Una institución académica de Estados Unidos, la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), cursó una invitación a la directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, Mariela Castro Espín, para que tomara parte en su XXX Congreso.
Tan pronto el Departamento de Estado norteamericano anunció que le concedería el visado, un senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, recibió la misión de rechazarlo con energía.
Bob dijo en un comunicado que resultaba «decepcionante» esa autorización oficial a quien, de acuerdo a su punto de vista, es una enemiga de la democracia.
Después cuestionó la legalidad del visado a Mariela, porque, subrayó, infringe la disposición presidencial 5377, que prohíbe otorgar ese permiso a funcionarios o empleados del Partido Comunista y el Gobierno de Cuba.
Pero esa versión de Bob se desplomó cuando una portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, declaró que los visados se deciden uno a uno, y que «no hay una prohibición general para otorgarlos a funcionarios del Gobierno cubano».
Otro vocero, William Hostick, confirmó esas afirmaciones y pareció sellar así el debate, aunque observadores opinaron que la ultraderecha no renunciaría a proseguirlo.
Así fue, como hizo el virtual candidato del Partido Republicano a la presidencia, Mitt Romney, quien tuvo un colaborador muy cercano en el senador Marco Rubio, multado en 8000 dólares por malversar dinero electoral.
También figuró entre los atacantes la señora Ninoska Pérez Castellón, de la titulada Radio Mambí, la cual con su acostumbrado lenguaje ramplón lanzó rayos y truenos contra la académica cubana.
El viaje de Mariela a Estados Unidos afrontó desde el principio las diatribas de la jefa del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen.
Un comunicado de esta última no disimuló su enojo con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, debido a que consintió la estancia de la intelectual cubana en suelo estadounidense.
«Estoy muy preocupada -dijo Ileana- por informes de que el Departamento de Estado le ha otorgado una visa» a Mariela Castro, «una firme defensora del régimen, que ha llamado parásitos a los disidentes cubanos».
…«Es incomprensible por qué el Departamento de Estado le facilitaría una visa a Mariela (…)» para «regar propaganda a favor de los Castro (…)», mientras Cuba «es una nación que auspicia el terrorismo»…
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, no respondió a Ileana, la ignoró, como cuando meses atrás la atacó porque facilitó visados a niños cubanos entre 6 y 13 años, pertenecientes al grupo artístico La Colmenita, debido a que, según Ros-Lehtinen, podían encubrir el reclutamiento de agentes secretos para La Habana.
Mariela Castro Espín, al hablar en el Hospital General de San Francisco, valoró como «una mafia cubana» de emigrados sin escrúpulos a quienes defienden allá el bloqueo a la isla.
Después en esa conferencia preguntó: ¿por qué le están quitando los derechos al pueblo estadounidense de viajar a Cuba? «Estamos luchando por los derechos de los cubanos y los estadounidenses».
Ella estaba designada para presidir una comisión sobre la diversidad sexual en el escenario del encuentro de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) que se extendería entre el 23 y el 26 de mayo.