grecia
“La situación de Grecia no está exenta de complejidad”, admitió Merkel, respecto a los resultados electorales del domingo en el Estado heleno.
El avance de las formaciones hostiles al programa de rescate griego puede situar a la eurozona o a Atenas contra las cuerdas.
“Vamos a ver cuál es la constelación del gobierno resultante”, cuya formación compete exclusivamente “a los griegos”, aseguró.
Berlín no va a desentenderse de Atenas y considera vigentes todos los acuerdos internacionales adoptados para su rescate, “independientemente de cuál sea la nueva constelación de gobierno”, recordó el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert.
(AGENCIAS)
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